fausal
Madmaxista
Juan Roig ya no es el 'intouchable' ni el más barato del mercado - elConfidencial.com
Viste sin corbata y gasta maneras de empresario provocador a la par que arrogante, como buen bretón. Bajo esta impronta informal y lenguaraz, el presidente y heredero de E.Leclerc, el imperio francés de la distribución, que este año derrocará al gigante Carrefour, ha decidido convertir a España en el próximo objetivo de su movimiento. Este fenómeno asociativo, creado por su padre en 1949, afronta ahora un nuevo escenario al sur de los Pirineos, donde a pesar de llevar 20 años presente no ha conseguido relevancia. Sin embargo, el fenómeno Mercadona, inspirador y rival a batir, le ha demostrado cómo la actual crisis ofrece ventanas de oportunidad.
Michel-Edouard Leclerc (Landerneau, 1952) hizo acto público de presencia ayer en Madrid para acaparar la atención de los medio de comunicación. Sin los histrionismos del irreverente Michael O’Leary, el irlandés low cost de Ryanair, el empresario francés quiso reforzar a los cuatro vientos cuáles son las señas de identidad de su compañía, cuya presidencia heredó hace seis año. “No somos una empresa familiar, ni cotizada, ni integrada verticalmente… somos una federación de empresarios”, recalca, adscritos al movimiento E.Leclerc, un fenómeno que tras medio siglo se ha convertido en el operador dominante del mercado francés de la distribución.
Aunque su modelo empresarial no es idéntico al de Mercadona y su ya famosa relación con la figura de los interproveedores, sus fabricantes de marca propia, la cadena francesa hace también gala de la bandera de los precios como pilar de su estrategia. Frente al Siempre Precios Bajos de la valenciana, E.Leclerc abraza el mensaje de la “defensa del poder adquisitivo de los consumidores”, un eje que ha utilizado para desarrollar lo que hoy es la compañía y que ahora, dadas las circunstancias coyunturales de crisis, puede suponerle una ventaja competitiva frente a otros rivales que necesitan reinventarse para esquivar la caída del consumo.
En este sentido, si lo que Carrefour es a Francia lo es El Corte Inglés a España, salvando todas las diferencias, los dos gigantes de la distribución han visto cómo otros operadores independientes, en este caso E.Leclerc y Mercadona, han conseguido ocupar su liderazgo aprovechando las oportunidades y características del nuevo mercado. En ambos casos, parte de esa tras*formación ha estado apoyada en la palanca de la marca propia, cuyas referencias han utilizado para ofrecer los productos con relación calidad/precio más baratos en cada gama. “Nuestro reto es ser los más baratos, hasta convertirnos en la referencia del mercado”.
El verano pasado, E.Leclerc dio el salto cuantitativo necesario para empezar a ser escuchado. La cadena francesa adquirió siete hipermercados ubicados en la Comunidad de Madrid a la española Eroski, obligada a desinvertir para poder digerir la compra de Caprabo, base operativa sobre la que pretende rivalizar a largo plazo con Carrefour, Alcampo y Mercadona. De momento, sin gestionar una superficie comercial equiparable, la enseña gala ha logrado varios hitos de cara a la opinión pública en dirección a esa meta, pues ha conseguido la distinción de tener el hipermercado (Vallecas) y la gasolinera (Pinto) más baratos de la región.
Atrevido y directo, E.Leclerc reconoce que “la historia nos enseña que es en tiempos de crisis cuando los emprendedores imponen sus modelos económicos”, un logro que reconoció a Juan Roig y que él quiere trasladar a España después de haberlo conseguido ya en Francia (19.000 millones de facturación, incluida la venta de gasolina), su mercado natural. Hasta ahora, su expansión internacional a otros países europeos (Alemania, Italia, Polonia, Portual…) ha ido acompañada de alguna alianza con operadores locales independientes, operación que no descarta para consolidarse en nuestro mercado, donde cuenta con un total de 18 tiendas.
Después de haber abanderado algunos hitos de calado en Francia, como la liberación del sector de carburantes, E.Leclerc percibe que en “la distribución española hay muchas cosas en cuestión”. Aprovechando este momento de cambio en el sector y siendo fiel a su discurso de que “tener derecho a comprar barato es una necesidad social”, el empresario francés hacerse con un trozo del mercado nacional, aunque haya menos a repartir, “como ocurrirá también en Francia”, y aunque para ello tenga que granjearse algún enemigo fruto de sus campañas de publicidad comparativa. El irreverente empresario bretón quiere hacerse oír.
Viste sin corbata y gasta maneras de empresario provocador a la par que arrogante, como buen bretón. Bajo esta impronta informal y lenguaraz, el presidente y heredero de E.Leclerc, el imperio francés de la distribución, que este año derrocará al gigante Carrefour, ha decidido convertir a España en el próximo objetivo de su movimiento. Este fenómeno asociativo, creado por su padre en 1949, afronta ahora un nuevo escenario al sur de los Pirineos, donde a pesar de llevar 20 años presente no ha conseguido relevancia. Sin embargo, el fenómeno Mercadona, inspirador y rival a batir, le ha demostrado cómo la actual crisis ofrece ventanas de oportunidad.
Michel-Edouard Leclerc (Landerneau, 1952) hizo acto público de presencia ayer en Madrid para acaparar la atención de los medio de comunicación. Sin los histrionismos del irreverente Michael O’Leary, el irlandés low cost de Ryanair, el empresario francés quiso reforzar a los cuatro vientos cuáles son las señas de identidad de su compañía, cuya presidencia heredó hace seis año. “No somos una empresa familiar, ni cotizada, ni integrada verticalmente… somos una federación de empresarios”, recalca, adscritos al movimiento E.Leclerc, un fenómeno que tras medio siglo se ha convertido en el operador dominante del mercado francés de la distribución.
Aunque su modelo empresarial no es idéntico al de Mercadona y su ya famosa relación con la figura de los interproveedores, sus fabricantes de marca propia, la cadena francesa hace también gala de la bandera de los precios como pilar de su estrategia. Frente al Siempre Precios Bajos de la valenciana, E.Leclerc abraza el mensaje de la “defensa del poder adquisitivo de los consumidores”, un eje que ha utilizado para desarrollar lo que hoy es la compañía y que ahora, dadas las circunstancias coyunturales de crisis, puede suponerle una ventaja competitiva frente a otros rivales que necesitan reinventarse para esquivar la caída del consumo.
En este sentido, si lo que Carrefour es a Francia lo es El Corte Inglés a España, salvando todas las diferencias, los dos gigantes de la distribución han visto cómo otros operadores independientes, en este caso E.Leclerc y Mercadona, han conseguido ocupar su liderazgo aprovechando las oportunidades y características del nuevo mercado. En ambos casos, parte de esa tras*formación ha estado apoyada en la palanca de la marca propia, cuyas referencias han utilizado para ofrecer los productos con relación calidad/precio más baratos en cada gama. “Nuestro reto es ser los más baratos, hasta convertirnos en la referencia del mercado”.
El verano pasado, E.Leclerc dio el salto cuantitativo necesario para empezar a ser escuchado. La cadena francesa adquirió siete hipermercados ubicados en la Comunidad de Madrid a la española Eroski, obligada a desinvertir para poder digerir la compra de Caprabo, base operativa sobre la que pretende rivalizar a largo plazo con Carrefour, Alcampo y Mercadona. De momento, sin gestionar una superficie comercial equiparable, la enseña gala ha logrado varios hitos de cara a la opinión pública en dirección a esa meta, pues ha conseguido la distinción de tener el hipermercado (Vallecas) y la gasolinera (Pinto) más baratos de la región.
Atrevido y directo, E.Leclerc reconoce que “la historia nos enseña que es en tiempos de crisis cuando los emprendedores imponen sus modelos económicos”, un logro que reconoció a Juan Roig y que él quiere trasladar a España después de haberlo conseguido ya en Francia (19.000 millones de facturación, incluida la venta de gasolina), su mercado natural. Hasta ahora, su expansión internacional a otros países europeos (Alemania, Italia, Polonia, Portual…) ha ido acompañada de alguna alianza con operadores locales independientes, operación que no descarta para consolidarse en nuestro mercado, donde cuenta con un total de 18 tiendas.
Después de haber abanderado algunos hitos de calado en Francia, como la liberación del sector de carburantes, E.Leclerc percibe que en “la distribución española hay muchas cosas en cuestión”. Aprovechando este momento de cambio en el sector y siendo fiel a su discurso de que “tener derecho a comprar barato es una necesidad social”, el empresario francés hacerse con un trozo del mercado nacional, aunque haya menos a repartir, “como ocurrirá también en Francia”, y aunque para ello tenga que granjearse algún enemigo fruto de sus campañas de publicidad comparativa. El irreverente empresario bretón quiere hacerse oír.