Esto va de poder llenar la nevera, que es algo mucho más serio que el orgullito. Y no se trata de los 4-5 cabezas de cartel, que van a seguir siendo diputados, o pillarán en una CCAA, sino de cientos de cargos y asesores que hay que colocar. Su gente de confianza.
En unas primarias abiertas, la gente de Podemos arrasaría, porque son los que controlan el aparato y la organización actual, y Sumar no tiene nada: Yoli, escisiones, partidillos que caben en un taxi... Por eso Yolanda y toda esa gente que ya se ha subido a su carro quieren unas "primarias democráticas", que es un invento chulísimo que nadie sabe cómo funciona, pero acabaría en una bajada de pantalones de Podemos: entrega de las llaves del chiringuito a cambio de presencia y carguito para unos cuantos (los que menos molesten).
Eso no va a ser posible, porque a Pablo Iglesias le da igual todo (ya es rico), y las migajas que ofrece Yoli son similares o inferiores a lo que puedan conseguir yendo por separado. Sin tener que disolver el partido quedándose sin juguete, y sin tener que tragar con la humillación de volver a encontrarse con Más País, IU, Compromis, los animalistas y todos los purgados de Podemos, pero en un plano de igualdad.
Lo que viene durante los próximos meses es la escenificación de la ruptura, para ver a quién le echa la culpa la prensa, y por tanto a quien castigan sus votantes simples. La primera estación son las municipales y autonómicas: un descalabro -previsible- de Podemos les va a quitar fuerza en una posible negociación, y aumentará la presión sobre "su culpa" en caso de no llegar a una confluencia. Ni un solo voto de la gente de de Sumar, que no se presenta, va a acabar en Podemos, toca hacer ver que de los 3M de votantes no les queda más que 1M y gracias.
Después vendrán las generales. Si las encuestas internas señalan debacle para ambos, cabe alguna intentona de coalición electoral Sumar/Podemos de última hora. Un puro reparto de sillones de última hora condicionado por el resultado de las municipales y autonómicas + encuestas, en el que Podemos sólo entraría si ha demostrado suficiente músculo para obtener una representación digna en la confluencia. Porque para ir de comparsa, la rata morirá matando.