La jovenlandesal sensual es la base de la civilización, sin ella viene el caos y el fin de toda sociedad.

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15 May 2021
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Una tarde de invierno me estaba relajando con media docena de compañeros de posgrado de filosofía que discutían teorías sobre derecho y castigo. Después de aproximadamente una hora de discusión, se me ocurrió que algunas leyes jovenlandesales podrían limitar el placer y el disfrute a corto plazo, pero a largo plazo minimizar el sufrimiento y potenciar al máximo la satisfacción humana.
Hace unos días acabé de estudiar sesso y Cultura por segunda vez. Es un importante libro que resume toda una vida de investigación del antropólogo social de Oxford J. D. Unwin.[1] Este libro, de más de 600 páginas, es, en palabras de Unwin, solo un «resumen» de su investigación: serían necesarios siete volúmenes para exponerlo todo.[2] Sus escritos sugieren que era racionalista, creyente en la ciencia como nuestra herramienta fundamental de investigación (parece que no era un hombre religioso). Mientras iba repasando lo que él había descubierto, me iba acordando de mi pensamiento que había tenido como estudiante de filosofía: que algunas leyes jovenlandesales pueden estar dispuestas para minimizar el sufrimiento humano y potenciar al máximo el florecimiento humano a largo plazo.
Unwin examina los datos procedentes de 86 sociedades y civilizaciones para ver si existe alguna relación entre la libertad sensual y el florecimiento de las culturas. Lo que hace que el libro sea especialmente interesante es que nosotros en Occidente experimentamos una revolución sensual a fines de los años sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo 20, y ahora estamos en condiciones de someter a prueba las conclusiones a las que llegó hace más de 40 años.
Las categorías culturales de Unwin
Unwin describió cuatro «grandes patrones de cultura humana» y grados de florecimiento medidos en términos de arquitectura, arte, ingeniería, literatura, agricultura, etc. El criterio principal para la clasificación fue cómo se relacionaban con el mundo natural y las fuerzas que contiene.[3]
  1. zoísta: totalmente centrada en el día a día, deseos y necesidades, sin interés en comprender la naturaleza. Descrita como una «cultura muerta» o «inerte».
  1. monista: Adquiere creencias supersticiosas y/o un tratamiento especial de los muertos para hacer frente al mundo natural.
  1. deísta: atribuye los poderes de la naturaleza a un dios o dioses
  1. racionalista: utiliza el pensamiento racional para comprender la naturaleza y adoptar decisiones cotidianas.
Los grados de restricción sensual de Unwin
Los grados de restricción sensual se dividieron en dos categorías principales: prematrimonial y postmatrimonial. Las categorías prematrimoniales eran:[4]
  1. Plena libertad sensual — sin restricciones prematrimoniales
  1. Restricción irregular u ocasional — las regulaciones culturales exigen un período ocasional de abstinencia
  1. Castidad estricta — virginidad hasta el casamiento
Las categorías postmatrimoniales eran:[5]
  1. Monogamia modificada: un cónyuge a la vez, pero cualquiera de las partes puede terminar la relación.
  1. Poligamia modificada: los varones pueden tener más de una esposa, pero una esposa es libre de dejar a su marido.
  1. Monogamia absoluta: solo se permite un cónyuge de por vida (o hasta la fin en algunas culturas)
  1. Poligamia absoluta: los varones pueden tener más de una esposa, pero las esposas deben «limitar sus cualidades sensuales (es decir, la actividad) a su esposo durante toda su vida».
Así, ¿qué descubrió?
Hesperus, la estrella vespertina, sagrada para los amantes, por Joseph Noel Paton, 1857
He preparado una colección de citas de 26 páginas de su libro que resume sus hallazgos [un documento en inglés]; pero incluso eso dejaría al lector con una apreciación subestimada del rigor y detalles fascinantes revelados en datos de 86 culturas. Estos son algunos de sus hallazgos más significativos:
  1. El efecto de las restricciones sensuales: el aumento de las restricciones sensuales, ya sean pre- o postmatrimoniales, siempre condujo a un mayor florecimiento de una cultura. Por el contrario, el aumento de la libertad sensual condujo siempre al derrumbe de una cultura tres generaciones después.
  1. El factor más influyente: Sorprendentemente, los datos revelaron que la correlación más importante con el florecimiento de una cultura era si se demandaba la castidad prematrimonial o no. Presentaba un efecto muy significativo en ambos sentidos.
  1. El mayor florecimiento de la cultura: la combinación más poderosa fue la castidad prematrimonial junto con la «monogamia absoluta». Las culturas racionalistas que mantuvieron esta combinación durante al menos tres generaciones superaron a todas las demás culturas en todas las áreas, incluida la literatura, el arte, la ciencia, la ebanistería, la arquitectura, la ingeniería y la agricultura. Solo tres de las ochenta y seis culturas estudiadas llegaron a alcanzar este nivel.
  1. El efecto de abandonar la castidad prematrimonial: cuando la estricta castidad prematrimonial dejó de ser la norma, la monogamia absoluta, el deísmo y el pensamiento racional también desaparecieron en tres generaciones.
  1. La libertad sensual total: si una cultura abrazaba la libertad sensual total, esa cultura se hundía en el decurso de tres generaciones al estado más bajo de florecimiento, que Unwin describe como «inerte» y a un «nivel muerto de concepción» y se caracteriza por personas que tienen pocos intereses aparte de sus propios deseos y necesidades. A este nivel, la cultura generalmente es conquistada o invadida por otra cultura con una mayor energía social.
  1. Desfase temporal: si hay un cambio en las restricciones sensuales, ya sea un aumento o una disminución de dichas restricciones, el efecto completo de ese cambio no se realiza hasta la tercera generación. (Nota: he agregado una nota aclaratoria al final de este artículo. Ver nota nº 13)
¿Cómo se compara esto con nuestra cultura actual?
Unwin publicó sus hallazgos en 1936, mucho antes de la revolución sensual que se dio en Occidente. Ahora tenemos la oportunidad de someter a prueba sus conclusiones al observar si nuestra propia cultura está siguiendo el patrón predicho. La «generación» de Unwin parece ser de aproximadamente 33 años, por lo que nos tomará alrededor de un siglo para ver que los cambios culturales surtan efecto, pero estamos lo suficientemente avanzados en el proceso como para poder observar ciertos efectos pronosticados.
Ahora tenemos la oportunidad de someter a prueba sus conclusiones al observar si nuestra propia cultura está siguiendo el patrón predicho.
Antes de la revolución sensual que comenzó a finales de la década de 1960, la castidad prematrimonial era todavía objeto de un gran respeto en la cultura occidental. Pero, a partir de la década de 1970, la libertad sensual prematrimonial se hizo cada vez más aceptable. A principios de la década de 2000, la mayoría de los adolescentes eran sexualmente activos, en la medida en que permanecer vírgenes hasta el matrimonio se consideraba con incredulidad, si no con ridículo. Al mismo tiempo, nuestra cultura pasó de una norma social de monogamia absoluta a «monogamia modificada».
Las predicciones de Unwin para nuestra cultura
Foto de Kelly Sikkema en Unsplash
Gracias a las generaciones racionalistas que los precedieron, la primera generación de una sociedad que deja de lado sus restricciones sensuales todavía puede disfrutar de su libertad sensual recién descubierta antes que se dé cualquier disminución significativa en la cultura, pero los datos muestran que esta fase de «guardar el pastel y además comerlo» dura un máximo de una generación antes de que comience un declive significativo de la cultura. Unwin escribió:
La historia de estas sociedades consiste en una serie de monótonas repeticiones; y es difícil decidir qué aspecto de la historia es más significativo: si la lamentable falta de pensamiento original que mostraron en cada caso los reformadores, o la sorprendente rapidez con la que, después de un período de intensa continencia obligatoria (restricción sensual), el organismo humano aprovecha la primera oportunidad para satisfacer sus deseos innatos de manera directa o pervertida. A veces se ha oído expresar el deseo de disfrutar de las ventajas de una alta cultura y de abolir la continencia obligatoria. Sin embargo, la naturaleza inherente del organismo humano parece ser tal que estos deseos resultan incompatibles, incluso contradictorios. El reformador puede compararse con el niño insensato que desea a la vez guardar su pastel y consumirlo. Cualquier sociedad humana es libre de elegir si manifestar una gran energía o bien disfrutar de la libertad sensual; lo evidente es que no puede hacer ambas cosas durante más de una generación.[6]
Al considerar nuestra propia revolución sensual, la fase de «guardar el pastel y comerlo también» habría durado hasta principios de la década de 2000. Ahora estamos en una etapa en la que deberíamos comenzar a observar la verificación o refutación de las predicciones de Unwin.
Unwin descubrió que cuando se abandonaba la estricta castidad prematrimonial, la monogamia absoluta, el deísmo y el pensamiento racional desaparecían en el plazo de tres generaciones.
Unwin descubrió que cuando se abandonaba la estricta castidad prematrimonial, la monogamia absoluta, el deísmo y el pensamiento racional desaparecían en el plazo de tres generaciones del cambio en la libertad sensual. Entonces, ¿cómo nos va, al entrar en la segunda generación desde nuestra propia revolución sensual a fines del siglo XX?
  1. Como había quedado predicho, la monogamia absoluta ya ha sido reemplazada por la monogamia modificada. Las relaciones consensuales se están convirtiendo en la norma. Aunque el divorcio existía antes de la década de 1970, la corriente principal de nuestra cultura aún mantenía la opinión de que el matrimonio debía ser para toda la vida, y las relaciones consensuales se consideraban con cierto desagrado. Eso ha cambiado claramente. Quienes realmente practican compromisos matrimoniales de por vida se han convertido en una minoría, y las parejas nacidas antes de la revolución sensual tienen muchas más probabilidades de mantener un compromiso matrimonial de por vida.
  1. El deísmo ya está disminuyendo rápidamente, exactamente como se había predicho. Antes de la década de 1960, una combinación de racionalismo y una creencia en Dios era la norma para la cultura dominante. No solo la creencia en Dios ha disminuido enormemente desde la década de 1960, sino que ha habido una tendencia a eliminar el concepto de Dios del gobierno, del sistema educativo y del foro público. Aquellos que todavía creen en Dios sienten una fuerte presión social para mantener en privado las creencias deístas. En su lugar, hay un sorprendente aumento de la superstición,[7] clasificada por Unwin como una cultura «monista», dos niveles por debajo de la cultura racionalista que teníamos antes de la revolución sensual. También ha habido un gran aumento en el porcentaje de la población que se clasifica a sí misma como no religiosa, un síntoma del nivel más bajo y «zoísta» de las categorías de Unwin.[8]
  1. La rapidez con la que el pensamiento racional ha declinado después de la década de 1970 es asombrosa. En su lugar ha surgido el posmodernismo, caracterizado por el «escepticismo, subjetivismo o relativismo» y «una actitud suspicaz general frente a la razón».[9] Pero aún va a peor ... el posmodernismo está dando paso a la «posverdad». En contraste directo con el pensamiento racional, una cultura de la posverdad abandona las «normas objetivas compartidas para la verdad» y, en cambio, se apela a los sentimientos y emociones, y lo que uno quiere creer.[10] Las personas ahora pueden «identificarse» como algo que contradice rotundamente a la ciencia y al pensamiento racional y, en muchos casos, reciben el pleno apoyo y respaldo de los gobiernos y los sistemas educativos. No solo las personas sienten que tienen derecho a creer lo que quieren, sino que cualquier desafío a esa creencia, incluso si está respaldado por la verdad y la lógica, es inaceptable y ofensivo. Aquí hay una cita de Unwin que se ha convertido particularmente en una propuesta en las últimas dos décadas desde nuestra propia revolución sensual ...
Si me pidieran que definiera a un sofista, debería describirlo como un hombre cuya conclusión no se deduce de su premisa. La sofistería es apreciada solo por aquellos entre quienes está desapareciendo la entropía humana; la confunden con un razonamiento sólido. Florece entre aquellas personas que han extendido su oportunidad sensual después de un período de intensa continencia obligatoria.[11]
Resumen del rumbo al que se dirige nuestra cultura, considerando los hallazgos de Unwin
Durante la primera parte de la década de los 1900, la cultura occidental dominante era racionalista y experimentó enormes avances tecnológicos, desde caballos y tartanas hasta automóviles; desde globos aerostáticos hasta vuelos supersónicos y naves espaciales que llevan a humanos a la luna; desde reglas de cálculo a las computadoras. Las tres predicciones principales de Unwin, el abandono del racionalismo, del deísmo y de la monogamia absoluta, están cumpliéndose de manera clara, lo que hace que la predicción final parezca creíble ... el derrumbe de la civilización occidental en la tercera generación, en algún punto del último tercio de este siglo.
Las tres predicciones principales de Unwin: el abandono del racionalismo, del deísmo y de la monogamia absoluta, están cumpliéndose de manera clara, lo que hace que la predicción final parezca creíble ... el derrumbe de la civilización occidental en la tercera generación
¿Será nuestra cultura la excepción?

Supongo que podemos mantener una esperanza, pero siempre hay una tendencia a querer creer que «eso no nos puede pasar a nosotros». Unwin describe esta actitud como un «excusable egocentrismo» y una «doctrina pintoresca y cómoda», que se enfrenta directamente a los datos, que indican que el patrón de decadencia ocurre con una «monótona» regularidad. Esa es otra forma de decir que «la locura está haciendo lo mismo una vez más pero esperando unos resultados diferentes». Las predicciones primarias ya se están desplegando con una alarmante «celeridad».
¿Por qué se da una correlación inversa perfecta tan «monótona»?
El viejo refrán, «correlación no implica causalidad», es probablemente también cierto aquí. Unwin deja claro que no sabe por qué la libertad sensual lleva directamente a la decadencia y al derrumbe de las culturas, aunque sugiere que cuando la energía sensual se restringe a través del celibato o de la monogamia, se concentra hacia una energía social más productiva.
Es posible, pero me resulta difícil aceptarlo como causa principal. La reciente investigación de Mary Eberstadt sobre los asesinatos en masa, el aumento sustancial de los problemas de salud mental, incluida la depresión, y el estallido de las políticas de identidad son un «grito primigenio» debido a la pérdida de identidad que en el pasado se obtenía al crecer a largo plazo con una familia inmediata con hermanos y un grupo considerable de primos, tías y tíos, todo lo cual proporcionaba identidad, lo que es esencial para el bienestar. Eberstadt expone y documenta a partir de varios estudios que esta aniquilación de la familia ha sido una consecuencia directa de la revolución sensual de finales del siglo 20.[11].
Eberstadt expone y documenta a partir de varios estudios que esta aniquilación de la familia ha sido una consecuencia directa de la revolución sensual de finales del siglo 20.
Su investigación indica que una mayor libertad sensual condujo a la aniquilación de la familia, lo que resultó en la pérdida de la identidad familiar, lo que produce los «gritos primigenios» de Eberstadt, un aumento abrumador de los problemas de salud mental, asesinatos en masa y el aumento de grupos de identidad extremistas, en guerra unos con otros ... todos los síntomas de una sociedad que está en rápido derrumbe. Esto parece tener una mayor capacidad explicativa que la sugerencia psicológica de Unwin, aunque en realidad ambas explicaciones pueden estar estrechamente relacionadas, considerando lo que expone Eberstadt.
Tanto Unwin como Eberstadt proporcionan evidencia sustancial de que una revolución sensual tiene consecuencias devastadoras a largo plazo para la cultura y la civilización. Como afirma Unwin, «La historia de estas sociedades consiste en una serie de monótonas repeticiones», y se va viendo que nuestra civilización está siguiendo el mismo camino tan tras*itado hacia el derrumbe.
De vuelta al pensamiento filosófico
Así, regresemos a aquella tarde en el seminario de filosofía, cuando se me ocurrió que puede parecer que algunas leyes jovenlandesales limitan el placer humano a corto plazo, pero evitarán un gran sufrimiento o potenciarán al máximo la felicidad y la satisfacción a largo plazo. Durante años, ha sido mi convicción que las leyes jovenlandesales de Dios no son simplemente un conjunto de reglas arbitrarias para restringir la libertad de la humanidad. Más bien, son como instrucciones de funcionamiento dadas para prevenir el sufrimiento a las personas a la vez que se potencia al máximo el florecimiento humano. Las investigaciones de Unwin y Eberstadt proporcionan una fuerte justificación racional para la inferencia de que las leyes jovenlandesales de Dios relativas a nuestra sexualidad, aunque pueden restringirnos algún placer inmediato, nos protegen de enormes sufrimientos a largo plazo a la vez que potencian al máximo nuestro florecimiento a largo plazo.
Nota: Si te gustó este artículo de Kirk Durston, puedes estar interesado en otro artículo del mismo autor: ¿Qué significa ser humano? ¡Mucho más de lo que puedes imaginar!


Fuente: Thoughts about God, Truth and BeautyWhy sensual jovenlandesality May be Far More Important than You Ever Thought 1/12/2019

Por qué la jovenlandesal sensual puede ser mucho más importante de lo que creías | SEDIN - NOTAS y RESEÑAS
 
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Este tocho-articulo que he leido por encima, me da la impresion que esta escrito con HONESTIDAD utilizando el cerebro y siendo verdaderamente independiente y valiente.

Al final es la Ley Natural y la razon lo que hace progresar a la sociedad, los progres lo que hacen es fomentar todo lo retrogrado.

La prueba de que vamos a la autodestruccion, es salir a la calle y ver a mujeres intentando por todos los medios vestir "sexy". Traduccion que otras personas la deseen sexualmente, como los animales.

Los masonicos medios de comunicacion engañan a las mujeres mostrandoles que eso es ser "libre"
, cuando en realidad destruye su dignidad como persona.

Lo mas "gracioso" es que luego esos Medios hipocritamente acusan a los españoles a la minima de "machismo".
 
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