Para nada, la medida del JJV es cuán dispuesto estás a rebajarte, reptar por los bajos fondos y la miseria jovenlandesal de las personas. Es un depravado ético, jovenlandesal y sensual, que ha hecho carrera en tv porque encaja perfectamente en su modo de vida y en lo que pide la plebe que ve telecirco. Un poco lo que le pasaba a Charlie Sheen con el éxito de Dos hombres y medio
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