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Irina Palm versus Esperanza Aguirre
Edmundo Fayanás
"En estos tiempos inquisitoriales por los que se mueve la Iglesia oficial, me gustaría saber que opinan los cardenales Rouco Varela, Cañizares o el militar arzobispo de Pamplona de la actitud de Irina Palm."
En estas frías tardes dominicales pamplonesas el acudir al cine es una buena alternativa. Así fue como presencie la película Irina Palm, la cual resultó muy agradable de ver y consiguió que el espectador permaneciera con una constante sonrisa con sus “agujeros” y “su brazo que se ama mucho a si mismo”. Al mismo tiempo es una historia que describe con perfecta sencillez el gran amor y ternura humana que desarrolla Irina hacia su familia y el nivel de sacrificio y entrega para proteger y cuidar a los suyos y lo injusto de las sociedades modernas por la gran desigualdad que generan y más en estos momentos con el neoliberalismo en pleno fulgor. En estos tiempos inquisitoriales por los que se mueve la Iglesia oficial, me gustaría saber que opinan los cardenales Rouco Varela, Cañizares o el militar arzobispo de Pamplona de la actitud de Irina Palm.
Esta película nos lleva a que reflexionemos sobre lo que sucede en nuestra sociedad y cual es el futuro que nos espera si salen adelante los modelos que nos presentan los gobernantes neoliberales tipo Bush, Sarkozy, Rajoy y compañía si permanecemos callados y no sabemos responder a como configuran nuestro futuro. Desde mi punto de vista seguimos sin valorar en toda su medida el estado de bienestar que hemos conseguido. Este estado del bienestar que lo están destruyendo unos políticos obscenos que utilizan la mentira y la demagogia y en la que mezclan su función pública con sus intereses privados.
Cuando salí de esta película recordé una historia que había leído no hace mucho, una más de las millones existentes, en la que un hombre norteamericano que se había jubilado a los 65 años con cincuenta de trabajo a sus espaldas, resulta que su mujer enferma gravemente y precisa de una costosa intervención quirúrgica para salvarle la vida y como la seguridad social norteamericana es prácticamente inexistente tiene que volver a trabajar a los 68 años para poder hacer frente a dicha operación. ¿No resulta sangrante está situación?
Podemos decir que el modelo social anglosajón es el imperante en los Estados Unidos y Gran Bretaña es de lo más injusto con millones de personas desfavorecidas y nada que ver con las idílicas mansiones de las películas norteamericanas, donde la desigualdad social y económica es cada día más escandalosa. Son las consecuencias de la llamada globalización neoliberal que con un discurso lleno de bonitas palabras como libertad individual, progreso, privatizaciones, plusvalía, especulación, libertad de mercado, competitividad, lo que realmente hacen es prostituir su significado, olvidándose del ser humano como eje vertebrador de nuestra sociedad para adorar a nuestro nuevo dios, el dinero.
¿Qué tiene que ver Irina Palm con Esperanza Aguirre? Nuestra castiza Esperanza Aguirre con sonrisa de iguana depredadora, con vestidos de Giorgio Armani y de Jean Paul Gautier y con su lenguaje populista se nos presenta como detentadora de toda la verdad. Nos habla de su ideología liberal como de lo más progre cuando es puro pasado del siglo XIX y se nos presenta como única defensora cual si fuera Juana de Arco de la libertad, del progreso, de la familia cristiana y de tantas cosas que cuando algo no entra en su estricta jovenlandesal, actúa como una gran inquisidora de los pobres y de los depravados pecadores a los cuales nos expulsa al eterno infierno.
Nos habla de la superioridad de lo privado sobre lo público, nos comunica constantes bajadas de impuestos como medida progresista y nos presenta el paraíso terrenal en que se ha convertido Madrid bajo su mando con la bendición de Rouco Varela.
Esta Esperanza Aguirre nunca nos explica como desde su poder público favorece sus intereses privados, vease los millones de euros por recalificaciones familiares en las cercanías de Guadalajara o como ha empeorado la educación pública haciendo auténticos guetos educativos para beneficio de los colegios religiosos, ni como son las listas de espera en los hospitales públicos, con pasillos llenos de camas con pacientes para así favorecer el desarrollo de la sanidad privada. Un ejemplo ha sido lo sucedido en el hospital público Severo Ochoa y cuyas consecuencias ha sido un aumento del dolor de miles de pacientes terminales. He aquí la nueva inquisidora que con bonitas palabras y sonriente expresión actúa cual Gengis Khan de lo público.
Estos personajes como Esperanza Aguirre no tienen problemas para ser atendidas en la elitista enseñanza privada, ni en acceder a clínicas fashion privadas como la Ruber para ser curados de sus dolencias, ni acudir a residencias privadas pues no tienen problemas con el dios dinero.
¿Hay Irinas en España? Millones. Qué pasará con los dos millones de viudas con pensiones de 400 euros mensuales si se cargan la Seguridad Social ¿Podrán ir éstas a residencias de 2.100 euros mensuales con la carencia de residencias públicas que hay?
En España el 50% de los trabajadores son mileuristas ¿Podrían costearse una sanidad privada si se cargan la Seguridad Social? ¿A que escuelas irán si consiguen que desaparezcan los centros públicos?
¿Se está cargando Esperanza Aguirre el estado del bienestar? Debemos decir que Sí, no se atreven a decirlo pero en su práctica lo están haciendo, no invirtiendo en él y haciendo que se deterioren al máximo. Prometiéndonos rebajas fiscales en impuestos directos que sólo benefician a las clases pudientes y perjudican a la mayoría, con lo cual no hay dinero ni para hospitales ni escuelas.
El discurso de estos fundamentalistas, no es sólo de Esperanza Aguirre. Aquí en Pamplona con UPN y la consejera de Sanidad, no recontrata ni los médicos y enfermeras necesarios, no se invierte ni en medios ni en instalaciones, pero si se desvian cifras millonarias a entidades privadas como la clínica universitaria del Opus Dei, en Cima, etc.
Hoy más que nunca lo que debemos de tener claro es que no sólo debemos defender el sistema de bienestar social existente, sanidad, educación, jubilación sino que se requiere ampliarlo a los estándares europeos. Rechazemos estas políticas electorales de supuestas rebajas de impuestos, tanto del PP como del PSOE (supresión del impuesto de sucesiones, los 400 euros, etc.).Lo que la mayoría de la población necesitamos es un Estado que nos garantice una buena educación, sanidad, jubilaciones honrosas ¿Por qué nunca nos dicen de donde quitan el dinero de las rebajas de impuestos?
Cuando fundamentalistas neoliberales como Manuel Pizarro nos dicen “que el dinero donde mejor esta es el bolsillo privado y no en el Estado”, nos está engañando, porque el no tiene problemas ni en pensiones, ni en educación, ni en sanidad, con los 2.000 millones de pesetas que le dieron por el cese de presidente de Endesa, más las plusvalías de sus acciones, o de lo que iba a cobrar como consejero de Telefónica.
Resulta curioso que siempre son estos personajes los que nunca sufrirán sus nefastas y escandalosas políticas y quedarán sus conciencias tranquilas con la limosna dominical que practican en las misas del Rouco Varela de turno. Para mi país no quiero historias como la de Irina Palm o la del jubilado norteamericano. Lo que deseo es que todos tengamos una vida digna, pues luchemos por ello porque nos la quieren arrebatar.
http://www.elinconformistadigital.c...name=News&file=article&sid=1747&mode=&order=0
Edmundo Fayanás
"En estos tiempos inquisitoriales por los que se mueve la Iglesia oficial, me gustaría saber que opinan los cardenales Rouco Varela, Cañizares o el militar arzobispo de Pamplona de la actitud de Irina Palm."
En estas frías tardes dominicales pamplonesas el acudir al cine es una buena alternativa. Así fue como presencie la película Irina Palm, la cual resultó muy agradable de ver y consiguió que el espectador permaneciera con una constante sonrisa con sus “agujeros” y “su brazo que se ama mucho a si mismo”. Al mismo tiempo es una historia que describe con perfecta sencillez el gran amor y ternura humana que desarrolla Irina hacia su familia y el nivel de sacrificio y entrega para proteger y cuidar a los suyos y lo injusto de las sociedades modernas por la gran desigualdad que generan y más en estos momentos con el neoliberalismo en pleno fulgor. En estos tiempos inquisitoriales por los que se mueve la Iglesia oficial, me gustaría saber que opinan los cardenales Rouco Varela, Cañizares o el militar arzobispo de Pamplona de la actitud de Irina Palm.
Esta película nos lleva a que reflexionemos sobre lo que sucede en nuestra sociedad y cual es el futuro que nos espera si salen adelante los modelos que nos presentan los gobernantes neoliberales tipo Bush, Sarkozy, Rajoy y compañía si permanecemos callados y no sabemos responder a como configuran nuestro futuro. Desde mi punto de vista seguimos sin valorar en toda su medida el estado de bienestar que hemos conseguido. Este estado del bienestar que lo están destruyendo unos políticos obscenos que utilizan la mentira y la demagogia y en la que mezclan su función pública con sus intereses privados.
Cuando salí de esta película recordé una historia que había leído no hace mucho, una más de las millones existentes, en la que un hombre norteamericano que se había jubilado a los 65 años con cincuenta de trabajo a sus espaldas, resulta que su mujer enferma gravemente y precisa de una costosa intervención quirúrgica para salvarle la vida y como la seguridad social norteamericana es prácticamente inexistente tiene que volver a trabajar a los 68 años para poder hacer frente a dicha operación. ¿No resulta sangrante está situación?
Podemos decir que el modelo social anglosajón es el imperante en los Estados Unidos y Gran Bretaña es de lo más injusto con millones de personas desfavorecidas y nada que ver con las idílicas mansiones de las películas norteamericanas, donde la desigualdad social y económica es cada día más escandalosa. Son las consecuencias de la llamada globalización neoliberal que con un discurso lleno de bonitas palabras como libertad individual, progreso, privatizaciones, plusvalía, especulación, libertad de mercado, competitividad, lo que realmente hacen es prostituir su significado, olvidándose del ser humano como eje vertebrador de nuestra sociedad para adorar a nuestro nuevo dios, el dinero.
¿Qué tiene que ver Irina Palm con Esperanza Aguirre? Nuestra castiza Esperanza Aguirre con sonrisa de iguana depredadora, con vestidos de Giorgio Armani y de Jean Paul Gautier y con su lenguaje populista se nos presenta como detentadora de toda la verdad. Nos habla de su ideología liberal como de lo más progre cuando es puro pasado del siglo XIX y se nos presenta como única defensora cual si fuera Juana de Arco de la libertad, del progreso, de la familia cristiana y de tantas cosas que cuando algo no entra en su estricta jovenlandesal, actúa como una gran inquisidora de los pobres y de los depravados pecadores a los cuales nos expulsa al eterno infierno.
Nos habla de la superioridad de lo privado sobre lo público, nos comunica constantes bajadas de impuestos como medida progresista y nos presenta el paraíso terrenal en que se ha convertido Madrid bajo su mando con la bendición de Rouco Varela.
Esta Esperanza Aguirre nunca nos explica como desde su poder público favorece sus intereses privados, vease los millones de euros por recalificaciones familiares en las cercanías de Guadalajara o como ha empeorado la educación pública haciendo auténticos guetos educativos para beneficio de los colegios religiosos, ni como son las listas de espera en los hospitales públicos, con pasillos llenos de camas con pacientes para así favorecer el desarrollo de la sanidad privada. Un ejemplo ha sido lo sucedido en el hospital público Severo Ochoa y cuyas consecuencias ha sido un aumento del dolor de miles de pacientes terminales. He aquí la nueva inquisidora que con bonitas palabras y sonriente expresión actúa cual Gengis Khan de lo público.
Estos personajes como Esperanza Aguirre no tienen problemas para ser atendidas en la elitista enseñanza privada, ni en acceder a clínicas fashion privadas como la Ruber para ser curados de sus dolencias, ni acudir a residencias privadas pues no tienen problemas con el dios dinero.
¿Hay Irinas en España? Millones. Qué pasará con los dos millones de viudas con pensiones de 400 euros mensuales si se cargan la Seguridad Social ¿Podrán ir éstas a residencias de 2.100 euros mensuales con la carencia de residencias públicas que hay?
En España el 50% de los trabajadores son mileuristas ¿Podrían costearse una sanidad privada si se cargan la Seguridad Social? ¿A que escuelas irán si consiguen que desaparezcan los centros públicos?
¿Se está cargando Esperanza Aguirre el estado del bienestar? Debemos decir que Sí, no se atreven a decirlo pero en su práctica lo están haciendo, no invirtiendo en él y haciendo que se deterioren al máximo. Prometiéndonos rebajas fiscales en impuestos directos que sólo benefician a las clases pudientes y perjudican a la mayoría, con lo cual no hay dinero ni para hospitales ni escuelas.
El discurso de estos fundamentalistas, no es sólo de Esperanza Aguirre. Aquí en Pamplona con UPN y la consejera de Sanidad, no recontrata ni los médicos y enfermeras necesarios, no se invierte ni en medios ni en instalaciones, pero si se desvian cifras millonarias a entidades privadas como la clínica universitaria del Opus Dei, en Cima, etc.
Hoy más que nunca lo que debemos de tener claro es que no sólo debemos defender el sistema de bienestar social existente, sanidad, educación, jubilación sino que se requiere ampliarlo a los estándares europeos. Rechazemos estas políticas electorales de supuestas rebajas de impuestos, tanto del PP como del PSOE (supresión del impuesto de sucesiones, los 400 euros, etc.).Lo que la mayoría de la población necesitamos es un Estado que nos garantice una buena educación, sanidad, jubilaciones honrosas ¿Por qué nunca nos dicen de donde quitan el dinero de las rebajas de impuestos?
Cuando fundamentalistas neoliberales como Manuel Pizarro nos dicen “que el dinero donde mejor esta es el bolsillo privado y no en el Estado”, nos está engañando, porque el no tiene problemas ni en pensiones, ni en educación, ni en sanidad, con los 2.000 millones de pesetas que le dieron por el cese de presidente de Endesa, más las plusvalías de sus acciones, o de lo que iba a cobrar como consejero de Telefónica.
Resulta curioso que siempre son estos personajes los que nunca sufrirán sus nefastas y escandalosas políticas y quedarán sus conciencias tranquilas con la limosna dominical que practican en las misas del Rouco Varela de turno. Para mi país no quiero historias como la de Irina Palm o la del jubilado norteamericano. Lo que deseo es que todos tengamos una vida digna, pues luchemos por ello porque nos la quieren arrebatar.
http://www.elinconformistadigital.c...name=News&file=article&sid=1747&mode=&order=0