Ruso
Madmaxista
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Estamos en 1762, los inútiles gobernantes han decidido meternos en la llamada Guerra de los 7 Años(1757-1763), ante la abrumadora derrota que están sufriendo los franceses, no pinta muy bien la cosa, los ingleses han tomado La Habana y Manila, aunque no han podido penetrar más lejos, están atrincherados en esas ciudades, pero no en todos lo sitios pintan tan mal las cosas, pintan peor, aunque nunca se sabe por parte de quien puede llegar el heroísmo.
Hace 21 años que los britis se llevaron lo suyo en Cartagena de Indias a manos de Blas de Lezo, esta vez deciden atacar en Centroamérica. El gobernador inglés de Jamaica, coronel William Henry Littleton, prepara un ejército tres mil hombres(incluidos los refuerzos de indios miskitos del protectorado inglés)) y más de cincuenta embarcaciones, cuyo cometido es entrar en el país remontando el río San Juan, desaguadero que es del Gran Lago. Precisamente en previsión de operación tal, habían construido los españoles el castillo de la Concepción, en las inmediaciones de la población del mismo nombre. Su jefe es Pedro Herrera, el cual manda una pequeña guarnición de unos 100 hombres.
Castillo en la actualidad
Para complicar las cosas, el 17 de julio de 1762 muere don Pedro Herrera, quedando la guarnición al mando de un sargento, al enterarse el coronel Lyttelton, envía un mensaje pidiendo la capitulación, algo a lo que la guarnición, compuesta basicamente por neցros y mulatos libres y es probable que por algunos mestizos, parece más que dispuesta. Entonces interviene Rafaela Herrera, la hija del fallecido comandante, que solo tenía 19 años.
No se puede olvidar, que los miskitos, instigados por los ingleses, habían saqueado Jinotega, Acoyapa, Lovigüisca, San Pedro de Lóvago, la misión de Apompuá cerca de Juigalpa, capturando a muchos de sus habitantes que fueron enviados a Jamaica como esclavos.
Arengados por ella, la guarnición decide resistir, ante lo cual, el jefe inglés decide formar una línea de escaramuza, creyendo que esto sería suficiente para lograr el efecto deseado, pero esta vez Rafaela no arengó a la guarnición, se subió al torreón y empezó a disparar cañonazos a los asaltantes(sabía de armas), con tan buena puntería, que al tercer cañonazo mandó al comandante inglés al otro barrio.
Aquí ya se lió la cosa a base de bien, los ingleses se cabrearon ante la fin del comandante y los españoles se enardecieron ante el ejemplo de la muchacha, ahora ninguno pensaba en rendirse, dando lugar a una dura batalla que duró varios días, con fuertes perdidas para los atacantes y los barcos, esa noche Rafaela ordenó a las tropas lanzar algunas hojas empapadas con alcohol al río en ramas flotantes a las que prendieron fuego, los ingleses se retiraron momentaneamente.
El asedio duró 6 días, dirigidos ahora por el teniente Juan de Aguilar y con Rafaela al mando de los cañones, los españoles consiguieron rechazar los ataques y al final los ingleses tuvieron que retirarse.
Cuando Rafaela en compañía de su progenitora llega a la ciudad de Granada en Nicaragua, es recibida como la heroína que es. Gloria efímera, pues la vida no tratará a nuestra joven heroína como merece. Casada con Pablo de jovenlandesa y progenitora de cinco hijos, de los cuales dos paralíticos, Rafaela enviuda y hasta conoce el sinsabor de la pobreza, hasta que nada menos que veinte años después de su hazaña, en 1781, el Rey le concede una pensión. En la carta del monarca estas palabras, tardías, pero no por ello menos elogiosas y merecidas:
Rafaela Herrera hoy está olvidada, pero en Nicaragua es una heroína.
Batalla del Río San Juan de Nicaragua - Wikipedia, la enciclopedia libre
Hace 21 años que los britis se llevaron lo suyo en Cartagena de Indias a manos de Blas de Lezo, esta vez deciden atacar en Centroamérica. El gobernador inglés de Jamaica, coronel William Henry Littleton, prepara un ejército tres mil hombres(incluidos los refuerzos de indios miskitos del protectorado inglés)) y más de cincuenta embarcaciones, cuyo cometido es entrar en el país remontando el río San Juan, desaguadero que es del Gran Lago. Precisamente en previsión de operación tal, habían construido los españoles el castillo de la Concepción, en las inmediaciones de la población del mismo nombre. Su jefe es Pedro Herrera, el cual manda una pequeña guarnición de unos 100 hombres.
Castillo en la actualidad
Para complicar las cosas, el 17 de julio de 1762 muere don Pedro Herrera, quedando la guarnición al mando de un sargento, al enterarse el coronel Lyttelton, envía un mensaje pidiendo la capitulación, algo a lo que la guarnición, compuesta basicamente por neցros y mulatos libres y es probable que por algunos mestizos, parece más que dispuesta. Entonces interviene Rafaela Herrera, la hija del fallecido comandante, que solo tenía 19 años.
"¿Has olvidado los deberes impuestos por el honor militar? ¿Vas a permitir que el enemigo robe esta fortaleza, que es la salvaguardia de la Provincia de Nicaragua y de sus habitantes?".
No se puede olvidar, que los miskitos, instigados por los ingleses, habían saqueado Jinotega, Acoyapa, Lovigüisca, San Pedro de Lóvago, la misión de Apompuá cerca de Juigalpa, capturando a muchos de sus habitantes que fueron enviados a Jamaica como esclavos.
Arengados por ella, la guarnición decide resistir, ante lo cual, el jefe inglés decide formar una línea de escaramuza, creyendo que esto sería suficiente para lograr el efecto deseado, pero esta vez Rafaela no arengó a la guarnición, se subió al torreón y empezó a disparar cañonazos a los asaltantes(sabía de armas), con tan buena puntería, que al tercer cañonazo mandó al comandante inglés al otro barrio.
Aquí ya se lió la cosa a base de bien, los ingleses se cabrearon ante la fin del comandante y los españoles se enardecieron ante el ejemplo de la muchacha, ahora ninguno pensaba en rendirse, dando lugar a una dura batalla que duró varios días, con fuertes perdidas para los atacantes y los barcos, esa noche Rafaela ordenó a las tropas lanzar algunas hojas empapadas con alcohol al río en ramas flotantes a las que prendieron fuego, los ingleses se retiraron momentaneamente.
El asedio duró 6 días, dirigidos ahora por el teniente Juan de Aguilar y con Rafaela al mando de los cañones, los españoles consiguieron rechazar los ataques y al final los ingleses tuvieron que retirarse.
Cuando Rafaela en compañía de su progenitora llega a la ciudad de Granada en Nicaragua, es recibida como la heroína que es. Gloria efímera, pues la vida no tratará a nuestra joven heroína como merece. Casada con Pablo de jovenlandesa y progenitora de cinco hijos, de los cuales dos paralíticos, Rafaela enviuda y hasta conoce el sinsabor de la pobreza, hasta que nada menos que veinte años después de su hazaña, en 1781, el Rey le concede una pensión. En la carta del monarca estas palabras, tardías, pero no por ello menos elogiosas y merecidas:
“Defendisteis el Castillo de la Purísima Concepción de Nicaragua en el Río San Juan, consiguiendo a pesar de las superiores fuerzas del enemigo, hacerle levantar el sitio, y ponerse en vergonzosa fuga, pues superando la debilidad de vuestro sesso, subisteis al caballero de la fortaleza, y disparando la artillería por vuestra mano matasteis con el tercer tiro al comandante inglés en su misma tienda: realzando la acción a la corta edad de diecinueve años que contabais, no tener castellano el Castillo, ni comandante, ni otra guarnición que la de mulatos y neցros, que habían resuelto entregarse cobardemente”.
Rafaela Herrera hoy está olvidada, pero en Nicaragua es una heroína.
Batalla del Río San Juan de Nicaragua - Wikipedia, la enciclopedia libre