bullish consensus
Madmaxista
En nombre del progresismo - ElConfidencial.com
Jorge Javier Vázquez. Telecinco. Asisto con obligado estupor y gesto doliente a la consagración definitiva de Jorge Javier Vázquez como grande de España. Recibir el Ondas al Mejor Presentador de la muy plausible televisión patria y tener a tu disposición un viernes tres horas de prime time para venderle a la gente el indudable mérito de tu persona te otorga de inmediato el más alto grado en el escalafón social.
Está Jorge Javier más rellenito que nunca; gracias, claro, a la inestimable colaboración del grupo Prisa. En nombre del progresismo, entrega esta gente su oro, su incienso y su mirra a un señor que presenta el programa más impugnable de la actual televisión cañí. Adorarán los Reyes Magos de occidente al nuevo mesías, elegido no a dedo sino gracias a la muy de izquierdas soberanía popular (20% algunas tardes).
Hace años hicieron lo mismo con Mercedes Milá que, al recoger el premio, dijo (recito de memoria): “Me habéis dado el Ondas a mí, porque no os atrevéis a dárselo a Gran Hermano”. En efecto, Milá sabía que su galardón no distinguía solamente su trabajo, sino también una forma de hacer y entender la televisión. Muy progresista, claro, como el grupo Prisa.
Deduzco de todo esto que si uno quiere seguir siendo de izquierdas en este país debe arrodillarse ante Jorge Javier Vázquez y, sobre todo, ante su impagable espectáculo circense, por lo infinitamente divertido que resulta en ocasiones contemplar cómo se le joroba la vida a los demás. Si pensamos que el trabajo del presentador está por encima de toda esa cosa poco buena de correveidile, que excede a su responsabilidad, entonces, sólo entonces, quizá, el premio podría tener una ingenua justificación. Nadie duda a estas alturas de que Jorgeja se mueve como nadie en la escatológica pronografía catódica.
En virtud de nuestro indudable compromiso con el progresismo, aceptaremos todos los ciudadanos de izquierdas, que vemos Cuatro, escuchamos la Ser y leemos El País, el sorpresivo y prestigiosísimo Ondas que le han dado a Jorgeja. Ahora bien, ¡¿Física o química Mejor Serie Nacional?! Eso es difícil de digerir por muy de izquierdas que uno sea. No ya porque la ficción trasmita una imagen distorsionada, pretendidamente engañosa, superficial y polémica de la juventud actual. Aceptaremos esas premisas como progres si hace falta. Lo realmente punible es que esta serie es mala de solemnidad. Y eso no hay progre que lo resista.
Jorge Javier Vázquez. Telecinco. Asisto con obligado estupor y gesto doliente a la consagración definitiva de Jorge Javier Vázquez como grande de España. Recibir el Ondas al Mejor Presentador de la muy plausible televisión patria y tener a tu disposición un viernes tres horas de prime time para venderle a la gente el indudable mérito de tu persona te otorga de inmediato el más alto grado en el escalafón social.
Está Jorge Javier más rellenito que nunca; gracias, claro, a la inestimable colaboración del grupo Prisa. En nombre del progresismo, entrega esta gente su oro, su incienso y su mirra a un señor que presenta el programa más impugnable de la actual televisión cañí. Adorarán los Reyes Magos de occidente al nuevo mesías, elegido no a dedo sino gracias a la muy de izquierdas soberanía popular (20% algunas tardes).
Hace años hicieron lo mismo con Mercedes Milá que, al recoger el premio, dijo (recito de memoria): “Me habéis dado el Ondas a mí, porque no os atrevéis a dárselo a Gran Hermano”. En efecto, Milá sabía que su galardón no distinguía solamente su trabajo, sino también una forma de hacer y entender la televisión. Muy progresista, claro, como el grupo Prisa.
Deduzco de todo esto que si uno quiere seguir siendo de izquierdas en este país debe arrodillarse ante Jorge Javier Vázquez y, sobre todo, ante su impagable espectáculo circense, por lo infinitamente divertido que resulta en ocasiones contemplar cómo se le joroba la vida a los demás. Si pensamos que el trabajo del presentador está por encima de toda esa cosa poco buena de correveidile, que excede a su responsabilidad, entonces, sólo entonces, quizá, el premio podría tener una ingenua justificación. Nadie duda a estas alturas de que Jorgeja se mueve como nadie en la escatológica pronografía catódica.
En virtud de nuestro indudable compromiso con el progresismo, aceptaremos todos los ciudadanos de izquierdas, que vemos Cuatro, escuchamos la Ser y leemos El País, el sorpresivo y prestigiosísimo Ondas que le han dado a Jorgeja. Ahora bien, ¡¿Física o química Mejor Serie Nacional?! Eso es difícil de digerir por muy de izquierdas que uno sea. No ya porque la ficción trasmita una imagen distorsionada, pretendidamente engañosa, superficial y polémica de la juventud actual. Aceptaremos esas premisas como progres si hace falta. Lo realmente punible es que esta serie es mala de solemnidad. Y eso no hay progre que lo resista.