castguer
Madmaxista
En un momento en que el sistema capitalista, exceptuando unos pocos países donde aplica la ocupación militar, controla el mundo con el “sistema democrático”, con el control político, con la sociedad de consumo, la ideología y los valores consumistas impuestos como máxima creencia social. Y con el apoyo de los medios de comunicación, los nuevos represores y controladores sociales sin uso de las armas, la izquierda quiere seguir identificando, cara a la galería, al “viejo orden” (los militares y la “derecha militarista” de la Guerra Fría) como el principal enemigo estratégico a derrotar.
Por ejemplo, la izquierda “antimilitarista” rechaza los movimientos “fascistas” como el golpe militar-institucional de Honduras (expresión modificada y corregida de los golpes setentistas), pero acepta y apoya golpes “democrático-institucionales”, como el ejecutado en Ecuador contra Lucio Gutiérrez que finalmente culminó en el gobierno “izquierdista” de Rafael Correa.
En lo substancial, la izquierda actual identifica como enemigo al imperialismo “político-militar” de la Guerra Fría, en un escenario en que el sistema capitalista ha girado hacia el dominio “politico-democrático”, con técnicas de control no ya dirigidas a la supresión o al control físico de sus enemigos, sino mediante técnicas psicológicas orientadas a controlar los cerebros mediante la manipulación con el “pacifismo” y la “democracia” como factores integradores al sistema.
Por tanto, los descendientes de la izquierda setentista, ahora “democratizada”, ya no pelean contra la depredación del sistema capitalista, no pelean contra las columnas vertebrales de la nueva dominación (políticos, medios de comunicación y sociedad de consumo) sino que pelean contra los que infringen o ponen en peligro el “sistema democrático”, el mismo que comparte con aquellos a los que critica. De manera que no podemos resumir la cuestión de otra forma que no sea entender que l izquierda y derecha son complementarias, para poder servir como se merece el sistema capitalista en su estrategia de control, articulándose como alternativa dentro del mismo.
Demos
Por ejemplo, la izquierda “antimilitarista” rechaza los movimientos “fascistas” como el golpe militar-institucional de Honduras (expresión modificada y corregida de los golpes setentistas), pero acepta y apoya golpes “democrático-institucionales”, como el ejecutado en Ecuador contra Lucio Gutiérrez que finalmente culminó en el gobierno “izquierdista” de Rafael Correa.
En lo substancial, la izquierda actual identifica como enemigo al imperialismo “político-militar” de la Guerra Fría, en un escenario en que el sistema capitalista ha girado hacia el dominio “politico-democrático”, con técnicas de control no ya dirigidas a la supresión o al control físico de sus enemigos, sino mediante técnicas psicológicas orientadas a controlar los cerebros mediante la manipulación con el “pacifismo” y la “democracia” como factores integradores al sistema.
Por tanto, los descendientes de la izquierda setentista, ahora “democratizada”, ya no pelean contra la depredación del sistema capitalista, no pelean contra las columnas vertebrales de la nueva dominación (políticos, medios de comunicación y sociedad de consumo) sino que pelean contra los que infringen o ponen en peligro el “sistema democrático”, el mismo que comparte con aquellos a los que critica. De manera que no podemos resumir la cuestión de otra forma que no sea entender que l izquierda y derecha son complementarias, para poder servir como se merece el sistema capitalista en su estrategia de control, articulándose como alternativa dentro del mismo.
Demos