Rodolfo Langostino
Madmaxista
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Festival del humor
La economía del 'campeón' alemán sufre una presión cada vez mayor: "Es una racha casi interminable de mala suerte"
El prestigioso indicador de confianza empresarial del Ifo muestra un claro deterioro
La tradicional locomotora económica de Europa se dirige de nuevo a la recesión
A los expertos de ING estos infortunios les recuerdan a los del futbolista Brehme
elEconomista.es
Mario Becedas
24/09/2024 - 11:17
La sucesión de malas noticias económicas desde Alemania ya se ha convertido en avalancha. Cada dato macro negativo viene seguido de titulares como el anuncio de un coloso y emblema nacional como Volkswagen de que planea cerrar fábricas en el país. Los rigores de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, el fin del barato gas ruso tras la guerra de Ucrania, los elevados tipos de interés necesarios para doblegar a la inflación y las nuevas dinámicas comerciales (el 'amigo chino' ya no compra como antes) han hecho a la tradicional locomotora económica europea entrar en barrena. Las perspectivas no pueden ser peores y, aparte de quedar más que telegrafiada la recesión en el corto plazo, el horizonte no acaba de parecer positivo. La imagen de un campeón venido a menos tras haber tocado la gloria viene a la cabeza de los aficionados deportivos.
El enésimo golpe de gracia ha llegado este martes con la encuesta mensual que hace a 7.000 empresas alemana el Instituto Leibniz de Investigación Económica de la Universidad de Múnich. El índice ifo de confianza empresarial de Alemania, seguramente el más observado de toda la Eurozona, ha sorprendido negativamente en septiembre. El indicador ha caído de 86,6 puntos en agosto a 85,4 en septiembre, marcando la peor lectura desde inicio de año y cuando se esperaba un retroceso menor hasta 86,1. La caída se debe principalmente al descenso del índice de las condiciones actuales (de 86,4 a 84,4), aunque también ha bajado el índice de las expectativas (de 86,8 a 86,3).
"Las perspectivas para los próximos meses siguen empeorando", ha reconocido este martes el propio presidente del Ifo, Clemens Fuest, en un comunicado, destacando que el índice manufacturero se encuentra en su nivel más bajo desde 2020. "La economía alemana se encuentra bajo una presión cada vez mayor", ha admitido sin tapujos el alemán, haciendo hincapié en que "la falta de pedidos se ha intensificado". "Los sectores centrales de la industria alemana están en dificultades", ha añadido, constatando lo que ya todo el mundo sabe: la antaño poderosa industria alemana vive horas muy bajas y se encuentra sumida en una crisis existencial.
El nuevo jarro de agua fría arrojado por el Ifo sucede a unos indicadores adelantados de actividad privada conocidos este lunes bastante nefastos. Los índices de gestores de compras (PMI) que elabora S&P Global encuestando a las empresas mostraron que la situación fue de todo menos buena en Alemania en lo tras*currido de septiembre. El informe incluía demoledores datos como el índice de empleo más bajo en 15 años (excluyendo el estallido del el bichito) y frases más que preocupantes: "En señal de resignación, las empresas han prescindido de personal a un ritmo no visto desde la esa época en el 2020 de la que yo le hablo". El propio autor del informe, el doctor Cyrus de la Rubia, lo escribía sin paños calientes: "El optimismo es algo del pasado".
"El reciente deterioro de las encuestas de actividad sugiere que, tras contraerse un 0,1% en el segundo trimestre, la economía alemana probablemente volvió a contraerse en el tercero. Hay que reconocer que el Ifo ha exagerado la debilidad de la economía durante el último año y que la contracción del 2% trimestral que apunta parece demasiado grande. Sin embargo, el PMI compuesto, que ha tenido un mejor historial, también apunta a una caída del PIB de alrededor del 0,4% trimestral.
Actualmente prevemos una contracción del 0,2% trimestral en el tercer trimestre y un estancamiento en el cuarto, pero los riesgos se inclinan claramente hacia un resultado peor", valora en una nota para clientes Franziska Palmas, economista sénior para Europa de Capital Economics.
El propio Bundesbank, aunque ha subrayado que parece poco probable que se produzca una recesión económica grave, ha advertido de que Alemania podría estar ya en recesión, con la posible nueva contracción en el tercer trimestre. Los economistas ya han comenzado a revisar a la baja las previsiones para este año y algunos prevén ahora un estancamiento o incluso otra ligera desaceleración. Alemania fue la única economía del G-7 que se contrajo en 2023.
Siempre aficionado a las metáforas futbolísticas para explicar la economía, Carsten Brzeski, economista de ING, rescata la figura del legendario jugador Andreas Brehme para explicar lo que está ocurriendo. El exfutbolista, fallecido hace poco a los 63 años, alcanzó la gloria en 1990, cuando metió en la final contra la Argentina de Maradona el penalti que dio a la Alemania recién unificada la Copa del Mundo. Pese a este éxito, Brehme conoció después los sinsabores e infortunios del fútbol, con una carrera que se apagó pronto y con periodos en los que se llegó a declarar arruinado económicamente. De hecho, acuñó la elocuente expresión "si tienes una cosa pegada al pie, tienes una cosa pegada al pie". "Fútbol alemán para describir una racha casi interminable de mala suerte. Aunque la actual racha de mala suerte de la economía alemana sea, en gran medida, provocada en casa", traza Brzeski.
"La economía alemana vuelve a estar donde estaba hace un año: a la cola del crecimiento de la zona euro y con pocos signos de mejora inminente", certifica el economista de ING. "La esperanza cíclica que se apoderó de la economía alemana en los primeros meses del año ha desaparecido, debido principalmente a una economía mundial más débil, pero también a los temores de un enfriamiento de la economía estadounidense, las tensiones geopolíticas en curso y la incertidumbre política interna".
Commerzbank: "No se vislumbra una verdadera recuperación"
"Además, el creciente número de insolvencias y los anuncios individuales de empresas sobre próximas reestructuraciones de empleo siguen pendiendo como la espada de Damocles sobre lo que ha sido uno de los pocos baluartes de la economía en los últimos años: el mercado laboral", explica el experto. "Preocupantemente, tras el prolongado periodo de resistencia del mercado laboral, la prolongada debilidad industrial ha empezado a extenderse a las intenciones de contratación, con el riesgo de hacer mella en la recuperación del consumo", recoge el guante Mateusz Urban, de Oxford Economics.
"Para empeorar las cosas, las recientes noticias negativas procedentes de la industria automovilística alemana no son en cierto modo más que otra ilustración de los problemas estructurales y cíclicos en curso, pero por desgracia es probable que también alimenten aún más el sentimiento negativo; un círculo vicioso perfecto", remata Brzeski, de ING.
Los atisbos de esperanza son mínimos. "En lo que respecta al ciclo económico, el año que viene debería suavizarse un poco el viento en contra. En primer lugar, las empresas deberían estar cada vez más acostumbradas a unos tipos de interés más altos, sobre todo porque es probable que el BCE haya bajado aún más sus tipos de interés clave para entonces. En segundo lugar, ya se han revertido dos tercios del aumento de los precios de la energía de 2021/22, aunque la energía sigue siendo cara en Alemania en comparación con Estados Unidos, por ejemplo. En tercer lugar, el consumo privado debería aumentar algo el año que viene, porque para entonces debería haber disminuido la preocupación de los ciudadanos por la inflación", enumera Jörg Krämer, economista de Commerzbank. Sin embargo, reconoce él mismo, a pesar de estos factores de alivio, la situación dista de ser ideal. "No se vislumbra una verdadera recuperación", sentencia.
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La economía del 'campeón' alemán sufre una presión cada vez mayor: "Es una racha casi interminable de mala suerte"
El prestigioso indicador de confianza empresarial del Ifo muestra un claro deterioro
La tradicional locomotora económica de Europa se dirige de nuevo a la recesión
A los expertos de ING estos infortunios les recuerdan a los del futbolista Brehme
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24/09/2024 - 11:17
La sucesión de malas noticias económicas desde Alemania ya se ha convertido en avalancha. Cada dato macro negativo viene seguido de titulares como el anuncio de un coloso y emblema nacional como Volkswagen de que planea cerrar fábricas en el país. Los rigores de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, el fin del barato gas ruso tras la guerra de Ucrania, los elevados tipos de interés necesarios para doblegar a la inflación y las nuevas dinámicas comerciales (el 'amigo chino' ya no compra como antes) han hecho a la tradicional locomotora económica europea entrar en barrena. Las perspectivas no pueden ser peores y, aparte de quedar más que telegrafiada la recesión en el corto plazo, el horizonte no acaba de parecer positivo. La imagen de un campeón venido a menos tras haber tocado la gloria viene a la cabeza de los aficionados deportivos.
El enésimo golpe de gracia ha llegado este martes con la encuesta mensual que hace a 7.000 empresas alemana el Instituto Leibniz de Investigación Económica de la Universidad de Múnich. El índice ifo de confianza empresarial de Alemania, seguramente el más observado de toda la Eurozona, ha sorprendido negativamente en septiembre. El indicador ha caído de 86,6 puntos en agosto a 85,4 en septiembre, marcando la peor lectura desde inicio de año y cuando se esperaba un retroceso menor hasta 86,1. La caída se debe principalmente al descenso del índice de las condiciones actuales (de 86,4 a 84,4), aunque también ha bajado el índice de las expectativas (de 86,8 a 86,3).
"Las perspectivas para los próximos meses siguen empeorando", ha reconocido este martes el propio presidente del Ifo, Clemens Fuest, en un comunicado, destacando que el índice manufacturero se encuentra en su nivel más bajo desde 2020. "La economía alemana se encuentra bajo una presión cada vez mayor", ha admitido sin tapujos el alemán, haciendo hincapié en que "la falta de pedidos se ha intensificado". "Los sectores centrales de la industria alemana están en dificultades", ha añadido, constatando lo que ya todo el mundo sabe: la antaño poderosa industria alemana vive horas muy bajas y se encuentra sumida en una crisis existencial.
El nuevo jarro de agua fría arrojado por el Ifo sucede a unos indicadores adelantados de actividad privada conocidos este lunes bastante nefastos. Los índices de gestores de compras (PMI) que elabora S&P Global encuestando a las empresas mostraron que la situación fue de todo menos buena en Alemania en lo tras*currido de septiembre. El informe incluía demoledores datos como el índice de empleo más bajo en 15 años (excluyendo el estallido del el bichito) y frases más que preocupantes: "En señal de resignación, las empresas han prescindido de personal a un ritmo no visto desde la esa época en el 2020 de la que yo le hablo". El propio autor del informe, el doctor Cyrus de la Rubia, lo escribía sin paños calientes: "El optimismo es algo del pasado".
"El reciente deterioro de las encuestas de actividad sugiere que, tras contraerse un 0,1% en el segundo trimestre, la economía alemana probablemente volvió a contraerse en el tercero. Hay que reconocer que el Ifo ha exagerado la debilidad de la economía durante el último año y que la contracción del 2% trimestral que apunta parece demasiado grande. Sin embargo, el PMI compuesto, que ha tenido un mejor historial, también apunta a una caída del PIB de alrededor del 0,4% trimestral.
Actualmente prevemos una contracción del 0,2% trimestral en el tercer trimestre y un estancamiento en el cuarto, pero los riesgos se inclinan claramente hacia un resultado peor", valora en una nota para clientes Franziska Palmas, economista sénior para Europa de Capital Economics.
El propio Bundesbank, aunque ha subrayado que parece poco probable que se produzca una recesión económica grave, ha advertido de que Alemania podría estar ya en recesión, con la posible nueva contracción en el tercer trimestre. Los economistas ya han comenzado a revisar a la baja las previsiones para este año y algunos prevén ahora un estancamiento o incluso otra ligera desaceleración. Alemania fue la única economía del G-7 que se contrajo en 2023.
Siempre aficionado a las metáforas futbolísticas para explicar la economía, Carsten Brzeski, economista de ING, rescata la figura del legendario jugador Andreas Brehme para explicar lo que está ocurriendo. El exfutbolista, fallecido hace poco a los 63 años, alcanzó la gloria en 1990, cuando metió en la final contra la Argentina de Maradona el penalti que dio a la Alemania recién unificada la Copa del Mundo. Pese a este éxito, Brehme conoció después los sinsabores e infortunios del fútbol, con una carrera que se apagó pronto y con periodos en los que se llegó a declarar arruinado económicamente. De hecho, acuñó la elocuente expresión "si tienes una cosa pegada al pie, tienes una cosa pegada al pie". "Fútbol alemán para describir una racha casi interminable de mala suerte. Aunque la actual racha de mala suerte de la economía alemana sea, en gran medida, provocada en casa", traza Brzeski.
"La economía alemana vuelve a estar donde estaba hace un año: a la cola del crecimiento de la zona euro y con pocos signos de mejora inminente", certifica el economista de ING. "La esperanza cíclica que se apoderó de la economía alemana en los primeros meses del año ha desaparecido, debido principalmente a una economía mundial más débil, pero también a los temores de un enfriamiento de la economía estadounidense, las tensiones geopolíticas en curso y la incertidumbre política interna".
Commerzbank: "No se vislumbra una verdadera recuperación"
"Además, el creciente número de insolvencias y los anuncios individuales de empresas sobre próximas reestructuraciones de empleo siguen pendiendo como la espada de Damocles sobre lo que ha sido uno de los pocos baluartes de la economía en los últimos años: el mercado laboral", explica el experto. "Preocupantemente, tras el prolongado periodo de resistencia del mercado laboral, la prolongada debilidad industrial ha empezado a extenderse a las intenciones de contratación, con el riesgo de hacer mella en la recuperación del consumo", recoge el guante Mateusz Urban, de Oxford Economics.
"Para empeorar las cosas, las recientes noticias negativas procedentes de la industria automovilística alemana no son en cierto modo más que otra ilustración de los problemas estructurales y cíclicos en curso, pero por desgracia es probable que también alimenten aún más el sentimiento negativo; un círculo vicioso perfecto", remata Brzeski, de ING.
Los atisbos de esperanza son mínimos. "En lo que respecta al ciclo económico, el año que viene debería suavizarse un poco el viento en contra. En primer lugar, las empresas deberían estar cada vez más acostumbradas a unos tipos de interés más altos, sobre todo porque es probable que el BCE haya bajado aún más sus tipos de interés clave para entonces. En segundo lugar, ya se han revertido dos tercios del aumento de los precios de la energía de 2021/22, aunque la energía sigue siendo cara en Alemania en comparación con Estados Unidos, por ejemplo. En tercer lugar, el consumo privado debería aumentar algo el año que viene, porque para entonces debería haber disminuido la preocupación de los ciudadanos por la inflación", enumera Jörg Krämer, economista de Commerzbank. Sin embargo, reconoce él mismo, a pesar de estos factores de alivio, la situación dista de ser ideal. "No se vislumbra una verdadera recuperación", sentencia.
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