Sextus Flavius Lascivius
Madmaxista
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Moa:
Por ello “europeizar” a un país europeo solo podían llevar a extravíos como querer sacrificar tropas por intereses ajenos. Aquellos “europeístas” no triunfaron entonces, pues España permaneció neutral; pero estuvo muy cerca de intervenir por mano de Romanones, el mismo que prácticamente liquidó unos años después la monarquía. Si hemos de creer a Juan Simeón Vidarte (y hay motivos para creerle), Romanones era masón de una categoría especialmente secreta. Fue Alcalá-Zamora quien impidió entonces la fechoría (no todo lo hizo mal), pero aquel europeísmo un tanto de pandereta, sería un ingrediente fundamental en el advenimiento de la II República. Ortega, Marañón y Pérez de Ayala, junto con Antonio Machado, Unamuno y otras figuras intelectuales que habían abogado por servir a Francia e Inglaterra en la PGM, fueron los que dieron a aquella república un aparente lustre intelectual. Es perfectamente simbólico que la república se inaugurase oficialmente, por así decir, el día de la fiesta nacional francesa. Aquellos intelectuales terminaron arrepintiéndose, pero lo que interesa aquí es percibir la estrecha conexión entre su vacuo europeísmo y unos movimientos políticos que terminarían empujando a la guerra civil.
España no entró en la I Guerra Mundial por decisión del entonces jefe del gobierno, Eduardo Dato, que había sustituido a Romanones en Octubre de 1913. Esta decisión fué un sorpresa para muchos ya que España estaba de hecho en la misma situación diplomática que el UK respecto a Francia (tambien habíamos firmado con ellos un tratado colonial) y según los aliadófilos, España estaba obligada a actuar igual que habían hecho los british apoyando a Francia porque ya existía una alianza de facto, pese a que los tratados coloniales no les obligaban a nada en Europa ,.... éste fué el argumento que dió el conde de Romanones en su famoso artículo en el ABC "Neutralidades que dan el pasaporte" (19 Agosto de 1914).
Dato se había enfrentado previamente al separatismo catalán durante su gestión como ministro de la Gobernación durante el primer gobierno de Silvela (1899-1900) sufriendo por ello una feroz campaña de ataques públicos instigados por el periódico del cabecilla separatista Prat de la Riba (La Veu de Catalunya) que culminaron con la visita de Dato a Cataluña en Mayo de 1900, donde fué objeto de todo tipo de humillaciones, insultos y vejaciones públicas por parte de los esacasos agitadores separatistas (pero que hacían mucho ruido, como ahora)...uno de ellos cantar la Marsellesa cuando sonaba el himno nacional...
En 1914 el nacionalismo catalán junto con el vasco se posicionaron a favor de entrar en la guerra en el bando de la Entente demostrando definitivamente que sus jefes estaban en París y Londres, en cambio Eduardo Dato actuó pensando sólo en los intereses de España (y así acabó....)