M. Priede
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Jeffrey Sachs se sienta con Rob Johnson para hablar de su nuevo libro, Una nueva política exterior: Más allá del excepcionalismo americano (Columbia University Press, 2018).
"Somos incapaces de resolver ni un sólo problema de los muchos que tenemos, la epidemia de opiáceos, el sistema de salud cuesta el doble que en cualquier otro país del mundo, tenemos guerras continuas, la mayor desigualdad de riqueza en la historia de EEUU, una infraestructura que se cae a pedazos y no hemos podido construir una sola milla de tren de alta velocidad, y nada de esto hemos podido resolver en los últimos treinta años. Necesitamos repensar lo que somos y lo que realmente necesitamos, cuáles son nuestras prioridades, en lugar de andar amenazando a medio mundo"
Y eso que es liberal casi extremista:
" A pesar de que Sachs es para algunos un visionario, otros economistas lo consideran peligrosamente ingenuo, especialmente en su aceptación de medidas y propuestas neoliberales, tales como su propuesta de la "terapia de choque económico".
" Daniel Ben-Ami ha criticado a Sachs desde el punto de vista opuesto: argumenta que la posición de Sachs en The End of Poverty supone un argumento a favor de que la pobreza es un hecho que se mantendrá. Ben-Ami sugiere que, a pesar de la "retórica grandilocuente" de Sachs, su objeto final es la erradicación de la pobreza extrema, pero no el desarrollo económico y la tras*formación social de los países pobres. Ben Ami también lo acusa de rebajar o sugerir aspiraciones limitadas para los pobres".
"Nancy Holmstrom, feminista socialista, apunta que Sachs asume, en su propuesta de usar una "terapia de choque" en Rusia, que la tras*ición al capitalismo sería un proceso natural, virtualmente automático y benéfico. "Empiécese con el abandono de la intervención estatal, libérense los precios, promuevase la competencia en la empresa privada, véndase las empresas estatales tan rápido como sea posible". Holmstrom apunta que las consecuencias de la implementación de tales medidas sería: disminución drástica de la producción industrial, reducción casi del 50% tanto en el PIB como en el ingreso promedio de los habitantes, incremento al doble de la tasa de suicidios, aumento masivo de la tasa de desempleo, etc.9
Lo que se considera generalmente como uno de los mayores éxitos de Sachs, la reducción y control de la hiperinflación en Bolivia a finales de los '80, lograda a través del uso extremo de esa terapia de choque económico, es analizado en profundidad en La doctrina del shock: el origen del capitalismo del desastre (The Shock Doctrine: the Rise of Disaster Capitalism). El éxito de esta política radica básicamente en que rápidamente se recompone el salario real de la población (w/p), dado que se paraliza la espiral inflacionaria. En esto radica el apoyo popular a una política de corte "ortodoxa". Naomi Klein argumenta que la narrativa del "éxito de Sachs" es claramente incorrecta (Metropolitan Books. New York, 2007)".
"Somos incapaces de resolver ni un sólo problema de los muchos que tenemos, la epidemia de opiáceos, el sistema de salud cuesta el doble que en cualquier otro país del mundo, tenemos guerras continuas, la mayor desigualdad de riqueza en la historia de EEUU, una infraestructura que se cae a pedazos y no hemos podido construir una sola milla de tren de alta velocidad, y nada de esto hemos podido resolver en los últimos treinta años. Necesitamos repensar lo que somos y lo que realmente necesitamos, cuáles son nuestras prioridades, en lugar de andar amenazando a medio mundo"
Y eso que es liberal casi extremista:
" A pesar de que Sachs es para algunos un visionario, otros economistas lo consideran peligrosamente ingenuo, especialmente en su aceptación de medidas y propuestas neoliberales, tales como su propuesta de la "terapia de choque económico".
" Daniel Ben-Ami ha criticado a Sachs desde el punto de vista opuesto: argumenta que la posición de Sachs en The End of Poverty supone un argumento a favor de que la pobreza es un hecho que se mantendrá. Ben-Ami sugiere que, a pesar de la "retórica grandilocuente" de Sachs, su objeto final es la erradicación de la pobreza extrema, pero no el desarrollo económico y la tras*formación social de los países pobres. Ben Ami también lo acusa de rebajar o sugerir aspiraciones limitadas para los pobres".
"Nancy Holmstrom, feminista socialista, apunta que Sachs asume, en su propuesta de usar una "terapia de choque" en Rusia, que la tras*ición al capitalismo sería un proceso natural, virtualmente automático y benéfico. "Empiécese con el abandono de la intervención estatal, libérense los precios, promuevase la competencia en la empresa privada, véndase las empresas estatales tan rápido como sea posible". Holmstrom apunta que las consecuencias de la implementación de tales medidas sería: disminución drástica de la producción industrial, reducción casi del 50% tanto en el PIB como en el ingreso promedio de los habitantes, incremento al doble de la tasa de suicidios, aumento masivo de la tasa de desempleo, etc.9
Lo que se considera generalmente como uno de los mayores éxitos de Sachs, la reducción y control de la hiperinflación en Bolivia a finales de los '80, lograda a través del uso extremo de esa terapia de choque económico, es analizado en profundidad en La doctrina del shock: el origen del capitalismo del desastre (The Shock Doctrine: the Rise of Disaster Capitalism). El éxito de esta política radica básicamente en que rápidamente se recompone el salario real de la población (w/p), dado que se paraliza la espiral inflacionaria. En esto radica el apoyo popular a una política de corte "ortodoxa". Naomi Klein argumenta que la narrativa del "éxito de Sachs" es claramente incorrecta (Metropolitan Books. New York, 2007)".
Jeffrey Sachs - Wikipedia, la enciclopedia libre
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