Delaney20
Madmaxista
- Desde
- 5 Ago 2013
- Mensajes
- 1.210
- Reputación
- 7.040
[YOUTUBE]QspjaavaI9o[/YOUTUBE]
(Trascripción del discurso de la conferencia de 2011, del The National Policy Institute, publicada en Counter-currents)
Hace dos años hice la pregunta, "¿Qué es lo que se necesita?"¿Cómo de mal tienen que ponerse las cosas, antes de que la molestia de cambiarlas se haga preferible a aguantar más de lo mismo?
Pregunté esto porque por muchos años habíamos estado oyendo acerca de un colapso que podría causar un gran levantamiento y resolver mágicamente todos los problemas.
La teoría era que los blancos en Occidente toleraron su desplazamiento porque estaban demasiado acomodados, porque se sentían prósperos, y arriesgar su estilo de vida por hablar en contra de la multiculturalidad, en contra de las cuotas raciales, contra la calumnia que viene de Hollywood y Madison Avenue, creaba problemas que no valía la pena encarar.
La gente encontraba más fácil mantenerse y aislarse económicamente.
Y en 2009 parecía que el colapso estaba a punto de suceder. Y, sin embargo, a pesar de la mayor crisis económica en ochenta años, la vida continuó igual que antes.
Más inmi gración, más leyes, más regulaciones, más vigilancia, más burocracia, más corrección política, más imprimir dinero, y más y más impuestos para pagar por todo ello.
No sólo eso, sino que las elecciones se llevaron a cabo después, y los mismos políticos, con las mismas políticas, regresaron al poder.
Así que la pregunta sigue siendo: "¿Qué es lo que se necesita?"
El Desafío
A aquellos que han hecho de educar a nuestros conciudadanos su misión.
No sólo la ideología del igualitarismo radical permea todas las instituciones del poder, sino que esta ideología está tan arraigada como una ortodoxia cuasi-religiosa hasta ser impermeable a la razón.
No importa qué hechos o datos o argumentos se presenten en contra de esta ideología, no importa qué grado de perversión y corrupción sea revelado en asociación con los ideólogos, no importa los desagradables efectos que tiene sobre el individuo; parece imposible desalojar a esta ideología de los puestos de poder.
Uno puede hablarle a millones de ciudadanos acerca de los efectos negativos de la diversidad y el multiculturalismo, se les pueden mostrar montañas de datos, se pueden destacar por qué y cómo esto es importante en una sociedad, por qué y cómo tiene impacto sobre ellos personalmente, y muchos están abiertamente o en gran parte de acuerdo con lo que se dice; pero muy pocos osarán hablar en público en contra de la diversidad y el multiculturalismo, y cualquier declaración será neutralizada rápidamente con acusaciones de racismo.
Cualquier debate sobre diversidad y multiculturalismo, incluso cualquier debate acerca de las razones por las que es importante tener debates sobre el tema, degenera rápidamente en discusiones bizantinas acerca de si algo o alguien es racista. En la educación, los que van en contra de la ortodoxia imperante son purgados o marginados sistemáticamente.
Y durante las elecciones se nos presentan dos o tres opciones casi idénticas, todas basadas en los mismos principios ideológicos. Todas con el mismo historial de fracasos, todas integradas por políticos mediocres, infestadas de embusteros reconocidos, vendidos, y oportunistas. Y sin embargo, aun con todo el mundo harto de ellos, incluso con verdaderas alternativas disponibles, los mismos dos o tres partidos consiguen el poder mediante el voto elección tras elección.
Durante más de 100 años, gente como nosotros han estado diciendo las mismas cosas, exponiendo los mismos argumentos, presentando cada vez mayores montañas de datos, cada vez más hechos para apoyar nuestra posición, y sin embargo, por más de 100 años, nuestro campo ha estado en retirada, disminuyendo en número, perdiendo influencia y volviéndose cada vez más marginal ...
Europa ha visto varios movimientos de resurgimiento durante la primera mitad del siglo XX. Pero fueron derrotados política y militarmente. Gran parte del conocimiento que produjeron ha sido ignorado, prohibido, calumniado, o destruido.
Entonces surge la pregunta, teniendo en cuenta lo que nos está pasando, y dado que el producto final del proyecto igualitario progresista es el final de nosotros mismos, ¿Qué podemos hacer para cambiar la situación? ¿Qué debemos hacer para alterar el curso de nuestra sociedad?
Misticismo izquerdista
Hay muchas razones por las que no hemos tenido más éxito. Una de ellas es que ciertas ideas perdieron legitimidad después de la última guerra mundial, a pesar de que esas ideas fueran mucho más grandes que cualquier movimiento político. Otra razón es que la pérdida de legitimidad dio como resultado una pérdida de acceso a los recursos institucionales; se hizo más difícil para aquellas ideas el parecer importantes.
Y otra razón es que, como los fanáticos de la igualdad ganaron el predominio, fueron capaces de utilizar todos los recursos institucionales del Estado para volver a configurar la forma en que vemos el mundo, el modo en que aprendemos sobre el mundo, e incluso la forma en que pensamos sobre el mundo.
También rediseñaron el sistema de estatus en nuestra sociedad, de modo que sus ideas fueron elevadas y entronizadas, y las de sus enemigos despreciadas y vilipendiadas, de modo que sus compinches fueron promocionados y puestos por los cielos, y sus enemigos degradados y condenados al ostracismo como enemigos de la sociedad civilizada.
Y a través de su control de las instituciones y el sistema de estatus, fueron capaces codificar sus valores e ideales.
Sus valores e ideas se convirtieron en un sistema de símbolos.
Y debido a que los símbolos tienen resonancia emocional, debido a que operan a nivel pre-racional, a nivel emocional e instintivo, los valores e ideales de la izquierda se convirtieron en algo que una persona siente, en lugar de algo que una persona piensa o razona.
Si le pedimos a alguien que explique el cómo los seres humanos son iguales, y si son capaces de explicarlo en absoluto, tendremos mantras, frases hechas, de oídas, razonamiento circular, pero ninguna explicación real.
"Todos somos humanos. Todos sangramos rojo. Hay más variación genética entre individuos que entre las razas".
No es algo que una persona realmente piense, o sobre lo que haya investigado; es algo que sobreentiende, algo que siente que es correcto, o debe estar en lo cierto, porque le hace sentir bien, y hace a uno sentirse bien el ser aceptado en la sociedad, y hace a uno sentirse bien ser visto como una buena persona.
Y cuando le decimos que está equivocado, que los humanos no son iguales, y él protesta, no es porque haya hecho ninguna investigación (de hecho, él no quiere mirar a la investigación; no a menos que sea conveniente), es porque siente que es jovenlandesalmente malo, o porque teme la sanción social, la desaprobación, la vergüenza.
Así, la izquierda ha mistificado sus valores. Y a través de esta mistificación, la izquierda ha hecho su sistema impermeable a la razón. Al hacerlo, sus defensores se han convertido de modo efectivo en los amos de nuestro universo. Establecen sus límites, determinan sus leyes, definen su apariencia, y fijan sus constantes cosmológicas.
El mensajero es el mensaje
Así, los de nuestro campo que han basado su estrategia para el cambio en educar a nuestros conciudadanos, en presentarles los hechos y los argumentos, en su mayor parte solo han confirmando las opiniones de personas que ya estaban de acuerdo con nosotros. Cuando ha habido una conversión, lo más probable es que haya sido a causa de algún factor externo.
Los hechos y los argumentos no van hacia el individuo. El individuo llega a los hechos y los argumentos él mismo. La razón es que los seres humanos rara vez son persuadidos por hechos y argumentos. Más bien, son impresionados por su fuente u origen. En otras palabras, el mensaje es el mensajero, y el mensajero es el mensaje.
Es por ello que se dice que en una sociedad la mayor parte de las personas siguen a quien está al mando. Incluso cuando aquellos al mando son hostiles. Están obnubilados por sus amos, no porque sean razonables, sino porque son poderosos y dominantes, porque controlan su universo, porque controlan el acceso al estatus y los recursos, porque son peligrosos, o de lo contrario, porque representan una idea que es seductora, que de alguna manera les inspira.
Y no son proclives a oponerse a sus amos porque en el fondo quieren ser como ellos, quieren estar entre ellos, quieren tener lo que ellos tienen, o quieren ser parte de esa idea; quieren estar con el equipo ganador.
El único momento en que se oponen a sus amos, o descartan su idea, es cuando dejan de parecer dominantes, cuando ya no hay una mística a su alrededor, cuando empiezan a parecer débiles y patéticos y demasiado humanos, cuando parece que pueden ser reemplazados - cuando algo más seductor está en oferta.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cómo este movimiento hostil de anti-tradicionalismo proletario logra el dominio sobre nuestra civilización? ¿Cómo este movimiento hostil ganó seguidores en primer lugar, no sólo entre el populacho que podía sacar el máximo partido a su repruebo a la aristocracia, sino también entre los más capaces y los más inteligentes, los que podían perder más?
El amor por los principios abstractos
Hablamos de que nuestra sociedad ha sido secuestrada por minorías organizadas. Pero el hecho es este: sus ideas de igualitarismo radical, de modernidad, de progreso, de globalización, tan perversas como pueden parecer a algunos de nosotros hoy en día, van con la veta de la cultura occidental.
La cultura occidental es individualista, por tanto, el hombre occidental no es muy etnocéntrico. Es menos tribal, menos racial, que otros pueblos del mundo.
Del mismo modo, la cultura occidental es única en su jovenlandesal universalista, y el hombre occidental tiende a enamorarse de principios universales abstractos: la libertad, la igualdad, la fraternidad, la democracia, y así sucesivamente. El amor por los principios abstractos está vinculado a un sentido jovenlandesal altamente desarrollado, que viene con un complejo de culpa altamente desarrollado.
Al igual que todos los seres humanos, el hombre occidental es tribal y tiene instintos raciales, pero tienden a dejarlos de lado en favor de principios, o utilidad individual: aquello que ellos sean en un punto dado en el tiempo y el espacio. Para el hombre occidental, se necesita un nivel mucho más alto de amenaza existencial para traer los instintos raciales a la superficie.
Así que lo que llamamos etnomasoquistas blancos no ven sus acciones como estar en contra de los de su raza o incluso sus intereses de grupo, sino que las ven como ser jovenlandesal, ser altruista.
La razón no motiva
Los seres humanos, por lo general, no están motivados por su propio interés racional. Los seres humanos están motivados por la necesidad de pertenencia, y la necesidad de estatus y autoestima. Queremos encajar en una comunidad con cuyos miembros nos identificamos y donde nos sentimos bien con nosotros mismos.
También estamos motivados por tendencias emocionales innatas. Y a nosotros los humanos también nos gusta soñar y fantasear, y sentirnos motivados por nuestros propios sueños y fantasías.
Pueden adoptar la forma de una religión, la forma de una mitología, arte, literatura, o cosmología. Soñamos y fantaseamos acerca de lo que podría ser, de lo que debería ser, de cómo nos gustaría ser. Es la forma en que creamos significado en nuestras vidas.
En Occidente, estos sueños a menudo giran en torno a principios abstractos.
Los hechos no persuaden
Al mismo tiempo hay demasiada información. Demasiados bandos en cada asunto, demasiadas versiones de la misma historia. La mayoría de las personas no tienen el tiempo o la energía para investigarlo, para tratar de descubrir la verdad, para distinguir la realidad de la ficción, el conocimiento de la propaganda.
El resultado es que la mayoría elige los datos que adulan su vanidad, que los hacen sentirse bien consigo mismos, que los hacen sentir parte de la comunidad. Y rechazan los datos que parecen inconvenientes o embarazosos, o que provienen de una fuente con la que no pueden identificarse personalmente.
Por lo tanto, si vamos a involucrarnos en el proyecto más difícil que puede ser intentado en una sociedad, que es fundamentalmente cambiar la ideología dominante, derrocar el orden establecido, tenemos que empezar por aceptar a nuestros conciudadanos como son, y no como nos gustaría que fueran.
En este caso, tenemos que aceptar que el individuo no está generalmente abierto a la persuasión. No a menos que ya esté buscando ser persuadido. La mayoría desea ser confirmado en sus creencias. Ellos no quieren que desbaratemos su mundo. Y no hay ningún bien en decirles "Oh, teneis que despertar y oler el cadáver".
Los seres humanos querrán antes seguir soñando que despertar; después de todo, sus sueños son agradables y les hacen sentirse bien, mientras que la realidad es antiestética y les hace sentirse mal.
Si vamos a causar un cambio de lealtad de un paradigma hacia otro, tenemos que pensar en términos de seducción y de inspiración. Como señalé antes, los seres humanos son mucho más abiertos a ser inspirados y seducidos, que a ser persuadidos por los hechos y la razón.
Por eso, cuando la empresa Lindt está tratando de vender chocolate, no te dicen cómo va a satisfacer tus necesidades nutricionales diarias, sino que te dicen que va a hacer que te sientas bien. No importa cómo, ni por qué.
Pocos se preocupan por la química. Pocos quieren ver desmitificada la experiencia con hechos científicos duros.
Esto no quiere decir que la razón, la realidad o los hechos no sean importantes, porque lo son. Pero no son un método para cambiar la mente de una persona. Son un método para confirmar a una persona cuya mente ya está convencida, y probablemente preparada desde antes de que naciera.
Motivación positiva
Así que, ¿Cómo, pues, podemos motivar a a nuestros conciudadanos a proclamar una lealtad poco convencional, con todos los riesgos que esto conlleva?
Antes he dicho que los seres humanos tienden a ser impresionados por lo dominante. Van hacia una idea, porque el mensajero es de alguna manera seductor. Ellos quieren ser como él. O estar con gente como él. También dije que quieren integrarse y sentirse bien consigo mismos. Si no estamos teniendo más éxito vendiendo nuestro mensaje, es porque no estamos ofreciendo nada de lo anterior.
En cambio, muchos de nuestro lado ofrecen una interminable letanía de quejas sobre la forma en que el mundo ha ido mal, sobre cómo estamos en decadencia, sobre cómo tenemos cada vez menos poder en nuestra sociedad. Cualquiera que busque en nuestro campo a menudo ve negatividad de pared a pared; pesimismo, miedo, paranoia, desesperación y lamentos. Todo supone un gran, largo gemido de auto-compasión.
La desesperación es tal que el mantra que a menudo escuchamos en los márgenes de la derecha es "cuanto peor, mejor". No porque la gente diciendo esto tenga soluciones reales, sino porque esperan que el colapso lo arreglará todo.
Esa no es la actitud del dominante, de los poderosos, de las personas que dan forma a los acontecimientos. Esa es la actitud de la gente que se amolda a los acontecimientos. La actitud de un perdedor. El derrotismo es el preludio a la derrota. Para tener éxito, tenemos que proyectar una imagen de éxito.
Eso significa deshacerse de la negatividad. No hablar en términos de lo que hemos perdido, sino en términos de lo que vamos a ganar, en términos de qué tipo de sociedad queremos construir, en términos de lo que sucede a continuación, no lo que pasó antes.
Un ganador aprende del pasado, pero está siempre mirando hacia el futuro. Él siempre está de cara al sol. Y somos un pueblo solar. Hemos traído luz a este mundo. No debemos olvidar lo que somos. No debemos convertirnos en esclavos de la oscuridad. La imagen de ganador es parte indispensable de una fórmula ganadora.
Sociedad alternativa
Y una fórmula ganadora significa actuar como ganadores.
Actuar como si ya estuviéramos allí.
Lo que implica operar como una sociedad alternativa, que ofrece acceso a un universo paralelo, físico y metafísico. Acceso a una cosmología diferente, un sistema diferente de símbolos, una manera diferente de entender la vida.
El nuevo nacionalismo debe ser visto como un estabishment en espera. No como cínicos temerosos que están esperando un colapso, sino como personas que están construyendo algo nuevo e importante, que hace el colapso deseable, ya que abre el camino para lo que viene después, porque abre el camino a una edad de oro.
En lugar de dar una imagen como la de los conservadores que combaten la marea del progreso, nosotros tenemos que ser la marea; la marea que barre la vieja y decrépita izquierda, que los arrastra fuera del poder, los arrastra al vertedero de la historia, para no levantarse más.
Radical y tradicional
No es una contradicción cuando algunos de nosotros decimos que somos radicales y tradicionales.
Somos radicales porque buscamos un cambio fundamental; no estamos en busca de reformas; estamos buscando algo completamente nuevo. Al mismo tiempo somos tradicionales, porque nuestro proyecto hunde sus raíces en la tradición, incluso si es futurista.
Es por esto que nosotros no somos conservadores: el conservadurismo es la negación de lo nuevo; la tradición es la continua afirmación de lo viejo, de lo arcaico. Y por lo tanto es infinita regeneración. Constante renovación.
Se Puede Hacer
Ahora, cuando algunos de nosotros hablamos de tras*formar la cultura, de la reconfigurarla con el fin de hacer posible nuestra política, muchos se sienten intimidados por la magnitud de la tarea.
Les parece una tarea de titanes, más fantasía que realidad. Pero esto no es así. No se necesita ser muy viejo para recordar cómo nuestra cultura fue reconfigurada por la izquierda radical. Se ha hecho antes. Dentro de la memoria viva.
¿Cómo se puede tras*formar una cultura?
El proceso comienza de manera muy sencilla. Se inicia con lápiz y papel, con pincel y lienzo, con un hombre y su instrumento musical. Está en las manos de una minoría creativa, que crea porque está en su naturaleza, porque es una compulsión, y porque el mundo que les rodea les irrita y sueñan con algo más, fantasean con algo nuevo.
El artista, el pintor, el filósofo, hacen lo que su naturaleza les obliga a hacer.
Con el tiempo hay un cuerpo de trabajo. Con el tiempo encuentran a otros como ellos. Y comienzan a tener reuniones, y a formar clubes y asociaciones. Y con el tiempo se agregan otros de una pasta similar.
Con el tiempo, se convierten en una corriente. Con el tiempo se convierten en un movimiento. Y con el tiempo emergen como una contracultura. Como un rival y competidor para el establishment existente.
Es aquí cuando la lucha se convierte en política, y entra en la arena política.
Y se convierte en una lucha entre dos fuerzas opuestas, dos cosmologías en colisión, dos concepciones del universo. Una representa el pasado, otra representa el futuro.
Sólo una de ellas se convierte en el amo del universo.
La política es la última etapa
Os habréis dado cuenta que la política es la última etapa.
Es por esto que partidos políticos como el BNP en Gran Bretaña, el Frente Nacional en Francia, el NPD en Alemania, siguen siendo marginales, a pesar de los evidentes fracasos de la izquierda.
La política es la última etapa. La política refleja la cultura. La política es el arte de lo posible. Así que nuestra política no será posible hasta que controlemos la cultura. Y debido a que nosotros no controlamos la cultura estamos en el período anterior a la política.
La izquierda se acerca el período posterior a la política, ya que sus ideas han sido dominantes durante mucho tiempo, y a estas alturas han fracasado en todos los niveles. Están funcionando en piloto automático.
Ahora están cada vez más preocupados y desesperados, ya que pueden sentir su propia debilidad, pueden sentir el aburrimiento y el descontento en plena ebullición por debajo suyo, el potencial para una revolución.
Han fracasado estéticamente, criminológicamente, culturalmente, demográficamente, económicamente, políticamente, socialmente. Han fracasado en todos los frentes.
Y a éstas alturas, son vulnerables en todos los frentes.
Guerra en todos los frentes
Es por eso que nuestro proyecto es una guerra en todos los frentes, y por lo que necesita múltiples ángulos de ataque. Hay espacio para individuos de toda inclinación, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, con diferentes talentos y habilidades. Lo que significa que cualquiera puede hacer la guerra de una forma u otra. Algunos lo harán como escritores, otros como artistas, otros como hombres de negocios, otros como manifestantes, otros como clientes.
Pero para atraer talento real, tenemos que ofrecer oportunidades para el talento. Lo que significa oportunidades profesionales y de negocios. Debido a que en nuestra era económica, ser económicamente independiente del sistema, y tener fuentes alternativas de reconocimiento y estatus, significa ser intelectualmente y espiritualmente independientes.
Y para ser atractivos hay que ser conscientes de la imagen que se da - porque una imagen vale más que mil palabras.
Si queremos que nuestros conciudadanos vean, tenemos que ayudarles a visualizar. Tenemos que mostrarles lo que queremos decir, y tenemos que hacerlo en menos de un segundo. La mayoría de la gente se forma una idea de algo o alguien en menos de un segundo. No van a leer un libro de 400 páginas. Ni siquiera van a leer un artículo. No, a menos que ya se hayan decidido a hacerlo.
Lo que capta su atención es lo que resuena con ellos a nivel del instinto, de la emoción, a nivel animal, en el plano espiritual. Del modo en que resuena la música. Del modo en que resuena un paisaje o una película. El hombre es el animal que simboliza, opera en símbolos, sonidos e imágenes estructurados.
Es por eso que la autoridad de una persona es inmediatamente obvia. Está en la imagen que da. La forma en que suena su voz. La forma en que se mueve y su lenguaje corporal. A menudo se convierte en un símbolo de autoridad.
Así que para llegar a ser dueños de nuestro universo una vez más, para surgir como nuevos amos mientras los viejos caen, un nuevo nacionalismo necesita dar imagen de merecer el cetro del poder. Necesita simbolizar un nuevo comienzo. Y tiene que simbolizarlo ahora y siempre, y no esperar a que el colapso limpie la pizarra.
No sabemos si ese colapso vendrá, o como se verá, o incluso si lo notaremos. Pero si llega, y cuando lo haga, limpiará la pizarra para todos los grupos en competencia, y hay muchos otros que están buscando tener un bocado del pastel después de que los liberales se hayan ido.
El Islam está tratando de dominar en Europa y en Occidente. Y los islamistas también están esperando un colapso.
No podemos esperar que un colapso resuelva nuestros problemas. De hecho, no debemos centrarnos en el colapso en absoluto. Deberíamos centrarnos en el mundo que queremos ver después de la caída, el mundo que queremos ver mañana. Y tenemos que estar construyéndolo hoy en día.
Porque si llega, y cuando llegue ese colapso, si no estamos listos, si no estamos allí, dando imagen como que el mundo es nuestro para tomarlo, algún otro lo estará, y se convertirán en los dueños de nuestro universo.
Centrarnos en el mundo de mañana nos da una ventaja añadida, que es la misma ventaja que la Izquierda utópica ha disfrutado en los últimos años: la ventaja de tener un sentido de misión, de un propósito mayor.
No es un trabajo de 9 a 5 , donde una persona vive para el próximo fin de semana , para el próximo cheque de pago, arrastrado por la involución en el Kali-Yuga. Se trata del dominio sobre nuestras vidas, el dominio sobre nuestro destino, el dominio sobre nuestro pasado, presente y futuro.
El ser tradicional también nos da una ventaja que la izquierda no tiene al ser anti-tradición: la ventaja del sentido de pertenencia, de ser parte de una comunidad de personas con las que nos sentimos como en casa; de tener un hogar y una familia a la que siempre se puede volver; de tener un pasado y un futuro; de la vida con significado, porque somos parte de algo más grande que nosotros mismos, es atemporal y trascendente.
Con la izquierda una persona es siempre un sin hogar, siempre un extraño, siempre un átomo carente de significado en un mar de Formica, PVC, neón, poliéster y hormigón armado.
Una ventaja final es que la ciudadanía está harta.
Los individuos ahora al mando en la educación, en los medios de comunicación , en la política, han acumulado un récord tan estupendo de fracaso, han cometido tantos abusos, han mentido y robado tan descaradamente, que los contribuyentes serán receptivos a algo nuevo si lo que ven es algo viable.
Por el momento siguen poniendo a los mismos políticos con su voto en el poder, ya que no están impresionados por las alternativas. Están eligiendo la opción menos mala.
Así que no es como si no tuviéramos un montón de material para trabajar.
Observaciones finales
Me gustaría terminar esto subrayando las ideas clave que me gustaría recordarais al final de esta conferencia.
Si queréis ayudar a lograr un cambio fundamental, y participar activamente en el proceso, os pido que incorporéis en vuestro enfoque unos principios básicos:
Uno - pensar irracionalmente.
Los seres humanos tienen la capacidad de la razón, pero utilizan la razón de manera irracional.
A menudo tienen motivaciones irracionales, que racionalizan después de un acto. Pero esos actos son irracionales.
Así que para llegar a nuestros conciudadanos tenemos que entender sus motivaciones, y no irritarnos por ellas cuando difieran de las nuestras.
Hemos de anticipar sus necesidades para que podamos cumplir con ellas, anticipar sus temores para que podamos disiparlos, anticiparnos a sus deseos para que podamos cumplir con ellos. Sobre todo si son irracionales.
Dos - impresiona para informar, no informes para impresionar.
A menudo, una persona que escucha un discurso no presta atención a la mitad de lo que se dice, recuerda sólo una o dos frases, uno o dos conceptos. Y no por mucho tiempo .
Pero cuando hay un orador capaz, el oyente está casi siempre impresionado por la entrega, le gusta la energía, le gustan las emociones que despierta en él. Por lo tanto, le escucha.
A menudo comentamos sobre el orador, más que sobre lo que dijo.
Así que orientaos hacia causar impresión, causar efecto.
Las campañas de marketing y de comunicación no tienen que ver con la información.
Tienen que ver con obtener una reacción, inducir y mantener un estado de ánimo, abriendo la mente a una idea - entre personas que están sobrecargados de información, que no quieren que les molesten, que están envueltos en sus propias vidas.
Es por eso que las campañas de marketing y de comunicación pretenden ser icónicas.
Es por eso que reducen todo a un sonido, un eslogan, una imagen o una melodía que es contagiosa.
Los hechos son importantes, pero en esta etapa son subsidiarios, porque una mente permanece cerrada mientras el espíritu permanece impasible.
Tres - pensar en imágenes.
Ayuda a las personas a visualizar lo que estás ofreciendo. Una imagen vale más que mil palabras, y es mucho más fácil de recordar. Y es mucho más difícil argumentar en contra porque las imágenes tienen resonancia a nivel emocional y espiritual.
Cuatro - ser positivo.
Nadie quiere estar cerca de una persona que se queja todo el tiempo, que es siempre negativa, que siempre destila pesimismo. Los seres humanos responden al optimismo, porque quieren sentirse bien.
Y nuestra gente en Occidente está pidiendo a gritos un renacimiento. Así que sed positivos, y centraos en el futuro.
Se trata de allí de dónde venimos y hacia dónde vamos, no se trata de dónde estamos.
Cinco - disfrutar de la lucha.
Seréis más creativos, tendréis más energía, haréis que más gente se interese en vosotros, si os gusta lo que estáis haciendo.
Porque si te gusta lo que haces y eres bueno en ello, hace que sientas confianza en ti mismo, y proyectes seguridad en ti mismo. Y a todo el mundo le gusta eso.
Así que pensar irracionalmente, impresionar para informar, pensar en imágenes, ser positivo, y disfrutar de la lucha.
Muchas gracias.
(Trascripción del discurso de la conferencia de 2011, del The National Policy Institute, publicada en Counter-currents)
Hace dos años hice la pregunta, "¿Qué es lo que se necesita?"¿Cómo de mal tienen que ponerse las cosas, antes de que la molestia de cambiarlas se haga preferible a aguantar más de lo mismo?
Pregunté esto porque por muchos años habíamos estado oyendo acerca de un colapso que podría causar un gran levantamiento y resolver mágicamente todos los problemas.
La teoría era que los blancos en Occidente toleraron su desplazamiento porque estaban demasiado acomodados, porque se sentían prósperos, y arriesgar su estilo de vida por hablar en contra de la multiculturalidad, en contra de las cuotas raciales, contra la calumnia que viene de Hollywood y Madison Avenue, creaba problemas que no valía la pena encarar.
La gente encontraba más fácil mantenerse y aislarse económicamente.
Y en 2009 parecía que el colapso estaba a punto de suceder. Y, sin embargo, a pesar de la mayor crisis económica en ochenta años, la vida continuó igual que antes.
Más inmi gración, más leyes, más regulaciones, más vigilancia, más burocracia, más corrección política, más imprimir dinero, y más y más impuestos para pagar por todo ello.
No sólo eso, sino que las elecciones se llevaron a cabo después, y los mismos políticos, con las mismas políticas, regresaron al poder.
Así que la pregunta sigue siendo: "¿Qué es lo que se necesita?"
El Desafío
A aquellos que han hecho de educar a nuestros conciudadanos su misión.
No sólo la ideología del igualitarismo radical permea todas las instituciones del poder, sino que esta ideología está tan arraigada como una ortodoxia cuasi-religiosa hasta ser impermeable a la razón.
No importa qué hechos o datos o argumentos se presenten en contra de esta ideología, no importa qué grado de perversión y corrupción sea revelado en asociación con los ideólogos, no importa los desagradables efectos que tiene sobre el individuo; parece imposible desalojar a esta ideología de los puestos de poder.
Uno puede hablarle a millones de ciudadanos acerca de los efectos negativos de la diversidad y el multiculturalismo, se les pueden mostrar montañas de datos, se pueden destacar por qué y cómo esto es importante en una sociedad, por qué y cómo tiene impacto sobre ellos personalmente, y muchos están abiertamente o en gran parte de acuerdo con lo que se dice; pero muy pocos osarán hablar en público en contra de la diversidad y el multiculturalismo, y cualquier declaración será neutralizada rápidamente con acusaciones de racismo.
Cualquier debate sobre diversidad y multiculturalismo, incluso cualquier debate acerca de las razones por las que es importante tener debates sobre el tema, degenera rápidamente en discusiones bizantinas acerca de si algo o alguien es racista. En la educación, los que van en contra de la ortodoxia imperante son purgados o marginados sistemáticamente.
Y durante las elecciones se nos presentan dos o tres opciones casi idénticas, todas basadas en los mismos principios ideológicos. Todas con el mismo historial de fracasos, todas integradas por políticos mediocres, infestadas de embusteros reconocidos, vendidos, y oportunistas. Y sin embargo, aun con todo el mundo harto de ellos, incluso con verdaderas alternativas disponibles, los mismos dos o tres partidos consiguen el poder mediante el voto elección tras elección.
Durante más de 100 años, gente como nosotros han estado diciendo las mismas cosas, exponiendo los mismos argumentos, presentando cada vez mayores montañas de datos, cada vez más hechos para apoyar nuestra posición, y sin embargo, por más de 100 años, nuestro campo ha estado en retirada, disminuyendo en número, perdiendo influencia y volviéndose cada vez más marginal ...
Europa ha visto varios movimientos de resurgimiento durante la primera mitad del siglo XX. Pero fueron derrotados política y militarmente. Gran parte del conocimiento que produjeron ha sido ignorado, prohibido, calumniado, o destruido.
Entonces surge la pregunta, teniendo en cuenta lo que nos está pasando, y dado que el producto final del proyecto igualitario progresista es el final de nosotros mismos, ¿Qué podemos hacer para cambiar la situación? ¿Qué debemos hacer para alterar el curso de nuestra sociedad?
Misticismo izquerdista
Hay muchas razones por las que no hemos tenido más éxito. Una de ellas es que ciertas ideas perdieron legitimidad después de la última guerra mundial, a pesar de que esas ideas fueran mucho más grandes que cualquier movimiento político. Otra razón es que la pérdida de legitimidad dio como resultado una pérdida de acceso a los recursos institucionales; se hizo más difícil para aquellas ideas el parecer importantes.
Y otra razón es que, como los fanáticos de la igualdad ganaron el predominio, fueron capaces de utilizar todos los recursos institucionales del Estado para volver a configurar la forma en que vemos el mundo, el modo en que aprendemos sobre el mundo, e incluso la forma en que pensamos sobre el mundo.
También rediseñaron el sistema de estatus en nuestra sociedad, de modo que sus ideas fueron elevadas y entronizadas, y las de sus enemigos despreciadas y vilipendiadas, de modo que sus compinches fueron promocionados y puestos por los cielos, y sus enemigos degradados y condenados al ostracismo como enemigos de la sociedad civilizada.
Y a través de su control de las instituciones y el sistema de estatus, fueron capaces codificar sus valores e ideales.
Sus valores e ideas se convirtieron en un sistema de símbolos.
Y debido a que los símbolos tienen resonancia emocional, debido a que operan a nivel pre-racional, a nivel emocional e instintivo, los valores e ideales de la izquierda se convirtieron en algo que una persona siente, en lugar de algo que una persona piensa o razona.
Si le pedimos a alguien que explique el cómo los seres humanos son iguales, y si son capaces de explicarlo en absoluto, tendremos mantras, frases hechas, de oídas, razonamiento circular, pero ninguna explicación real.
"Todos somos humanos. Todos sangramos rojo. Hay más variación genética entre individuos que entre las razas".
No es algo que una persona realmente piense, o sobre lo que haya investigado; es algo que sobreentiende, algo que siente que es correcto, o debe estar en lo cierto, porque le hace sentir bien, y hace a uno sentirse bien el ser aceptado en la sociedad, y hace a uno sentirse bien ser visto como una buena persona.
Y cuando le decimos que está equivocado, que los humanos no son iguales, y él protesta, no es porque haya hecho ninguna investigación (de hecho, él no quiere mirar a la investigación; no a menos que sea conveniente), es porque siente que es jovenlandesalmente malo, o porque teme la sanción social, la desaprobación, la vergüenza.
Así, la izquierda ha mistificado sus valores. Y a través de esta mistificación, la izquierda ha hecho su sistema impermeable a la razón. Al hacerlo, sus defensores se han convertido de modo efectivo en los amos de nuestro universo. Establecen sus límites, determinan sus leyes, definen su apariencia, y fijan sus constantes cosmológicas.
El mensajero es el mensaje
Así, los de nuestro campo que han basado su estrategia para el cambio en educar a nuestros conciudadanos, en presentarles los hechos y los argumentos, en su mayor parte solo han confirmando las opiniones de personas que ya estaban de acuerdo con nosotros. Cuando ha habido una conversión, lo más probable es que haya sido a causa de algún factor externo.
Los hechos y los argumentos no van hacia el individuo. El individuo llega a los hechos y los argumentos él mismo. La razón es que los seres humanos rara vez son persuadidos por hechos y argumentos. Más bien, son impresionados por su fuente u origen. En otras palabras, el mensaje es el mensajero, y el mensajero es el mensaje.
Es por ello que se dice que en una sociedad la mayor parte de las personas siguen a quien está al mando. Incluso cuando aquellos al mando son hostiles. Están obnubilados por sus amos, no porque sean razonables, sino porque son poderosos y dominantes, porque controlan su universo, porque controlan el acceso al estatus y los recursos, porque son peligrosos, o de lo contrario, porque representan una idea que es seductora, que de alguna manera les inspira.
Y no son proclives a oponerse a sus amos porque en el fondo quieren ser como ellos, quieren estar entre ellos, quieren tener lo que ellos tienen, o quieren ser parte de esa idea; quieren estar con el equipo ganador.
El único momento en que se oponen a sus amos, o descartan su idea, es cuando dejan de parecer dominantes, cuando ya no hay una mística a su alrededor, cuando empiezan a parecer débiles y patéticos y demasiado humanos, cuando parece que pueden ser reemplazados - cuando algo más seductor está en oferta.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cómo este movimiento hostil de anti-tradicionalismo proletario logra el dominio sobre nuestra civilización? ¿Cómo este movimiento hostil ganó seguidores en primer lugar, no sólo entre el populacho que podía sacar el máximo partido a su repruebo a la aristocracia, sino también entre los más capaces y los más inteligentes, los que podían perder más?
El amor por los principios abstractos
Hablamos de que nuestra sociedad ha sido secuestrada por minorías organizadas. Pero el hecho es este: sus ideas de igualitarismo radical, de modernidad, de progreso, de globalización, tan perversas como pueden parecer a algunos de nosotros hoy en día, van con la veta de la cultura occidental.
La cultura occidental es individualista, por tanto, el hombre occidental no es muy etnocéntrico. Es menos tribal, menos racial, que otros pueblos del mundo.
Del mismo modo, la cultura occidental es única en su jovenlandesal universalista, y el hombre occidental tiende a enamorarse de principios universales abstractos: la libertad, la igualdad, la fraternidad, la democracia, y así sucesivamente. El amor por los principios abstractos está vinculado a un sentido jovenlandesal altamente desarrollado, que viene con un complejo de culpa altamente desarrollado.
Al igual que todos los seres humanos, el hombre occidental es tribal y tiene instintos raciales, pero tienden a dejarlos de lado en favor de principios, o utilidad individual: aquello que ellos sean en un punto dado en el tiempo y el espacio. Para el hombre occidental, se necesita un nivel mucho más alto de amenaza existencial para traer los instintos raciales a la superficie.
Así que lo que llamamos etnomasoquistas blancos no ven sus acciones como estar en contra de los de su raza o incluso sus intereses de grupo, sino que las ven como ser jovenlandesal, ser altruista.
La razón no motiva
Los seres humanos, por lo general, no están motivados por su propio interés racional. Los seres humanos están motivados por la necesidad de pertenencia, y la necesidad de estatus y autoestima. Queremos encajar en una comunidad con cuyos miembros nos identificamos y donde nos sentimos bien con nosotros mismos.
También estamos motivados por tendencias emocionales innatas. Y a nosotros los humanos también nos gusta soñar y fantasear, y sentirnos motivados por nuestros propios sueños y fantasías.
Pueden adoptar la forma de una religión, la forma de una mitología, arte, literatura, o cosmología. Soñamos y fantaseamos acerca de lo que podría ser, de lo que debería ser, de cómo nos gustaría ser. Es la forma en que creamos significado en nuestras vidas.
En Occidente, estos sueños a menudo giran en torno a principios abstractos.
Los hechos no persuaden
Al mismo tiempo hay demasiada información. Demasiados bandos en cada asunto, demasiadas versiones de la misma historia. La mayoría de las personas no tienen el tiempo o la energía para investigarlo, para tratar de descubrir la verdad, para distinguir la realidad de la ficción, el conocimiento de la propaganda.
El resultado es que la mayoría elige los datos que adulan su vanidad, que los hacen sentirse bien consigo mismos, que los hacen sentir parte de la comunidad. Y rechazan los datos que parecen inconvenientes o embarazosos, o que provienen de una fuente con la que no pueden identificarse personalmente.
Por lo tanto, si vamos a involucrarnos en el proyecto más difícil que puede ser intentado en una sociedad, que es fundamentalmente cambiar la ideología dominante, derrocar el orden establecido, tenemos que empezar por aceptar a nuestros conciudadanos como son, y no como nos gustaría que fueran.
En este caso, tenemos que aceptar que el individuo no está generalmente abierto a la persuasión. No a menos que ya esté buscando ser persuadido. La mayoría desea ser confirmado en sus creencias. Ellos no quieren que desbaratemos su mundo. Y no hay ningún bien en decirles "Oh, teneis que despertar y oler el cadáver".
Los seres humanos querrán antes seguir soñando que despertar; después de todo, sus sueños son agradables y les hacen sentirse bien, mientras que la realidad es antiestética y les hace sentirse mal.
Si vamos a causar un cambio de lealtad de un paradigma hacia otro, tenemos que pensar en términos de seducción y de inspiración. Como señalé antes, los seres humanos son mucho más abiertos a ser inspirados y seducidos, que a ser persuadidos por los hechos y la razón.
Por eso, cuando la empresa Lindt está tratando de vender chocolate, no te dicen cómo va a satisfacer tus necesidades nutricionales diarias, sino que te dicen que va a hacer que te sientas bien. No importa cómo, ni por qué.
Pocos se preocupan por la química. Pocos quieren ver desmitificada la experiencia con hechos científicos duros.
Esto no quiere decir que la razón, la realidad o los hechos no sean importantes, porque lo son. Pero no son un método para cambiar la mente de una persona. Son un método para confirmar a una persona cuya mente ya está convencida, y probablemente preparada desde antes de que naciera.
Motivación positiva
Así que, ¿Cómo, pues, podemos motivar a a nuestros conciudadanos a proclamar una lealtad poco convencional, con todos los riesgos que esto conlleva?
Antes he dicho que los seres humanos tienden a ser impresionados por lo dominante. Van hacia una idea, porque el mensajero es de alguna manera seductor. Ellos quieren ser como él. O estar con gente como él. También dije que quieren integrarse y sentirse bien consigo mismos. Si no estamos teniendo más éxito vendiendo nuestro mensaje, es porque no estamos ofreciendo nada de lo anterior.
En cambio, muchos de nuestro lado ofrecen una interminable letanía de quejas sobre la forma en que el mundo ha ido mal, sobre cómo estamos en decadencia, sobre cómo tenemos cada vez menos poder en nuestra sociedad. Cualquiera que busque en nuestro campo a menudo ve negatividad de pared a pared; pesimismo, miedo, paranoia, desesperación y lamentos. Todo supone un gran, largo gemido de auto-compasión.
La desesperación es tal que el mantra que a menudo escuchamos en los márgenes de la derecha es "cuanto peor, mejor". No porque la gente diciendo esto tenga soluciones reales, sino porque esperan que el colapso lo arreglará todo.
Esa no es la actitud del dominante, de los poderosos, de las personas que dan forma a los acontecimientos. Esa es la actitud de la gente que se amolda a los acontecimientos. La actitud de un perdedor. El derrotismo es el preludio a la derrota. Para tener éxito, tenemos que proyectar una imagen de éxito.
Eso significa deshacerse de la negatividad. No hablar en términos de lo que hemos perdido, sino en términos de lo que vamos a ganar, en términos de qué tipo de sociedad queremos construir, en términos de lo que sucede a continuación, no lo que pasó antes.
Un ganador aprende del pasado, pero está siempre mirando hacia el futuro. Él siempre está de cara al sol. Y somos un pueblo solar. Hemos traído luz a este mundo. No debemos olvidar lo que somos. No debemos convertirnos en esclavos de la oscuridad. La imagen de ganador es parte indispensable de una fórmula ganadora.
Sociedad alternativa
Y una fórmula ganadora significa actuar como ganadores.
Actuar como si ya estuviéramos allí.
Lo que implica operar como una sociedad alternativa, que ofrece acceso a un universo paralelo, físico y metafísico. Acceso a una cosmología diferente, un sistema diferente de símbolos, una manera diferente de entender la vida.
El nuevo nacionalismo debe ser visto como un estabishment en espera. No como cínicos temerosos que están esperando un colapso, sino como personas que están construyendo algo nuevo e importante, que hace el colapso deseable, ya que abre el camino para lo que viene después, porque abre el camino a una edad de oro.
En lugar de dar una imagen como la de los conservadores que combaten la marea del progreso, nosotros tenemos que ser la marea; la marea que barre la vieja y decrépita izquierda, que los arrastra fuera del poder, los arrastra al vertedero de la historia, para no levantarse más.
Radical y tradicional
No es una contradicción cuando algunos de nosotros decimos que somos radicales y tradicionales.
Somos radicales porque buscamos un cambio fundamental; no estamos en busca de reformas; estamos buscando algo completamente nuevo. Al mismo tiempo somos tradicionales, porque nuestro proyecto hunde sus raíces en la tradición, incluso si es futurista.
Es por esto que nosotros no somos conservadores: el conservadurismo es la negación de lo nuevo; la tradición es la continua afirmación de lo viejo, de lo arcaico. Y por lo tanto es infinita regeneración. Constante renovación.
Se Puede Hacer
Ahora, cuando algunos de nosotros hablamos de tras*formar la cultura, de la reconfigurarla con el fin de hacer posible nuestra política, muchos se sienten intimidados por la magnitud de la tarea.
Les parece una tarea de titanes, más fantasía que realidad. Pero esto no es así. No se necesita ser muy viejo para recordar cómo nuestra cultura fue reconfigurada por la izquierda radical. Se ha hecho antes. Dentro de la memoria viva.
¿Cómo se puede tras*formar una cultura?
El proceso comienza de manera muy sencilla. Se inicia con lápiz y papel, con pincel y lienzo, con un hombre y su instrumento musical. Está en las manos de una minoría creativa, que crea porque está en su naturaleza, porque es una compulsión, y porque el mundo que les rodea les irrita y sueñan con algo más, fantasean con algo nuevo.
El artista, el pintor, el filósofo, hacen lo que su naturaleza les obliga a hacer.
Con el tiempo hay un cuerpo de trabajo. Con el tiempo encuentran a otros como ellos. Y comienzan a tener reuniones, y a formar clubes y asociaciones. Y con el tiempo se agregan otros de una pasta similar.
Con el tiempo, se convierten en una corriente. Con el tiempo se convierten en un movimiento. Y con el tiempo emergen como una contracultura. Como un rival y competidor para el establishment existente.
Es aquí cuando la lucha se convierte en política, y entra en la arena política.
Y se convierte en una lucha entre dos fuerzas opuestas, dos cosmologías en colisión, dos concepciones del universo. Una representa el pasado, otra representa el futuro.
Sólo una de ellas se convierte en el amo del universo.
La política es la última etapa
Os habréis dado cuenta que la política es la última etapa.
Es por esto que partidos políticos como el BNP en Gran Bretaña, el Frente Nacional en Francia, el NPD en Alemania, siguen siendo marginales, a pesar de los evidentes fracasos de la izquierda.
La política es la última etapa. La política refleja la cultura. La política es el arte de lo posible. Así que nuestra política no será posible hasta que controlemos la cultura. Y debido a que nosotros no controlamos la cultura estamos en el período anterior a la política.
La izquierda se acerca el período posterior a la política, ya que sus ideas han sido dominantes durante mucho tiempo, y a estas alturas han fracasado en todos los niveles. Están funcionando en piloto automático.
Ahora están cada vez más preocupados y desesperados, ya que pueden sentir su propia debilidad, pueden sentir el aburrimiento y el descontento en plena ebullición por debajo suyo, el potencial para una revolución.
Han fracasado estéticamente, criminológicamente, culturalmente, demográficamente, económicamente, políticamente, socialmente. Han fracasado en todos los frentes.
Y a éstas alturas, son vulnerables en todos los frentes.
Guerra en todos los frentes
Es por eso que nuestro proyecto es una guerra en todos los frentes, y por lo que necesita múltiples ángulos de ataque. Hay espacio para individuos de toda inclinación, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, con diferentes talentos y habilidades. Lo que significa que cualquiera puede hacer la guerra de una forma u otra. Algunos lo harán como escritores, otros como artistas, otros como hombres de negocios, otros como manifestantes, otros como clientes.
Pero para atraer talento real, tenemos que ofrecer oportunidades para el talento. Lo que significa oportunidades profesionales y de negocios. Debido a que en nuestra era económica, ser económicamente independiente del sistema, y tener fuentes alternativas de reconocimiento y estatus, significa ser intelectualmente y espiritualmente independientes.
Y para ser atractivos hay que ser conscientes de la imagen que se da - porque una imagen vale más que mil palabras.
Si queremos que nuestros conciudadanos vean, tenemos que ayudarles a visualizar. Tenemos que mostrarles lo que queremos decir, y tenemos que hacerlo en menos de un segundo. La mayoría de la gente se forma una idea de algo o alguien en menos de un segundo. No van a leer un libro de 400 páginas. Ni siquiera van a leer un artículo. No, a menos que ya se hayan decidido a hacerlo.
Lo que capta su atención es lo que resuena con ellos a nivel del instinto, de la emoción, a nivel animal, en el plano espiritual. Del modo en que resuena la música. Del modo en que resuena un paisaje o una película. El hombre es el animal que simboliza, opera en símbolos, sonidos e imágenes estructurados.
Es por eso que la autoridad de una persona es inmediatamente obvia. Está en la imagen que da. La forma en que suena su voz. La forma en que se mueve y su lenguaje corporal. A menudo se convierte en un símbolo de autoridad.
Así que para llegar a ser dueños de nuestro universo una vez más, para surgir como nuevos amos mientras los viejos caen, un nuevo nacionalismo necesita dar imagen de merecer el cetro del poder. Necesita simbolizar un nuevo comienzo. Y tiene que simbolizarlo ahora y siempre, y no esperar a que el colapso limpie la pizarra.
No sabemos si ese colapso vendrá, o como se verá, o incluso si lo notaremos. Pero si llega, y cuando lo haga, limpiará la pizarra para todos los grupos en competencia, y hay muchos otros que están buscando tener un bocado del pastel después de que los liberales se hayan ido.
El Islam está tratando de dominar en Europa y en Occidente. Y los islamistas también están esperando un colapso.
No podemos esperar que un colapso resuelva nuestros problemas. De hecho, no debemos centrarnos en el colapso en absoluto. Deberíamos centrarnos en el mundo que queremos ver después de la caída, el mundo que queremos ver mañana. Y tenemos que estar construyéndolo hoy en día.
Porque si llega, y cuando llegue ese colapso, si no estamos listos, si no estamos allí, dando imagen como que el mundo es nuestro para tomarlo, algún otro lo estará, y se convertirán en los dueños de nuestro universo.
Centrarnos en el mundo de mañana nos da una ventaja añadida, que es la misma ventaja que la Izquierda utópica ha disfrutado en los últimos años: la ventaja de tener un sentido de misión, de un propósito mayor.
No es un trabajo de 9 a 5 , donde una persona vive para el próximo fin de semana , para el próximo cheque de pago, arrastrado por la involución en el Kali-Yuga. Se trata del dominio sobre nuestras vidas, el dominio sobre nuestro destino, el dominio sobre nuestro pasado, presente y futuro.
El ser tradicional también nos da una ventaja que la izquierda no tiene al ser anti-tradición: la ventaja del sentido de pertenencia, de ser parte de una comunidad de personas con las que nos sentimos como en casa; de tener un hogar y una familia a la que siempre se puede volver; de tener un pasado y un futuro; de la vida con significado, porque somos parte de algo más grande que nosotros mismos, es atemporal y trascendente.
Con la izquierda una persona es siempre un sin hogar, siempre un extraño, siempre un átomo carente de significado en un mar de Formica, PVC, neón, poliéster y hormigón armado.
Una ventaja final es que la ciudadanía está harta.
Los individuos ahora al mando en la educación, en los medios de comunicación , en la política, han acumulado un récord tan estupendo de fracaso, han cometido tantos abusos, han mentido y robado tan descaradamente, que los contribuyentes serán receptivos a algo nuevo si lo que ven es algo viable.
Por el momento siguen poniendo a los mismos políticos con su voto en el poder, ya que no están impresionados por las alternativas. Están eligiendo la opción menos mala.
Así que no es como si no tuviéramos un montón de material para trabajar.
Observaciones finales
Me gustaría terminar esto subrayando las ideas clave que me gustaría recordarais al final de esta conferencia.
Si queréis ayudar a lograr un cambio fundamental, y participar activamente en el proceso, os pido que incorporéis en vuestro enfoque unos principios básicos:
Uno - pensar irracionalmente.
Los seres humanos tienen la capacidad de la razón, pero utilizan la razón de manera irracional.
A menudo tienen motivaciones irracionales, que racionalizan después de un acto. Pero esos actos son irracionales.
Así que para llegar a nuestros conciudadanos tenemos que entender sus motivaciones, y no irritarnos por ellas cuando difieran de las nuestras.
Hemos de anticipar sus necesidades para que podamos cumplir con ellas, anticipar sus temores para que podamos disiparlos, anticiparnos a sus deseos para que podamos cumplir con ellos. Sobre todo si son irracionales.
Dos - impresiona para informar, no informes para impresionar.
A menudo, una persona que escucha un discurso no presta atención a la mitad de lo que se dice, recuerda sólo una o dos frases, uno o dos conceptos. Y no por mucho tiempo .
Pero cuando hay un orador capaz, el oyente está casi siempre impresionado por la entrega, le gusta la energía, le gustan las emociones que despierta en él. Por lo tanto, le escucha.
A menudo comentamos sobre el orador, más que sobre lo que dijo.
Así que orientaos hacia causar impresión, causar efecto.
Las campañas de marketing y de comunicación no tienen que ver con la información.
Tienen que ver con obtener una reacción, inducir y mantener un estado de ánimo, abriendo la mente a una idea - entre personas que están sobrecargados de información, que no quieren que les molesten, que están envueltos en sus propias vidas.
Es por eso que las campañas de marketing y de comunicación pretenden ser icónicas.
Es por eso que reducen todo a un sonido, un eslogan, una imagen o una melodía que es contagiosa.
Los hechos son importantes, pero en esta etapa son subsidiarios, porque una mente permanece cerrada mientras el espíritu permanece impasible.
Tres - pensar en imágenes.
Ayuda a las personas a visualizar lo que estás ofreciendo. Una imagen vale más que mil palabras, y es mucho más fácil de recordar. Y es mucho más difícil argumentar en contra porque las imágenes tienen resonancia a nivel emocional y espiritual.
Cuatro - ser positivo.
Nadie quiere estar cerca de una persona que se queja todo el tiempo, que es siempre negativa, que siempre destila pesimismo. Los seres humanos responden al optimismo, porque quieren sentirse bien.
Y nuestra gente en Occidente está pidiendo a gritos un renacimiento. Así que sed positivos, y centraos en el futuro.
Se trata de allí de dónde venimos y hacia dónde vamos, no se trata de dónde estamos.
Cinco - disfrutar de la lucha.
Seréis más creativos, tendréis más energía, haréis que más gente se interese en vosotros, si os gusta lo que estáis haciendo.
Porque si te gusta lo que haces y eres bueno en ello, hace que sientas confianza en ti mismo, y proyectes seguridad en ti mismo. Y a todo el mundo le gusta eso.
Así que pensar irracionalmente, impresionar para informar, pensar en imágenes, ser positivo, y disfrutar de la lucha.
Muchas gracias.
Última edición: