pepeleches
Será en Octubre
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De todas formas, es el comportamiento 'estándar' de los mesías que tienen las soluciones a todos los problemas del mundo, especialmente a los que inventan ellos.
Es una forma de pensar que quizás alguno no haya razonado, pero si os fijáis en el mecanismo, no tiene desperdicio. Se trata de estar en contra de todo, sin dejar salida posible alguna, para provocar ruptura. Una vez más, quien tiene mentalidad colectivista o al menos interventora, no busca una solución, ni mucho menos un resultado, sino lo que busca es crear problemas.
Fijémonos por ejemplo en la energía. La humanidad (o al menos en gran parte...) sale de la extrema pobreza durante los dos últimos siglos, pero a cambio necesita grandes cantidades de energía.
Hace unas décadas se empezó a poner foco en el ecologismo, y no sin razón; se contaminaban ríos, materias primas como el carbón eran muy contaminantes, etc etc.
Pero es que detrás de ese fin deseable no hay un objetivo de lograr un resultado mejor, sino de tocar los bemoles. Por un lado se va apartando el carbón, pero por otro...se subvenciona. Durante décadas. Tócate los huevones.
Surge la nuclear como alternativa con fuerza, pero esa misma gente la desecha. ¿Por peligrosa? Pues hombre, no soy el mayor fanático de la energía nuclear, seguramente me falta bastante conocimiento para tener una opinión sólida. Pero es que hacer que una de las alternativas más viables se frene (y ahora está frenada políticamente en muchos sitios...) no parece lo más inteligente.
Llegan las renovables, qué guay. La primera estupidez es decidir (en vez que lo haga el mercado...) cuándo debe invertirse, antes de que la tecnología fuera madura. Y seguramente algo aún peor: se potencian la eólica y la fotovoltaica, no dejando espacio a otras posibilidades que quién sabe si hubieran sido más útiles como la geotérmica o la marina (al menos son constantes!).
Pero es que llega el siguiente eslabón, y una vez que ya no hay posibilidad de salirse de ese esquema, entonces llegan los problemas. Que si los huertos solares aquí no, que si los molinos dan el pasaporte aves. No los queremos. Y por medio, 37.000 regulaciones para hacer el camino más imposible.
Y no al combustible no fósil, y no...¡a todo!. No queremos nada. En el fondo nos da igual la energía, lo que queremos es tocar los bemoles.
Con la comida pasa lo mismo. No a la importación de productos de otras partes del mundo. No a los tras*génicos. No a la carne. Y ahora, no a la agricultura.
Todo problemas, ninguna solución. Si hacemos caso a esta gente, acabaremos en una cueva masajeando piedras, porque no nos dejarán encender un fuego por lo mucho que contaminan, y ni podremos comer animales...ni vegetales.
Sin embargo, los insectos sí que se pueden comer, fíjate tú. Deben ser menos animales que otros, anda que no es una especie de racismo que comerse un cordero sea delito pero meterte 100 grillos esté bien.
Pero claro, no lo hacen ni siquiera por eso. Lo hacen porque sabe que a la peña le da tanto ardor de estomago, que no es factible.
Es el 'no, no, no, no'. Gente que encima vive mucho mejor que tú, que gasta 100 veces más, dándote lecciones jovenlandesales de cómo no tienes salida alguna para intentar seguir con tu ritmo de vida justito, ese en el consumes y contaminas lo mínimo porque tampoco estás como para tirar cohetes.
El día que los activistas comprendan todo esto, igual será tarde.
Es una forma de pensar que quizás alguno no haya razonado, pero si os fijáis en el mecanismo, no tiene desperdicio. Se trata de estar en contra de todo, sin dejar salida posible alguna, para provocar ruptura. Una vez más, quien tiene mentalidad colectivista o al menos interventora, no busca una solución, ni mucho menos un resultado, sino lo que busca es crear problemas.
Fijémonos por ejemplo en la energía. La humanidad (o al menos en gran parte...) sale de la extrema pobreza durante los dos últimos siglos, pero a cambio necesita grandes cantidades de energía.
Hace unas décadas se empezó a poner foco en el ecologismo, y no sin razón; se contaminaban ríos, materias primas como el carbón eran muy contaminantes, etc etc.
Pero es que detrás de ese fin deseable no hay un objetivo de lograr un resultado mejor, sino de tocar los bemoles. Por un lado se va apartando el carbón, pero por otro...se subvenciona. Durante décadas. Tócate los huevones.
Surge la nuclear como alternativa con fuerza, pero esa misma gente la desecha. ¿Por peligrosa? Pues hombre, no soy el mayor fanático de la energía nuclear, seguramente me falta bastante conocimiento para tener una opinión sólida. Pero es que hacer que una de las alternativas más viables se frene (y ahora está frenada políticamente en muchos sitios...) no parece lo más inteligente.
Llegan las renovables, qué guay. La primera estupidez es decidir (en vez que lo haga el mercado...) cuándo debe invertirse, antes de que la tecnología fuera madura. Y seguramente algo aún peor: se potencian la eólica y la fotovoltaica, no dejando espacio a otras posibilidades que quién sabe si hubieran sido más útiles como la geotérmica o la marina (al menos son constantes!).
Pero es que llega el siguiente eslabón, y una vez que ya no hay posibilidad de salirse de ese esquema, entonces llegan los problemas. Que si los huertos solares aquí no, que si los molinos dan el pasaporte aves. No los queremos. Y por medio, 37.000 regulaciones para hacer el camino más imposible.
Y no al combustible no fósil, y no...¡a todo!. No queremos nada. En el fondo nos da igual la energía, lo que queremos es tocar los bemoles.
Con la comida pasa lo mismo. No a la importación de productos de otras partes del mundo. No a los tras*génicos. No a la carne. Y ahora, no a la agricultura.
Todo problemas, ninguna solución. Si hacemos caso a esta gente, acabaremos en una cueva masajeando piedras, porque no nos dejarán encender un fuego por lo mucho que contaminan, y ni podremos comer animales...ni vegetales.
Sin embargo, los insectos sí que se pueden comer, fíjate tú. Deben ser menos animales que otros, anda que no es una especie de racismo que comerse un cordero sea delito pero meterte 100 grillos esté bien.
Pero claro, no lo hacen ni siquiera por eso. Lo hacen porque sabe que a la peña le da tanto ardor de estomago, que no es factible.
Es el 'no, no, no, no'. Gente que encima vive mucho mejor que tú, que gasta 100 veces más, dándote lecciones jovenlandesales de cómo no tienes salida alguna para intentar seguir con tu ritmo de vida justito, ese en el consumes y contaminas lo mínimo porque tampoco estás como para tirar cohetes.
El día que los activistas comprendan todo esto, igual será tarde.
