La respuesta de Rajoy a Artur Mas

El independentismo catalán y la atonía como respuesta de Rajoy

LA OPINIÓN PUBLICADA

El independentismo catalán y la atonía como respuesta de Rajoy

GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA*. Ayer "Es difícil, como pretende Rajoy, ignorar por mucho tiempo un movimiento de estas dimensiones, con esta capacidad de convocatoria, y que ya comienza a incidir en la agenda mediática a nivel internacional..."

VALENCIA. La Vía Catalana del pasado 11 de septiembre fue un éxito. Como el año pasado, cientos de miles de personas salieron a la calle, mostrando la fuerza del movimiento independentista. Este año, además, con el matiz de que ya no sólo se trataba de participar en una manifestación, sino en un evento programado que requería de preparación con bastante antelación y de un desplazamiento a veces considerable para llegar al lugar asignado.

A pesar de que más o menos se podía intuir que la Diada iba a ser un éxito, la dimensión del mismo ha vuelto a pillar de sorpresa al Gobierno español, o esa sensación da. Y también, hasta cierto punto, a la propia Generalitat, pues no se entiende muy bien el sentido de las declaraciones de Artur Mas, hace apenas unos días, anunciando que quizás el referendum independentista se quedaría en... Unas elecciones autonómicas en 2016.

Personalmente, no creo que se pueda encontrar una sola razón que explique el auge del independentismo. Sin duda, la crisis económica tiene bastante que ver. Sin duda también, la anulación parcial del Estatut por parte del Tribunal Constitucional contribuyó a canalizar hacia el independentismo a muchos catalanes que hasta entonces sólo tenían cierta insatisfacción (o quizás ni eso) con el marco autonómico. Evidentemente, la actitud agresiva de cierta prensa y ciertos políticos españoles también ha contribuido a soliviantar los ánimos. Y tampoco cabe ignorar el apoyo sistemático que el movimiento independentista, así como la actitud de diferenciación y extrañamiento, paulatinamente mayores, respecto de España, han tenido por parte de las instituciones catalanas, los medios de comunicación y el sistema educativo.

Todos estos factores probablemente han ayudado a cimentar el movimiento y dotarle de la enorme fuerza que tiene ahora. Pero hay dos cosas que conviene tener claras. La primera, que dicha fuerza es genuina; el apoyo social del independentismo es hoy, sin duda, mayoritario (la "mayoría silenciosa" a la que apela la vicepresidenta Sáenz de Santamaría parece mucho más silenciosa que mayoritaria, según muestran las encuestas). La segunda, que mientras desde el Gobierno español, las instituciones, y también la sociedad española, no se ofrezca una alternativa mínimamente atractiva, el independentismo seguirá creciendo.

Está claro que hay independentistas que se sienten sólo catalanes, y que ya eran independentistas hace años en muchos casos. Otros que lo son por motivos más pragmáticos, o por hastío de lo que hoy es España, otros que lo son por no quedarse atrás... Pero, sea como sea, se trata un movimiento sólido y mayoritario, y no parece que vaya a desinflarse cuando se acabe la crisis. O, al menos, no sólo con eso. El Gobierno español, y la sociedad española también, tendrían que hacer algo para mejorar las cosas. Puede que sea tarde, pero desde luego, si no se ofrece nada, entonces sí que será tarde seguro.

España: vuelva usted mañana

La respuesta del Gobierno español, a lo largo de todo este año, ha sido la favorita de Rajoy: no hacer nada. El tradicional "Vuelva usted mañana" de la Administración española. Esta era una opción mejor de lo que cabría parecer, porque al menos no ha soliviantado todavía más los ánimos. Estremece pensar cómo estarían las cosas con alguien como Aznar gestionando el asunto. Pero la evolución de los hechos indica con claridad que el "modelo Rajoy" ya no basta. Al menos, no basta si se quiere evitar la independencia de Cataluña, como sin duda se quiere evitar. Porque las discusiones de tipo económico llegan a una conclusión bastante clara: puede que la independencia sea mala económicamente para Cataluña, pero de lo que no cabe la menor duda es de que sería malísima para España. Eso, por no hablar del trauma emocional, difícil de sobrellevar en un país como este.

Se puede decir que las pretensiones del independentismo catalán son ilegales, que el derecho a la autodeterminación de una parte del país no puede aplicarse a Cataluña, que la Constitución no prevé la secesión... Pero el problema es que la respuesta que se está dando hasta ahora, de "no está previsto", es insuficiente. Y provoca que, a gran velocidad, aumente la fuerza del independentismo. Sin duda, la independencia no será la solución a todos los males que pretende ser, según sus defensores. Pero mientras desde España no se ofrezca nada a los que aún no sean independentistas, lo normal es que su hegemonía social ascienda más y más.

Ese es, obviamente, el problema que tiene el Gobierno español para aceptar una consulta legal, más allá del precedente que suponga: que cada vez parece más claro que dicha consulta tendría como resultado una victoria de los partidarios de la independencia. Quizás holgada. Y entonces sería mucho más difícil de parar la marea, porque se habría hecho explícita, y habría adquirido carta de naturaleza democrática, la fuerza del independentismo.

Cambios imprescindibles

Evidentemente, la respuesta a esta pregunta no es nada sencilla. Desde el Gobierno español y las instancias más críticas con el nacionalismo catalán se puede aducir que ceder ante el crecimiento del independentismo se parece mucho a ceder a un chantaje. Y, de hecho, ya Mariano Rajoy ha dado una respuesta negativa a la nueva petición de Mas de que la consulta prevista para 2014 viniese avalada por el Gobierno. Sin embargo, es difícil ignorar por mucho tiempo un movimiento de estas dimensiones, con esta capacidad de convocatoria, y que ya comienza a incidir en la agenda mediática a nivel internacional, aunque aún sea solo a pequeña escala. Y, sobre todo, no parece tener ningún sentido actuar como si la realidad no existiera, o no fuera relevante, porque no se acomoda a lo que conviene. Un sistema político que funciona bien trata de acomodarse a la realidad del país al que se aplica, y no al revés.

Por la fisonomía y las características de España, lo único que creo que podría funcionar bien, en un país democrático, es un sistema descentralizado con igualdad de derechos (lo cual significaría eliminar el régimen foral de Navarra y País Vasco, o bien generalizarlo). La uniformización borbónica y el centralismo funcionaron razonablemente bien en el siglo XVIII, hasta que llegó la oleada turística francesa de 1808. Desde entonces, España ha sido siempre un Estado demasiado débil para que el centro pudiera imponerse a la periferia, aunque suficientemente fuerte como para retenerla. Y así seguimos, con perpetuas tensiones y mal funcionamiento

#prayfor... Algo por lo que protestar

La profundidad del movimiento independentista contrasta con la sorprendente calma con la que los efectos de la crisis se están sobrellevando en el resto de España. Por supuesto, hay protestas y manifestaciones, pero desde las movilizaciones y concentraciones de protesta de 2012, culminadas en la huelga general de noviembre del año pasado (por no hablar de las concentraciones del 15M del año anterior), parece claro que la movilización social ha remitido. El desaliento con la situación política y económica continúa, pero parece unido a un sentimiento de resignación, de "esto es lo que hay".

En parte, se debe a la ausencia de alternativas, o mejor dicho a la ausencia de proyectos en común que pudieran aunar dichas alternativas. No existe una agenda común de protestas y cambios frente a un sistema esclerotizado, ni un leit-motiv que permita condensarlas y encauzarlas. En Cataluña, ese leit-motiv es la independencia. De ahí su heterogeneidad, su capacidad para articular una mayoría social consistente y la presencia en sus filas de independentistas por razones muy variopintas. De ahí, también, la indefinición del movimiento y de los pasos concretos a seguir, más allá de buscar un referéndum.
 
No es cachondeo....

Rajoy envía la carta a Mas a una dirección errónea y que no existe . Enlace

¿Se puede ser mas pueblerino que este Presidente? Si es que no acierta una.

Eso le pasa por poner

.........

Barcelona Catalunya Cp....

Le viene de vuelta porque Catalunya no existe.
 
El Café de Ocata: Cataluña y Europa

martes, 17 de septiembre de 2013

Cataluña y Europa

Junqueras me ha tranquilizado: "Eso no pasará", ha dicho solemnemente refiriéndose a la posibilidad de que una Cataluña independiente quedara excluida de la UE. Ya estaba temiendo yo que los portavoces de la UE tuvieran razón al decir lo contrario.

Insisto: Hay catalanes que confunden sus ilusiones con sus derechos y estos últimos con los deberes de los demás.

En cuanto a los que escriben mal en castejano...

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Espe_la_de_Yebes Y demorado mental es el Presidente de los españoles... cagate lorito como deben ser sus votantes.




Como debe ser quien te pario a ti

Me hago la idea.

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