Lección de vida (Entrevista a Vicent Martí, labrador agoecológico en l’Horta de Valencia)

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behind the musgo
Bueno, lo pongo aquí en consumo responsable, aunque el tema es tanto político como económico.
Salud.

Sobre l’Horta de Valencia pueden mostrarse varias fotografías. La primera, con los efectos del nuevo Plan General de la capital, impulsado por el PP, que plantea la reclasificación de 415 hectáreas de huerta para la construcción de miles de viviendas, infraestructuras, rotondas, zonas industriales, vías de circunvalación y centros comerciales. Otra imagen posible es la de labradores como Vicent Martí -de 62 años, dedicado a la agricultura ecológica desde hace 35- a quien su progenitora le enseñó que la tierra es “sagrada”. Rechaza la agricultura con químicos, que califica de “agroterrorismo”.
Puede uno leer, ir a la universidad o hacer un master en agroecología, pero Vicent Martí aprendió la “cultura ancestral” de la tierra de sus padres y abuelos, también labradores. “La tierra es una emoción; si la cuidas, ella te devolverá los cuidados”, afirma. Y es también “el sonido que descubres al arar con un animal”, algo que no permiten apreciar las nuevas tecnologías. Entiende su oficio como una religión. Vicent Martí participa en el colectivo Per l’Horta, ha tomado parte en una huelga de hambre contra la destrucción del barrio del Cabanyal, se ha enfrentado a las máquinas y la policía por la construcción de la Ronda Norte de Valencia, en plena zona de huerta; y fue a juicio por irrumpir en el Ayuntamiento de Alboraya, para denunciar proyectos especulativos que afectaban a terrenos de huerta fértil.

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-A los 17 años tenías claro que ibas a dedicarte a la tierra, y a los 28 optaste definitivamente por la agricultura ecológica. ¿De dónde te viene este apego a la era?

De la familia. Mis padres y abuelos se dedicaban todos al campo. Y claro, dedicarme a la agricultura es algo que me llega de una manera totalmente natural. A los 17-18 años me di cuenta de que mi lugar en la vida estaba en el campo. También trabajé, cuando dejé el colegio, en un taller de carpintería y un almacén. Pero pienso que el hombre trata de esclavizar al hombre. Ante la falta de libertad, como yo había “mamado” la tierra, y visto cómo mi familia se desarrollaba laborando la huerta, observé que dentro de su pobreza había libertad. Cuando trabajaba para otro me encontraba mal, cohibido. El sábado estaba muy contento pero el domingo sentía mucha angustia. Decidí entonces dedicarme a la tierra y, a los 28 años, empecé por mi cuenta en l’Horta de Campanar, en unas tierras que alquilé y que por cierto hoy están llenas de cemento. Al dar ese paso, me di cuenta de que todo lo que había aprendido era muy importante, un conocimiento ancestral que mi familia me tras*mitió.

-¿Cómo llegas a la agricultura ecológica?

Yo “mamo” la agricultura tradicional, que es la que desarrollaban mis antepasados. Pero después me encuentro con la agricultura química o convencional, que es lo que yo llamo “agroterrorismo”. Durante cinco o seis años me dediqué a esas prácticas (al empezar en l’Horta de Campanar), pero lo cierto es que hubo un proceso de toma de conciencia. Lo realmente útil, además de estudiar, es lo que me enseñaron el abuelo, el padre y la progenitora. Ese conocimiento era el de los antepasados, que ya habían muerto pero que estaban vivos, y es lo que me hizo ser fuerte ante circunstancias muy duras. Porque ahora la cosa está muy clara, pero hablamos de hace 30 años o más, cuando no había gente que practicara una agricultura sostenible y ecológica. A los labradores los manipularon. Se dio todo un proceso por el que las multinacionales anularon el conocimiento de los labradores e implantaron su negocio. Recuerdo que me envenené dos veces con los productos que utilizaba. Al final, insisto, lo que realmente te sirve son los conocimientos que te tras*mite tu familia, que tienen una fuerza tan grande que te llegan al alma. Y eso es indestructible.

-¿En qué consistían esos conocimientos “ancestrales” que te tras*mitieron tus familiares?

Lo más básico me lo enseñó mi progenitora: “la tierra es sagrada”. A partir de ese respeto por la tierra, los demás conocimientos uno los va asimilando. Lo que algunos creen que es un sacrificio, realmente no lo es. Me enseñaron a labrar con un animal, las rotaciones, las acequias, los setos que albergaban la fauna, el equilibrio del agroecosistema… Pero a partir de la “Revolución Verde” se cimentan las acequias, se anula el conocimiento tradicional y hacen que el labrador se ensucie las manos con productos químicos. Hoy trato de hacer una agricultura como creo que hay que hacerla. Porque una cosa ha de quedar clara: hablamos de “agri-cultura”. Lo contrario no lo es: se trata de “terrorismo”. Multinacionales como Bayer o Monsanto dan el pasaporte todos los días un poco a la gente en el plato de la comida y en el medio ambiente. Y la cosa es tan sutil, que está permitida por los estados y los gobiernos, que también son “terroristas”. Lo digo y lo mantengo: el gobierno español, cuando consiente importar los productos tras*génicos, incurre en “terrorismo de estado”. Ya lo decían los griegos hace 2.500 años: “Somos los que comemos”. Hoy está vigente.

-¿Cómo explicas los planes “desarrollistas” del Ayuntamiento de Valencia sobre una huerta que podría actuar como reserva alimentaria para la ciudad y su área metropolitana (1,5 millones de habitantes)?

Hay una “mafia” entre constructores y ayuntamientos, que se da en casi todos los municipios y en casi todos los partidos políticos. Valencia se va extendiendo como una gota de aceite a costa de l’Horta. Pero esto viene de lejos: la destrucción de l’Horta de la Punta, el Pouet de Campanar… Antes aún, en los años 60, con el “desarrollismo” franquista. Al final estamos hablando de un negocio de cuatro, que consideran que la capital ha de crecer, pero no es así, porque hay miles de pisos vacíos.

-¿Por qué no se produce una significativa reacción popular?

La sociedad valenciana está absorbida por el capitalismo, o por el “mal socialismo”. Y como en la escuela no se enseña el valor de la cultura, entonces no le importa la desaparición de l’Horta. Es increíble que una ciudad como Valencia, de 800.000 habitantes, con una huerta como no hay otra en el mundo (en calidad y grandeza), permita que desaparezca. Y es también el asesinato a la cultura de un país. Si esto no se para rápidamente, l’Horta desaparecerá. Además, no se puede humillar tanto al labrador. La construcción de la Universidad Politécnica en medio de l’Horta es un atraco a mano armada, porque allí estaban las alquerías y las tierras. Era un suelo de muchísima calidad, muy fértil y que tarda muchos siglos en formarse. Ahora, con el nuevo Plan General, pretenden ampliar el Campus. Hablamos mucho de la cultura maya y de otras africanas o de América Latina… Pero lo único que queremos los labradores es poder cultivar la tierra de una manera sostenible, agroecológica, para dar a la gente salud y vitalidad. Y así, cuando nos vayamos al otro mundo, poder estar tranquilos y a gusto.

-¿Albergas esperanzas de que se valore debidamente este patrimonio cultural, paisajístico y reserva de alimentos?

Viajé a Cuba hace unos años en pleno “periodo especial”, después de la caída de la URSS. Si no se dio en la isla una crisis con hambrunas y miseria, fue porque la gente en casa cultivaba la tierra. O también organizaba cooperativas. La gente era pobre, pero no perversos. Y respondo a tu pregunta. Esa experiencia me sirvió de mucho para darme cuenta del potencial que existía en l’horta de Valencia. La crisis que estaba sucediendo en Cuba podría ocurrir en cualquier otro país del mundo. Yo lo comparo con un hijo que se va de casa y está varios años sin desaparecer. Pero cuando retorna, la progenitora lo acoge. Con la tierra pasa lo mismo. Cuando hay un problema tan grave como el actual, con la crisis en todo el mundo, si vuelves a la tierra ésta te acoge y te da de comer, satisfacción y alegría. La conclusión es que en años de abundancia no hay que abandonar la tierra, sino permanecer en ella.

-¿Qué importancia otorgas a la agricultura de proximidad, con productos locales y de temporada, como modelo alternativo al del agronegocio y las grandes superficies?

Si una ciudad (del tamaño que sea) o un pueblo es más sostenible que otro, es porque muy cerca hay un terreno del que se puede alimentar. Es algo totalmente de sentido común. No es de izquierdas ni de derechas, y sobre todo cuando parece que el petróleo tiene los años contados. Así pues, parece lógico que cualquier pueblo con un poco de autoestima produzca los alimentos cerca de su territorio. Y esa es la capacidad que tiene l’Horta de Valencia: tiene potencial para dar de comer a toda la ciudad, sin comprar prácticamente nada de fuera. A eso se le llama “autogestión”. Y para eso, reitero, lo que hace falta es que no se humille al labrador y le enseñen a practicar la agroecología.

-¿Es posible que el labrador viva hoy de la tierra?

Es posible si se le compra el producto. Y si las grandes multinacionales desaparecen. Lo que ocurre es que nos han quitado la capacidad, que antes teníamos, de tener a nuestra disposición los mercados municipales, a los que dábamos suministro. Y se sacaba dinero para poder vivir, por supuesto que sí. Pero como no puedas vender tu producto… Es como si tu periódico no lo compra nadie. Además, las cadenas de distribución tendrían que desaparecer, o por lo menos establecer unos límites. Mira el polígono industrial que tenemos ahí delante… Antes era un arrozal y lo convirtieron en una zona industrial que ahora tiene la mitad de las fábricas cerradas. Quiero decir que el territorio hay que ordenarlo en función de una economía ecológica. Y no, que es lo que se hace, desvincular a la gente de la tierra y meterla en factorías. Así, en la siguiente generación nadie se acuerda de que viene de la tierra.

-¿Qué diferencias destacarías entre los agricultores veteranos y las generaciones jóvenes de labradores?

Creo que hay de todo. Pero la tendencia en los jóvenes es un mayor uso de la tecnología, porque han vivido en un mundo diferente. Pero ocurre que cuando labras la tierra con un animal, puedes escuchar el sonido de la reja del arado… Es lo mismo que cuando bailo tango, o cuando escuchas la música desde dentro de ti, sin estar pendiente. Sientes entonces que algo se menea por dentro. El que no ha labrado es muy difícil que sienta esto. Es decir, cuando todo es tecnología, pues falta algo. ¿Estamos en contra de la tecnología bien utilizada? Pues no. El problema que podemos encontrar en la tecnología es que perdamos el origen. Y entonces el ser humano pierde también el sentido de la vida. Es como si bailáramos sin música. No tendría sentido, por muy bien que danzáramos o hiciéramos las figuras. Si no siguiéramos el ritmo, con el sentimiento y la emoción, eso no serviría de nada. Pues de algún modo, podemos hacer la comparación. Necesitamos saber la música, sentirla, saber interpretar…

-¿Son buenas las prisas para el trabajador de la tierra?

No. No hay que tener prisas. Es cierto que a veces hay que despabilar, porque así es la meteorología. Pero no hay que tener prisa, sino sosiego. Que vengas tú y pueda dedicarte un tiempo… Por eso yo, aunque trabaje 20 horas al día, no me siento un esclavo.

-¿No te consideras un siervo del tiempo en su sentido capitalista?

Procuro no serlo. Si me preguntas, ¿totalmente? Pues no. Sé dónde estoy y dónde vivo. Todos participamos de algún modo en la porquería del capitalismo. Pero si no me sintiera libre, como te decía, no podría aguantar todos los días 10,15 y 20 horas de trabajo.

-¿La tierra es una vocación? ¿Podrías dedicarte a otra cosa?

Sí, es una vocación. Totalmente. Podría dedicarme a bailar. Sabiendo lo que sé ahora, soy un bicho que necesita tener emociones. Y la música es una emoción. Nunca antes, hasta hace cinco o seis años, había escuchado la música. Entonces empecé a bailar tango y se despertaron muchas emociones. Yo era una persona absolutamente arrítmica, pero poco a poco no puedo dejar ya el ritmo. Pues la vida es igual.

-¿Qué te dice el tango?

Es también una vocación, como la tierra. Lo podría bailar mejor o peor, pero el tango hay que sentirlo. Escuchar la música, sumergirte en la letra, en el sentimiento. Esto se traslada totalmente a la tierra. La tierra es emoción, sentimiento… Si quieres a la tierra y la cuidas, ella siempre cuidará de ti. Es fundamental. Mi padre, cuando ya era muy mayor, se lo dijo a mi hermana: “Cuida de la tierra, que ella cuidará de ti”. Y es cierto, es real.

-Por último, decías que la tierra es “sagrada”. ¿Consideras que el labrador abraza una religión?

Cuando me preguntan si soy creyente, yo pregunto respecto a qué. Soy creyente respecto a la profundidad de lo sagrado. Y para mí, lo sagrado es la religión y otras cosas. Pero no la religión que me han enseñado en la escuela. Ésa es una mentira: un montaje de la iglesia. Yo me refiero a la profundidad y el sentimiento, y eso es precisamente lo que mi progenitora me enseñó. Darle al otro lo mejor de lo que tú hagas y también dártelo a ti mismo. Que el lugar donde tu vives esté “intocable”. No quiero decir, ni mucho menos, que todo el mundo se tenga que dedicar a la tierra. Es algo más profundo. Lo mismo vale si uno es carpintero, ebanista, médico, periodista o fontanero. Si uno desempeña su oficio con dignidad, eso será sagrado. Es tu religión, tu realidad y tu compromiso con la vida. ¿Y para qué sirve? Para cuando te vayas a morir, estés más tranquilo. Y eso ya es mucho.
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Bueno, lo pongo aquí en consumo responsable, aunque el tema es tanto político como económico.
Salud.

Sobre l’Horta de Valencia pueden mostrarse varias fotografías. La primera, con los efectos del nuevo Plan General de la capital, impulsado por el PP, que plantea la reclasificación de 415 hectáreas de huerta para la construcción de miles de viviendas, infraestructuras, rotondas, zonas industriales, vías de circunvalación y centros comerciales. Otra imagen posible es la de labradores como Vicent Martí -de 62 años, dedicado a la agricultura ecológica desde hace 35- a quien su progenitora le enseñó que la tierra es “sagrada”. Rechaza la agricultura con químicos, que califica de “agroterrorismo”.
Puede uno leer, ir a la universidad o hacer un master en agroecología, pero Vicent Martí aprendió la “cultura ancestral” de la tierra de sus padres y abuelos, también labradores. “La tierra es una emoción; si la cuidas, ella te devolverá los cuidados”, afirma. Y es también “el sonido que descubres al arar con un animal”, algo que no permiten apreciar las nuevas tecnologías. Entiende su oficio como una religión. Vicent Martí participa en el colectivo Per l’Horta, ha tomado parte en una huelga de hambre contra la destrucción del barrio del Cabanyal, se ha enfrentado a las máquinas y la policía por la construcción de la Ronda Norte de Valencia, en plena zona de huerta; y fue a juicio por irrumpir en el Ayuntamiento de Alboraya, para denunciar proyectos especulativos que afectaban a terrenos de huerta fértil.

La cultura ancestral es uno de los mayores atentados ecologicos que existenn en el mundo. Logicamente no voy a leer la entrevista si la carta de presentacion refleja tamaño payasada.
 
La cultura ancestral es uno de los mayores atentados ecologicos que existenn en el mundo. Logicamente no voy a leer la entrevista si la carta de presentacion refleja tamaño payasada.

Si no ha leído nada como va a opinar, pequeño padawan.
De momento se queda como un argumento sin fondo. Explicase, por fa.
 
¿Por qué lo dice?

Porque es la fruta verdad. Nuestros abuelos no eran mas respetuosos... simplemente eran menos y tenian menos tractores, menos pesticidad, menos todoterrenos y menos variedades (de hecho nosotros somos los que heos sacado del hoyo variedades tradicionales que ellos ya descartaron... simplemente por ser menos productivas que otras de fuera, puedes buscar temas de vides o de variedades porcinas para verlo).

Si por nuestros ancestros fuera, hoy el medio ambiente seria una sucesion de jardines hiperexplotados y con carreteras asfaltadas cada 200 metros que cruzarian todo el talantico hasta la mismisima base del cerro autana.

Cuando los gobiernos de este pais se han gastado dinerales en promocionar y recuperar variedades autoctonas no es sino porque nuestros puñeteros ancestros le dieron de un lado al gocho celta o al lechón iberico (salvado bastante in extremis) para criar cerdos ocmo el duroc que son mas productivos en canal.

Ojo, ahora te viene todo el mundo diciendo que ellos tenian cerdos ibericos y que sus abuelos eran la platano pero miras las fotos a las que acceden y te encuentras mucho cruce y mucho lechón blanco. Los portugueses lo hicieron algo mejor....

---------- Post added 15-feb-2015 at 00:57 ----------

Si no ha leído nada como va a opinar.
De momento se queda como un argumento sin fondo. Explicase, por fa.

Me sobra con la introduccion, ahora bien, me lo voy a leer y te dire con un 0/10-10/10 que porcentaje de acierto encuentro
 
Porque es la fruta verdad. Nuestros abuelos no eran mas respetuosos... simplemente eran menos y tenian menos tractores, menos pesticidad, menos todoterrenos y menos variedades (de hecho nosotros somos los que heos sacado del hoyo variedades tradicionales que ellos ya descartaron... simplemente por ser menos productivas que otras de fuera, puedes buscar temas de vides o de variedades porcinas para verlo).

Si por nuestros ancestros fuera, hoy el medio ambiente seria una sucesion de jardines hiperexplotados y con carreteras asfaltadas cada 200 metros que cruzarian todo el talantico hasta la mismisima base del cerro autana.

Cuando los gobiernos de este pais se han gastado dinerales en promocionar y recuperar variedades autoctonas no es sino porque nuestros puñeteros ancestros le dieron de un lado al gocho celta o al lechón iberico (salvado bastante in extremis) para criar cerdos ocmo el duroc que son mas productivos en canal.

Ojo, ahora te viene todo el mundo diciendo que ellos tenian cerdos ibericos y que sus abuelos eran la platano pero miras las fotos a las que acceden y te encuentras mucho cruce y mucho lechón blanco. Los portugueses lo hicieron algo mejor....

---------- Post added 15-feb-2015 at 00:57 ----------



Me sobra con la introduccion, ahora bien, me lo voy a leer y te dire con un 0/10-10/10 que porcentaje de acierto encuentro

Has venido a trolear o te expresas así?
 
Has venido a trolear o te expresas así?

Voy despacito... encima menciona cuba, don de el daño al medio ambiente que ha traido la revolucion no lo cuestionan ni ellos, y aunque conozco por trabajo la acuicultura cubana, tambien conozco otros usos del medio; introduciendo especies invasoras a cualquier precio... hay demasiada tonteria y muy poca verdad en lo que dice ese señor
 
Has venido a trolear o te expresas así?

La valoración me importa poco, solo soy el mensajero. ¿Tiene algo mas de aportar.?

Si, pedir a la gente que tenga un minimo de interes o concencia medioambiental que consuma productos de invernadero. Algunos estamos hasta los mismisimos huevones de que se destruyan en este pais miles de hectareas de ecosistemas naturales para crear cultivos de baja productividad que llevan la pegatina de ecologico, cuando el impacto ambiental de el cultivo intensivo es muchisimo menor.
Ecologico? mis huevones....
 
Si, pedir a la gente que tenga un minimo de interes o concencia medioambiental que consuma productos de invernadero. Algunos estamos hasta los mismisimos huevones de que se destruyan en este pais miles de hectareas de ecosistemas naturales para crear cultivos de baja productividad que llevan la pegatina de ecologico, cuando el impacto ambiental de el cultivo intensivo es muchisimo menor.
Ecologico? mis huevones....

Productos de invernadero? Y en verano?

Parece que has venido de trolear de verdad, por defender el cultivo intensivo que encima tiene menos impacto medioambiental? Estamos apañados.

Boa Noite.
 
Última edición:
Productos de invernadero? Y en verano?

Parece que has venido de trolear de verdad, por defender el cultivo intensivo que encima tiene menos impacto medioambiental? Estamos apañados.

Boa Noite.

Ahora decir la verdad es trollear? Pues bienvenido sea ser un troll, se esta mas agusto con la camisa de troll que defendiendo la destruccion del medio ambiente bajo una camiseta verde y sin argumento alguno a la vista.
 
Pues la verdad es que el señor agricultor tiene toda la razón, pero por desgracia el poder de las multinacionales es muy rellenito.
Tienen dinero para comprar sobradamente periodistas, medios de comunicación, comunitys como el que seguramente está infectando este hilo tan bonito...
en verdad el uso de químicos en la agricultura es seguramente la raíz de enfermedades actuales.
Daría mucho que hablar este hilo, pero como estamos mucha gente hace tiempo metida en el sector servivios pues no podemos valorar las palabras del sabio agricultor.
Personalmente valoro mucho las verduras frescas y productos frescos.
Abajo las multinacionales asesinas y abajo los trolls por mucha panoja que ganen.
La verdad es la verdad.;);)
 
Ahora decir la verdad es trollear? Pues bienvenido sea ser un troll, se esta mas agusto con la camisa de troll que defendiendo la destruccion del medio ambiente bajo una camiseta verde y sin argumento alguno a la vista.

Argumento a la vista, la producción convencional, donde se usan químicos de síntesis, que irremediablemente pasan a la cadena alimentaria, a medio y largo plazo generan enfermedades que necesitan ser tratadas. También genera déficit (por la menor calidad nutritiva de los alimentos obtenidos mediante procesos intensivos) de vitaminas que han de ser paliados con complementos cuando se detecta. Dichos tratamientos y complementos (como también los fertilizantes basados en petroleo, gas natural etc...) no salen de la generosidad de Dios, sino de los recursos de la tierra (y generalmente vienen de lejos), por lo tanto, contabiliza eso en tu cuenta de destrucción del medio que parece tanto amas.

Además, contabiliza también la contaminación química de las aguas subterráneas, del propio suelo y entorno, que aunque fuera menor la superficie para obtener mayor rendimiento frente a un sistema de cultivo ecológico (que no siempre es así), esa contaminación, no se limita al terruño que se explota.

Si incluimos todo el proceso completo, creo que tus cuentas no son mejores que las del entrevistado. Y a todo esto incluiré un comentario personal. Una de las cosas más antisostenibles que ha producido el hombre, es la agricultura/ganadería intensiva, que ha permitido la expansión humana a niveles de plaga y donde el daño colateral es inmenso. No es mejor producir más, es mejor producir lo necesario y de calidad, lo equilibrado con el sistema natural y sus posibilidades, pero claro, jugando a ser dioses, se nos ha acabado la inmunidad y ahora pagamos las consecuencias de un progreso tan mal entendido como el que sólo la mayoría se atreve a defender. Pero claro, las mayorías se basan en opiniones, otros, los menos, buscan la verdad y vivir en consecuencia al conocimiento obtenido de ella.
 
Valencia tiene un atractivo y es que donde termina empieza la huerta.
Yo vivía en Mislata y bajaba ala huerta a 200m a comprar naranjas a un agricultor que las vendía a 50c Kg.
En Alboraya lo mismo, en el sur, los arrozales camino de Pinedo.
Solo verlos ya te entraba alegría, la misma que si ves un puñetero polígono industrial como en Madrid que no hay otra cosa.
 
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