Todo eso para decir que un viajero acepta trabajar con un contrato perversos de hora-cero o un minijob que un alemán no firmaría ni muerto. A tomar por ojo ciego la clase media alemana. Se acabaron los ferienhaus, toca piso compartido y multicultural. Por el precio de un Hans tienes a siete mohameds o diez fátimas.
Y todavía se preguntan como es posible que AfD gane intención de voto con lo desastrosamente mal que lo están haciendo. Los culebrones de Vox en España son un ejemplo de buen orden y organización seria en comparación con los vodeviles que se marcan los de AfD.