manuelp
Madmaxista
- Desde
- 26 Feb 2014
- Mensajes
- 906
- Reputación
- 1.179
El historiador británico Robin G. Collingwood citó en su notable libro "Idea de la Historia" lo que escribió Hegel en su no tan notable libro "Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal" :
la lección práctica que contiene la historia es que nadie aprende nada de la historia.
Ahora vemos resurgir cosas que parecían definitivamente dejadas atrás como escribe Gregorio Morán en su artículo de ayer.
Nuestro mundo ha cambiado, frase eufemística para decir que nuestro mundo está hecho una cosa y que los poderosos vuelven a tener el aire del siglo XVIII, resumido en la amante de Luis XVI en vísperas de la Revolución: “Si no tienen pan, por qué no comen rosquillas”. Incluso en aquel tiempo había dónde esconderse, aunque fuera discretamente, pero que Snowden tuviera que escapar a Rusia porque ninguno de los países democráticos que el viejo George Orwell consideraba su referente lo acogiera, y que al final tras múltiples peripecias tuviera que asentarse en el lugar-símbolo de todo lo que detestaba Orwell, esa es la paradoja más asombrosa que un analista, o un ciudadano, no digamos un demócrata, hubiera podido imaginar.
La profecía de Orwell era yanqui, de Gregorio Morán en La Vanguardia - Caffe Reggio
la lección práctica que contiene la historia es que nadie aprende nada de la historia.
Ahora vemos resurgir cosas que parecían definitivamente dejadas atrás como escribe Gregorio Morán en su artículo de ayer.
Nuestro mundo ha cambiado, frase eufemística para decir que nuestro mundo está hecho una cosa y que los poderosos vuelven a tener el aire del siglo XVIII, resumido en la amante de Luis XVI en vísperas de la Revolución: “Si no tienen pan, por qué no comen rosquillas”. Incluso en aquel tiempo había dónde esconderse, aunque fuera discretamente, pero que Snowden tuviera que escapar a Rusia porque ninguno de los países democráticos que el viejo George Orwell consideraba su referente lo acogiera, y que al final tras múltiples peripecias tuviera que asentarse en el lugar-símbolo de todo lo que detestaba Orwell, esa es la paradoja más asombrosa que un analista, o un ciudadano, no digamos un demócrata, hubiera podido imaginar.
La profecía de Orwell era yanqui, de Gregorio Morán en La Vanguardia - Caffe Reggio