sirpask
Será en Octubre
- Desde
- 16 Oct 2009
- Mensajes
- 51.272
- Reputación
- 115.558
-”La red Gladio en España”, lo que no sabe Vd.- | NOTICIAS SIN CENSURA
La OTAN, en colaboración con la CIA, su homólogo el MI 6 británico y otros servicios secretos locales en los países donde operaba, ha cometido numerosos actos terroristas atribuidos falsamente a la izquierda (lo que se llama en lenguaje militar atentados de falsa bandera), intervino secretamente en la política de los países europeos al margen de los ciudadanos y de sus gobiernos supuestamente “democráticos”, organizó fraudes electorales y golpes de Estado.
Los medios de desinformación hicieron todo lo posible por ocultarlo. Cuando ya no pudieron seguir haciéndolo, desde que la existencia de esta red fue revelada por el primer ministro italiano Giulio Andreotti en 1990 ante el Parlamento (1), se dedicaron a minimizar su extensión y sus implicaciones por razones obvias.
La existencia de estos ejércitos secretos clandestinos creados por la OTAN después de la Segunda Guerra Mundial conocidos como Gladio o redes stay-behind (quedar detrás), se justificó por la amenaza inventada de una inminente oleada turística soviética.
¿Pensarás que es una opinión conspiranoica? No.
Ray Cline, uno de los directores adjuntos de la CIA reconoció que “todo el asunto del stay-behind no tenía, a mi modo de ver, otro objetivo que garantizar, en caso de que sucediese lo peor, que un partido comunista llegara al poder, que hubiese agentes para avisarnos, para seguir de cerca los hechos e informarnos”.
La realidad era mucho pero que eso como verás.
Estas operaciones secretas utilizaron a numerosos criminales nazis que fueron cuidadosamente protegidos tras la segunda guerra mundial como Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, que acabó en Bolivia organizando el grupo de asesinos los Novios de la fin (2).
También se utilizaron a fascistas destacados que habían colaborado con los nazis como el príncipe italiano Valerio Borghese, apodado el príncipe neցro, que dirigía la Decima MAS (XMAS), un ejército de 4.000 hombres creado en 1941. Este grupo exterminó a sus compatriotas miembros de la resistencia contra la ocupación nancy, pero gracias a la protección de los Estados Unidos fue declarado «no culpable» tras la liberación en 1945 (3).
La existencia de esta red que estuvo activa durante décadas es hoy indiscutible. A nivel internacional, sus acciones fueron coordinadas por el Pentágono, la OTAN, la CIA y su homólogo británico, el MI-6. Perpetró numerosos actos terroristas, muchos falsamente atribuidos a la izquierda comunista y anarquista, durante años con la ayuda de grupos de extrema derecha.
Sin duda el atentado mas parecido al del 11M en Atocha es el de la estación ferroviaria de Bolonia el 2 de agosto de 1980 que causó 85 muertos y más de 200 heridos (4). Igual que en Atocha el lugar era un importante centro de intersección de tráfico ferroviario para el conjunto del país. Afectó fundamentalmente a gente del pueblo ya que la bomba explotó en la sala de espera de pasajeros de segunda clase de la estación, igual que en el 11M donde los trenes de primera hora no iban precisamente llenos de ministros ni de directores generales.
En ambos casos inmediatamente los autores son identificados y detenidos. El atentado de Bolonia es falsamente atribuido a grupos anarquistas y el de Atocha a grupos islámicos supuestamente conectados con la fantasmagórica y omnipresente Al Qaeda.
En Italia la policía aprovechó para entrar en las sedes de todas las organizaciones izquierdistas, y detener a cientos de personas. Paralelamente solo hizo pesquisas en algunas formaciones de extrema derecha pero evitando curiosamente las dos más importantes: Ordine Nuovo et Avanguardia Nazionale que como se demostró después estaban implicadas en este y otros atentados terroristas (5).
En Bolonia y en Madrid los jueces recibieron multitud de informaciones falsas y erróneas. Según los magistrados italianos, cuya versión está confirmada en las actas de la Corte de Justicia del 23 de noviembre 1995, declararon que los servicios secretos militares, el SISMI “nos hizo llegar una masa de informaciones difícilmente verificable, a fin de empujarnos en unas investigaciones y/o pistas tan improductivas como extenuantes”.
Fueron acusadas varias personas pertenecientes a grupos anarquistas a los que de paso se les imputaron inmediatamente la responsabilidad de otros tres atentados anteriores. La cabeza de turco principal es Pietro Valpreda, un bailarín de profesión. El segundo acusado, el ferroviario Giusepe Pinelli, fue defenestrado después de un interrogatorio. Este hecho inspirará al Premio Nobel Darío Fo su famosa obra de teatro «fin accidental de un anarquista».
Pero el testigo de la acusación Cornelio Rolandia, taxista, que es a la vez miembro del Partido comunista y del MSI, el partido neo-fascista italiano, confesará más tarde al abogado de Valpreda que el jefe de la policía de Milán le indicó a quién debía reconocer como culpable. Rolandia fallece el año siguiente de una «pulmonía fulminante sin fiebre», añadiendo así su nombre a una larga lista de muertes mas que sospechosas.
Sin embargo las pistas condujeron luego a la extrema derecha, y también a los servicios secretos, en particular a la Oficina del Contra-espionaje italiano (HIZO) acerca de la participación e implicación de Mario Merino y Stefino Delle Chiaie, personajes fascistas bien conocidos (6): este último perpetraba también sus fechorías en España, como veremos a continuación.
Las pistas del 11M también apuntan como en los atentados de Bolonia, del 11S y del 7J, a los servicios de inteligencia nacionales y supranacionales, pero en todos los casos han sido enterradas… de momento.
Gladio no solo operó en Italia, sino también en Francia, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Portugal, Alemania, los Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Austria, Grecia, Turquía y por supuesto en España. La OTAN también cometió actos terroristas en el propio Reino Unido (atentados bajo bandera falsa y asesinatos de republicanos irlandeses), en países neutrales de Europa continental como Suiza, pero también en África y Asia fomentando, por ejemplo, la masacre de 1 millón y medio de personas que cometieron en Camboya los Khmers gente de izquierdas entrenados y dirigidos por el servicio secreto británico SOE (7). Sin olvidar que a mediados de los años 90 entrenaron y equiparon a los terroristas que luego se convertirían en el Ejército de Liberación de Kosovo antes y después de los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte sobre la demasiado independiente república Yugoslava. (8)
La red Gladio en España
En España durante la dictadura de Franco “el gobierno mismo era Gladio” según el primer ministro (1981-1982) alopécico Sotelo, que nunca admitió que existiese en España. Pero mentía, igual que lo hicieron todos los gobiernos posteriores.
Durante la dictadura además de tener un gobierno fascista, la red Gladio tuvo una presencia destacada, como documenta rigurosamente Daniel Ganser en su excelente libro Les Armées Secrètes de l’OTAN (9). El coronel Amadeo Martínez (10), entre otros, ha confirmado que España efectivamente albergó una estructura de tipo Gladio.
Desde luego la excusa de defendernos de una oleada turística del ejército soviético para implantar una red Gladio era especialmente ridícula en nuestro país dada la distancia. Aun así, cuando hice la mili, en los años 60 recuerdo que se nos daban surrealistas clases de la estrategia a seguir en caso de oleada turística de la URSS a través de los Pirineos. El objetivo de la red Gladio no era defendernos de la oleada turística rusa, ni en España ni en ningún país, el objetivo era controlar y reprimir a los movimientos de oposición de izquierda e impedir por todos los medios (incluyendo los criminales) que accedieran, no ya al poder, sino incluso a parcelas del poder.
España acogió a numerosos nazis y extremistas de ultraderecha tras la segunda guerra mundial, como es lógico, ya que era el único estado oficialmente fascista que quedaba. Pero también siguió haciéndolo después, como veremos.
Por ejemplo, tras el abortado golpe de estado en Italia del 7 diciembre de 1970 dirigido por el príncipe fascista Valerio Borghèse, se implantó una autentica colonia de derechas encabezada por el mismo. Entre ellos destaca Stefano Delle Chiaie (Cacolla para los amigos) que también participó en el golpe tomando el ministerio del Interior, asociado al nancy Otto Skorzeny que era miembro consultor de los servicios secretos de Franco. Formó un grupo de criminales que participó en unas mil operaciones y al menos en 50 asesinatos de militantes antifascistas por cuenta de los servicios secretos españoles según confesiones de sus miembros, especialmente de Aldo Tisei ante magistrados italianos (11).
Operaron sobre todo en el País Vasco donde, por ejemplo, en 1976 provocaron un enfrentamiento entre diferentes grupos carlistas durante una manifestación en Montejurra en la que hubo varios muertos (12).
Cuando el dictador Pinochet estuvo brevemente en España para asistir al entierro del “generalísimo” Francisco Franco, también encontró tiempo para entrevistarse con el terrorista Stefano Delle Chiaie” (13).
Podemos seguir el rastro de Delle Chiaie posteriormente durante su gloriosa carrera: Como sospechoso en la organización del atentado de la estación de Bolonia en 1980. Organizando asesinatos en Chile (operación Condor) y formando los tristemente célebres escuadrones de la fin en Bolivia junto al nancy Klaus Barbie, también protegido por la red Gladio.
España no solo acogió a fascistas italianos también lo hizo con otros como Jean Pierre Cherid, ex miembro de la OAS, organización terrorista francesa de extrema derecha creada en 1961 para oponerse a la independencia de Argelia con la colaboración de Gladio. Jean Pierre Cherid también estuvo implicado en la operación Montejurra antes mencionada (14).
En los 70 el servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno SECED, una unidad secreta especial creada por Carrero Blanco, mantenía estrechos contactos con la red Gladio española y juntos participaron en la represión violenta del movimiento estudiantil, según Pietro Cedomi (15).
Los servicios secretos españoles trabajaban en estrecha colaboración con la CIA e incluso instalaron una base de Gladio en la isla de Las Palmas, Canarias, igual que el Gladio italiano tuvo una base secreta en Alghero, en la isla de Cerdeña. Según el testimonio del Coronel italiano Alberto Vollo en Las Palmas se entrenaban agentes extranjeros a las órdenes de norteamericanos según testimonios de ellos mismos. (16)
En 1973 la red española participó en un ejercicio “ stay–behind” en Baviera dirigido por los norteamericanos (17), aunque España no entró oficialmente en la OTAN hasta 1982.
Después siguió existiendo. Tras la fin de Franco en 1975 siguieron operando impunemente. Por ejemplo Carlo Cicuttini, ex militante del neofascista Movimiento Social Italiano (MSI) y dirigente del grupo terrorista Ordine Nuovo, perseguido por la justicia italiana a causa del atentado terrorista de Peteano en 1972, también formaba parte de la colonia fascista implantada en España, donde llegó a bordo de un avión militar.
Aquí participó activamente en la matanza perpetrada el 24 de enero de 1977 en el número 55 de la calle de Atocha (Madrid). Fueron asesinados los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco, el estudiante de derecho Serafín Holgado de Antonio, y el administrativo Ángel Rodríguez Leal, y resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Dolores González Ruiz, casada con Sauquillo, embarazada que perdió también a su bebé. Su participación fue confirmada por un informe reservado del Comité Ejecutivo para los Servicios de Información y Seguridad (CESIS), organismo dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia (18) (19).
Este energúmeno fue protegido por el gobierno franquista, y por los gobiernos posteriores independientemente de que fueran de centro, derecha o izquierda. Cuando fue condenado en Italia a cadena perpetua en 1987 el gobierno “democrático” español, entonces socialista, se negó a extraditarlo dando como excusa que estaba casado con la hija de un teniente general y mediante este braguetazo se había convertido en ciudadano español (20).
Cuando en 1990 estalló el escándalo de Gladio en el Parlamento italiano, el parlamentario Antonio Romero de Izquierda Unida planteó la cuestión de la existencia de la red en España al gobierno socialista. Además planteó la posibilidad de una traición de la OTAN al no haberse informado de esta red antes de que España ingresase en ella en 1982.
La negación fue unánime, pero no convenció. El ministro de defensa Serra se vio obligado a encargar una investigación. Pero se la encargó al Centro Superior de Información y de Defensa CESID dirigido por el general Manglano que además era el delegado español en la OTAN para cuestiones de seguridad. El servicio secreto militar CESID era precisamente el principal sospechoso así que encargarle la investigación era como encargar al astuta investigar quien se comió las gallinas, una burla. Para completarla el General Manglano se negó rotundamente a declarar en el Parlamento y por supuesto el resultado de su investigación fue el esperado: España nunca había participado en la red Gladio. Caso cerrado… por ahora.
La OTAN ha ampliado sus actividades a todo el planeta
Si los atentados terroristas de falsa bandera y la ingerencia antidemocrática de la OTAN hasta los años 90 se perpetraron con la excusa de la lucha contra el comunismo fundamentalmente en los países de Europa, ahora la excusa es la guerra contra el terrorismo islámico, el nuevo enemigo inventado que justifica intervenir en todo el mundo.
El objetivo real es el mismo: el mantenimiento de un orden que siga haciendo posible el control y la apropiación de los recursos mundiales por parte de las elites ricas. En especial ahora es de vital importancia apropiarse de los hidrocarburos restantes y controlar sus vías de distribución, a medida que nos aproximamos al zenit del petróleo que según muchos ya se ha alcanzado. Si analizas la constelación de motivos de las últimas guerras y de las que están en curso, este objetivo aparece siempre en primer plano, estrechamente ligado a impedir la emergencia de un bloque que pueda competir con la dominación unilateral de las multinacionales occidentales.
Boletín Armas Contra las Guerras
Notas
(1) Ver « Le SID parallèle – Le cas Gladio » Rapport Andreotti sur l’Opération Gladio. Rapport Andreotti sur l'Opération Gladio | « Le SID parallèle - Le cas Gladio »
(2) Ver al respecto de Klaus Barbie y los grupos nazis en Bolivia nuestro Boletín nº 203 2ª Parte. Lo que no te cuentan sobre Bolivia. El papel de los grupos fascistas que reivindican la autonomía. El papel de los medios de desinformación. Cacería de indios en Cobija, Pando. ¿Habrá un golpe de estado en Bolivia? Alfredo Embid. Boletín Armas contra la Guerra n° 203 segunda parte
(3) Stuart Christie, Stefano delle Chiaie (Anarchy Publications, Londres 1984), p. 6.
(4) Terrorismo de Estado 1980: masacre en Bolonia, 85 muertos. Red Voltaire,
1980: masacre en Bolonia, 85 muertos | Terrorismo de Estado
(5) La orquesta de color, de Frédéric Laurent, Ediciones Stock, 1978.
(6) Terrorismo de Estado. 1980: masacre en Bolonia, 85 muertos
por Red Voltaire. 1980: masacre en Bolonia, 85 muertos | Terrorismo de Estado
(7) Los ejércitos secretos de la OTAN. Séptima parte. Daniele Ganser. Acaba de salir en El Viejo Topo la traducción al castellano: El viejo topo
Los ejércitos secretos de la OTAN
(8) Ver al respecto los dos libros de Michel Collon: El Juego de la Mentira y Monopoly. Ambos publicados en la editorial Hiru. http://www.hiru-ed-com
(9) Daniel Ganser Les Armées Secrètes de l’OTAN
www.voltairenet.org/librairie/product_info.php?products_id=65
(10) Josef Manola. Der Standard 17 nov. 1990. citado en el libro de Daniel Ganser.
(11) Stuart Christie y colaboradores en News on Sunday, extra 31 Mayo 1987, citado en el libro de Danielle Ganser.
(12) Miguel González. El País 2 diciembre 1990, citado en el libro de Danielle Ganser.
(13) Hernando alopécico Ospina “Pinochet, la CIA y los terroristas de la mafia”, Granma, 28 de agosto de 2003.
(14) Más allá de Montejurra. Terrorismo derechista. Edgar González Ruiz | Kaosenlared | 3-4-2006
KAOSENLARED.NET -- Ms all de Montejurra. Terrorismo derechista
(15) Faligot y Kaufer. Les Maitress espions. Robert Laffont, París 1994. pgna. 285
(16) Daniel Ganser Les Armées Secrètes de l’OTAN
www.voltairenet.org/librairie/product_info.php?products_id=65
(17) Gerardo Serravallo. Gladio. Edizione Associate Roma 1991. p 82.
(18) Miguel Gonzalez. El país 2 diciembre 1990. Citado en el libro de Danielle Ganser.
(19) Angel Luis de la Calle. Expresso Portugal 8 dic. 1990. Citado en el libro de Danielle Ganser.
(20) Agence France Presse. 17 Abril 1998. Citado en el libro de Danielle Ganser.
Historia, actividades e incógnitas abiertas de Gladio en España. Un libro imprescindible para la izquierda (III) - Corrent Roig
Historia, actividades e incógnitas abiertas de Gladio en España. Un libro imprescindible para la izquierda (III)
Como se apuntó en anteriores entregas, la editorial de “El Viejo Topo”, en traducción de Antonio Antón Fernández y con prólogo de John Prados, ha publicado recientemente Los ejércitos secretos de la OTAN. La operación Gladio y el terrorismo en Europa Occidental. El autor del estudio, Daniele Ganser, es investigador en el Centro de Estudios para la Seguridad en el Instituto Federal de Tecnología de Zurich, el mismo instituto donde Einstein se formó como físico entre 1896 y 1900.
En la magnífica cronología de las páginas 341-346 hay dos referencias a las actuaciones de estos ejércitos secretos otánicos en España. No serían las únicas probablemente. Son las dos siguientes:
1970. En España, terroristas de extrema derecha, incluyendo a Stefano delle Chiaie, de Gladio, son contratados para la policía secreta de Franco. Habían volado desde Italia tras un golpe de Estado abortado durante el cual el ultraderechista Valerio Borghese había ordenado al stay-behind ocupar el Ministerio de Interior en Roma.
1977. En España, el stay-behind, con el apoyo de los terroristas ultraderechistas italianos, lleva a cabo la masacre de Atocha en Madrid; en un ataque a una oficina de abogados, vinculada al Partido Comunista, asesina a cinco personas.
Dos personajes, dos fascistas italianos, destacan en la trama Gladio española: Stefano Delle Chiaie, nacido en 1936, el más conocido miembro terrorista de los ejércitos secretos que luchó clandestinamente contra el comunismo en Europa y fuera de ella durante la guerra fría, y Carlo Cicuttini. André Moyén, por su parte, señala Ganser, un agente retirado de la CIA, declaró a los 76 años al diario comunista belga Drapeau Rouge que los agentes españoles, la policía política del fascismo español, había jugado un papel destacado en el reclutamiento de agentes de Gladio. Los primeros contactos de Moyen con la rama española tuvieron lugar en 1948 cuando una célula de Gladio ya operaba en Las Palmas de Gran Canaria.
La dictadura de Franco, ese Régimen clerical-fascista tan añorado por el señor Mayor Oreja, sirvió de refugio, como es sabido, durante la guerra fría a muchos terroristas de extrema derecha que habían tomado parte en la guerra anticomunista en Europa. Marco Pozzan, un miembro de la organización de extrema derecha italiana Ordine Nuovo, reveló en 1984 al juez Casson, el juez que desvelaría posteriormente la existencia de Gladio, que toda una colonia de fascistas italianos se habían instalado en España durante los últimos años de la dictadura de Franco. Más de cien golpistas huyeron de Italia después de que el Príncipe Valerio Borghese intentara derrocar el gobierno italiano el 7 de diciembre de 1970. Entre estos extremistas estaban el mismo Borghese, así como a Carlo Cicuttini y Mario Ricci. Todos ellos se reagruparon en España bajo el liderazgo de Stefano Delle Chiaie. Este último, durante el intento golpista, había ocupado con sus hombres el Ministerio de Interior italiano.
En España, Delle Chiaie se vinculó con miembros de extrema derecha de países europeos. Con Otto Skorzeny, un antiguo nancy, y con Yves Guérain Serac, un antiguo oficial francés de la ilegal Organisation Armée Secrète (OAS) y el responsable, también vinculado a Gladio, del frente de la CIA en Portugal. Skorzeny trabajó para el servicio secreto de Franco como “consultor de seguridad” y contrató a Delle Chiaie para perseguir a los opositores a Franco tanto en España como en el exterior. Ganser asegura que así fue como Delle Chiaie llevó a cabo más de mil ataques sangrientos. Resultado estimado: 50 asesinatos (De hecho, los miembros del ejército secreto de Delle Chiaie, confesaron más tarde a los magistrados italianos que durante su exilio español habían perseguido y asesinado a antifascistas por órdenes del servicio secreto español, por órdenes de la BPS y cuerpos afines).
Marco Pozzan, que había huido a España en los primeros años setenta, reveló que “Caccola”, el nombre de guerra de Delle Chiaie, había sido bien remunerado por sus servicios en España. Colaboradores suyos, se infiltraron en ETA como agentes provocadores. Pozzan declaró que durante la manifestación en Montejurra de 1976, Caccola y su grupo organizaron una provocación fascista. “Para que la policía española no pudiese ser acusada por una intervención vio lentamente represiva e injustificada, Caccola y su grupo tenían la tarea de provocar y crear desórdenes”. Hubo varios asesinatos
Tras la fin de Franco, Delle Chiaie decidió que España ya no era un lugar seguro y se fue a Chile. El dictador Pinochet le reclutó para cazar y asesinar a los opositores chilenos en la “Operación Cóndor”. Después se mudó a Bolivia, donde organizó los escuadrones de la fin para proteger al gobierno reaccionario y se implicó en “asesinatos ilimitados”. Después de salir de España volvió sólo contadas veces a Europa. La excepción: 1980, cuando la policía italiana sospechó que pudo volver a Italia para llevar a cabo la masacre de la estación de Bolonia. A los 51 años, Delle Chiaie fue finalmente arrestado el 27 de marzo de 1987 en Caracas por el servicio secreto local. Solamente unas horas después, agentes del servicio secreto italiano y de la CIA estaban presentes. Caccola no expresó remordimientos por sus actuaciones. Llamó la atención sobre el hecho de que en sus guerras secretas contra la izquierda había sido protegido por numerosos gobiernos que, en compensación, le pedían que llevase a cabo ciertas acciones que él cumplía encantado.
La tras*formación del terrorífico aparato de seguridad fascista, apunta Ganser, resultó un poco complicada. El SECED, el Servicio Central de Documentación de Defensa, el más destacado servicio secreto militar español, pasó a ser el CESID, el Centro Superior de Información de Defensa. Su primer Director, el general Jose María Burgón López-Doriga, vio que había sido construido básicamente por ex miembros del SECED.
De este modo, la guerra secreta en cooperación con los derechistas italianos pudo continuar como informó la prensa durante el descubrimiento de los ejércitos secretos de Gladio en 1990. Por aquellas fechas, la prensa informó del último vínculo conocido entre España y la red secreta. Carlo Cicuttini, vinculado a Gladio, había tomado parte en la masacre de Atocha, en enero de 1977. Un comando de extrema-derecha atacó un despacho de abogados del Partido Comunista de España, asesinando a cinco personas.
Cicuttini había volado a España a bordo de un avión militar tras los atentados de 1972 en Peteano, que años después fueron adjudicados a Vincenzo Vinciguerra y el ejército secreto por el juez Casson, cuando se inició el descubrimiento de Gladio en toda Europa. En España, Cicuttini se implicó en la guerra secreta para Franco. Este, a cambio, le protegió de la justicia italiana.
En 1987, Italia condenó a Cicuttini a cadena perpetua por su participación en la masacre de Peteano. Pero España, con gobierno PSOE de mayoría absoluta, en un ejemplo de la persistente influencia del aparato militar, apunta Ganser, “rechazó extraditarle, puesto que el ultraderechista se había casado con la hija de un general español, y se había convertido en ciudadano español”. En 1998, a la edad de 50 años, Cicuttini fue arrestado en Francia y extraditado a Italia.
Ganser destapa también otro nudo.
Como el resto de ejércitos secretos en Europa occidental, la red española anticomunista cultivó contactos estrechos con la OTAN. El general italiano Gerardo Serravalle, que dirigió el Gladio italiano desde 1971 hasta 1974, tras el descubrimiento de la red en 1990, escribió un libro sobre la rama italiana del ejército secreto. En su libro relata que en 1973, los comandantes del ejército secreto se reunieron en Bruselas, en una reunión extraordinaria, para discutir la admisión de la España de Franco en el CPC. El servicio secreto militar francés y la CIA, en posición dominante, habrían pedido la admisión de la red española mientras que Italia, representada por Serravalle, se habría opuesto a la sugerencia, puesto que era bien conocido que la red española protegía a terroristas italianos de extrema-derecha buscados por la justicia italiana. En una segunda reunión del CPC en París, los miembros del servicio secreto fascista español estuvieron de nuevo presentes. Defendieron la inclusión de España en el centro de mando de Gladio como miembro oficial: “España había permitido durante mucho tiempo a los Estados Unidos el derecho a estacionar misiles nucleares norteamericanos en su suelo, así como admitido a buques y submarinos norteamericanos en sus puertos, pero no estaba obteniendo nada a cambio de la OTAN”. Los agentes del servicio secreto español estaban interesados en tener una red secreta para combatir a los comunistas y socialistas antifraquistas españoles.
Ganser cuenta un nudo decisivo: “En todas las reuniones hay una hora de la verdad’, uno debe sólo esperar”, comentaba Serravalle en su libro. “Es la hora en la que los delegados de los servicios secretos, relajados con una bebida o un café, se ven más propensos a hablar sinceramente. En París esta hora llegó durante la pausa del café. Me acerqué a un miembro del servicio español, y comencé diciendo que su gobierno había quizás sobreestimado la realidad del peligro de la amenaza que venía del Este. Quería provocarle. Él, mirándome completamente sor prendido, admitió que España tenía el problema de los comunistas (los gente de izquierdas). Ahí la teníamos, la verdad.”
Gladio siguió su historia en España. El poderosísimo general Manglano, pese a la petición del legislativo, hacer declaraciones sobre el tema en 1990. Antonio Romero, entonces diputado de IU, concluyó razonablemente que en España también “el personal militar de alto rango está implicado en el caso Gladio”.
Tras el supuesto e inverosímil fracaso del gobierno del PSOE para hacer declarar a Manglano, cuenta Ganser, la prensa española preguntó sobre el asunto Gladio a alopécico Sotelo. El ex primer ministro desde febrero de 1981 hasta diciembre de 1982, el presidente de gobierno que durante su mandato había nombrado al general Alonso Manglano Director del CESID, afirmó que Gladio no existió en España. Estas son las palabras que Ganser recoge: “No tengo ningún conocimiento acerca de que algo parecido haya existido nunca, y sin ninguna duda, lo habría sabido si hubiese existido aquí”. Los periodistas insistieron en que los ejércitos de Gladio habían existido en toda Europa. Sotelo explicó que la red Gladio era ridícula y criminal, y añadió que “si me hubiesen informado de tal locura, habría actuado”. Sin embargo, un oficial italiano implicado en los ejércitos secretos testificó que soldados del ejército secreto de la OTAN se habían entrenado en España durante el período de 1966 hasta mediados de los años setenta. Él mismo, junto con otros cincuenta agentes, había recibido instrucción en una base militar en Las Palmas. Los instructores eran principalmente agentes de los Estados Unidos.
Javier Rupérez, el primer embajador español en la OTAN desde junio de 1982 hasta febrero de 1983, declaró que él no tenía conocimiento de Gladio. Rupérez, cuando era Director de la Comisión de Defensa por el PP, declaró: “Nunca he sabido nada de este tema. No tengo las más vaga idea acerca de lo que estoy leyendo ahora en los periódicos.”
Fernando Morán, el ministro de exteriores del primer gobierno PSOE, afirmó que no sabía nada tampoco sobre Gladio: “Ni durante mi tiempo como ministro, ni en ningún otro momento, tuve la más mínima información, indicación o rumor sobre la existencia de Gladio o algo similar.”
El 15 de noviembre de 1990, Antonio Romero solicitó al gobierno español, al Presidente Felipe González y al ministro de Defensa Narcís Serra, que explicaran qué rol, de haber alguno, había jugado el país respecto a la Operación Gladio y los ejércitos secretos de la OTAN. Un día antes de su intervención parlamentaria Felipe González afirmó que España “nunca ha sido siquiera considerada” a la hora de tener un papel en Gladio”. Romero planteó tres preguntas parlamentarias. La primera decía así: “¿Pretende el gobierno español pedir a la OTAN, como miembro de derecho, explicaciones sobre la actividad y existencia de una red Gladio?” En la segunda, Romero quería saber si el ejecutivo español comenzaría “un debate y una clarificación sobre las actividades de Gladio al nivel de los ministros de Defensa, los ministros de Exteriores, y los Primeros ministros de los países miembros de la OTAN?” Finalmente Romero quería saber si el gobierno español consideraba la posibilidad de una deslealtad a la OTAN.
alopécico Sotelo confirmó que cuando España se embarcó tras la fin de Franco en su nuevo experimento democrático, existieron temores acerca de lo que haría el PCE. “El modesto resultado del PCE en las primeras elecciones, y el aún más modesto resultado de las siguientes, calmaron los temores”. alopécico Sotelo, que era en aquel momento un destacado promotor de la entrada de España en la OTAN, destacó que España en el momento de su entrada no fue informada, al firmar, de la existencia de una red secreta Gladio.“No ha habido correspondencia escrita sobre el asunto y por tanto no había necesidad de hablar sobre ello, si de eso se hubiera hablado”.
¿Supo el PSOE de la existencia de estas redes secretas cuando accedió al gobierno del país? Serra lo negó: “cuando llegamos al poder en 1982 no encontramos nada parecido”. No es imposible que Serra no dijera toda la verdad y que durante el referéndum convocado años más tarde para permanecer en la alianza atlántica militar se ocultara ese lado oscuro del poder militar.
La OTAN, en colaboración con la CIA, su homólogo el MI 6 británico y otros servicios secretos locales en los países donde operaba, ha cometido numerosos actos terroristas atribuidos falsamente a la izquierda (lo que se llama en lenguaje militar atentados de falsa bandera), intervino secretamente en la política de los países europeos al margen de los ciudadanos y de sus gobiernos supuestamente “democráticos”, organizó fraudes electorales y golpes de Estado.
Los medios de desinformación hicieron todo lo posible por ocultarlo. Cuando ya no pudieron seguir haciéndolo, desde que la existencia de esta red fue revelada por el primer ministro italiano Giulio Andreotti en 1990 ante el Parlamento (1), se dedicaron a minimizar su extensión y sus implicaciones por razones obvias.
La existencia de estos ejércitos secretos clandestinos creados por la OTAN después de la Segunda Guerra Mundial conocidos como Gladio o redes stay-behind (quedar detrás), se justificó por la amenaza inventada de una inminente oleada turística soviética.
¿Pensarás que es una opinión conspiranoica? No.
Ray Cline, uno de los directores adjuntos de la CIA reconoció que “todo el asunto del stay-behind no tenía, a mi modo de ver, otro objetivo que garantizar, en caso de que sucediese lo peor, que un partido comunista llegara al poder, que hubiese agentes para avisarnos, para seguir de cerca los hechos e informarnos”.
La realidad era mucho pero que eso como verás.
Estas operaciones secretas utilizaron a numerosos criminales nazis que fueron cuidadosamente protegidos tras la segunda guerra mundial como Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, que acabó en Bolivia organizando el grupo de asesinos los Novios de la fin (2).
También se utilizaron a fascistas destacados que habían colaborado con los nazis como el príncipe italiano Valerio Borghese, apodado el príncipe neցro, que dirigía la Decima MAS (XMAS), un ejército de 4.000 hombres creado en 1941. Este grupo exterminó a sus compatriotas miembros de la resistencia contra la ocupación nancy, pero gracias a la protección de los Estados Unidos fue declarado «no culpable» tras la liberación en 1945 (3).
La existencia de esta red que estuvo activa durante décadas es hoy indiscutible. A nivel internacional, sus acciones fueron coordinadas por el Pentágono, la OTAN, la CIA y su homólogo británico, el MI-6. Perpetró numerosos actos terroristas, muchos falsamente atribuidos a la izquierda comunista y anarquista, durante años con la ayuda de grupos de extrema derecha.
Sin duda el atentado mas parecido al del 11M en Atocha es el de la estación ferroviaria de Bolonia el 2 de agosto de 1980 que causó 85 muertos y más de 200 heridos (4). Igual que en Atocha el lugar era un importante centro de intersección de tráfico ferroviario para el conjunto del país. Afectó fundamentalmente a gente del pueblo ya que la bomba explotó en la sala de espera de pasajeros de segunda clase de la estación, igual que en el 11M donde los trenes de primera hora no iban precisamente llenos de ministros ni de directores generales.
En ambos casos inmediatamente los autores son identificados y detenidos. El atentado de Bolonia es falsamente atribuido a grupos anarquistas y el de Atocha a grupos islámicos supuestamente conectados con la fantasmagórica y omnipresente Al Qaeda.
En Italia la policía aprovechó para entrar en las sedes de todas las organizaciones izquierdistas, y detener a cientos de personas. Paralelamente solo hizo pesquisas en algunas formaciones de extrema derecha pero evitando curiosamente las dos más importantes: Ordine Nuovo et Avanguardia Nazionale que como se demostró después estaban implicadas en este y otros atentados terroristas (5).
En Bolonia y en Madrid los jueces recibieron multitud de informaciones falsas y erróneas. Según los magistrados italianos, cuya versión está confirmada en las actas de la Corte de Justicia del 23 de noviembre 1995, declararon que los servicios secretos militares, el SISMI “nos hizo llegar una masa de informaciones difícilmente verificable, a fin de empujarnos en unas investigaciones y/o pistas tan improductivas como extenuantes”.
Fueron acusadas varias personas pertenecientes a grupos anarquistas a los que de paso se les imputaron inmediatamente la responsabilidad de otros tres atentados anteriores. La cabeza de turco principal es Pietro Valpreda, un bailarín de profesión. El segundo acusado, el ferroviario Giusepe Pinelli, fue defenestrado después de un interrogatorio. Este hecho inspirará al Premio Nobel Darío Fo su famosa obra de teatro «fin accidental de un anarquista».
Pero el testigo de la acusación Cornelio Rolandia, taxista, que es a la vez miembro del Partido comunista y del MSI, el partido neo-fascista italiano, confesará más tarde al abogado de Valpreda que el jefe de la policía de Milán le indicó a quién debía reconocer como culpable. Rolandia fallece el año siguiente de una «pulmonía fulminante sin fiebre», añadiendo así su nombre a una larga lista de muertes mas que sospechosas.
Sin embargo las pistas condujeron luego a la extrema derecha, y también a los servicios secretos, en particular a la Oficina del Contra-espionaje italiano (HIZO) acerca de la participación e implicación de Mario Merino y Stefino Delle Chiaie, personajes fascistas bien conocidos (6): este último perpetraba también sus fechorías en España, como veremos a continuación.
Las pistas del 11M también apuntan como en los atentados de Bolonia, del 11S y del 7J, a los servicios de inteligencia nacionales y supranacionales, pero en todos los casos han sido enterradas… de momento.
Gladio no solo operó en Italia, sino también en Francia, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Portugal, Alemania, los Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Austria, Grecia, Turquía y por supuesto en España. La OTAN también cometió actos terroristas en el propio Reino Unido (atentados bajo bandera falsa y asesinatos de republicanos irlandeses), en países neutrales de Europa continental como Suiza, pero también en África y Asia fomentando, por ejemplo, la masacre de 1 millón y medio de personas que cometieron en Camboya los Khmers gente de izquierdas entrenados y dirigidos por el servicio secreto británico SOE (7). Sin olvidar que a mediados de los años 90 entrenaron y equiparon a los terroristas que luego se convertirían en el Ejército de Liberación de Kosovo antes y después de los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte sobre la demasiado independiente república Yugoslava. (8)
La red Gladio en España
En España durante la dictadura de Franco “el gobierno mismo era Gladio” según el primer ministro (1981-1982) alopécico Sotelo, que nunca admitió que existiese en España. Pero mentía, igual que lo hicieron todos los gobiernos posteriores.
Durante la dictadura además de tener un gobierno fascista, la red Gladio tuvo una presencia destacada, como documenta rigurosamente Daniel Ganser en su excelente libro Les Armées Secrètes de l’OTAN (9). El coronel Amadeo Martínez (10), entre otros, ha confirmado que España efectivamente albergó una estructura de tipo Gladio.
Desde luego la excusa de defendernos de una oleada turística del ejército soviético para implantar una red Gladio era especialmente ridícula en nuestro país dada la distancia. Aun así, cuando hice la mili, en los años 60 recuerdo que se nos daban surrealistas clases de la estrategia a seguir en caso de oleada turística de la URSS a través de los Pirineos. El objetivo de la red Gladio no era defendernos de la oleada turística rusa, ni en España ni en ningún país, el objetivo era controlar y reprimir a los movimientos de oposición de izquierda e impedir por todos los medios (incluyendo los criminales) que accedieran, no ya al poder, sino incluso a parcelas del poder.
España acogió a numerosos nazis y extremistas de ultraderecha tras la segunda guerra mundial, como es lógico, ya que era el único estado oficialmente fascista que quedaba. Pero también siguió haciéndolo después, como veremos.
Por ejemplo, tras el abortado golpe de estado en Italia del 7 diciembre de 1970 dirigido por el príncipe fascista Valerio Borghèse, se implantó una autentica colonia de derechas encabezada por el mismo. Entre ellos destaca Stefano Delle Chiaie (Cacolla para los amigos) que también participó en el golpe tomando el ministerio del Interior, asociado al nancy Otto Skorzeny que era miembro consultor de los servicios secretos de Franco. Formó un grupo de criminales que participó en unas mil operaciones y al menos en 50 asesinatos de militantes antifascistas por cuenta de los servicios secretos españoles según confesiones de sus miembros, especialmente de Aldo Tisei ante magistrados italianos (11).
Operaron sobre todo en el País Vasco donde, por ejemplo, en 1976 provocaron un enfrentamiento entre diferentes grupos carlistas durante una manifestación en Montejurra en la que hubo varios muertos (12).
Cuando el dictador Pinochet estuvo brevemente en España para asistir al entierro del “generalísimo” Francisco Franco, también encontró tiempo para entrevistarse con el terrorista Stefano Delle Chiaie” (13).
Podemos seguir el rastro de Delle Chiaie posteriormente durante su gloriosa carrera: Como sospechoso en la organización del atentado de la estación de Bolonia en 1980. Organizando asesinatos en Chile (operación Condor) y formando los tristemente célebres escuadrones de la fin en Bolivia junto al nancy Klaus Barbie, también protegido por la red Gladio.
España no solo acogió a fascistas italianos también lo hizo con otros como Jean Pierre Cherid, ex miembro de la OAS, organización terrorista francesa de extrema derecha creada en 1961 para oponerse a la independencia de Argelia con la colaboración de Gladio. Jean Pierre Cherid también estuvo implicado en la operación Montejurra antes mencionada (14).
En los 70 el servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno SECED, una unidad secreta especial creada por Carrero Blanco, mantenía estrechos contactos con la red Gladio española y juntos participaron en la represión violenta del movimiento estudiantil, según Pietro Cedomi (15).
Los servicios secretos españoles trabajaban en estrecha colaboración con la CIA e incluso instalaron una base de Gladio en la isla de Las Palmas, Canarias, igual que el Gladio italiano tuvo una base secreta en Alghero, en la isla de Cerdeña. Según el testimonio del Coronel italiano Alberto Vollo en Las Palmas se entrenaban agentes extranjeros a las órdenes de norteamericanos según testimonios de ellos mismos. (16)
En 1973 la red española participó en un ejercicio “ stay–behind” en Baviera dirigido por los norteamericanos (17), aunque España no entró oficialmente en la OTAN hasta 1982.
Después siguió existiendo. Tras la fin de Franco en 1975 siguieron operando impunemente. Por ejemplo Carlo Cicuttini, ex militante del neofascista Movimiento Social Italiano (MSI) y dirigente del grupo terrorista Ordine Nuovo, perseguido por la justicia italiana a causa del atentado terrorista de Peteano en 1972, también formaba parte de la colonia fascista implantada en España, donde llegó a bordo de un avión militar.
Aquí participó activamente en la matanza perpetrada el 24 de enero de 1977 en el número 55 de la calle de Atocha (Madrid). Fueron asesinados los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco, el estudiante de derecho Serafín Holgado de Antonio, y el administrativo Ángel Rodríguez Leal, y resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Dolores González Ruiz, casada con Sauquillo, embarazada que perdió también a su bebé. Su participación fue confirmada por un informe reservado del Comité Ejecutivo para los Servicios de Información y Seguridad (CESIS), organismo dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia (18) (19).
Este energúmeno fue protegido por el gobierno franquista, y por los gobiernos posteriores independientemente de que fueran de centro, derecha o izquierda. Cuando fue condenado en Italia a cadena perpetua en 1987 el gobierno “democrático” español, entonces socialista, se negó a extraditarlo dando como excusa que estaba casado con la hija de un teniente general y mediante este braguetazo se había convertido en ciudadano español (20).
Cuando en 1990 estalló el escándalo de Gladio en el Parlamento italiano, el parlamentario Antonio Romero de Izquierda Unida planteó la cuestión de la existencia de la red en España al gobierno socialista. Además planteó la posibilidad de una traición de la OTAN al no haberse informado de esta red antes de que España ingresase en ella en 1982.
La negación fue unánime, pero no convenció. El ministro de defensa Serra se vio obligado a encargar una investigación. Pero se la encargó al Centro Superior de Información y de Defensa CESID dirigido por el general Manglano que además era el delegado español en la OTAN para cuestiones de seguridad. El servicio secreto militar CESID era precisamente el principal sospechoso así que encargarle la investigación era como encargar al astuta investigar quien se comió las gallinas, una burla. Para completarla el General Manglano se negó rotundamente a declarar en el Parlamento y por supuesto el resultado de su investigación fue el esperado: España nunca había participado en la red Gladio. Caso cerrado… por ahora.
La OTAN ha ampliado sus actividades a todo el planeta
Si los atentados terroristas de falsa bandera y la ingerencia antidemocrática de la OTAN hasta los años 90 se perpetraron con la excusa de la lucha contra el comunismo fundamentalmente en los países de Europa, ahora la excusa es la guerra contra el terrorismo islámico, el nuevo enemigo inventado que justifica intervenir en todo el mundo.
El objetivo real es el mismo: el mantenimiento de un orden que siga haciendo posible el control y la apropiación de los recursos mundiales por parte de las elites ricas. En especial ahora es de vital importancia apropiarse de los hidrocarburos restantes y controlar sus vías de distribución, a medida que nos aproximamos al zenit del petróleo que según muchos ya se ha alcanzado. Si analizas la constelación de motivos de las últimas guerras y de las que están en curso, este objetivo aparece siempre en primer plano, estrechamente ligado a impedir la emergencia de un bloque que pueda competir con la dominación unilateral de las multinacionales occidentales.
Boletín Armas Contra las Guerras
Notas
(1) Ver « Le SID parallèle – Le cas Gladio » Rapport Andreotti sur l’Opération Gladio. Rapport Andreotti sur l'Opération Gladio | « Le SID parallèle - Le cas Gladio »
(2) Ver al respecto de Klaus Barbie y los grupos nazis en Bolivia nuestro Boletín nº 203 2ª Parte. Lo que no te cuentan sobre Bolivia. El papel de los grupos fascistas que reivindican la autonomía. El papel de los medios de desinformación. Cacería de indios en Cobija, Pando. ¿Habrá un golpe de estado en Bolivia? Alfredo Embid. Boletín Armas contra la Guerra n° 203 segunda parte
(3) Stuart Christie, Stefano delle Chiaie (Anarchy Publications, Londres 1984), p. 6.
(4) Terrorismo de Estado 1980: masacre en Bolonia, 85 muertos. Red Voltaire,
1980: masacre en Bolonia, 85 muertos | Terrorismo de Estado
(5) La orquesta de color, de Frédéric Laurent, Ediciones Stock, 1978.
(6) Terrorismo de Estado. 1980: masacre en Bolonia, 85 muertos
por Red Voltaire. 1980: masacre en Bolonia, 85 muertos | Terrorismo de Estado
(7) Los ejércitos secretos de la OTAN. Séptima parte. Daniele Ganser. Acaba de salir en El Viejo Topo la traducción al castellano: El viejo topo
Los ejércitos secretos de la OTAN
(8) Ver al respecto los dos libros de Michel Collon: El Juego de la Mentira y Monopoly. Ambos publicados en la editorial Hiru. http://www.hiru-ed-com
(9) Daniel Ganser Les Armées Secrètes de l’OTAN
www.voltairenet.org/librairie/product_info.php?products_id=65
(10) Josef Manola. Der Standard 17 nov. 1990. citado en el libro de Daniel Ganser.
(11) Stuart Christie y colaboradores en News on Sunday, extra 31 Mayo 1987, citado en el libro de Danielle Ganser.
(12) Miguel González. El País 2 diciembre 1990, citado en el libro de Danielle Ganser.
(13) Hernando alopécico Ospina “Pinochet, la CIA y los terroristas de la mafia”, Granma, 28 de agosto de 2003.
(14) Más allá de Montejurra. Terrorismo derechista. Edgar González Ruiz | Kaosenlared | 3-4-2006
KAOSENLARED.NET -- Ms all de Montejurra. Terrorismo derechista
(15) Faligot y Kaufer. Les Maitress espions. Robert Laffont, París 1994. pgna. 285
(16) Daniel Ganser Les Armées Secrètes de l’OTAN
www.voltairenet.org/librairie/product_info.php?products_id=65
(17) Gerardo Serravallo. Gladio. Edizione Associate Roma 1991. p 82.
(18) Miguel Gonzalez. El país 2 diciembre 1990. Citado en el libro de Danielle Ganser.
(19) Angel Luis de la Calle. Expresso Portugal 8 dic. 1990. Citado en el libro de Danielle Ganser.
(20) Agence France Presse. 17 Abril 1998. Citado en el libro de Danielle Ganser.
Historia, actividades e incógnitas abiertas de Gladio en España. Un libro imprescindible para la izquierda (III) - Corrent Roig
Historia, actividades e incógnitas abiertas de Gladio en España. Un libro imprescindible para la izquierda (III)
Como se apuntó en anteriores entregas, la editorial de “El Viejo Topo”, en traducción de Antonio Antón Fernández y con prólogo de John Prados, ha publicado recientemente Los ejércitos secretos de la OTAN. La operación Gladio y el terrorismo en Europa Occidental. El autor del estudio, Daniele Ganser, es investigador en el Centro de Estudios para la Seguridad en el Instituto Federal de Tecnología de Zurich, el mismo instituto donde Einstein se formó como físico entre 1896 y 1900.
En la magnífica cronología de las páginas 341-346 hay dos referencias a las actuaciones de estos ejércitos secretos otánicos en España. No serían las únicas probablemente. Son las dos siguientes:
1970. En España, terroristas de extrema derecha, incluyendo a Stefano delle Chiaie, de Gladio, son contratados para la policía secreta de Franco. Habían volado desde Italia tras un golpe de Estado abortado durante el cual el ultraderechista Valerio Borghese había ordenado al stay-behind ocupar el Ministerio de Interior en Roma.
1977. En España, el stay-behind, con el apoyo de los terroristas ultraderechistas italianos, lleva a cabo la masacre de Atocha en Madrid; en un ataque a una oficina de abogados, vinculada al Partido Comunista, asesina a cinco personas.
Dos personajes, dos fascistas italianos, destacan en la trama Gladio española: Stefano Delle Chiaie, nacido en 1936, el más conocido miembro terrorista de los ejércitos secretos que luchó clandestinamente contra el comunismo en Europa y fuera de ella durante la guerra fría, y Carlo Cicuttini. André Moyén, por su parte, señala Ganser, un agente retirado de la CIA, declaró a los 76 años al diario comunista belga Drapeau Rouge que los agentes españoles, la policía política del fascismo español, había jugado un papel destacado en el reclutamiento de agentes de Gladio. Los primeros contactos de Moyen con la rama española tuvieron lugar en 1948 cuando una célula de Gladio ya operaba en Las Palmas de Gran Canaria.
La dictadura de Franco, ese Régimen clerical-fascista tan añorado por el señor Mayor Oreja, sirvió de refugio, como es sabido, durante la guerra fría a muchos terroristas de extrema derecha que habían tomado parte en la guerra anticomunista en Europa. Marco Pozzan, un miembro de la organización de extrema derecha italiana Ordine Nuovo, reveló en 1984 al juez Casson, el juez que desvelaría posteriormente la existencia de Gladio, que toda una colonia de fascistas italianos se habían instalado en España durante los últimos años de la dictadura de Franco. Más de cien golpistas huyeron de Italia después de que el Príncipe Valerio Borghese intentara derrocar el gobierno italiano el 7 de diciembre de 1970. Entre estos extremistas estaban el mismo Borghese, así como a Carlo Cicuttini y Mario Ricci. Todos ellos se reagruparon en España bajo el liderazgo de Stefano Delle Chiaie. Este último, durante el intento golpista, había ocupado con sus hombres el Ministerio de Interior italiano.
En España, Delle Chiaie se vinculó con miembros de extrema derecha de países europeos. Con Otto Skorzeny, un antiguo nancy, y con Yves Guérain Serac, un antiguo oficial francés de la ilegal Organisation Armée Secrète (OAS) y el responsable, también vinculado a Gladio, del frente de la CIA en Portugal. Skorzeny trabajó para el servicio secreto de Franco como “consultor de seguridad” y contrató a Delle Chiaie para perseguir a los opositores a Franco tanto en España como en el exterior. Ganser asegura que así fue como Delle Chiaie llevó a cabo más de mil ataques sangrientos. Resultado estimado: 50 asesinatos (De hecho, los miembros del ejército secreto de Delle Chiaie, confesaron más tarde a los magistrados italianos que durante su exilio español habían perseguido y asesinado a antifascistas por órdenes del servicio secreto español, por órdenes de la BPS y cuerpos afines).
Marco Pozzan, que había huido a España en los primeros años setenta, reveló que “Caccola”, el nombre de guerra de Delle Chiaie, había sido bien remunerado por sus servicios en España. Colaboradores suyos, se infiltraron en ETA como agentes provocadores. Pozzan declaró que durante la manifestación en Montejurra de 1976, Caccola y su grupo organizaron una provocación fascista. “Para que la policía española no pudiese ser acusada por una intervención vio lentamente represiva e injustificada, Caccola y su grupo tenían la tarea de provocar y crear desórdenes”. Hubo varios asesinatos
Tras la fin de Franco, Delle Chiaie decidió que España ya no era un lugar seguro y se fue a Chile. El dictador Pinochet le reclutó para cazar y asesinar a los opositores chilenos en la “Operación Cóndor”. Después se mudó a Bolivia, donde organizó los escuadrones de la fin para proteger al gobierno reaccionario y se implicó en “asesinatos ilimitados”. Después de salir de España volvió sólo contadas veces a Europa. La excepción: 1980, cuando la policía italiana sospechó que pudo volver a Italia para llevar a cabo la masacre de la estación de Bolonia. A los 51 años, Delle Chiaie fue finalmente arrestado el 27 de marzo de 1987 en Caracas por el servicio secreto local. Solamente unas horas después, agentes del servicio secreto italiano y de la CIA estaban presentes. Caccola no expresó remordimientos por sus actuaciones. Llamó la atención sobre el hecho de que en sus guerras secretas contra la izquierda había sido protegido por numerosos gobiernos que, en compensación, le pedían que llevase a cabo ciertas acciones que él cumplía encantado.
La tras*formación del terrorífico aparato de seguridad fascista, apunta Ganser, resultó un poco complicada. El SECED, el Servicio Central de Documentación de Defensa, el más destacado servicio secreto militar español, pasó a ser el CESID, el Centro Superior de Información de Defensa. Su primer Director, el general Jose María Burgón López-Doriga, vio que había sido construido básicamente por ex miembros del SECED.
De este modo, la guerra secreta en cooperación con los derechistas italianos pudo continuar como informó la prensa durante el descubrimiento de los ejércitos secretos de Gladio en 1990. Por aquellas fechas, la prensa informó del último vínculo conocido entre España y la red secreta. Carlo Cicuttini, vinculado a Gladio, había tomado parte en la masacre de Atocha, en enero de 1977. Un comando de extrema-derecha atacó un despacho de abogados del Partido Comunista de España, asesinando a cinco personas.
Cicuttini había volado a España a bordo de un avión militar tras los atentados de 1972 en Peteano, que años después fueron adjudicados a Vincenzo Vinciguerra y el ejército secreto por el juez Casson, cuando se inició el descubrimiento de Gladio en toda Europa. En España, Cicuttini se implicó en la guerra secreta para Franco. Este, a cambio, le protegió de la justicia italiana.
En 1987, Italia condenó a Cicuttini a cadena perpetua por su participación en la masacre de Peteano. Pero España, con gobierno PSOE de mayoría absoluta, en un ejemplo de la persistente influencia del aparato militar, apunta Ganser, “rechazó extraditarle, puesto que el ultraderechista se había casado con la hija de un general español, y se había convertido en ciudadano español”. En 1998, a la edad de 50 años, Cicuttini fue arrestado en Francia y extraditado a Italia.
Ganser destapa también otro nudo.
Como el resto de ejércitos secretos en Europa occidental, la red española anticomunista cultivó contactos estrechos con la OTAN. El general italiano Gerardo Serravalle, que dirigió el Gladio italiano desde 1971 hasta 1974, tras el descubrimiento de la red en 1990, escribió un libro sobre la rama italiana del ejército secreto. En su libro relata que en 1973, los comandantes del ejército secreto se reunieron en Bruselas, en una reunión extraordinaria, para discutir la admisión de la España de Franco en el CPC. El servicio secreto militar francés y la CIA, en posición dominante, habrían pedido la admisión de la red española mientras que Italia, representada por Serravalle, se habría opuesto a la sugerencia, puesto que era bien conocido que la red española protegía a terroristas italianos de extrema-derecha buscados por la justicia italiana. En una segunda reunión del CPC en París, los miembros del servicio secreto fascista español estuvieron de nuevo presentes. Defendieron la inclusión de España en el centro de mando de Gladio como miembro oficial: “España había permitido durante mucho tiempo a los Estados Unidos el derecho a estacionar misiles nucleares norteamericanos en su suelo, así como admitido a buques y submarinos norteamericanos en sus puertos, pero no estaba obteniendo nada a cambio de la OTAN”. Los agentes del servicio secreto español estaban interesados en tener una red secreta para combatir a los comunistas y socialistas antifraquistas españoles.
Ganser cuenta un nudo decisivo: “En todas las reuniones hay una hora de la verdad’, uno debe sólo esperar”, comentaba Serravalle en su libro. “Es la hora en la que los delegados de los servicios secretos, relajados con una bebida o un café, se ven más propensos a hablar sinceramente. En París esta hora llegó durante la pausa del café. Me acerqué a un miembro del servicio español, y comencé diciendo que su gobierno había quizás sobreestimado la realidad del peligro de la amenaza que venía del Este. Quería provocarle. Él, mirándome completamente sor prendido, admitió que España tenía el problema de los comunistas (los gente de izquierdas). Ahí la teníamos, la verdad.”
Gladio siguió su historia en España. El poderosísimo general Manglano, pese a la petición del legislativo, hacer declaraciones sobre el tema en 1990. Antonio Romero, entonces diputado de IU, concluyó razonablemente que en España también “el personal militar de alto rango está implicado en el caso Gladio”.
Tras el supuesto e inverosímil fracaso del gobierno del PSOE para hacer declarar a Manglano, cuenta Ganser, la prensa española preguntó sobre el asunto Gladio a alopécico Sotelo. El ex primer ministro desde febrero de 1981 hasta diciembre de 1982, el presidente de gobierno que durante su mandato había nombrado al general Alonso Manglano Director del CESID, afirmó que Gladio no existió en España. Estas son las palabras que Ganser recoge: “No tengo ningún conocimiento acerca de que algo parecido haya existido nunca, y sin ninguna duda, lo habría sabido si hubiese existido aquí”. Los periodistas insistieron en que los ejércitos de Gladio habían existido en toda Europa. Sotelo explicó que la red Gladio era ridícula y criminal, y añadió que “si me hubiesen informado de tal locura, habría actuado”. Sin embargo, un oficial italiano implicado en los ejércitos secretos testificó que soldados del ejército secreto de la OTAN se habían entrenado en España durante el período de 1966 hasta mediados de los años setenta. Él mismo, junto con otros cincuenta agentes, había recibido instrucción en una base militar en Las Palmas. Los instructores eran principalmente agentes de los Estados Unidos.
Javier Rupérez, el primer embajador español en la OTAN desde junio de 1982 hasta febrero de 1983, declaró que él no tenía conocimiento de Gladio. Rupérez, cuando era Director de la Comisión de Defensa por el PP, declaró: “Nunca he sabido nada de este tema. No tengo las más vaga idea acerca de lo que estoy leyendo ahora en los periódicos.”
Fernando Morán, el ministro de exteriores del primer gobierno PSOE, afirmó que no sabía nada tampoco sobre Gladio: “Ni durante mi tiempo como ministro, ni en ningún otro momento, tuve la más mínima información, indicación o rumor sobre la existencia de Gladio o algo similar.”
El 15 de noviembre de 1990, Antonio Romero solicitó al gobierno español, al Presidente Felipe González y al ministro de Defensa Narcís Serra, que explicaran qué rol, de haber alguno, había jugado el país respecto a la Operación Gladio y los ejércitos secretos de la OTAN. Un día antes de su intervención parlamentaria Felipe González afirmó que España “nunca ha sido siquiera considerada” a la hora de tener un papel en Gladio”. Romero planteó tres preguntas parlamentarias. La primera decía así: “¿Pretende el gobierno español pedir a la OTAN, como miembro de derecho, explicaciones sobre la actividad y existencia de una red Gladio?” En la segunda, Romero quería saber si el ejecutivo español comenzaría “un debate y una clarificación sobre las actividades de Gladio al nivel de los ministros de Defensa, los ministros de Exteriores, y los Primeros ministros de los países miembros de la OTAN?” Finalmente Romero quería saber si el gobierno español consideraba la posibilidad de una deslealtad a la OTAN.
alopécico Sotelo confirmó que cuando España se embarcó tras la fin de Franco en su nuevo experimento democrático, existieron temores acerca de lo que haría el PCE. “El modesto resultado del PCE en las primeras elecciones, y el aún más modesto resultado de las siguientes, calmaron los temores”. alopécico Sotelo, que era en aquel momento un destacado promotor de la entrada de España en la OTAN, destacó que España en el momento de su entrada no fue informada, al firmar, de la existencia de una red secreta Gladio.“No ha habido correspondencia escrita sobre el asunto y por tanto no había necesidad de hablar sobre ello, si de eso se hubiera hablado”.
¿Supo el PSOE de la existencia de estas redes secretas cuando accedió al gobierno del país? Serra lo negó: “cuando llegamos al poder en 1982 no encontramos nada parecido”. No es imposible que Serra no dijera toda la verdad y que durante el referéndum convocado años más tarde para permanecer en la alianza atlántica militar se ocultara ese lado oscuro del poder militar.
Última edición: