La cesión de nuestra soberanía a la angloesfera por parte de las autoridades franquistas (crítica de un tradicionalista)

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Antes de que digáis nada, os insto a que no lancéis agravios contra mi persona, puesto que conozco de primera mano el modus operandi de varios foreros y no es desde luego apacible ni da muestras de educación, sino de obscenidad. Espero no emuléis el mismo comportamiento.

Hay no pocos logros que reconocerle a la excelsa figura del militar ferrolano, entre ellos los más mentados es el de haber librado a nuestra Sagrada España de quienes irradiaban la furia que le es propia al bolchevismo y cualquier doctrina hija de la modernidad. Mención especial deben recibir algunos grupúsculos de heterodoxos que trataban de sepultar a los hijos de Santiago por defender la Fe que es propia de nuestra Civilización.

Pero esta no es una disertación de signo espiritual o, por lo menos, no trata de serlo. Vengo a criticar el anterior sistema político erigido en la figura de Francisco Franco Bahamonde por su laxitud circunstancial en ciertos aspectos de materia política, aun cuando muchos allegados digan de mí que soy un reaccionario de los que ya no quedan entre la fauna política española. Sí, muchos de los que somos considerados por los progres, ateos y demás muchedumbre beatos tenemos también un ápice de objetividad alumbrada por la Verdad.

En cuanto a su dimensión histórica, si en algo coinciden muchos facultativos del estudio de dicha materia en el ámbito nacional, en especial aquellos que no están trasnochados por el dogma izquierdista, es en que no hubo un único franquismo. Así pues, podría dividirse de muchas formas dicho período de nuestra historia reciente, en base a características que abarcan distintos aspectos. Pero, por simplicidad, se habla de un Primer Franquismo y de otro Segundo Franquismo.

Lo que más solemos asociar al Primer Franquismo son las cartillas de racionamiento, la austeridad vital y las aguantaderas de nuestros abuelos o bisabuelos. Una época difícil, donde el aislamiento no perdonaba, como tampoco lo hacían las inclemencias que se cebaban con un país que trataba de soportar las malquerencias mundanas; sometido de alguna manera a un voto de penitencia materializado en la autarquía.

Fue el advenimiento de la Guerra Fría lo que vino a crear un nuevo mundo polarizado, después de la caída de Potencias del Eje, del cual se nutrió el sistema franquista para asegurar su continuidad, aun con el recelo de otras figuras presumiblemente ajenas a esta idea, como es el caso de Serrano Suñer que en muchos casos reprocha a Fco. Franco la idea de basar nuestra estabilidad como pueblo en meros cálculos tecnocráticos.

Así pues, terminamos sobreviviendo materialmente con la condición de entregar nuestra dignidad al "mundo libre" de Harry Truman, culminando el acuerdo de americanización de nuestro pueblo con la visita de Eisenhower a Madrid a finales de 1959, dando fin a una década tan angosta como incontestable para esa España de incieso y mantilla que trataba de sobrevivir.

Sin darse cuenta, el Estado Español estaba fraguando su propia descomposición, no por admitir que pudieran venir hombres de tonalidad con el uniforme de las barras y estrellas a pisar suelo español y sobrevolar nuestro cielo hercúleo, sino porque ya estaba sembrándose la semilla del virulento anatema demoliberal que haría estallar todo con la fin del Caudillo; una figura tan venerable a la cual sería imposible reprochar, en su magnanimidad, el error de haber permitido brotar todos estos males que envenenaron el espíritu de los españoles, engañados por la ilusión de lo democracia.

Claro que, desde 1945, el horizonte del orbe mundial era distinto. Pero podríamos discutir si dicho mal no entró en Europa mucho antes, acullá con la Toma de la Bastilla. España quiso sanarse de aquello, aislándose en la medida que lo permitieran las condiciones materiales de un país que no redunda en recursos naturales. Acabamos, sin embargo, subyugándonos al peso de las élites financieras internacionales, la corrupción jovenlandesal de la burguesía y la sociedad de consumo masivo.
 
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Antes de que digáis nada, os insto a que no lancéis agravios contra mi persona, puesto que conozco de primera mano el modus operandi de varios foreros y no es desde luego apacible ni da muestras de educación, sino de obscenidad. Espero no emuléis el mismo comportamiento.

Hay no pocos logros que reconocerle a la excelsa figura del militar ferrolano, entre ellos los más mentados es el de haber librado a nuestra Sagrada España de quienes irradiaban la furia que le es propia al bolchevismo y cualquier doctrina hija de la modernidad. Mención especial deben recibir algunos grupúsculos de heterodoxos que trataban de sepultar a los hijos de Santiago por defender la Fe que es propia de nuestra Civilización.

Pero esta no es una disertación de signo espiritual o, por lo menos, no trata de serlo. Vengo a criticar el anterior sistema político erigido en la figura de Francisco Franco Bahamonde por su laxitud circunstancial en ciertos aspectos de materia política, aun cuando muchos allegados digan de mí que soy un reaccionario de los que ya no quedan entre la fauna política española. Sí, muchos de los que somos considerados por los progres, ateos y demás muchedumbre beatos tenemos también un ápice de objetividad alumbrada por la Verdad.

En cuanto a su dimensión histórica, si en algo coinciden muchos facultativos del estudio de dicha materia en el ámbito nacional, en especial aquellos que no están trasnochados por el dogma izquierdista, es en que no hubo un único franquismo. Así pues, podría dividirse de muchas formas dicho período de nuestra historia reciente, en base a características que abarcan distintos aspectos. Pero, por simplicidad, se habla de un Primer Franquismo y de otro Segundo Franquismo.

Lo que más solemos asociar al Primer Franquismo son las cartillas de racionamiento, la austeridad vital y las aguantaderas de nuestros abuelos o bisabuelos. Una época difícil, donde el aislamiento no perdonaba, como tampoco lo hacían las inclemencias que se cebaban con un país que trataba de soportar las malquerencias mundanas; sometido de alguna manera a un voto de penitencia materializado en la autarquía.

Fue el advenimiento de la Guerra Fría lo que vino a crear un nuevo mundo polarizado, después de la caída de Potencias del Eje, del cual se nutrió el sistema franquista para asegurar su continuidad, aun con el recelo de otras figuras presumiblemente ajenas a esta idea, como es el caso de Serrano Suñer que en muchos casos reprocha a Fco. Franco la idea de basar nuestra estabilidad como pueblo en meros cálculos tecnocráticos.

Así pues, terminamos sobreviviendo materialmente con la condición de entregar nuestra dignidad al "mundo libre" de Harry Truman, culminando el acuerdo de americanización de nuestro pueblo con la visita de Eisenhower a Madrid a finales de 1959, dando fin a una década tan angosta como incontestable para esa España de incieso y mantilla que trataba de sobrevivir.

Sin darse cuenta, el Estado Español estaba fraguando su propia descomposición, no por admitir que pudieran venir hombres de tonalidad con el uniforme de las barras y estrellas a pisar suelo español y sobrevolar nuestro cielo hercúleo, sino porque ya estaba sembrándose la semilla del virulento bichito demoliberal que haría estallar todo con la fin del Caudillo; una figura tan venerable a la cual sería imposible reprochar, en su magnanimidad, el error de haber permitido brotar todos estos males que envenenaron el espíritu de los españoles, engañados por la ilusión de lo democracia.

Claro que, desde 1945, el horizonte del orbe mundial era distinto. Pero podríamos discutir si dicho mal no entró en Europa mucho antes, acullá con la Toma de la Bastilla. España quiso sanarse de aquello, aislándose en la medida que lo permitieran las condiciones materiales de un país que no redunda en recursos naturales. Acabamos, sin embargo, subyugándonos al peso de las élites financieras internacionales, la corrupción jovenlandesal de la burguesía y la sociedad de consumo masivo.

Pues bastante de acuerdo en la exposición. Lo que me preguntó es si no estaba ya antes de Franco la élite social Española mayoritariamente contaminada como para achacarle la culpa a la cesión de Franco y ya tras la primera bonanza de su régimen se ablandó aún más. Poco pueden hacer un ramillete de hombres cuando el conjunto afloja y cede ante el buen vivir.
 
Antes de que digáis nada, os insto a que no lancéis agravios contra mi persona, puesto que conozco de primera mano el modus operandi de varios foreros y no es desde luego apacible ni da muestras de educación, sino de obscenidad. Espero no emuléis el mismo comportamiento.

Hay no pocos logros que reconocerle a la excelsa figura del militar ferrolano, entre ellos los más mentados es el de haber librado a nuestra Sagrada España de quienes irradiaban la furia que le es propia al bolchevismo y cualquier doctrina hija de la modernidad. Mención especial deben recibir algunos grupúsculos de heterodoxos que trataban de sepultar a los hijos de Santiago por defender la Fe que es propia de nuestra Civilización.

Pero esta no es una disertación de signo espiritual o, por lo menos, no trata de serlo. Vengo a criticar el anterior sistema político erigido en la figura de Francisco Franco Bahamonde por su laxitud circunstancial en ciertos aspectos de materia política, aun cuando muchos allegados digan de mí que soy un reaccionario de los que ya no quedan entre la fauna política española. Sí, muchos de los que somos considerados por los progres, ateos y demás muchedumbre beatos tenemos también un ápice de objetividad alumbrada por la Verdad.

En cuanto a su dimensión histórica, si en algo coinciden muchos facultativos del estudio de dicha materia en el ámbito nacional, en especial aquellos que no están trasnochados por el dogma izquierdista, es en que no hubo un único franquismo. Así pues, podría dividirse de muchas formas dicho período de nuestra historia reciente, en base a características que abarcan distintos aspectos. Pero, por simplicidad, se habla de un Primer Franquismo y de otro Segundo Franquismo.

Lo que más solemos asociar al Primer Franquismo son las cartillas de racionamiento, la austeridad vital y las aguantaderas de nuestros abuelos o bisabuelos. Una época difícil, donde el aislamiento no perdonaba, como tampoco lo hacían las inclemencias que se cebaban con un país que trataba de soportar las malquerencias mundanas; sometido de alguna manera a un voto de penitencia materializado en la autarquía.

Fue el advenimiento de la Guerra Fría lo que vino a crear un nuevo mundo polarizado, después de la caída de Potencias del Eje, del cual se nutrió el sistema franquista para asegurar su continuidad, aun con el recelo de otras figuras presumiblemente ajenas a esta idea, como es el caso de Serrano Suñer que en muchos casos reprocha a Fco. Franco la idea de basar nuestra estabilidad como pueblo en meros cálculos tecnocráticos.

Así pues, terminamos sobreviviendo materialmente con la condición de entregar nuestra dignidad al "mundo libre" de Harry Truman, culminando el acuerdo de americanización de nuestro pueblo con la visita de Eisenhower a Madrid a finales de 1959, dando fin a una década tan angosta como incontestable para esa España de incieso y mantilla que trataba de sobrevivir.

Sin darse cuenta, el Estado Español estaba fraguando su propia descomposición, no por admitir que pudieran venir hombres de tonalidad con el uniforme de las barras y estrellas a pisar suelo español y sobrevolar nuestro cielo hercúleo, sino porque ya estaba sembrándose la semilla del virulento bichito demoliberal que haría estallar todo con la fin del Caudillo; una figura tan venerable a la cual sería imposible reprochar, en su magnanimidad, el error de haber permitido brotar todos estos males que envenenaron el espíritu de los españoles, engañados por la ilusión de lo democracia.

Claro que, desde 1945, el horizonte del orbe mundial era distinto. Pero podríamos discutir si dicho mal no entró en Europa mucho antes, acullá con la Toma de la Bastilla. España quiso sanarse de aquello, aislándose en la medida que lo permitieran las condiciones materiales de un país que no redunda en recursos naturales. Acabamos, sin embargo, subyugándonos al peso de las élites financieras internacionales, la corrupción jovenlandesal de la burguesía y la sociedad de consumo masivo.

Muy bien expuesto. Aún así, con todo lo que se pueda criticar al franquismo, tanto desde el punto de vista social como geoestratégico (que no es poco), y en ese sentido estoy de acuerdo en parte con las tesis de Aynrandiano con respecto al franquismo y el R78, hay que tener en cuenta otras variables muy potentes como el Concilio Vaticano II y la traición de la Iglesia, que fueron auténticos torpedos en la línea de flotación del mundo católico.

Me gustaría saber que opina @Lábaro de esto.
 
Muy bien expuesto. Aún así, con todo lo que se pueda criticar al franquismo, tanto desde el punto de vista social como geoestratégico (que no es poco), y en ese sentido estoy de acuerdo en parte con las tesis de Aynrandiano con respecto al franquismo y el R78, hay que tener en cuenta otras variables muy potentes como el Concilio Vaticano II y la traición de la Iglesia, que fueron auténticos torpedos en la línea de flotación del mundo católico.

Me gustaría saber que opina @Lábaro de esto.

En primer lugar,el Franquismo no era totalitario,sino autoritario.A partir de ahi,hubo una Democracia organica donde todos los grupos sociopoliticos españoles estaban representados : Socialistas (Falangismo),liberales (Tecnocracia),regionalistas (Tradicionalistas),Conservadores (Monarquicos),etc.Todos estaban de acuerdo en un consenso basico de defensa de España,pero a partir de ahi,ya eran tan diferentes ideologicamente entre si como en una democracia liberal (Salvo que todos estaban atados en corto para que no degeneraran en Comunismos,liberalismos y separatismos dañinos).Todo esto se cristalizo en la Ley de principios del Movimiento Nacional (1958) donde se instauraron doce Principios basicos del Movimiento en los que todas las familias se veian representadas.

Por tanto,nunca hubo un solo Franquismo homogeneo,sino que hubo epocas en que unos primaron (Falangismo en postguerra,Tecnocratas en los 60,etc) u otros languidecieron (Tradicionalismo carlista a lo largo del Franquismo).Pero como ya he recalcado,estas hegemonias ideologicas dentro del Movimiento,nunca implicaron viraje radical alguno del Franquismo (Como por ejemplo,el mantenimiento del estado social nacionalsindicalista durante la tecnocracia "liberal").

Pero un solo hombre en su senectud (Franco)no podia mantener este delicado y admirable equilibrio eternamente,sino que a medida que envejecio,el tradicional equilibrio se perdio con la division abierta entre "inmovilistas" y "aperturistas",formandose por primera vez un gobierno monocolor (Carrero Blanco) que ahondo en la division interna durante el "Tardofranquismo".Este fue el principio del fin,pues se a partir de ahi,se desequilibro toda la balanza y en poco tiempo importantes puntales como la Iglesia o los tradicionalistas se desmarcaron del Regimen y este quedo ya sentenciado al colocar como sucesor a un monigote borbon sin apenas sentido de estado alguno...
 
Caudillo; una figura tan venerable a la cual sería imposible reprochar, en su magnanimidad, el error"

El Caudillo no cometió ningun error , el tenia muy claro donde tenia que estar España y con quien no.

Por cierto, el no fue a buscar a los anglos, los anglos lo fueron a buscar a él porque se dieron cuenta que tenia razón.
 
Lo del primer franquismo no fue solo por aislamiento internacional, también porque la Autarquía era la política propia de Falange, inspirada en el fascismo. Una vez reconocido el fracaso de la Autarquía, no quedaba mas remedio que firmar acuerdos para abrirse al comercio.

El tema del inicio de la degeneración jovenlandesal y cultural de España en el Franquismo, va ligado al fracaso del Régimen en crear un modelo cultural propio. Se intentó con el Nacional-Catolicismo, pero después del Concilio Vaticano II resultaba un poco difícil seguir basando una identidad española diferenciada en la religión católica, cuando la propia Iglesia Católica se había bajado los pantalones ante el socialismo.

El modelo político del Movimiento, el fascismo, había sido derrotado en 1945. El modelo económico, la Autarquía, había demostrado su imposibilidad a las alturas de 1950. Y el referente jovenlandesal, el catolicismo, se prostituyó a principios de los sesenta. Los tres pilares del Movimiento habían caído.
 
Caudillo; una figura tan venerable a la cual sería imposible reprochar, en su magnanimidad, el error"

El Caudillo no cometió ningun error , el tenia muy claro donde tenia que estar España y con quien no.

Por cierto, el no fue a buscar a los anglos, los anglos lo fueron a buscar a él porque se dieron cuenta que tenia razón.

A ver, los anglos al final nos comieron la tostada. Ahora somos una colonia USana y la puerta se la abrió él. Tampoco tenía muchas opciones pero él fue el que nos los metió.

Aún así, no se le puede pedir más a una sola persona. Encima se le cargaron al único franquista que tenía entre sus principales.
 
A ver, los anglos al final nos comieron la tostada. Ahora somos una colonia USana y la puerta se la abrió él. Tampoco tenía muchas opciones pero él fue el que nos los metió.

Aún así, no se le puede pedir más a una sola persona. Encima se le cargaron al único franquista que tenía entre sus principales.
Que colonia de que ? España siempre ha tenido independencia en política exterior. Caso de la guerra de Ifni o ahora en Yemen. Entiendo que las pilinguinejas soltéis la primera gilipolles que se os ocurre pero un poco de por favor.
 
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