Para la vida civil no lo acabo de ver. Aunque ya se usa a menudo: los domingos por la mañana un ejército de rellenitoharinas se enfunda sus mallas del decathlon para subirse en su jumento de plástico duro y desquiciar a los automovilistas.
Para el tema laboral sí, y sería una bendición. Que cada centro de trabajo estableciese sus uniformes, que tuviesen varios según uso (oficinas, faena, formal, abrigo) y que cada empleado tuviese una cantidad establecida al año.
Sería una bendición para los trabajadores: ahorro económico, una facilidad por las mañanas, y sobre todo, limitar el puterío y el pijerío entre compañeros iluso.