Es ya conocida la cifra de funcionarios públicos con que contaba España en 1975: 700.000. En 34 años la hemos multiplicado por 4,4 y hoy ya superamos de largo los 3.000.000.
La aparición de la autoridad full time en las comunidades humanas es tan antigua como la ley, en Mesopotamia. Y es que la única aportación de la autoridad a tiempo completo fue la ley -y la coerción. Con el tiempo otros profesionales part time, como los soldados y los jueces, pasarón a desarrollar su labor a jornada completa a costa de los impuestos que la coerción brindaba al erario público.
No sabemos si las ingentes obras públicas de la antigëdad pudieron haberse realizado sin esa coerción pública puesto que las autoridades se extendieron por todo el mundo conocido (y aún el Nuevo Mundo)
El ideal suponía (como en Atenas) cargos públicos de elección democrática, no remunerados y de un solo mandato y presupuestos fiscalizados. El servidor público lo hacía en los servicios de seguridad -ejército- en los de justicia o en la contaduría -presupuestos e impuestos.
Al llegar a la España del s.XXI el sector público, además los servicios de seguridad (ejército, polícía y bomberos) y de justicia (jueces y magistrados y defensa de la competencia) las autoridades han hecho suyos servicios que prestaban profesionales en el ámbito civil desde los albores de la humanidad: sanadores -médicos y sanitarios- y maestros.
Para no alargarme más ¿Nuestro destino pasa por incrementar cada vez más el sector público hasta equipararlo al cubano o norcoreano?
La aparición de la autoridad full time en las comunidades humanas es tan antigua como la ley, en Mesopotamia. Y es que la única aportación de la autoridad a tiempo completo fue la ley -y la coerción. Con el tiempo otros profesionales part time, como los soldados y los jueces, pasarón a desarrollar su labor a jornada completa a costa de los impuestos que la coerción brindaba al erario público.
No sabemos si las ingentes obras públicas de la antigëdad pudieron haberse realizado sin esa coerción pública puesto que las autoridades se extendieron por todo el mundo conocido (y aún el Nuevo Mundo)
El ideal suponía (como en Atenas) cargos públicos de elección democrática, no remunerados y de un solo mandato y presupuestos fiscalizados. El servidor público lo hacía en los servicios de seguridad -ejército- en los de justicia o en la contaduría -presupuestos e impuestos.
Al llegar a la España del s.XXI el sector público, además los servicios de seguridad (ejército, polícía y bomberos) y de justicia (jueces y magistrados y defensa de la competencia) las autoridades han hecho suyos servicios que prestaban profesionales en el ámbito civil desde los albores de la humanidad: sanadores -médicos y sanitarios- y maestros.
Para no alargarme más ¿Nuestro destino pasa por incrementar cada vez más el sector público hasta equipararlo al cubano o norcoreano?