Cirujano de hierro
Será en Octubre
El expresidente del Compostela reapareció en «El partidazo» con motivo del mítico gol de Ronaldo Nazario en San Lázaro y descolocó a todos con sus anécdotas.
Hace 25 años que Ronaldo Nazario firmó una de sus obras de arte futbolísticas. Ocurrió en el césped de San Lázaro el 12 de octubre de 1996. El portentoso delantero brasileño que encandiló a todos los aficionados al fútbol tardó apenas unos segundos en encontrar portería tras librarse de varios agarrones. Nadie fue capaz de frenarlo. Años después, el expresidente del Compostela, José María Caneda, recordó en El Partidazo en la Cadena Cope, cómo vivió aquel día. Carismático donde los haya, no defrauda nunca en cada intervención pública que realiza.
«Tuvo un poco de suerte, esos goles los metemos en el Compostela diariamente y no dan la vuelta al mundo, fue un gol de trompicones», afirmó Caneda después de aquel partido. Veinticinco años después, rectificó y admitió que «no vamos a poner en duda la fuerza y la calidad descomunal de Ronaldo». Y añadió: «fue el mejor jugador del mundo, pero ha durado muy poco en los campos de fútbol por las lesiones. Era comparable al mejor Messi y al mejor Cristiano, pero más humilde que él. Es un caballero en todos los sentidos».
Aún así, quiso restar mérito al tanto, destacando los errores de sus propios jugadores. «A pesar de ser tan bueno, nosotros le hicimos un pasillo, las cosas como son. Yo le dije a mis jugadores: 'solo os faltó decirle: ¡pasa!'», recordó. Y confesó la respuesta de sus futbolistas. «Ellos me dijeron: presi, hay que estar allí. El tío es muy fuerte». Aún así, reconoció que su sensación fue de rabia: «Pasó por encima de ocho jugadores como si fueran papel de fumar».
Aquel partido, José María Caneda lo vivió en el palco del entonces San Lázaro junto al vicepresidente del Barça, Nicolau Casaus, del que reconoció que «no era tan educado» como parecía. «Había que verlo en privado», admitió. Y contó una anécdota para justificar su afirmación. «Había una peña del Barça en Santiago que quería que yo les regalase las entradas para no comprarlas, y Casaus me dijo: haces bien, no se las des, esos son unos hijos de p***. ¡Decía cada cosa!. Cuando acababa de comer y tomaba sus copitas, hablaba que temblaba el mundo», recordó.
Hablando de copas, Caneda recordó otra anécdota vivida en el palco del estadio santiagués. «Había un juez que venía y se atrevió a criticar el whisky. Era un Chivas. Y le dije: mire, usted no puede estar en este palco. Viene a criticar cuando está bebiendo de gorra», relató. La consecuencia de aquel enfrentamiento fueron «6.000 euros de multa por tener 300 empleados más en el campo». «Era un cabrón con patas», recordó el expresidente del Compostela.
Genuino, cuando le preguntaron por su edad, no tuvo reparos en desgranar que «tengo 18 de edad mental, 14 de sentido y los 74 me los pusieron en la cartilla». Retirado, aseguró que dedica su tiempo «a seguir haciendo trampas». «El otro día me preguntaron de qué vivía y respondí: de casualidad», recordó.
Sin pelos en la lengua ni reparos a la hora de responder nada, Caneda reconoció ser seguidor del Real Madrid pero, tras muchos años apartado del fútbol, cuando le preguntaron si seguía viendo partidos admitió que solo veía los encuentros del equipo blanco y apostilló: «ahora veo más películas pronográficas». «Hace diez años que no voy a un estadio», aseguró entre risas.
Hace 25 años que Ronaldo Nazario firmó una de sus obras de arte futbolísticas. Ocurrió en el césped de San Lázaro el 12 de octubre de 1996. El portentoso delantero brasileño que encandiló a todos los aficionados al fútbol tardó apenas unos segundos en encontrar portería tras librarse de varios agarrones. Nadie fue capaz de frenarlo. Años después, el expresidente del Compostela, José María Caneda, recordó en El Partidazo en la Cadena Cope, cómo vivió aquel día. Carismático donde los haya, no defrauda nunca en cada intervención pública que realiza.
«Tuvo un poco de suerte, esos goles los metemos en el Compostela diariamente y no dan la vuelta al mundo, fue un gol de trompicones», afirmó Caneda después de aquel partido. Veinticinco años después, rectificó y admitió que «no vamos a poner en duda la fuerza y la calidad descomunal de Ronaldo». Y añadió: «fue el mejor jugador del mundo, pero ha durado muy poco en los campos de fútbol por las lesiones. Era comparable al mejor Messi y al mejor Cristiano, pero más humilde que él. Es un caballero en todos los sentidos».
Aún así, quiso restar mérito al tanto, destacando los errores de sus propios jugadores. «A pesar de ser tan bueno, nosotros le hicimos un pasillo, las cosas como son. Yo le dije a mis jugadores: 'solo os faltó decirle: ¡pasa!'», recordó. Y confesó la respuesta de sus futbolistas. «Ellos me dijeron: presi, hay que estar allí. El tío es muy fuerte». Aún así, reconoció que su sensación fue de rabia: «Pasó por encima de ocho jugadores como si fueran papel de fumar».
Aquel partido, José María Caneda lo vivió en el palco del entonces San Lázaro junto al vicepresidente del Barça, Nicolau Casaus, del que reconoció que «no era tan educado» como parecía. «Había que verlo en privado», admitió. Y contó una anécdota para justificar su afirmación. «Había una peña del Barça en Santiago que quería que yo les regalase las entradas para no comprarlas, y Casaus me dijo: haces bien, no se las des, esos son unos hijos de p***. ¡Decía cada cosa!. Cuando acababa de comer y tomaba sus copitas, hablaba que temblaba el mundo», recordó.
Hablando de copas, Caneda recordó otra anécdota vivida en el palco del estadio santiagués. «Había un juez que venía y se atrevió a criticar el whisky. Era un Chivas. Y le dije: mire, usted no puede estar en este palco. Viene a criticar cuando está bebiendo de gorra», relató. La consecuencia de aquel enfrentamiento fueron «6.000 euros de multa por tener 300 empleados más en el campo». «Era un cabrón con patas», recordó el expresidente del Compostela.
Genuino, cuando le preguntaron por su edad, no tuvo reparos en desgranar que «tengo 18 de edad mental, 14 de sentido y los 74 me los pusieron en la cartilla». Retirado, aseguró que dedica su tiempo «a seguir haciendo trampas». «El otro día me preguntaron de qué vivía y respondí: de casualidad», recordó.
Sin pelos en la lengua ni reparos a la hora de responder nada, Caneda reconoció ser seguidor del Real Madrid pero, tras muchos años apartado del fútbol, cuando le preguntaron si seguía viendo partidos admitió que solo veía los encuentros del equipo blanco y apostilló: «ahora veo más películas pronográficas». «Hace diez años que no voy a un estadio», aseguró entre risas.
