futurista207
Madmaxista
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Copio y pego texto para reflexionar
Rabia. Extremadamente común, pero sencillamente no nos cruzamos con animales infectados demasiado a menudo. Mofetas especialmente, y murciélagos.
Deja que te ilustre.
Te vas de acampada, y a mediodía decides echarte una siestecita en una hamaca. Mientras duermes, un pequeño murcielaguito en el estado de "furia" de la infección está revoloteando a plena luz del día, incómodo, y sediento (debido a la hidrofobia), y en ese momento, roncas, asustándole. Y se pone en modo de ataque.
Salvo que tú estás dormido, y él es un pequeño murciélago, y no pesa ni 100g. Ni siquiera le sientes posarse en tu rodilla desnuda, y empieza a morder. Sus dientes son pequeños, casi ni pueden rasgar tu piel, pero consigue hacerte el equivalente a un pequeño rasguño, del cual no te das cuenta.
La rabia no viaja por la sangre, y un análisis de sangre no detectaría que la tienes. (Se podría hacer análisis de anticuerpos, pero son inútiles si alguna vez en tu vida te has medicado)
Te despiertas, sin enterarte de nada. Como mucho ves el pequeño rasguño y das por hecho que te has raspado con algo.
La bomba se ha puesto en marcha, y tu sistema nervioso es la mecha. La rabia se multiplicará a lo largo de todo tu sistema nervioso, sin hacer ningún tipo de daño y completamente indetectable. No tienes NINGÚN síntoma.
Quizá pasen cuatro días, o un año, pero tu acampada está más que olvidada. Y, de repente, te empieza a doler la espalda. ¿O quizá te duele la cabeza?
Llegado a este punto, estás muerto. No hay cura.
(La única excepción es el Protocolo Milwaukee, que de todas formas termina por apiolar a todos los pacientes, y a los supervivientes los deja mentalmente incapacitados)
No hay tratamiento. Tiene un 100% de mortalidad.
Absorbe ese concepto. Ningún otro bichito en el planeta tiene un 100% de mortalidad. Sólo la rabia. Y una vez que presentas síntomas, se acabó. Estás muerto.
Tu dolor de cabeza se convierte en fiebre, y una sensación general de malestar. Estás nervioso. Incómodo. Y asustado. El bichito se ha tomado su tiempo adentrándose en tu cerebro, y encuentra una amplia red de terminaciones nerviosas. Ahí empieza a reproducirse rápidamente, comenzando por la base de tu cerebro, donde se encuentra tu puente troncoencefálico. Esta parte del cerebro controla la comunicación del resto del cerebro y el cuerpo, así como los ciclos de sueño.
A continuación, te entra ansiedad. Sigues pensando que sólo es fiebre, pero de repente te sientes asustado, aterrorizado, y no sabes muy bien por qué. Es porque la rabia se está comiendo tu amigdala.
Mientras tu cerebelo se empieza a calentar por el bichito, empiezas a perder coordinación muscular, y equilibrio. Empiezas a pensar que ir al médico es una buena idea, pero incluso dando por hecho que el doctor fuera lo suficientemente espabilado como para hacerte los tests pertinentes en los pocos días de vida que te quedan, lo más probable es que sólo sea capaz de decirle a tus seres queridos la causa de tu fin.
Estás tembloroso, agitado, y asustado. Sientes el miedo normal de no saber qué está pasando, pero con el bichito reventándote la amígdala esa sensación se multiplica por cien. Es más o menos ahora cuando empieza la hidrofobia.
Te encuentras horriblemente sediento, sólo quieres agua. Pero no puedes beber. Cada vez que lo haces tu garganta se cierra y vomitas. Y se convierte en un legítimo y activo miedo al agua. Estás sediento pero con tan solo mirar a un vaso de agua te dan ganas de vomitar, y huyes asustado. La contradicción es ya imposible de detectar para tu recalentado cerebro. Llegado a este punto los médicos te pondran con suero para mantenerte hidratado, pero es inútil. Estabas muerto en el mismo momento en el que te empezó a doler la cabeza.
Empiezas a oir cosas, o a dejar de oir, según le vaya a tu tálamo. Saboreas sonidos, ves olores, y todo es como si estuvieras en el 'viaje' de lsd más estropeado de la historia. Con tu hipocampo asediado desde hace tiempo, empiezas a tener tremendas dificultades en recordar cosas, especialmente a tu familia.
Estás solo. Alucinando. Sediento. Confuso. Y absolutamente aterrorizado. Todo te asusta hasta puntos inimaginables. Esa gente extraña con batas blancas. Esa gente extraña a tu alrededor que llora, que intentan que 'bebas algo'.
Solo ha pasado una semana desde que te empezó a doler la cabeza, y ya ni siquiera te acuerdas. El tiempo no significa nada para ti. Irónicamente, ahora sabes como se sentía el murciélago cuando te atacó.
Finalmente, pasas a la fase "rabia estulta". Tu cerebro empieza el proceso de 'apagado-colapso'. La mayoría se ha convertido en un bichito líquido. Se te 'cae' la cara. Babeas. Todo ello mientras no eres consciente de lo que sucede a tu alrededor. Como mucho un ruido o una luz repentina, pero lo único que eres capaz de hacer es mirar al suelo. Es probable que no hayas dormido en más de 72h.
Y entonces, mueres. Siempre mueres.
Y no hay nada que se pueda hacer por ti.
Y aún queda la pregunta de qué hacer con tu cuerpo. Quiero decir, enterrarlo es lo normal, pero el fruto bichito puede sobrevivir en un cadáver durante años. Podrías apiolar a todo ser viviente del planeta que esté infectado de rabia, pero con que un animal se coma un cadáver medio descompuesto en dos años, todo vuelve a empezar
Rabia. Extremadamente común, pero sencillamente no nos cruzamos con animales infectados demasiado a menudo. Mofetas especialmente, y murciélagos.
Deja que te ilustre.
Te vas de acampada, y a mediodía decides echarte una siestecita en una hamaca. Mientras duermes, un pequeño murcielaguito en el estado de "furia" de la infección está revoloteando a plena luz del día, incómodo, y sediento (debido a la hidrofobia), y en ese momento, roncas, asustándole. Y se pone en modo de ataque.
Salvo que tú estás dormido, y él es un pequeño murciélago, y no pesa ni 100g. Ni siquiera le sientes posarse en tu rodilla desnuda, y empieza a morder. Sus dientes son pequeños, casi ni pueden rasgar tu piel, pero consigue hacerte el equivalente a un pequeño rasguño, del cual no te das cuenta.
La rabia no viaja por la sangre, y un análisis de sangre no detectaría que la tienes. (Se podría hacer análisis de anticuerpos, pero son inútiles si alguna vez en tu vida te has medicado)
Te despiertas, sin enterarte de nada. Como mucho ves el pequeño rasguño y das por hecho que te has raspado con algo.
La bomba se ha puesto en marcha, y tu sistema nervioso es la mecha. La rabia se multiplicará a lo largo de todo tu sistema nervioso, sin hacer ningún tipo de daño y completamente indetectable. No tienes NINGÚN síntoma.
Quizá pasen cuatro días, o un año, pero tu acampada está más que olvidada. Y, de repente, te empieza a doler la espalda. ¿O quizá te duele la cabeza?
Llegado a este punto, estás muerto. No hay cura.
(La única excepción es el Protocolo Milwaukee, que de todas formas termina por apiolar a todos los pacientes, y a los supervivientes los deja mentalmente incapacitados)
No hay tratamiento. Tiene un 100% de mortalidad.
Absorbe ese concepto. Ningún otro bichito en el planeta tiene un 100% de mortalidad. Sólo la rabia. Y una vez que presentas síntomas, se acabó. Estás muerto.
Tu dolor de cabeza se convierte en fiebre, y una sensación general de malestar. Estás nervioso. Incómodo. Y asustado. El bichito se ha tomado su tiempo adentrándose en tu cerebro, y encuentra una amplia red de terminaciones nerviosas. Ahí empieza a reproducirse rápidamente, comenzando por la base de tu cerebro, donde se encuentra tu puente troncoencefálico. Esta parte del cerebro controla la comunicación del resto del cerebro y el cuerpo, así como los ciclos de sueño.
A continuación, te entra ansiedad. Sigues pensando que sólo es fiebre, pero de repente te sientes asustado, aterrorizado, y no sabes muy bien por qué. Es porque la rabia se está comiendo tu amigdala.
Mientras tu cerebelo se empieza a calentar por el bichito, empiezas a perder coordinación muscular, y equilibrio. Empiezas a pensar que ir al médico es una buena idea, pero incluso dando por hecho que el doctor fuera lo suficientemente espabilado como para hacerte los tests pertinentes en los pocos días de vida que te quedan, lo más probable es que sólo sea capaz de decirle a tus seres queridos la causa de tu fin.
Estás tembloroso, agitado, y asustado. Sientes el miedo normal de no saber qué está pasando, pero con el bichito reventándote la amígdala esa sensación se multiplica por cien. Es más o menos ahora cuando empieza la hidrofobia.
Te encuentras horriblemente sediento, sólo quieres agua. Pero no puedes beber. Cada vez que lo haces tu garganta se cierra y vomitas. Y se convierte en un legítimo y activo miedo al agua. Estás sediento pero con tan solo mirar a un vaso de agua te dan ganas de vomitar, y huyes asustado. La contradicción es ya imposible de detectar para tu recalentado cerebro. Llegado a este punto los médicos te pondran con suero para mantenerte hidratado, pero es inútil. Estabas muerto en el mismo momento en el que te empezó a doler la cabeza.
Empiezas a oir cosas, o a dejar de oir, según le vaya a tu tálamo. Saboreas sonidos, ves olores, y todo es como si estuvieras en el 'viaje' de lsd más estropeado de la historia. Con tu hipocampo asediado desde hace tiempo, empiezas a tener tremendas dificultades en recordar cosas, especialmente a tu familia.
Estás solo. Alucinando. Sediento. Confuso. Y absolutamente aterrorizado. Todo te asusta hasta puntos inimaginables. Esa gente extraña con batas blancas. Esa gente extraña a tu alrededor que llora, que intentan que 'bebas algo'.
Solo ha pasado una semana desde que te empezó a doler la cabeza, y ya ni siquiera te acuerdas. El tiempo no significa nada para ti. Irónicamente, ahora sabes como se sentía el murciélago cuando te atacó.
Finalmente, pasas a la fase "rabia estulta". Tu cerebro empieza el proceso de 'apagado-colapso'. La mayoría se ha convertido en un bichito líquido. Se te 'cae' la cara. Babeas. Todo ello mientras no eres consciente de lo que sucede a tu alrededor. Como mucho un ruido o una luz repentina, pero lo único que eres capaz de hacer es mirar al suelo. Es probable que no hayas dormido en más de 72h.
Y entonces, mueres. Siempre mueres.
Y no hay nada que se pueda hacer por ti.
Y aún queda la pregunta de qué hacer con tu cuerpo. Quiero decir, enterrarlo es lo normal, pero el fruto bichito puede sobrevivir en un cadáver durante años. Podrías apiolar a todo ser viviente del planeta que esté infectado de rabia, pero con que un animal se coma un cadáver medio descompuesto en dos años, todo vuelve a empezar