El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Mientras Stellantis paraliza la producción de algunas de sus fábricas en Italia porque no vende suficientes coches, especialmente ahora que la demanda de coches eléctricos en Europa se ha ralentizado, Italia quita 4.600 millones de euros a la industria del automóvil para dárselos a Defensa,
El Gobierno de Giorgia Meloni tenía reservados esos 4.600 millones de euros para incentivar la industria del automóvil en el país, ahora que está pasando por momentos francamente malos. Sin embargo, a última hora, el Ejecutivo tras*alpino ha cambiado de idea y ha preferido destinar ese dinero a Defensa.
En Motorpasión
Ni Volkswagen, ni Stellantis, ni Mercedes: con la demanda al ralentí y la competencia china las marcas de coches europeas no levantan cabeza
A la polémica que acabó cambiando el nombre del Alfa Romeo Milano a Alfa Romeo Junior se suman los parones en la producción del Fiat 500e y del Fiat Panda Hybrid, dos modelos que se fabrican en Italia. En total, son tres las plantas italianas de Fiat que pararán varias jornadas en noviembre.
Stellantis está paralizando la producción en esas fábricas italianas porque los coches que se hacen allí no se venden lo suficiente y Carlos Tavares ya ha avisado de que está dispuesto a vender marcas si no dan beneficios y a cerrar fábricas en Italia, por lo que la situación es crítica.
Todo podría apaciguarse si Stellantis recibiese parte de los 4.600 millones de euros que había reservado el Ejecutivo de Giorgia Meloni para la industria automovilística del país, pero ahora el Gobierno italiano ha cambiado de idea y ha decidido tras*ferir ese dinero al sector de Defensa, como informa Europa Press. Si ese dinero hubiera acabado en la industria del automóvil, iría a parar directamente a los coches eléctricos que fabrica Stellantis en Italia y a los coches eléctricos que se plantearían fabricar en Italia los fabricantes chinos para saltarse los aranceles de la Unión Europea.
Esta decisión solo echa más leña al fuego a la “guerra” entre Stellantis y el Gobierno italiano. También dibuja un horizonte muy neցro para la industria automovilística del país porque se espera que Italia cierre el año con una producción coches y furgonetas de menos de medio millón de unidades, es decir, alrededor de 250.000 unidades menos que en 2023.
Sin estos fondos, la industria automovilística italiana va a seguir pasando apuros y las compañías que producen en el país, como varias de las marcas de Stellantis, podrían plantearse abandonar Italia para producir en países donde los costes de producción sean más bajos, una medida con la que Carlos Tavares amenaza desde hace meses. Que el Gobierno de Meloni haya cambiado de planes y quite esos 4.600 millones de euros a la industria automovilística puede ser “la puntilla” para que Tavares ejecute finalmente sus amenazas.
La patronal del sector del automóvil en Italia, ANFIA, ha señalado que "están desconcertados por la decisión del Gobierno italiano de reducir el Fondo de Automoción con el fin de adoptar medidas para apoyar la reconversión de la cadena de suministro en más de 4.600 millones de euros".
ANFIA aclara que el sector de la automoción es el principal sector manufacturero italiano y cuenta con más de 270.000 empleados directos, por lo que el recorte "es inaceptable" y "está poniendo seriamente en peligro la supervivencia de la excelencia italiana".
También puede ser un movimiento nefasto de cara a las posibles inversiones de marcas chinas en Italia, tanto para vender allí sus coches como para instalar fábricas en suelo italiano para evitar los aranceles de la Unión Europea al coche eléctrico chino.
A eso habría que sumar las presiones del Gobierno chino a algunas de sus marcas para que detengan la expansión en Europa para meter presión en la guerra comercial entre Europa y China y que Bruselas se eche para atrás en su decisión de subir los aranceles al coche eléctrico chino.
Según señala Bloomberg, Pekín está diciendo a sus fabricantes que detengan las búsquedas activas de los centros de producción en Europa y la firma de nuevos acuerdos mientras continúan las negociaciones entre China y Europa por los aranceles.
Bloomberg asegura que, de momento, Dongfeng ha detenido sus planes de fabricar coches eléctricos en Italia, mientras que Changan ha cancelado el evento de su puesta de largo en Europa, que iba a celebrarse esta semana en Milán.
El Gobierno de Giorgia Meloni tenía reservados esos 4.600 millones de euros para incentivar la industria del automóvil en el país, ahora que está pasando por momentos francamente malos. Sin embargo, a última hora, el Ejecutivo tras*alpino ha cambiado de idea y ha preferido destinar ese dinero a Defensa.
La industria del automóvil italiana necesitaba ese dinero como agua de mayo
Las relaciones entre Stellantis e Italia no pasan por su mejor momento. El gigante automovilístico dirigido por Carlos Tavares tiene varias marcas que son prácticamente un asunto de Estado en el país tras*alpino, como Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Abarth y Maserati, sin embargo, el Gobierno italiano no está contento con las decisiones que está tomando el grupo a lo largo de los últimos meses.En Motorpasión
Ni Volkswagen, ni Stellantis, ni Mercedes: con la demanda al ralentí y la competencia china las marcas de coches europeas no levantan cabeza
A la polémica que acabó cambiando el nombre del Alfa Romeo Milano a Alfa Romeo Junior se suman los parones en la producción del Fiat 500e y del Fiat Panda Hybrid, dos modelos que se fabrican en Italia. En total, son tres las plantas italianas de Fiat que pararán varias jornadas en noviembre.
Stellantis está paralizando la producción en esas fábricas italianas porque los coches que se hacen allí no se venden lo suficiente y Carlos Tavares ya ha avisado de que está dispuesto a vender marcas si no dan beneficios y a cerrar fábricas en Italia, por lo que la situación es crítica.
Todo podría apaciguarse si Stellantis recibiese parte de los 4.600 millones de euros que había reservado el Ejecutivo de Giorgia Meloni para la industria automovilística del país, pero ahora el Gobierno italiano ha cambiado de idea y ha decidido tras*ferir ese dinero al sector de Defensa, como informa Europa Press. Si ese dinero hubiera acabado en la industria del automóvil, iría a parar directamente a los coches eléctricos que fabrica Stellantis en Italia y a los coches eléctricos que se plantearían fabricar en Italia los fabricantes chinos para saltarse los aranceles de la Unión Europea.
Esta decisión solo echa más leña al fuego a la “guerra” entre Stellantis y el Gobierno italiano. También dibuja un horizonte muy neցro para la industria automovilística del país porque se espera que Italia cierre el año con una producción coches y furgonetas de menos de medio millón de unidades, es decir, alrededor de 250.000 unidades menos que en 2023.
Sin estos fondos, la industria automovilística italiana va a seguir pasando apuros y las compañías que producen en el país, como varias de las marcas de Stellantis, podrían plantearse abandonar Italia para producir en países donde los costes de producción sean más bajos, una medida con la que Carlos Tavares amenaza desde hace meses. Que el Gobierno de Meloni haya cambiado de planes y quite esos 4.600 millones de euros a la industria automovilística puede ser “la puntilla” para que Tavares ejecute finalmente sus amenazas.
La patronal del sector del automóvil en Italia, ANFIA, ha señalado que "están desconcertados por la decisión del Gobierno italiano de reducir el Fondo de Automoción con el fin de adoptar medidas para apoyar la reconversión de la cadena de suministro en más de 4.600 millones de euros".
ANFIA aclara que el sector de la automoción es el principal sector manufacturero italiano y cuenta con más de 270.000 empleados directos, por lo que el recorte "es inaceptable" y "está poniendo seriamente en peligro la supervivencia de la excelencia italiana".
También puede ser un movimiento nefasto de cara a las posibles inversiones de marcas chinas en Italia, tanto para vender allí sus coches como para instalar fábricas en suelo italiano para evitar los aranceles de la Unión Europea al coche eléctrico chino.
A eso habría que sumar las presiones del Gobierno chino a algunas de sus marcas para que detengan la expansión en Europa para meter presión en la guerra comercial entre Europa y China y que Bruselas se eche para atrás en su decisión de subir los aranceles al coche eléctrico chino.
Según señala Bloomberg, Pekín está diciendo a sus fabricantes que detengan las búsquedas activas de los centros de producción en Europa y la firma de nuevos acuerdos mientras continúan las negociaciones entre China y Europa por los aranceles.
Bloomberg asegura que, de momento, Dongfeng ha detenido sus planes de fabricar coches eléctricos en Italia, mientras que Changan ha cancelado el evento de su puesta de largo en Europa, que iba a celebrarse esta semana en Milán.
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