Anónimo222
Madmaxista
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Disparos al aire para sofocar un intento de motín a bordo del patrullero Río Tajo tras rescatar a 170 migrantes de un cayuco frente a Mauritania
La Guardia Civil, en concreto su patrullera Río Tajo, se ha visto envuelta en una situación altamente compleja. Pese a estar participando en labores de rescate de pagapensiones en...
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La Guardia Civil, en concreto su patrullera Río Tajo, se ha visto envuelta en una situación altamente compleja. Pese a estar participando en labores de rescate humanitario de pagapensiones en el norte de África, ha tenido que realizar disparos al aire para frenar a los 170 hombres que fueron recogidos por los efectivos del Instituto Armado en aguas de Mauritania hace tres días.
Según explican a este periódico fuentes del Instituto Armado, la veintena de agentes de la Guardia Civil a bordo de la Río Tajo rescataron en aguas de Mauritania a 170 hombres mauritanos que viajaban en un cayuco y que corrían el riesgo de ir a la deriva. Estas fuentes destacan el hecho de que todos los rescatados fueran hombres, "muy fuertes", y que no hubiera ni mujeres ni niños en la embarcación.
Tras el rescate, dificultoso ya que la embarcación de la Guardia Civil no es de grandes dimensiones, se optó por desplazarse hasta el cercano puerto mauritano de Nuadibú, en la frontera con el Sáhara Occidental, para desembarcar y repatriar a los rescatados.
Una vez allí, después de una "navegación complicada", subió a bordo un gendarme de Mauritania para evaluar la situación. Pese a la gestión de Frontex, el mando policial mauritano se negó en redondo a que los rescatados fueran entregados en su país. Y no permitió que pusieran un pie en tierra, con lo que los 170 hombres permanecieron en la embarcación mientras los responsables policiales y políticos discutían y tomaban la decisión. Pese a la fuerza que trató de imponer Frontex en las negociaciones, Mauritania no accedió al desembarco. Algunas fuentes apuntan que los responsables de Frontex "no fueron generosos o los mandos mauritanos exigieron mucho" a la hora de acordar el desembarco, en referencia a pagos extraoficiales.
Así las cosas, la Guardia Civil se quedó con el contingente de rescatados a bordo. Tras consultas con Madrid se decidió que la nave Río Tajo se desplazara a las Islas Canarias para llevar allí a los 170 migrantes. Los agentes trataron de explicarles el cambio de rumbo y que las autoridades de Mauritania no habían dado el visto bueno a su desembarco. Los rescatados, entre las dificultades de comunicación y el hambre, comenzaron a mostrar síntomas de inquietud.
El destino fijado por Madrid era Canarias y está previsto que la nave llegue el día 29. Pero, por el camino, los efectivos del Instituto Armado han tenido que frenar al menos en una ocasión un intento de motín por parte de los rescatados. Según explican estas fuentes, la situación era delicada ya que se trataba de 170 "hombres fuertes" frente a la dotación de la patrullera, con una veintena de agentes.
Así, al menos en una ocasión, los agentes españoles tuvieron que realizar disparos al aire con sus armas reglamentarias para "frenar" el avance contra ellos de los rescatados que protestaban por las condiciones en las que estaban viajando. Los agentes habían tenido incluso que cocer arroz en una zona de máquinas para poder mantener a los rescatados.
Pero ese malestar fue subiendo de tono y los guardias se sintieron amenazados, por lo que utilizaron sus armas reglamentarias, con fuego real para disparar al aire y frenar el ímpetu de las 170 personas a bordo.
Durante el trayecto, los rescatados viajan en la cubierta superior de la patrullera, mientras que los agentes han tenido que resguardarse por momentos en el interior de la embarcación para evitar nuevos intentos de motín.