La princesa de Noruega renuncia a todo por el miembro viril de un neցro espantoso que además es chamán. No le llamen amor cuando realmente es sesso.

Lo que estamos viviendo solo puede ser un experimento social para reírse en nuestra cara y valorar hasta qué punto los occidentales aceptarían imposiciones distópicas.

Nunca en la historia se ha jugado más con la gente que ahora porque aunque parezca lo contrario es la población más susceptible de engañar.

Para que se entienda es más fácil de hacer obedecer a un elefante de circo " que ya sabe muchos trucos " que a un elefante que ha vivido toda la vida en la selva y es imposible capturar y domar