Las relaciones internacionales, creo, se articulan desde muchísimas variables, llegando a equilibrios proporcionalmente justos o injustos en función de la igualdad o desigualdad de fuerzas, se trate de socios en el primer caso o de una relación de servidumbre en el segundo. No está claro en qué punto se produce esa división que no deja de ser sino el más fiel retrato de la igualdad o disparidad de fuerzas. Es decir, siempre hay una jerarquía en las relaciones a cualquier nivel, sobre todo en las que operan en términos de realidad y no de idealismo.
Dentro de esa jerarquía las hay que son muy evidentes y las hay que no tanto, al menos en apariencia. Es prerrogativa del más fuerte mantener unos márgenes de comodidad de manera que no irrite a sus siervos hasta el punto de soliviantarlos. Tiene recurso y momentos de sobra para afirmarse como líder pero no necesita hacerlo todo el tiempo; y tiene margen para negociar sin que sus concesiones pongan en duda su liderazgo.
Cada agente participante en esas relaciones internacionales contiene a otros agentes internos que pugna por hacer prevalecer sus intereses. Lo que vemos es la expresión de sus equilibrios internos volcados en su política exterior. El estado, las empresas, la sociedad, son groso modo esos agente internos que dirimen internamente sus propias disputas. Evidentemente cada agente mira por sus intereses pero no todos los agentes disponen de perspectivas igual de amplias. Al final, son los "comités" de expertos, los grupos de presión, los intereses de estado, generalmente más alineados con los agentes internos que tienen más poder efectivo, los que dejan mayor huella en la política exterior de los países.
El complejo militar-industrial de EEUU es generador de poder a su estado y riqueza a la sociedad norteamericana. Vale que a muchos solo les lleguen las migas del pastel, pero a ver quién es el osado que se las quita de la boca. No se habla en términos tan directos de otros complejos militares-industriales por la sencilla razón de que es el propio estado su dueño. El efecto de cara al poder de ese estado no creo que se pueda poner en duda, bien como disuasión o venta a terceros países, pero no he escuchado nunca un término parecido en el caso de Rusia o China. Será que para adquirir una auténtica dimensión diabólica deben estar en manos privadas por más que el estado se asegure tener siempre la última voz. Si tiene la primera y la última es "bueno", o cuando menos, menos diabólico...
Lo que importa es el valor neto, es decir, si la componente del negocio dadas las circunstancias es mejorable o empeorable por otras vías. ¿Dejar de prestar servidumbre a la anglosfera es posible sin pagar un alto precio? ¿Nuestros intereses no comparten absolutamente nada con sus intereses? ¿Qué estamos dispuestos a pagar -incluida la sociedad informada- por dejar de defender "esos" intereses? ¿Tenemos intereses que tras*cienda el actual estatus quo?
Que Cesar Vidal se ponga al frente ahora de una causa anti-sajona me deja roto... Una de las cosas más divertidas que puede hacerse siendo muy inteligentes es adoptar un rol cualquiera y llevarlo hasta las últimas consecuencias como hay un buen actor que interpreta el papel más antagónico con su personalidad. Esa inteligencia superior tiene como efecto una altísima adaptabilidad, lo cual que lleva a pensar si ese tipo de altas inteligencias burlonas tienen algún contacto con la conciencia...
Dejo claro para evitar malentendidos que mi "sueño" es el de una Hispanidad revitalizada, lo cual no me ciega respecto a su realidad actual ni a la realidad del mundo. El combate cultural ya ha empezado y va a más. No parece gran cosa vista así como quien quisiera comerse el mundo, pero creo que nuestras fortaleza es más humana que material y que nuestra falta de fortaleza material tiene mucho que ver con la sumisión cultural a la que se ha sometido a nuestra humanidad.
Yo comparto en primer lugar el sueño de una hispanidad revitalizada. Y el enemigo numero 2 de la hispanidad no son ni China ni Rusia. Digo número 2 porque el número 1 somos nosotros mismos, desde Manila hasta Barcelona y desde Tijuana hasta Ushuahia.
Pero cuando me uno en la crítica feroz a la OTAN, también lo hago pensando en :
1_ Mis intereses personales, vivo en Alemania, y no tenemos nada que ganar en este entuerto, China y Rusia son tan importantes clientes y socios comerciales como lo son USA o UK. En mi visión , este conflicto es pura y exclusivamente debido a la pérdida (o el miedo a la pérdida) de la hegemonía mundial por parte de los USA.
2_ Porque ni China, ni Rusia, ni Iran (poner aqui el país del eje del mal de su preferencia) se autoproclaman defensores de la libertad, o de los derechos humanos, o de la prosperidad mundial, la tras*parencia, la libertad de expresión... Yo creo que son bastante honestos en cuanto a lo que representan, no son estados de derecho , y tampoco simulan serlo.
USA y UK en cambio (cada uno en su época correspondiente) son imperios depredadores (igual de depredadores que Rusia, China o cualquier otro) , pero con un insoportable discursillo de superioridad jovenlandesal y de salvadores del mundo. Un imperio que es la definicón misma de la hipocresía.
Yo tengo plena conciencia de que mi segundo motivo es simplemente emocional , hasta visceral, pero no puedo evitarlo, soy un ser humano