Spasic
Baneado
Recuerdo con cariño la primera vez que cagué en casa de mis suegros, cuando apenas llevaba dos meses saliendo con mi novia. Acabámos de llegar de un viaje a la sierra y tenía partido con los colegas por la tarde, después de comer en casa de mis suegros. Sentí unos retortijones agonizantes, indomables.
Sabía muy bien el tipo de truño apestoso que venía por el camino y mi angustia se acrentaba por la ausencia de ventilación en el baño de los susodichos. No tuve más remedio que ir y efectivamente, el truño king-size, de esos que tienes que sacar con el desatascador, hizo acto de presencia.
No se me olvidará la cara de descojone del macho cabríocete de mi cuñado, entonces tenía 11 años, ni la de mi novia...
Sabía muy bien el tipo de truño apestoso que venía por el camino y mi angustia se acrentaba por la ausencia de ventilación en el baño de los susodichos. No tuve más remedio que ir y efectivamente, el truño king-size, de esos que tienes que sacar con el desatascador, hizo acto de presencia.
No se me olvidará la cara de descojone del macho cabríocete de mi cuñado, entonces tenía 11 años, ni la de mi novia...