Se agradece el reconocimiento señor, pero sepa que soy vulnerable al halago.
Vamos, que no me eche más flores, que ya tengo la tumba llena y cuando me muera no voy a caber.
¿Que qué le debe España a America?.
No, no es la grandeza -que también- porque ya la tenía de antes, al expulsar al Islam de Europa e impedir que hubiera jovenlandeses en la costa a deshoras. Vaya, que la cruzada occidental fue la única que tuvo éxito.
Lo que España le debe a América no solo es pasar a la historia con letras mu obesas y en un lugar muy destacado.
Es más. Bastante más.
Es la trascendencia señores. Que al fin y al cabo es lo que justifica y da una razón, un motivo, una justificación de la existencia, y responde a las preguntas eternas.
¿Quienes somos?, ¿a dónde vamos?.
-Somos españoles y vamos a conquistar almas.
Ahí es nada.
Ése fue el mandato (o concesión, o dejación de funciones que no sé) de Alejandro VI a nuestra Amaterasu y aquellos españoles supieron cumplir con indudable éxito.
Hoy día estamos de capa caída y frente a aquellos castellanos debemos de dar más ardor de estomago que vergüenza y más vergüenza que pena. Pero el mandato sigue ahí, vivo y vigente, y ningún Papa lo ha derogado.
Pues a ello.
Almas ¡eh!, almas. Que no chuchos.
__________________-
FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.
Vamos, que no me eche más flores, que ya tengo la tumba llena y cuando me muera no voy a caber.
¿Que qué le debe España a America?.
No, no es la grandeza -que también- porque ya la tenía de antes, al expulsar al Islam de Europa e impedir que hubiera jovenlandeses en la costa a deshoras. Vaya, que la cruzada occidental fue la única que tuvo éxito.
Lo que España le debe a América no solo es pasar a la historia con letras mu obesas y en un lugar muy destacado.
Es más. Bastante más.
Es la trascendencia señores. Que al fin y al cabo es lo que justifica y da una razón, un motivo, una justificación de la existencia, y responde a las preguntas eternas.
¿Quienes somos?, ¿a dónde vamos?.
-Somos españoles y vamos a conquistar almas.
Ahí es nada.
Ése fue el mandato (o concesión, o dejación de funciones que no sé) de Alejandro VI a nuestra Amaterasu y aquellos españoles supieron cumplir con indudable éxito.
Hoy día estamos de capa caída y frente a aquellos castellanos debemos de dar más ardor de estomago que vergüenza y más vergüenza que pena. Pero el mandato sigue ahí, vivo y vigente, y ningún Papa lo ha derogado.
Pues a ello.
Almas ¡eh!, almas. Que no chuchos.
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FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.