Comprar una casa no sólo se ha convertido en una odisea para una familia media en una gran capital europea. La situación del mercado inmobiliario en Estados Unidos se ha complicado tanto, que la capacidad de comprar una casa media en el país está en los niveles más bajos desde que se creó el Índice de Asequibilidad de los Hogares en el año 1986. La combinación del incremento de los costes hipotecarios en el país, junto a unos precios que no caen en consonancia y que no se compensan con el aumento salarial, además de una oferta escasa, ha generado esta situación.
El mercado inmobiliario es uno de los más sensibles a las subidas de tipos de interés. Es habitual que el precio de los activos inmobiliarios sufra correcciones importantes cuando los bancos centrales encarecen el precio de la deuda, al ser un bien que se suele comprar asumiendo deuda. En Estados Unidos el coste de las hipotecas a 30 años ha escalado desde principios de 2022 a un ritmo vertiginoso, y ya ha llegado a rozar el 7,9%, el nivel más alto que se ha visto desde el año 2000, algo que, sin embargo, no se ha traducido en un descenso comparable en los precios de las casas.
La situación ha llegado a un extremo que nunca se había visto, haciendo que el poder adquisitivo de una familia media estadounidense no sea suficiente para comprar una casa, algo que nunca antes había ocurrido desde que se creó, en 1986, el índice de asequibilidad de las casas del país: el último dato publicado, del pasado mes de junio, marcaba los 92,7 puntos, un mínimo histórico que confirma cómo comprar una casa se ha convertido en una pesadilla en Estados Unidos (por debajo de 100 puntos el índice refleja contracción).