Gregor Strasser
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Una evidencia sorprendente es el interrogatorio que la policía estalinista (NKVD) hizo a uno de los fundadores de la Internacional Comunista en 1938, Christian G. Rakovsky, cuando tenía 65 años y se enfrentaba a la pena de fin por conspiración para derrocar a Stalin.
La tras*cripción de su interrogatorio de 50 páginas, conocida como “La Sinfonía Roja”, no se esperaba que fuese hecha pública alguna vez. Confirma que los Rothschild y élites bancarias planearon utilizar el comunismo para establecer una dictadura mundial de los súper-ricos.
Christian Rakovsky era un veterano comunista con información privilegiada. Nació con el nombre de Chaim Rakeover en 1873, estudió medicina en Francia antes de convertirse en un revolucionario. Fue el líder de un grupo terrorista que atacó a los funcionarios del Gobierno.
En 1919, Lenin lo puso a cargo del gobierno soviético de Ucrania. Consiguió mantener la zona de parte de los bolcheviques durante la Guerra Civil. Stalin le nombró embajador de Rusia en París en 1925.
Rakovsky pertenecía a la poderosa facción trotskista que seguía las órdenes de los Rothschilds. Muchos de este grupo fueron fusilados por Stalin en 1937 en la purgas del Partido Comunista.
¿Qué podría haber dicho Rakovsky para salvar su vida?
Rakovsky parece utilizar la táctica de “engañar con la verdad”. Se gana la confianza al revelar la verdad, pero no toda la verdad. Trata de impresionar a sus interrogadores diciendo que él y Trotsky representan una fuerza invencible que él llama la “Internacional Financiera Capitalista-Comunista”.
Asegura que el “movimiento revolucionario” fue diseñado para recabar apoyos fingiendo servir a la jovenlandesal humanitaria y a los ideales colectivos. Sin embargo, el verdadero objetivo era dar poder mundial total a los banqueros, dividiendo a la sociedad y socavando la autoridad establecida.
“Revolución” realmente significa, “subversión” de la civilización occidental.
“El cristianismo es nuestro único enemigo real, ya que todos los fenómenos políticos y económicos de los Estados burgueses son sólo sus consecuencias”, según Rakovsky.
Rakovsky da a su interrogador una impresionante visión de la historia moderna con el fin de demostrar que sus padrinos controlan el mundo.
“El dinero es la base del poder,” dice Rakovsky y los Rothschilds los fabrican gracias al sistema bancario.
El “Movimiento Revolucionario” es un intento de Meyer Rothschild y sus aliados para proteger y ampliar este monopolio mediante el establecimiento de un nuevo orden mundial totalitario.
Según Rakovsky,
“Los Rothschilds no eran los tesoreros, sino los jefes del primer comunismo secreto… Marx y los más altos jefes de la Primera Internacional … fueron controlados por el Barón Lionel Rothschild [1808-1878], revolucionario cuyo retrato fue hecho por el Primer Ministro inglés, Disraeli, que también fue su criatura, y nos ha llegado en la novela de Disraeli: “Coningsby”.
(250)
Nathaniel, el hijo de Lionel, (1840-1915) necesitó derrocar la dinastía cristiana de los Romanoff.
A través de sus agentes Jacob Schiff y los hermanos Warburg, financió a los japoneses en la guerra ruso-japonesa y una fallida insurrección en Moscú en 1905. Entonces instigó a la Primera Guerra Mundial (Trotsky estuvo detrás del asesinato del archiduque Fernando) y financió la Revolución bolchevique de 1917. Rakovsky dice que estuvo presente en la tras*ferencia de fondos en Estocolmo. (251-252)
El movimiento obrero judío o “bund” fue el instrumento de los Rothschild. La “facción secreta” del Bund estaba infiltrada en todos los partidos socialistas de Rusia y proporcionó el liderazgo para la Revolución Rusa. Alexander Kerensky, el Primer Ministro menchevique fue un miembro secreto. (253)
La alta finanza detrás de la revolución bolchevique.
El dinero que permitió el establecimiento del comunismo en la Rusia Soviética fue suministrado por los grandes banqueros judíos de New York. La prueba de ello fue dado al mundo por el Servicio Secreto de los Estados Unidos (Second Army Bureau) en una comunicación dirigida a todas las Embajadas de los países aliados. Este documento sensacional ha sido publicado desde 1920 en muchas publicaciones patrióticas en muchos países. También ha sido impreso en "The Mystical Body of Christ in the modern Woeld” por el reverendo Denis Fahey, Profesor de Teología en la Blackrock College, Dublin, Irlanda. Los comentarios del Reverendo Fahey y los textos del documento se leen de este modo:
"El principal documento sobre la financiación rusa es el descubierto por el Servicio Secreto Americano y tras*mitido por el alto comisionado francés a su gobierno. Fue publicado por Documentación Católica de Paris el 6 de marzo de 1920 y precedido de las siguientes observaciones: "La autenticidad de este documento esta garantizada por nosotros. Con respecto a la exactitud de la información que contiene, el Servicio Secreto Americano toma su responsabilidad". Este documento fue citado en 1920 en un suplemento del periódico "La Vieille France" que añade:
"Todos los gobiernos de la Entente estaban al tanto de este memorandum, sacado de los datos del Servicio Secreto Americano y mandado al Alto Comisionado Francés y sus colegas. El memorandum también se puede encontrar en el trabajo de Mr. Jouin "Le Perfil Jud.eo-MaFonique" part. III, pág. 240-351, con la observación de que los judíos habían puesto obstáculos para su publicación. Así la gran mayoría de la gente no tenía noticias de sus existencia". Así como el origen judío de Kerensky que trajo la revolución rusa de 1917 ha sido discutido, parece ser muy cierto que fue hijo del judío Aronne (Aaron) Kerbis y de la judía Adler. El documento se divide en ocho secciones. Están aquí reproducidas beneficio de los lectores.
FINANCIANDO LA REVOLUCION BOLCHEVIQUE
La Revolución Bolchevique de Rusia fue, obviamente, uno de los acontecimientos decisivos en la historia del mundo. Es un hecho histórico sobre el cual hay mucha falta de información. Los formadores de mitos y reescritores de la historia han hecho su labor de pintores de paisajes muy bien. El establecimiento del comunismo en Rusia es el clásico ejemplo de la segunda "gran mentira" del comunismo, esto es, que el movimiento es de las masas oprimidas que se levantan en contra de los patrones explotadores. Esta astuta decepción ha sido fomentada desde antes de la primera Revolución Francesa, en 1789. La mayor parte de la gente cree hoy que los comunistas tuvieron éxito en Rusia; porque fueron capaces de reunir detrás de ellos la simpatía y frustración del pueblo ruso, que estaba ya hastiado de la tiranía de los Zares. Esto es ignorar la historia de lo que realmente sucedió. Mientras que a todo el mundo se le recuerda que la Revolución Bolchevique tuvo lugar en noviembre de 1917, pocos saben que el Zar había abdicado siete meses antes, en marzo. Cuando el Zar Nicolás II abdicó, un gobierno Provisional fue establecido por el Príncipe Lvov, quien quería imitar al gobierno nuestro. Pero, desafortunadamente, el gobierno de Lvov permitió el régimen de Kerensky. Kerensky, un llamado socialista democrático, pudo haber estado dirigiendo un gobierno de vigilancia frente a los comunistas. Permitió que la guerra contra Alemania y los otros Poderes Centrales siguiera, pero él dictó una amnistía geperal para los comunistas y otros revolucionarios, muchos de los cuales habían estado exiliados después de la infructuosa Revolución Roja de 1905. De vuelta a la progenitora Rusia, llegaron 250 mil decididos revolucionarios y la condena del gobierno del propio Kerensky fue sellada.
En la Unión Soviética, como en todo país comunista (o como se llaman a sí mismos - países socialistas), el poder no ha venido a las manos, de los comunistas por el deseo de las masas oprimidas. El poder ha venido desde el tope hacia abajo, en cada circunstancia. Reconstruyamos brevemente la secuencia de la toma de posesión de los comunistas. El año es 1917. Los Aliados luchan con los Poderes Centrales. Los Aliados incluyen a Rusia, el Commonwealth Británico, Francia y, por abril de 1917, los Estados Unidos. En marzo de 1917 se pusieron en movimiento fuerzas planificadas para obligar al Zar Nicolás II a abdicar. El lo hizo bajo la presión de los Aliados, después de severos desórdenes en el capitolio Zarista de Petrogrado, desórdenes causados por los trastornos en el sistema de tras*portes, que aisló a la ciudad de provisiones alimenticias y llevó al cierre de las fábricas.
Pero ¿dónde estaban Lenin y Trotsky mientras todo esto sucedía? Lenin se hallaba en Suiza y había estado en Europa Occidental desde 1905, cuando fue exiliado por tratar de derribar al Zar en la infructuosa revolución comunista de ese año. Trotsky también estaba en exilio, de reportero de un diario comunista en el barrio bajo de Nueva York. Los Bolcheviques no eran una fuerza política decisiva en el momento en que el Zar abdicó. Llegaron al poder no porque las masas oprimidas de Rusia los llamaran de vuelta, sino porque hombres muy influyentes de Europa y los Estados Unidos los enviaron para allá. Lenin fue enviado a través de la Europa en guerra, en el famoso "tren sellado". Lenin llevaba consigo algo como US$ 5 a US$ 6 millones en oro. Todo estaba arreglado por el alto mando alemán y Warburg, a través de otro socialista de toda una vida, un . hombre muy rico llamado Alexander Helphand, alias "Parvus". Cuando Trotsky dejó Nueva York, a bordo del "S. S. Christiania", el 27 de marzo de 1917, lo hizo rodeado de 275 revolucionarios; la primera escala fue en Halifax, Nueva Escocia. Allí los canadienses agarraron a Trotsky y su dinero y los acorralaron a ambos. Para el gobierno canadiense ésta fue una actitud muy lógica, ya que Trotsky había dicho muchas veces que si él tenía éxito en llegar al poder en Rusia, él pararía inmediatamente lo que llamaba la "guerra imperialista" y pediría una paz separada con Alemania. Esto dejaría libres a millones de tropas alemanas para cambiarlas desde el frente oriental al occidental, donde podrían apiolar canadienses. Trotsky fue a prisión por cinco días.
Después, de improviso, los británicos (a través del futuro socio de Kuhn, Loeb -Sir William Wiseman-) y los Estados Unidos (a través del ubicuo "Coronel" House) presionaron al gobierno canadiense para que dejara en libertad a Trotsky. Por lo tanto, con un pasaporte americano, Trotsky volvió a encontrarse con Lenin. Se juntaron y, en noviembre, a través de soborno, astucia y brutalidad, pudieron, con la punta de las bayonetas, obligar a las masas a aceptar el traspaso de "todo el poder a los soviets". Los comunistas llegaron al poder capturando un mero puñado de ciudadanos claves. De hecho, prácticamente toda la Revolución Bolchevique tuvo lugar en una ciudad - Petrogrado. Fue como si todos los Estados Unidos se volvieran comunistas, porque una gente dirigida por los comunistas se tomara Washington D. C. Pasaron años antes que los soviéticos consolidaran el poder a través de Rusia.
Los alemanes, con el problema encima, tuvieron una excusa plausible para financiar a Lenin y Trotsky. Los dos alemanes más responsables del financiamiento de Lenin eran Max Warburg y un ruso desplazado llamado Alexander Helphand. Ellos podían argumentar que estaban sirviendo a la causa de su país al ayudar y financiar a Lenin. Sin embargo, estos dos "patriotas" alemanes no se preocuparon de informar al Kaiser de su plan para fomentar una revolución comunista en Rusia. El cuadro toma otra dimensión cuando se considera que el hermano de Max Warburg era Paul Warburg, el más interesado en establecer el Sistema de Reserva Federal y quien, desde su posición en el Consejo de Directores de la Reserva Federal, jugó un papel clave en el financiamiento del esfuerzo de guerra americano (cuando las noticias goteaban en diarios americanos acerca del hermano Max manejando las finanzas alemanas, Paul renunció a su puesto en la Reserva Federal, sin pena ni gloria). De aquí en adelante la trama es da repelúsnte.
El suegro del hermano de Max Warburg, Félix, era Jacob Schiff, el socio principal en la Kuhn, Loeb y Cía. (Paul y Félix Warburg, ustedes recordarán, también eran socios en Kuhn, Loeb y Cía. mientras Max operaba el banco de la familia Rothschild en Francfort). Jacob Schiff también ayudó a financiar a León Trotsky. De acuerdo al N. Y. Journal-American, del 3 de febrero de 1949: "Hoy el nieto de Jacob, John Schiff, estima que el viejo botó 20 millones de dólares por el triunfo final del Bolchevismo en Rusia" Una de las mejores fuentes de información sobre el financiamiento de la revolución Bolchevique es Czarism and the Revolution, escrito por un importante General ruso blanco, llamado Arséne de Goulevitch, quien fue el fundador de la Unión de los Ciudadanos Oprimidos en Francia. En este libro, escrito en francés y luego traducido al inglés, De Goulevitch anota:
"Los principales proveedpres de los fondos de la revolución, sin embargo, no eran ni los ricos millonarios rusos ni los bandidos armados de Lenin. La ‘verdadera' plata venía principalmente de ciertos círculos británicos y americanos que, por mucho tiempo, habían prestado su apoyo a la causa revolucionaria rusa..."
De Goulevitch continúa:
"El importante papel jugado por el acaudalado banquero americano Jacob Schiff en los eventos de Rusia, aunque todavía está sólo parcialmente revelado, ya no es más un secreto".
El General Alexander Nechvolodov es citado por De Goulevitch, de haber manifestado en su libro sobre la Revolución Bolchevique:
"En abril de 1917, Jacob Schiff declaró públicamente que era gracias a su aporte financiero que la revolución en Rusia había tenido éxito."
"En la primavera de ese mismo año, Schiff comenzó a subvencionar a Trotsky. ..."
"Simultáneamente, Trotsky y Cía. también estaban siendo subvencionados por Max Warburg y Olaf Aschberg, del Nye Banken de Estocolmo. ... el Rhine Westphalian Syndicate y Jivotovsky..., cuya hija casó después con Trotsky."
Schiff gastó millones por derrocar al Zar y más millones para derrocar a Kerensky. Mandaba dinero a Rusia hasta mucho después que las verdaderas intenciones de los bolcheviques fueran conocidas en el mundo. Schiff juntó US$ 10 millones, supuestamente para ayuda de guerra a los judíos en Rusia, pero eventos posteriores revelaron ser un buen negocio de inversión (Forbes, B. C. Men Who Are Making America, pp. 334-5). De acuerdo a De Goulevitch:
"El señor Bakhmetiev, el último Embajador imperial ruso en los Estados Unidos, nos cuenta que los bolcheviques, después de la victoria, tras*firieron 600 millones de rublos en oro, entre los años 1918 y 1.922, a Kuhn, Loeb y Compañía" (firma de Schiff).
La participación de Schiff en la revolución bolchevique, aunque ahora naturalmente negada, fue bien conocida entre los Servicios de Inteligencia de los Aliados de la época. Esto llevó a que se hablara mucho que el bolchevismo era un plan judío. El resultado es que el tema del financiamiento de la toma de posesión comunista sobre Rusia se hizo tabú. Evidencia posterior indica que el financiamiento de los bolcheviques estaba en manos de un sindicato de banqueros internacionales que, además del grupo Schiff-Warburg, incluía los intereses de Morgan y Rockefeller. Los documentos dan testimonio que la Organización Morgan puso por lo menos US$ 1 millón en el equipo revolucionario rojo. Había aun otro financista de la revolución bolchevique muy importante: era un inglés extremadamente rico llamado Lord Alfred Milner, el organizador y jefe de una sociedad secreta llamada el "Grupo de la Mesa Redonda", que era respaldada por Lord Rothschild (discutido en el próximo capítulo).
De Goulevitch nos hace notar más adelante:
"El 7 de abril de 1917, el General Janin hizo la siguiente introducción en su diario ('Au G. C. C. Russé'. Le Monde Slave, Vol. 2, 1927, pp. 296-297): Larga entrevista con R., quien confirmó que yo había sido descubierto por M. Después de referirse al repruebo alemán suyo y de su familia, se va al tema de la revolución que, según dice, estuvo manejada por los ingleses, más precisamente por Sir George Buchanan y Lord (Alfred) Milner. Petrogrado, en ese momento, estaba lleno de ingleses... El podría, aseguró, nombrar las calles y los números de las casas en que los ,agentes británicos estaban alojados. Ellos fueron informados, durante el levantamiento, de haberse distribuido dinero a los soldados y haberlos incitado a amotinarse".
De Goulevitch continúa revelando: "En entrevista privada, he sido informado que más de 21 millones de rublos fueron usados por Lord Milner en el financiamiento de la revolución rusa". Debería ser anotado, entre paréntesis, que Lord Milner, Félix y Max Warburg representaban a "sus" respectivos países en la Conferencia de Paz en París, al concluir la I Guerra Mundial. Si de alguna manera podemos atribuir el financiamiento de Lenin al "patriotismo" alemán, ciertamente no podemos pensar que fue "patriotismo" el que inspiró a Schiff, Morgan, Rockefeller y Milner a financiar a los bolcheviques. Gran Bretaña y América estaban en guerra con Alemania y eran aliados de la Rusia Zarista. Librar a docenas de divisiones alemanas para cambiarlas del frente oriental a Francia y apiolar cientos de miles de soldados británicos y americanos, fue algo más que traición.
En la revolución bolchevique vemos muchas de las antiguas caras que fueron responsables de crear el Sistema de Reserva Federal, iniciar el impuesto graduado a la renta, establecer fundaciones libres-de-impuesto y empujarnos a la I Guerra Mundial. De cualquier modo, si usted concluye que esto es nada más que coincidencia, su nombre será inmediatamente borrado del registro socialista. Ninguna revolución puede tener éxito sin organización y dinero. "Las masas oprimidas", generalmente, dan poco de lo primero y nada de lo último. Pero los Privilegiados de la cima se las pueden arreglar con ambas. ¿Cuál era la posible ganancia de estas gentes en el financiamiento de la revolución rusa? ¿Qué ganaban manteniéndola viva y a flote, o, durante los años de 1920, invirtiendo millones de dólares en lo que Lenin llamaba su Nuevo Programa Económico, salvando a los soviéticos de la ruina? ¿Por qué estos "capitalistas" hacían todo esto? Si el destino de uno es la conquista global, hay que empezar en alguna parte. Puede o no puede haber sido coincidencia, pero Rusia era uno de los países europeos más importantes que carecían de Banco Central. En Rusia, por primera vez, la conspiración comunista ganó una sede geográfica desde la cual podía enviar ataques contra las otras naciones del mundo. El Occidente ahora tenía un enemigo.
En la revolución bolchevique tenemos a los hombres más ricos y poderosos del mundo financiando un movimiento que sostiene que su propia existencia está basada en el concepto de despojar de sus fortunas a hombres como los Rothschild, los Rockefeller, los Schiff, los Warburg, los Morgan, los Harriman y los Milner (todos judíos). Pero, obviamente, estos hombres no tienen temor del comunismo internacional. Es lógico suponer que si ellos lo financiaron y no le temen, debe ser porque ellos lo controlan. ¿Puede haber otra explicación que tenga sentido? Recuerden que por más de 150 años ha sido procedimiento normal de operación de los Rothschild y sus aliados el de controlar ambos lados en todo conflicto. Debe tener un "enemigo" si va a cobrar al rey. El balance de poderes Oriente-Occidente es la política usada como una de las principales excusas por la socialización de América. Aunque no era su principal propósito, nacionalizando a Rusia los Privilegiados adquirieron un gran bien raíz, pleno de derechos mineros, por un monto cercano a los US$ 40 millones.
Sólo podemos tener teorías sobre el modo en que Moscú es controlado desde Nueva York, Londres y París. Mucho de este control es económico, sin duda, pero es seguro que los banqueros internacionales tienen a alguien dentro de Rusia que les exige a los líderes soviéticos mantenerse en línea. La entidad puede ser SMERSH, la organización de asesinato comunista internacional, descrita en testimonios ante los comités del Congreso ,y por Ian Fleming en sus libros de James Bond. Porque aunque las novelas de Bond eran salvajemente imaginativas, Fleming había estado en la Inteligencia de la marina británica, mantuvo excelentes contactos secretos alrededor del mundo y tenía reputación de ser un agudo estudiante de la conspiración internacional.
Sin embargo, sabemos que un grupo de financistas americanos no sólo ayudó a establecer el comunismo en Rusia, sino que se esforzó poderosamente para mantenerlo vivo. Desde 1918 este grupo ha estado comprometido en tras*ferir dinero y, probablemente, lo que es más importante, en tras*ferir información técnica a la Unión Soviética. Esto lo demuestra claramente el letrado Anthony Sutton, del Instituto Hoover sobre Guerra, Revolución y Paz, de la Universidad de Stanford, en su historia en tres tomos llamada Western Technology and Soviet Economic Development. En su mayoría usando documentos del Departamento de Estado, Sutton muestra terminantemente que todo lo que los soviéticos poseen ha sido virtualmente adquirido del Occidente. No es una exageración decir que la URSS fue hecha en USA. Los pintores de paisajes, incapaces de refutar el monumental saber de Sutton, sencillamente lo pintan fuera del cuadro.
La tras*cripción de su interrogatorio de 50 páginas, conocida como “La Sinfonía Roja”, no se esperaba que fuese hecha pública alguna vez. Confirma que los Rothschild y élites bancarias planearon utilizar el comunismo para establecer una dictadura mundial de los súper-ricos.
Christian Rakovsky era un veterano comunista con información privilegiada. Nació con el nombre de Chaim Rakeover en 1873, estudió medicina en Francia antes de convertirse en un revolucionario. Fue el líder de un grupo terrorista que atacó a los funcionarios del Gobierno.
En 1919, Lenin lo puso a cargo del gobierno soviético de Ucrania. Consiguió mantener la zona de parte de los bolcheviques durante la Guerra Civil. Stalin le nombró embajador de Rusia en París en 1925.
Rakovsky pertenecía a la poderosa facción trotskista que seguía las órdenes de los Rothschilds. Muchos de este grupo fueron fusilados por Stalin en 1937 en la purgas del Partido Comunista.
¿Qué podría haber dicho Rakovsky para salvar su vida?
Rakovsky parece utilizar la táctica de “engañar con la verdad”. Se gana la confianza al revelar la verdad, pero no toda la verdad. Trata de impresionar a sus interrogadores diciendo que él y Trotsky representan una fuerza invencible que él llama la “Internacional Financiera Capitalista-Comunista”.
Asegura que el “movimiento revolucionario” fue diseñado para recabar apoyos fingiendo servir a la jovenlandesal humanitaria y a los ideales colectivos. Sin embargo, el verdadero objetivo era dar poder mundial total a los banqueros, dividiendo a la sociedad y socavando la autoridad establecida.
“Revolución” realmente significa, “subversión” de la civilización occidental.
“El cristianismo es nuestro único enemigo real, ya que todos los fenómenos políticos y económicos de los Estados burgueses son sólo sus consecuencias”, según Rakovsky.
Rakovsky da a su interrogador una impresionante visión de la historia moderna con el fin de demostrar que sus padrinos controlan el mundo.
“El dinero es la base del poder,” dice Rakovsky y los Rothschilds los fabrican gracias al sistema bancario.
El “Movimiento Revolucionario” es un intento de Meyer Rothschild y sus aliados para proteger y ampliar este monopolio mediante el establecimiento de un nuevo orden mundial totalitario.
Según Rakovsky,
“Los Rothschilds no eran los tesoreros, sino los jefes del primer comunismo secreto… Marx y los más altos jefes de la Primera Internacional … fueron controlados por el Barón Lionel Rothschild [1808-1878], revolucionario cuyo retrato fue hecho por el Primer Ministro inglés, Disraeli, que también fue su criatura, y nos ha llegado en la novela de Disraeli: “Coningsby”.
(250)
Nathaniel, el hijo de Lionel, (1840-1915) necesitó derrocar la dinastía cristiana de los Romanoff.
A través de sus agentes Jacob Schiff y los hermanos Warburg, financió a los japoneses en la guerra ruso-japonesa y una fallida insurrección en Moscú en 1905. Entonces instigó a la Primera Guerra Mundial (Trotsky estuvo detrás del asesinato del archiduque Fernando) y financió la Revolución bolchevique de 1917. Rakovsky dice que estuvo presente en la tras*ferencia de fondos en Estocolmo. (251-252)
El movimiento obrero judío o “bund” fue el instrumento de los Rothschild. La “facción secreta” del Bund estaba infiltrada en todos los partidos socialistas de Rusia y proporcionó el liderazgo para la Revolución Rusa. Alexander Kerensky, el Primer Ministro menchevique fue un miembro secreto. (253)
La alta finanza detrás de la revolución bolchevique.
El dinero que permitió el establecimiento del comunismo en la Rusia Soviética fue suministrado por los grandes banqueros judíos de New York. La prueba de ello fue dado al mundo por el Servicio Secreto de los Estados Unidos (Second Army Bureau) en una comunicación dirigida a todas las Embajadas de los países aliados. Este documento sensacional ha sido publicado desde 1920 en muchas publicaciones patrióticas en muchos países. También ha sido impreso en "The Mystical Body of Christ in the modern Woeld” por el reverendo Denis Fahey, Profesor de Teología en la Blackrock College, Dublin, Irlanda. Los comentarios del Reverendo Fahey y los textos del documento se leen de este modo:
"El principal documento sobre la financiación rusa es el descubierto por el Servicio Secreto Americano y tras*mitido por el alto comisionado francés a su gobierno. Fue publicado por Documentación Católica de Paris el 6 de marzo de 1920 y precedido de las siguientes observaciones: "La autenticidad de este documento esta garantizada por nosotros. Con respecto a la exactitud de la información que contiene, el Servicio Secreto Americano toma su responsabilidad". Este documento fue citado en 1920 en un suplemento del periódico "La Vieille France" que añade:
"Todos los gobiernos de la Entente estaban al tanto de este memorandum, sacado de los datos del Servicio Secreto Americano y mandado al Alto Comisionado Francés y sus colegas. El memorandum también se puede encontrar en el trabajo de Mr. Jouin "Le Perfil Jud.eo-MaFonique" part. III, pág. 240-351, con la observación de que los judíos habían puesto obstáculos para su publicación. Así la gran mayoría de la gente no tenía noticias de sus existencia". Así como el origen judío de Kerensky que trajo la revolución rusa de 1917 ha sido discutido, parece ser muy cierto que fue hijo del judío Aronne (Aaron) Kerbis y de la judía Adler. El documento se divide en ocho secciones. Están aquí reproducidas beneficio de los lectores.
FINANCIANDO LA REVOLUCION BOLCHEVIQUE
La Revolución Bolchevique de Rusia fue, obviamente, uno de los acontecimientos decisivos en la historia del mundo. Es un hecho histórico sobre el cual hay mucha falta de información. Los formadores de mitos y reescritores de la historia han hecho su labor de pintores de paisajes muy bien. El establecimiento del comunismo en Rusia es el clásico ejemplo de la segunda "gran mentira" del comunismo, esto es, que el movimiento es de las masas oprimidas que se levantan en contra de los patrones explotadores. Esta astuta decepción ha sido fomentada desde antes de la primera Revolución Francesa, en 1789. La mayor parte de la gente cree hoy que los comunistas tuvieron éxito en Rusia; porque fueron capaces de reunir detrás de ellos la simpatía y frustración del pueblo ruso, que estaba ya hastiado de la tiranía de los Zares. Esto es ignorar la historia de lo que realmente sucedió. Mientras que a todo el mundo se le recuerda que la Revolución Bolchevique tuvo lugar en noviembre de 1917, pocos saben que el Zar había abdicado siete meses antes, en marzo. Cuando el Zar Nicolás II abdicó, un gobierno Provisional fue establecido por el Príncipe Lvov, quien quería imitar al gobierno nuestro. Pero, desafortunadamente, el gobierno de Lvov permitió el régimen de Kerensky. Kerensky, un llamado socialista democrático, pudo haber estado dirigiendo un gobierno de vigilancia frente a los comunistas. Permitió que la guerra contra Alemania y los otros Poderes Centrales siguiera, pero él dictó una amnistía geperal para los comunistas y otros revolucionarios, muchos de los cuales habían estado exiliados después de la infructuosa Revolución Roja de 1905. De vuelta a la progenitora Rusia, llegaron 250 mil decididos revolucionarios y la condena del gobierno del propio Kerensky fue sellada.
En la Unión Soviética, como en todo país comunista (o como se llaman a sí mismos - países socialistas), el poder no ha venido a las manos, de los comunistas por el deseo de las masas oprimidas. El poder ha venido desde el tope hacia abajo, en cada circunstancia. Reconstruyamos brevemente la secuencia de la toma de posesión de los comunistas. El año es 1917. Los Aliados luchan con los Poderes Centrales. Los Aliados incluyen a Rusia, el Commonwealth Británico, Francia y, por abril de 1917, los Estados Unidos. En marzo de 1917 se pusieron en movimiento fuerzas planificadas para obligar al Zar Nicolás II a abdicar. El lo hizo bajo la presión de los Aliados, después de severos desórdenes en el capitolio Zarista de Petrogrado, desórdenes causados por los trastornos en el sistema de tras*portes, que aisló a la ciudad de provisiones alimenticias y llevó al cierre de las fábricas.
Pero ¿dónde estaban Lenin y Trotsky mientras todo esto sucedía? Lenin se hallaba en Suiza y había estado en Europa Occidental desde 1905, cuando fue exiliado por tratar de derribar al Zar en la infructuosa revolución comunista de ese año. Trotsky también estaba en exilio, de reportero de un diario comunista en el barrio bajo de Nueva York. Los Bolcheviques no eran una fuerza política decisiva en el momento en que el Zar abdicó. Llegaron al poder no porque las masas oprimidas de Rusia los llamaran de vuelta, sino porque hombres muy influyentes de Europa y los Estados Unidos los enviaron para allá. Lenin fue enviado a través de la Europa en guerra, en el famoso "tren sellado". Lenin llevaba consigo algo como US$ 5 a US$ 6 millones en oro. Todo estaba arreglado por el alto mando alemán y Warburg, a través de otro socialista de toda una vida, un . hombre muy rico llamado Alexander Helphand, alias "Parvus". Cuando Trotsky dejó Nueva York, a bordo del "S. S. Christiania", el 27 de marzo de 1917, lo hizo rodeado de 275 revolucionarios; la primera escala fue en Halifax, Nueva Escocia. Allí los canadienses agarraron a Trotsky y su dinero y los acorralaron a ambos. Para el gobierno canadiense ésta fue una actitud muy lógica, ya que Trotsky había dicho muchas veces que si él tenía éxito en llegar al poder en Rusia, él pararía inmediatamente lo que llamaba la "guerra imperialista" y pediría una paz separada con Alemania. Esto dejaría libres a millones de tropas alemanas para cambiarlas desde el frente oriental al occidental, donde podrían apiolar canadienses. Trotsky fue a prisión por cinco días.
Después, de improviso, los británicos (a través del futuro socio de Kuhn, Loeb -Sir William Wiseman-) y los Estados Unidos (a través del ubicuo "Coronel" House) presionaron al gobierno canadiense para que dejara en libertad a Trotsky. Por lo tanto, con un pasaporte americano, Trotsky volvió a encontrarse con Lenin. Se juntaron y, en noviembre, a través de soborno, astucia y brutalidad, pudieron, con la punta de las bayonetas, obligar a las masas a aceptar el traspaso de "todo el poder a los soviets". Los comunistas llegaron al poder capturando un mero puñado de ciudadanos claves. De hecho, prácticamente toda la Revolución Bolchevique tuvo lugar en una ciudad - Petrogrado. Fue como si todos los Estados Unidos se volvieran comunistas, porque una gente dirigida por los comunistas se tomara Washington D. C. Pasaron años antes que los soviéticos consolidaran el poder a través de Rusia.
Los alemanes, con el problema encima, tuvieron una excusa plausible para financiar a Lenin y Trotsky. Los dos alemanes más responsables del financiamiento de Lenin eran Max Warburg y un ruso desplazado llamado Alexander Helphand. Ellos podían argumentar que estaban sirviendo a la causa de su país al ayudar y financiar a Lenin. Sin embargo, estos dos "patriotas" alemanes no se preocuparon de informar al Kaiser de su plan para fomentar una revolución comunista en Rusia. El cuadro toma otra dimensión cuando se considera que el hermano de Max Warburg era Paul Warburg, el más interesado en establecer el Sistema de Reserva Federal y quien, desde su posición en el Consejo de Directores de la Reserva Federal, jugó un papel clave en el financiamiento del esfuerzo de guerra americano (cuando las noticias goteaban en diarios americanos acerca del hermano Max manejando las finanzas alemanas, Paul renunció a su puesto en la Reserva Federal, sin pena ni gloria). De aquí en adelante la trama es da repelúsnte.
El suegro del hermano de Max Warburg, Félix, era Jacob Schiff, el socio principal en la Kuhn, Loeb y Cía. (Paul y Félix Warburg, ustedes recordarán, también eran socios en Kuhn, Loeb y Cía. mientras Max operaba el banco de la familia Rothschild en Francfort). Jacob Schiff también ayudó a financiar a León Trotsky. De acuerdo al N. Y. Journal-American, del 3 de febrero de 1949: "Hoy el nieto de Jacob, John Schiff, estima que el viejo botó 20 millones de dólares por el triunfo final del Bolchevismo en Rusia" Una de las mejores fuentes de información sobre el financiamiento de la revolución Bolchevique es Czarism and the Revolution, escrito por un importante General ruso blanco, llamado Arséne de Goulevitch, quien fue el fundador de la Unión de los Ciudadanos Oprimidos en Francia. En este libro, escrito en francés y luego traducido al inglés, De Goulevitch anota:
"Los principales proveedpres de los fondos de la revolución, sin embargo, no eran ni los ricos millonarios rusos ni los bandidos armados de Lenin. La ‘verdadera' plata venía principalmente de ciertos círculos británicos y americanos que, por mucho tiempo, habían prestado su apoyo a la causa revolucionaria rusa..."
De Goulevitch continúa:
"El importante papel jugado por el acaudalado banquero americano Jacob Schiff en los eventos de Rusia, aunque todavía está sólo parcialmente revelado, ya no es más un secreto".
El General Alexander Nechvolodov es citado por De Goulevitch, de haber manifestado en su libro sobre la Revolución Bolchevique:
"En abril de 1917, Jacob Schiff declaró públicamente que era gracias a su aporte financiero que la revolución en Rusia había tenido éxito."
"En la primavera de ese mismo año, Schiff comenzó a subvencionar a Trotsky. ..."
"Simultáneamente, Trotsky y Cía. también estaban siendo subvencionados por Max Warburg y Olaf Aschberg, del Nye Banken de Estocolmo. ... el Rhine Westphalian Syndicate y Jivotovsky..., cuya hija casó después con Trotsky."
Schiff gastó millones por derrocar al Zar y más millones para derrocar a Kerensky. Mandaba dinero a Rusia hasta mucho después que las verdaderas intenciones de los bolcheviques fueran conocidas en el mundo. Schiff juntó US$ 10 millones, supuestamente para ayuda de guerra a los judíos en Rusia, pero eventos posteriores revelaron ser un buen negocio de inversión (Forbes, B. C. Men Who Are Making America, pp. 334-5). De acuerdo a De Goulevitch:
"El señor Bakhmetiev, el último Embajador imperial ruso en los Estados Unidos, nos cuenta que los bolcheviques, después de la victoria, tras*firieron 600 millones de rublos en oro, entre los años 1918 y 1.922, a Kuhn, Loeb y Compañía" (firma de Schiff).
La participación de Schiff en la revolución bolchevique, aunque ahora naturalmente negada, fue bien conocida entre los Servicios de Inteligencia de los Aliados de la época. Esto llevó a que se hablara mucho que el bolchevismo era un plan judío. El resultado es que el tema del financiamiento de la toma de posesión comunista sobre Rusia se hizo tabú. Evidencia posterior indica que el financiamiento de los bolcheviques estaba en manos de un sindicato de banqueros internacionales que, además del grupo Schiff-Warburg, incluía los intereses de Morgan y Rockefeller. Los documentos dan testimonio que la Organización Morgan puso por lo menos US$ 1 millón en el equipo revolucionario rojo. Había aun otro financista de la revolución bolchevique muy importante: era un inglés extremadamente rico llamado Lord Alfred Milner, el organizador y jefe de una sociedad secreta llamada el "Grupo de la Mesa Redonda", que era respaldada por Lord Rothschild (discutido en el próximo capítulo).
De Goulevitch nos hace notar más adelante:
"El 7 de abril de 1917, el General Janin hizo la siguiente introducción en su diario ('Au G. C. C. Russé'. Le Monde Slave, Vol. 2, 1927, pp. 296-297): Larga entrevista con R., quien confirmó que yo había sido descubierto por M. Después de referirse al repruebo alemán suyo y de su familia, se va al tema de la revolución que, según dice, estuvo manejada por los ingleses, más precisamente por Sir George Buchanan y Lord (Alfred) Milner. Petrogrado, en ese momento, estaba lleno de ingleses... El podría, aseguró, nombrar las calles y los números de las casas en que los ,agentes británicos estaban alojados. Ellos fueron informados, durante el levantamiento, de haberse distribuido dinero a los soldados y haberlos incitado a amotinarse".
De Goulevitch continúa revelando: "En entrevista privada, he sido informado que más de 21 millones de rublos fueron usados por Lord Milner en el financiamiento de la revolución rusa". Debería ser anotado, entre paréntesis, que Lord Milner, Félix y Max Warburg representaban a "sus" respectivos países en la Conferencia de Paz en París, al concluir la I Guerra Mundial. Si de alguna manera podemos atribuir el financiamiento de Lenin al "patriotismo" alemán, ciertamente no podemos pensar que fue "patriotismo" el que inspiró a Schiff, Morgan, Rockefeller y Milner a financiar a los bolcheviques. Gran Bretaña y América estaban en guerra con Alemania y eran aliados de la Rusia Zarista. Librar a docenas de divisiones alemanas para cambiarlas del frente oriental a Francia y apiolar cientos de miles de soldados británicos y americanos, fue algo más que traición.
En la revolución bolchevique vemos muchas de las antiguas caras que fueron responsables de crear el Sistema de Reserva Federal, iniciar el impuesto graduado a la renta, establecer fundaciones libres-de-impuesto y empujarnos a la I Guerra Mundial. De cualquier modo, si usted concluye que esto es nada más que coincidencia, su nombre será inmediatamente borrado del registro socialista. Ninguna revolución puede tener éxito sin organización y dinero. "Las masas oprimidas", generalmente, dan poco de lo primero y nada de lo último. Pero los Privilegiados de la cima se las pueden arreglar con ambas. ¿Cuál era la posible ganancia de estas gentes en el financiamiento de la revolución rusa? ¿Qué ganaban manteniéndola viva y a flote, o, durante los años de 1920, invirtiendo millones de dólares en lo que Lenin llamaba su Nuevo Programa Económico, salvando a los soviéticos de la ruina? ¿Por qué estos "capitalistas" hacían todo esto? Si el destino de uno es la conquista global, hay que empezar en alguna parte. Puede o no puede haber sido coincidencia, pero Rusia era uno de los países europeos más importantes que carecían de Banco Central. En Rusia, por primera vez, la conspiración comunista ganó una sede geográfica desde la cual podía enviar ataques contra las otras naciones del mundo. El Occidente ahora tenía un enemigo.
En la revolución bolchevique tenemos a los hombres más ricos y poderosos del mundo financiando un movimiento que sostiene que su propia existencia está basada en el concepto de despojar de sus fortunas a hombres como los Rothschild, los Rockefeller, los Schiff, los Warburg, los Morgan, los Harriman y los Milner (todos judíos). Pero, obviamente, estos hombres no tienen temor del comunismo internacional. Es lógico suponer que si ellos lo financiaron y no le temen, debe ser porque ellos lo controlan. ¿Puede haber otra explicación que tenga sentido? Recuerden que por más de 150 años ha sido procedimiento normal de operación de los Rothschild y sus aliados el de controlar ambos lados en todo conflicto. Debe tener un "enemigo" si va a cobrar al rey. El balance de poderes Oriente-Occidente es la política usada como una de las principales excusas por la socialización de América. Aunque no era su principal propósito, nacionalizando a Rusia los Privilegiados adquirieron un gran bien raíz, pleno de derechos mineros, por un monto cercano a los US$ 40 millones.
Sólo podemos tener teorías sobre el modo en que Moscú es controlado desde Nueva York, Londres y París. Mucho de este control es económico, sin duda, pero es seguro que los banqueros internacionales tienen a alguien dentro de Rusia que les exige a los líderes soviéticos mantenerse en línea. La entidad puede ser SMERSH, la organización de asesinato comunista internacional, descrita en testimonios ante los comités del Congreso ,y por Ian Fleming en sus libros de James Bond. Porque aunque las novelas de Bond eran salvajemente imaginativas, Fleming había estado en la Inteligencia de la marina británica, mantuvo excelentes contactos secretos alrededor del mundo y tenía reputación de ser un agudo estudiante de la conspiración internacional.
Sin embargo, sabemos que un grupo de financistas americanos no sólo ayudó a establecer el comunismo en Rusia, sino que se esforzó poderosamente para mantenerlo vivo. Desde 1918 este grupo ha estado comprometido en tras*ferir dinero y, probablemente, lo que es más importante, en tras*ferir información técnica a la Unión Soviética. Esto lo demuestra claramente el letrado Anthony Sutton, del Instituto Hoover sobre Guerra, Revolución y Paz, de la Universidad de Stanford, en su historia en tres tomos llamada Western Technology and Soviet Economic Development. En su mayoría usando documentos del Departamento de Estado, Sutton muestra terminantemente que todo lo que los soviéticos poseen ha sido virtualmente adquirido del Occidente. No es una exageración decir que la URSS fue hecha en USA. Los pintores de paisajes, incapaces de refutar el monumental saber de Sutton, sencillamente lo pintan fuera del cuadro.