La abstención como forma de resistencia pacífica al régimen del 78

Yo no acabo de ver claro que el distrito deba ser uninominal. Lo importante es que la gente vote a personas y no a partidos. Podría elegirse a personas y cada uno contar con un cómputo de votos, o un peso electoral, para posteriores votaciones... pero así al menos se respetaría su voz y no se tendería al bipartidismo.

Es difícil llegar a la conclusión de que el distrito debe ser uninominal, lo sé porque a mí me costó. La clave es que cualquier sistema de listas es proporcional respecto a partidos, no a personas, es decir que el poder al final está repartido en cuotas (según proporciones) a entes opacos (los partidos) que el ciudadano no controla. Por ejemplo, tu votas unas siglas (una lista, es lo mismo) y esas siglas no cumplen sus promesas, o peor, se ponen al día siguiente de salir a hacer exactamente lo contrario de lo prometido. ¿Cómo quitas esas "siglas" que, al final, se traducen en personas concretas que las representan -nótese: representan a las siglas, no a ti-? ¿Echas al partido ipso-facto para evitar que siga yendo contra la voluntad expresada en las urnas? ¿Cómo? ¿O más bien te tienes que aguantar y esperar a las siguientes elecciones para ver si consigues que entre todos se vote a otra facción? Y ni eso, porque las proporciones fluctúan, pero al final, salvo extinción, los partidos tienden a permanecer con mayor o menor cuota, es decir, incluso un partido que lo haga muy mal al final suele sacar algunos escaños; hay castigo, pero no verdadera revocación. Sin embargo si tienes un representante personal votado por tu distrito siempre se puede hacer un reglamento que establezca el procedimiento de revocación (quizá mediante una votación del distrito) inmediata de ese candidato si no cumple, si roba, etc. La representación solo puede ser personal, no "de una organización", por el pequeño detalle de hacer cumplir el mandato imperativo, que implica un procedimiento de revocación efectivo. Representante que responde ante el distrito, no ante unas siglas, y que lo hace en todo momento, la espada de damocles siempre sobre su cabeza. Esa es la clave del control del poder por el ciudadano, cosa que debería ser el objetivo de todo sistema que se llame con propiedad democrático.
 
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