Twitter, X, o como platanos se llame es como una versión light de burbuja.
Aquí venía uno llorado de casa (ahora ha bajado mucho el nivel) porque le daban dos palos, con argumentos, y encima se cagaban en tu progenitora, y con razón. Y así hemos aprendido.
Y muchos nos hemos pasado a otras RRSS y no están acostumbrados y tienen la piel más fina. El problema es que es difícil no insultar en Twitter, porque el argumento da lo mismo, es un altavoz de propaganda en el cualquier razonamiento queda sepultado por los likes de los palmeros, y cuando quedan arrinconados, te silencian o bloquean.
Y ahí viene el insulto. Cuando el argumento no vale nos queda el último recurso, el del pataleo. Si bien la gente importante no te lee, porque le llevan la cuenta, los de medio pelo sabes que el berrinche se lo llevan cuando le cuentas cuatro verdades, sin filtros, y te cagas en sus muertos. Y no ganas nada, pero te quedas a gusto.