Oxi89888
Himbersor
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Pensadlo así. Somos forzados a estar aquí, a existir, en ningún momento se nos preguntó (hasta donde llega nuestro conocimiento) si queremos nacer o existir, no sabemos porqué y para qué estamos aquí. No tenemos un poder sustancial sobre la realidad, de hecho, somos ante todo influenciados por muchos factores extrínsecos y ajenos a nuestro control a lo largo de nuestras vidas (algunos antes de que hubiéramos nacido siquiera).
Tampoco tenemos el descanso de la fin y el no-ser porque no sabemos que ocurrs después de morir, en el mejor caso un paraíso de felicidad sin fin o una fin absoluta y sin retorno. En el caso más neutral una soledad eterna o reencarnamos (y cruzad los dedos por reencarnar como la especie dominante, con el sesso dominante, en la cultura dominante, en el estrato social dominante, en el lugar y momento adecuados), en el peor una eternidad en el infierno o algo peor de lo que podamos imaginar. Tampoco estamos del todo seguro de que solp existimos nosotros o de que los demás sean pura ilusión, no sabemos si somos creaciones en las manos de un ser absoluto y eterno, o si nosotros mismos somos aquél ser rehuyendo de un aburrimiento y soledad absolutos reencarnando cíclica y eternamente como individuos comunes con criaturas ficticias alrededor nuestra.
No digo que la realidad sea antiestética, pero a un nivel subyacente y metafísico es muy oscura, lúgubre y plagada de una incertidumbre total; la naturaleza predatoria de los seres vivos, la entropía que tiende a descomponer la materia, el horror cósmico en los mares, cuevas, lugares baldíos y el espacio exterior, y todos los aspectos metafísicos del primer párrafo.
Tampoco tenemos el descanso de la fin y el no-ser porque no sabemos que ocurrs después de morir, en el mejor caso un paraíso de felicidad sin fin o una fin absoluta y sin retorno. En el caso más neutral una soledad eterna o reencarnamos (y cruzad los dedos por reencarnar como la especie dominante, con el sesso dominante, en la cultura dominante, en el estrato social dominante, en el lugar y momento adecuados), en el peor una eternidad en el infierno o algo peor de lo que podamos imaginar. Tampoco estamos del todo seguro de que solp existimos nosotros o de que los demás sean pura ilusión, no sabemos si somos creaciones en las manos de un ser absoluto y eterno, o si nosotros mismos somos aquél ser rehuyendo de un aburrimiento y soledad absolutos reencarnando cíclica y eternamente como individuos comunes con criaturas ficticias alrededor nuestra.
No digo que la realidad sea antiestética, pero a un nivel subyacente y metafísico es muy oscura, lúgubre y plagada de una incertidumbre total; la naturaleza predatoria de los seres vivos, la entropía que tiende a descomponer la materia, el horror cósmico en los mares, cuevas, lugares baldíos y el espacio exterior, y todos los aspectos metafísicos del primer párrafo.