Parásito Alicantino
Madmaxista
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Querido Pedro: Me caí de niño en la marmita del druida de la política. Conocí a muchos amigos y adversarios de mi padre (él nunca utilizaba la palabra enemigo sino para referirse a ETA y Cía). A la generación del 78 la quiero y echo de menos: a los amigos (Javier Rúperez, Óscar Alzaga, Marcelino Oreja, Jaime García Añoveros, tantos) y a los adversarios (Alfonso Guerra, Santiago Carrillo, Julio Anguita, y tantos). Luego la cosa empeoró. Yo creí que cuando llegó Zapatero gracias al atentado del 11-M no se podía ir a peor. Y entonces llegaste tú, que de lo malo, en efecto, eres lo peor. A tu favor, 7.7 millones de votos y la ventaja de verse libre de escrúpulos y principios. También que no ocultes que eres marxista, a pesar de que el PSOE renunció al marxismo en el Congreso de 1979. El marxismo, la ideología que te une a mi ex cuñada Letizia, es cosa (RAE, acepciones 2, 3 y 4). Discúlpame que sea tan categórico pero he trabajado en los países del Este de la antigua Unión Soviética y aún hoy ves la impronta que en la mentalidad de la gente y en la estructura social dejó marcada esa peste. Uno puede tener una pareja marxista y convivir con ello porque el amor es más grande que la ideología. No me gusta el calificativo de "amantes" para referirse a la relación que tuvimos Letizia y yo, que algunos emplean. No cuando hablamos de años de amor consolidado, exclusividad, ilusiones y proyectos compartidos, del deseo mutuo de tener hijos y de envejecer dándonos la mano. Tú lo sabes porque supongo que algo habrá en los archivos que hayas visto. Pero no me quiero desviar. Esta es tu carta. España es el país que más pronunciamientos militares y guerras civiles ha tenido en los últimos siglos: en esto lideramos el mundo. Y el deber del gobernante español es unir a un pueblo que lleva en su ADN el gen cainita, el de la envidia y el de la mala leche. Por eso lo que has hecho y continúas haciendo no tiene perdón. Nadie le ha causado a España tanto daño en tan poco tiempo. En esto superas al peor de los Borbones, Fernando VII. O por ahí andas: el Felón reinó 20 años y tu vas camino de batirle porque ahora dos juntos más uno, o sea, tres, lo controláis todo. Cuando encerraste a la gente en casa por el el bichito y te dije que no era la forma de hacerlo en una entrevista en El Mundo (el TC me daría la razón años más tarde), a los tres meses recibí la visita de Hacienda. Ya sé que fue casualidad, ¡faltaría más! Tuvieron, como me consta que te consta, que cerrar la actuación con un acta de disculpa pues era obvio que yo había dejado de residir en España desde hacía más de dos décadas. Sé que lo que digan de ti, te da lo mismo. Y esa es la actitud. Sonreirás leyendo estas líneas. Pero ahora te diré algo que te la va dejar congelada, la sonrisa digo: tú también pasarás y acabarás mal. Vivirás la mayor parte de tu vida escondido, atemorizado de que la generación siguiente te exija responsabilidades, fuera de palacio, adiós a las fuentes y jardines y a los cocineros y criados y a los aviones privados y a la adulación y a los regalos y al eres un estadista y un tío grande, en fin, adiós a lo único que amas con adoración. Andarás sonámbulo por las noches en el pasillo de tu apartamento buscando el extraordinario poder que perdiste porque no hay mal que cien años dure. Cruzaste la única línea roja: ETA y Cía. Yo del resto no entiendo ni quiero. Hay mil personas a las que le robaron la vida que pudieron haber sido tus hijas, tu mujer, tus amigos. Eres un perversos (RAE, acepción 3) jovenlandesal. Ahora ríes, mañana llorarás como un pusilánime y si Dios me da vida para verlo brindaré y te olvidaré. Los españoles merecen algo mejor que tú (mejor que ella, mejor que él). Incluso los 7.7 millones que te otorgaron su confianza. Me caí en la marmita. Guarda esta carta profética. Un día la leerás cuando despiertes tras deambular por el pasillo buscando aquel sol que se fue.