Interesante entrevista a José Blanco

La verdad es que nunca le he escucha decir las cosas tan claras y con tanta razón.

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Decía Don Claudio Sánchez Albornoz que, de entre los españoles, los gallegos son aquellos que brillan especialmente por su inteligencia. Y toda regla tiene su excepción, o varias...
A este insigne personaje lucense, que en su Palas de Rei natal le llamaban " Pepiño el de los mocos" se nos muestra ahora como un probo y esforzado miembro de la administración. Nada que ver con los juicios de valor que hicieron los profesores del instituto a sus padres, tratando de persuadirles de que deberían reconducir a Pepiño a otras disciplinas que, sin ser académicas, contasen con otros niveles de exigencia más acordes con su capacidad.

El otrora fracasado estudiante en la muy conservadora universidad de Santiago y poco exitoso mozo en las verbenas pueblerinas pensó que había un atajo en el camino hacia el éxito y lo consiguió. Era sencillo...su partido no valoró jamás la capacidad intelectual o jovenlandesal de sus afiliados para otorgarles puestos de responsabilidad.

El antaño "Pepiño dos mocos" es hogaño "Don José Blanco", a la sazón ministro de fomento. Desde este tenderete destinado a conducir el despilfarro de cientos de millones de euros con las consiguientes mordidas, sueña con encaramarse al sillón presidencial de la Xunta de Galcia si, como tiene pensado, consigue llevar el AVE a Santiago antes de cuatro años.

Nadie es profeta en su tierra y menos en Galicia, dónde se desprecia más la necedad que la villanía. A Franco no le admitieron en academia naval de Marín por no dar la talla física ni la intelectual y no cesó en su empeño hasta que, sacudiéndose el polvo de militar de cuchara africano, volvió a Galicia enfundado en uniforme de almirante para mofa y escarnio de aquellos que le habían despreciado.

Feliz campaña del sur muy sur, Don José. Pero como dice aquel viejo aforismo de nuestro entrañable pasado rural: "Al que nace barrigón es tontería andarlo enfajando".