La nueva normalidad: El mítico restaurante Camilo de Santiago reabre de la mano de "Jennifer Jones", "Rafale Yenes" y "Dalton Busnello"

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En el bunker
Cinco empresarios del sector reabren el Camilo con nuevas ideas y un homenaje a su historia
POR MARGA MOSTEIRO
SANTIAGO
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Sandra Alonso
Irene y José Antonio Blanco, Jennifer Jones, Rafael Yenes y Dalton Busnello combinan la cocina tradicional y la brasileña
01 oct 2023. Actualizado a las 05:00 h.
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Casa Camilo nació en 1942 de la mano de Camilo Alberte en uno de los últimos inmuebles de la rúa da Raíña. Desde entonces, el restaurante labró su historia día a día y vivió en primera línea la tras*formación de Santiago hasta la ciudad que es hoy. Sus paredes, plagadas de fotografías de diversos tamaños y marcos, eran la prueba de las innumerables figuras que pasaron por su barra y sus comedores. En 1987, Inocencio Pereira Aldrey, fallecido en el verano del 2022, y su hermano José se hicieron cargo del restaurante. Ahora, tras el cierre del local, y después de varios meses sin actividad, Casa Camilo resurge de la mano de cinco empresarios con amplia experiencia en el sector, tanto en Vigo como en Santiago. Son Irene Blanco y su hermano José Antonio, Jennifer Jones, Rafael Yepes y Dalton Busnello. Cinco restauradores que combinarán en su oferta gastronómica la cocina tradicional gallega, «la que siempre hubo en el Camilo», y la brasileña, que dominará la carta de carnes. Ofrecen «catorce cortes diferentes de carnes de ternera, lechón y pollo. Todas carnes gallegas y de calidad, que se preparan a la brasa en espeto, y que se corta y se sirve en la mesa para mantener la temperatura. Se puede repetir las veces que se quiera, de todas o bien de unas u otras. Y todo sin dejar de lado los mariscos, pescados, empanadas y todo lo que el Camilo ofrecía, enriquecido ahora con el Rodicio brasileño», explica José Antonio. Con un negocio asentado en la ciudad y otro en Vigo, los socios buscaron durante dos años «un local para traer la carne al estilo brasileño al casco histórico. Surgió el Camilo y no quisimos perder la oportunidad». Eso sí, los cinco tenían claro que «no se podía dejar de lado toda la historia del local, y las fotos se mantienen en las paredes. Se hicieron unas copias más pequeñas, con otro formato, y ahí están», muestra Jennifer. Irene sostiene que «estas paredes cuentan una historia, igual que el comedor reservado, que por ahora no estará en funcionamiento, pero que seguro que fue escenario de muchas reuniones importantes». Desde su reapertura, hace solo una semana, al Camilo han regresado algunos de los clientes más veteranos, que «se buscan en las fotos y hacen otras con sus móviles». Los cinco empresarios tienen claro que los anteriores gestores de Casa Camilo «dejaron el listón muy alto, pero nos vamos a emplear al cien por cien para cumplir las expectativas que los dueños pusieron en nosotros». Además de mantener las fotografías en las paredes como «un cariñoso homenaje» a quienes hicieron grande al Camilo, los socios también cumplieron el deseo de sus dueños de mantener el nombre del local. «Fue una petición de ellos y nos pareció que debía ser así. Casa Camilo es como un museo de recuerdos y así tiene que seguir siendo para quienes estuvieron tantos años haciéndolo grande», ensalzan.
 
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