Simplemente son formaciones hechas para guerras distintas.
En terreno abrupto y para guerra de posiciones la legión y la falange ganan. No hay más que ver la orografía de Grecia, Italia o España. Ahí una formación a caballo no puede desplegar sus mejores características de velocidad y maniobra.
Es por ello que las formaciones de caballería suelen ser las de pueblos de la estepa. En terrenos amplios pocas cosas pueden oponerse a una formación de arqueros a caballo que aparecen de la nada, te asaetean y se piran.
Kozak tiene razón. La falange de hoplitas se desarrolla en el Ática, donde no hay pastos para caballos. Los romanos tampoco tenían caballería digna de nombre. La geografía condiciona el modo de hacer la guerra.
Todo lo que dice es correcto. Jack se equivoca al criticar a Kozak, que en lo estratégico está acertado.
Lo que le falta añadir es que en lo táctico, la falange y la legión, como cualquier otra gran unidad necesita de un campo llano y despejado para desplegarse y maniobrar.
Como al final las batallas se libran en llano, esto daría siempre ventaja a la caballería, por ello la falange y la legión son una innovación en el arte de la guerra porque permiten a la infantería resistir a la caballería en llano, sin tener que depender tanto de fuerzas de caballería propia para neutralizar a la contraria.
El argumento de Kozak que no ha desarrollado pero que es sabido para cualquiera que haya estudiado, es que griegos y romanos desarrollaron una forma de guerra apta para sus condiciones geográficas. Aunque las batallas se libren en los valles y la caballería siempre tenga ventaja táctica, esto se ve neutralizado porque no hay fuerzas de caballería importantes, y la geografía montañosa impide la maniobra estratégica de la caballería.
Al estar los ejércitos canalizados por el terreno esto es, como bien dice Kozak, lo que permitió a los griegos retrasar a los persas en Termópilas. El ejército persa no podía hacer uso de su ventaja numérica o llevar a cabo una maniobra estratégica para evitar tener que combatir en el desfiladero.
Un ejemplo mucho más cercano. Los ejércitos napoleónicos barrieron a sus enemigos porque la llanura europea permitía las grandes maniobras de envolvimiento y la persecución para lograr el aniquilamiento del enemigo derrotado. Cosas que sólo pueden hacerse si se dispone de suficiente caballería.
En la Península Ibérica en cambio, la geografía montañosa impidió a los franceses explotar a fondo sus ventajas de maniobra y caballería. Barrieron a los ejércitos españoles en los llanos de la meseta, pero no pudieron hacer lo mismo con los británicos, que aprovechando el terreno plantearon la mayoría de sus batallas de forma defensiva forzando a los franceses a ataques frontales. Tampoco pudieron aniquilar y derrotar definitivamente a los ejércitos españoles mediante la maniobra y el cerco porque las fuerzas españolas pudieron retirarse gracias a marchas por terreno difícil. Y por supuesto, la superioridad francesa en batallas campales les servía de poco contra los ataques de la guerrilla.
Kozak no dice tonterías en absoluto, sólo es que no elabora completamente las ideas y se enzarza en piques absurdos. Pero una persona instruida en el tema debería ser capaz de seguir la lógica de su razonamiento y completar los argumentos que ha dejado a medias.
En el ejemplo de la batalla de Maratón sí que comete un error. Efectivamente los griegos salieron a campo abierto y cargaron contra la cabeza de playa persa. Lo que bastaría para darse cuenta de que no es verdad que la falange fuera una formación puramente defensiva.
Aparte de un terreno que favorece a la infantería, lo revolucionario de la forma de hacer la guerra de griegos y romanos es, que al tratarse de ejércitos de ciudadanos soldados a tiempo parcial, debían buscar batallas decisivas para que las campañas fueran breves y los soldados pudieran volver a tiempo para cultivar sus tierras. Este límite de tiempo impulsaba a los mandos a buscar victorias rápidas y decisivas para lograr la aniquilación del enemigo en pocas batallas, aceptando correr más riesgos y sufrir más bajas.
Es esta implacable forma de hacer la guerra, para acabar cuanto antes, al costo que sea, y buscar la destrucción total del enemigo, lo que condicionó el arte de la guerra en Europa y andando el tiempo llevó a la superioridad militar europea sobre todos los demás pueblos.