¿Le gusta a alguien la poesía o es cosa de gaies de hace siglos?

Las hay graciosas, hombre... Cuelgo un par de Quevedo con dos temas que salen constantemente en el foro...

De pilinguis

fruto es el hombre que de pilinguis fía,
y fruto el que sus gustos apetece;
fruto es el estipendio que se ofrece
en pago de su fruta compañía.

fruto es el gusto, y fruta la alegría
que el rato frutaril nos encarece;
y yo diré que es fruto a quien parece
que no sois fruta vos, señora mía.

Mas llámenme a mí fruto enamorado,
si al cabo para fruta no os dejare;
y como fruto muera yo quemado

si de otras tales pilinguis me pagare,
porque las pilinguis graves son costosas,
y las pilinguillas viles, afrentosas.



De cuernos

Cuando tu progenitora te parió cornudo,
fue tu planeta un cuerno de la luna;
de madera de cuernos fue tu cuna,
y el castillejo un cuerno muy agudo.

Gastaste en dijes cuernos a menudo;
la leche que mamaste era cabruna;
diote un cuerno por armas la Fortuna
y un toro en el remate de tu escudo.

Hecho un corral de cuernos te contemplo;
cuernos pisas con pies de cornería;
a la mañana un cuerno te saluda.

Los cornudos en ti tienen un templo.
Pues, cornudo de ti, ¿donde caminas
con una estrella tan cornuda?

Dentro del mundo de la poesía no habrá nunca nadie como Quevedo, con ese absoluto dominio insuperable del español.

Y eso que estos poemas no valen ni una milésima parte de lo que el tío llegó a parir.

Un genio (y dificil de leer).
 
Yo de adolescente me interesé por la poesía como una cosa nueva y curiosa, el juego de las rimas, las paráfrasis y analogías sorprendentes, la musicalidad. Luego me pareció ridícula e insustancial, prefiriendo la prosa y la novela, que planteaban una tesis coherente y más concisa, más pragmática. Ahora, en la vejez, sé apreciar la poesía por primera vez y me parece fascinante. Entiendo por qué, en el pasado, los poetas eran tan respetados y considerados cuasi demiurgos.
 
Yo de adolescente me interesé por la poesía como una cosa nueva y curiosa, el juego de las rimas, las paráfrasis y analogías sorprendentes, la musicalidad. Luego me pareció ridícula e insustancial, prefiriendo la prosa y la novela, que planteaban una tesis coherente y más concisa, más pragmática. Ahora, en la vejez, sé apreciar la poesía por primera vez y me parece fascinante. Entiendo por qué, en el pasado, los poetas eran tan respetados y considerados cuasi demiurgos.
¿Por qué? ¿Podrías explicarlo?
Gracias de antemano
 
¿Por qué? ¿Podrías explicarlo?
Gracias de antemano

Creo que la edad y ciertas condiciones de vida, como mucho tiempo libre para ti mismo, es esencial para entenderla. Cuando asumes que la vida no tiene propósito alguno -y esto es algo que tardas bastante en descubrir, una vez sales de la carrera de la rata-, es cuando la distracción cobra un sentido trascendente. La novela es propósito, destino y consecuencia; la poesía en cambio es distracción, el deleite de la mente liberada y sin propósito, que simplente juega con los pensamientos.

No se puede leer como se lee la prosa, de una sentada, queriendo llegar a alguna parte, a la resolución del conflicto. Hay que leerla muy lentamente, en un estado meditativo. Una frase. Volverla a leerla, saborearla, interiorizarla. Poco a poco entras en ese ritmo lento y misterioso de significados arcanos. Yo diría que, si con la prosa lo importante es llegar el final de la trama cuanto antes, para revelarla, con la poesía paseas disfrutando del viaje, sin importante llegar a ninguna parte, consciente de que no hay ningún objetivo, que todo consiste en contemplar pacientemente las flores y piedras que tienes a tu alrededor, en las que no te habías fijado nunca, y empezar a verlas con una luz distinta.

Una vez fui al bosque solo y en un instante arrebatado, comprendí que todos los árboles que me rodeaban, que hasta entonces percibía como objetos materiales muertos, en realidad eran seres vivos que me estaban percibiendo a mí. Me sentí rodeado, observado por una masa de ojos invisibles, empequeñecido y atemorizado por su número y superioridad espiritual. Pues esa misma sensación tengo ahora ante ciertos conjuntos de palabras.

Por ejemplo, ante éste poema de Aleixandre, que antes me parecía pesado y anodino, y ahora aprecio tanto, tan sugestivo:

ADOLESCENCIA

Vinieras y te fueras dulcemente,
de otro camino
a otro camino. Verte,
y ya otra vez no verte.
Pasar por un puente a otro puente.
El pie breve,
la luz vencida alegre.

Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje
fluir, desvanecerse.

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Otro poeta que me tiene deslumbrado es Leopoldo María Panero.


AMANECER SOBRE LA TUMBA

En la playa de la noche
mostraba mis ojos a las sirenas
que jugaban impunemente con mi miembro viril
con el falo que en el lecho maloliente
deshacen los sueños y cae la piedra
del pensamiento al suelo.

"...deshacen los sueños y cae la piedra del pensamiento al suelo". Brutal.


PATA DE MONO

De lo neցro sale el poema
de los pozos del alma inconfesables.
Y la virgen acaricia la cruz
con dedos húmedos de excremento
y es como si un espectro terrible yaciera
aún entre mis dedos
que escriben la página.

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Si entras en el juego, es posible estar horas maravillándote de estos conjuntos de palabras que, como hechizos, capturan tu mente.
 
Última edición:
Socio, lo mejor de la Ilíada es Diomedes que todo lo hace por obtener gran gloria y se comporta como macho puro y los mejores fragmentos del poema son suyos.
 
Morir soñando

Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la fin es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.

Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?

¿Soñar la fin no es apiolar el sueño?
¿Vivir el sueño no es apiolar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:

¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?

Impresionante soneto.
 
Me sorprende lo inadvertida que ha pasado la faceta poética de Miguel de Unamuno. Muchos se habla de sus novelas, de su aportación al existencialismo, etc, y nada de su poesía cuando es una de las mejores del siglo XX en español:

Morir soñando

Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la fin es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.

Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?

¿Soñar la fin no es apiolar el sueño?
¿Vivir el sueño no es apiolar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:

¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?

Nuestro secreto

No me preguntes más, es mi secreto,
secreto para mí terrible y santo;
ante él me velo con un neցro manto
de luto de piedad; no rompo el seto

que cierra su recinto, me someto
de mi vida al misterio, el desencanto
huyendo del saber y a Dios levanto
con mis ojos mi pecho siempre inquieto.

Hay del alma en el fondo oscura sima
y en ella hay un fatídico recodo
que es nefando franquear; allá en la cima

brilla el sol que hace polvo al sucio lodo;
alza los ojos y tu pecho anima;
conócete, mortal, mas no del todo.

En horas de insomnio

Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.

No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta guandoca por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.

Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.

He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy me extraño
a mí mismo y descubro no vivía.

Dolor común

Cállate, corazón, son tus pesares
de los que no deben decirse, deja
se pudran en tu seno; si te aqueja
un dolor de ti solo no acíbares

a los demás la paz de sus hogares
con importuno grito. Esa tu queja,
siendo egoísta como es, refleja
tu vanidad no más. Nunca separes

tu dolor del común dolor humano,
busca el íntimo aquel en que radica
la hermandad que te liga con tu hermano,

el que agranda la mente y no la achica;
solitario y carnal es siempre vano;
sólo el dolor común nos santifica.

Decía Khali Gibral, si mal no recuerdo, que "La vida era un sueño, y la fin es el despertar de ese sueño."
 
La poesía es solo para hombres con grandes capacidades de intelecto y emoción. El resto, simplemente, no está a la altura.
 
Decía Khali Gibral, si mal no recuerdo, que "La vida era un sueño, y la fin es el despertar de ese sueño."
Leí su librito de cuentos cortos El loco cuando era más joven y me impactó profundamente. Son parábolas que te tocan hondo y a poco que seas sensible te obligan a replegarte sobre ti mismo en pose de reflexión. Te acercan a la eternidad en pequeñas dosis.
 
Somos los mejores de la Tierra,
los que aprendimos nuestra lección aquí.
La vida es nuestro grito,
¡Hemos mantenido la fe!

Y exclamamos
"Con paso decidido descenderemos,
coronados de rosas en la oscuridad"…
Orgullosos estábamos,
Y río, pues tenía cosas tan valientes y sinceras qué decir.
Y de repente lloraste y te alejaste.


Fragmento de The Hill, de Rupert Brooke, lo mejor que lo recuerdo pues me la sé de memoria en inglés británico y no en espanol. La poesía épica es mi favorita, aunque también los clásicos latinos que se escuchan recitar casi intactas y tal cual se recitaban en el Senado y en los salones imperiales de la vecchia Roma.

 
A mí me gusta la de Fray Luis de León, la descansada vida:

VIDA RETIRADA
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal rüido,
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio jovenlandés, en jaspes sustentado.
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
su lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado?
¿si en busca deste viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh río,
oh secreto seguro deleitoso!
Roto casi el navío
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre, quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas sin testigo,
libre de amor de celo,
de repruebo, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido:
los árboles menea
con un manso rüido,
que del oro y del cetro pone olvido.
Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el Cierzo y el Abregó porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras perversos-
mente se están los otros abrasando
con sed insaciable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de hiedra y luto eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce acordado
del plectro sabiamente meneado.
 
La poesía de la calle hermano
el jincho ya tu sabe
 
La verdad es como la poesía. Y la mayoría de la gente fruto odia la poesía.

Oído por el director de The Big Short en un bar de Washington.​

Las épocas y naciones degeneradas odian la poesía. Que viene del griego poiesis, creación. El poeta es alguien tocado por la mano del Creador, y por tanto tiene algo de divino que asquea a lo satánico. Pretendemos vencer o cooptar a países donde aún se lee y se escribe poesía, y donde como en Turquía un tío puede llegar a máxima autoridad del Estado teniendo como carrera profesional... Recitar poemas. No nos queda nada que tragar...

Han mencionado a los grandes. Lope, Quevedo, Fray Luis, mujercita. Cualquier país decente sacrificaría mucho por tener a uno solo de esos. Y nosotros los tenemos en ramillete. Termino la digresión poniendo a otro grande:

Diligencia de Carmona
la que por la vega pasas
caminito de Sevilla
con siete mulas castañas,

cruza pronto los palmares,
no hagas alto en las posadas,
mira que tus huellas huellan
siete ladrones de fama.

Diligencia de Carmona,
la de las mulas castañas.

Remolino en el camino,
siete bandoleros bajan
de los alcores del Viso
con sus hembras a las ancas.

Catites, gente de izquierdas pañuelos,
patillas de boca de hacha.
Ellas, navaja en la liga;
ellos, la faca en la faja;

ellas, la Arabia en los ojos;
ellos, el alma a la espalda.
Por los alcores del Viso
siete bandoleros bajan.

– Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla.

Ve y dile a los milicianos
que la posta está robada
y vamos con nuestras novias
hacia Écija la llana.

Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas.
Fernando Villalón​

Y otro también muy grande:

Y pensar que después de que yo me muera,
aún surgirán mañanas luminosas,
que bajo un cielo azul, la primavera,
indiferente a mi mansión postrera,
encarnará en la seda de las rosas.

Y pensar que, desnuda, azul, lasciva,
sobre mis huesos danzará la vida,
y que habrá nuevos cielos de escarlata,
bañados por la luz del sol poniente
y noches llenas de esa luz de plata,
que inundaban mi vieja serenata,
cuando aún cantaba Dios, bajo mi frente.

Y pensar que no puedo en mi egoísmo
llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja,
que he de marchar yo solo hacia el abismo
y que la luna brillará lo mismo
y ya no la veré desde mi caja.
Agustín de Foxá​
 
Qué cosa tan cursi aburrida e insufrible. Para gaies de los que les gustan los menores.

Ni siquiera le gusta a las mujeres, les aburre y carga.

Para gaias enfermas tipo Wilde o Lord Byron.

Me identifico.

XD

Anda que...
 
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