El Disney triunfante de los 90 y principios de los 00 era Michael Eisner.
Pixar eran Steve Jobs y John Lasseter.
Marvel era Stan Lee y Jack Kirby
Star Wars era George Lucas.
Indiana Jones era George Lucas y Steven Spielberg.
Detrás de estos nombres, están las mentes de estos hombres, blancos, y heterosexuales, creativos y emprendedores, que lo fundaron, o en el caso de Marvel o el Disney de los 90, lo impulsaron; así de claro.
Y eso es algo muy importante en las empresas, que el espíritu de su fundador, que el espíritu que lo llevó al éxito, perviva; por eso, cuando en una industria tan dependiente de la creatividad, pones a gente meramente artesana, como Kathleen Kennedy, o que se guían por parámetros de la última moda de marketing, o las chorradas que le ensañaron en el MBA, como Bob Iger, fracasan, porque por muy bonitas que sean las formas, al carecer de fondo se pierde la esencia.
Y hablemos claro, ni Indiana Jones ni Star Wars eran el colmo de la originalidad, porque si de algo son adalides, es de la posmodernidad; son películas que solo se pueden comprender, sabiendo de las fuentes que beben, osease, de las películas y series con las que crecieron sus creadores, a las que hacen homenajes y guiños constantes; pero esas películas tenían algo que no tienen las de hoy.... fondo, esencia, alma!!
Por eso, este año, la películas de Super Mario Bros ha arrasado, porque esa película, si de algo se ha ocupado, es de trasladar a la pantalla grande, la esencia, el alma, de los personajes y el mundo de los videojuegos en los que se basa, asesorados, como no, por su creador, Shigeru Miyamoto.
