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¿A precio de patera? Ya quisiera un ingeniero o arquitecto sevillano llevarse las paguitas que se llevan los de las pateras sin dar palo al agua.
Las carreras técnicas pierden adeptos en Sevilla: "Son profesiones pagadas a precio de patera"
Escuela Superior de Ingeniería, en la Isla de la Cartuja.
Escuela Superior de Ingeniería, en la Isla de la Cartuja. / Juan Carlos Vázquez
Diego J. Geniz 26 Octubre, 2020 - 06:10h
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Se llaman STEM y cuentan con un futuro prometedor. Así se conoce a las carreras que por sus iniciales en inglés conforman este concepto. Engloban amplios ámbitos del conocimiento: desde las ciencias a las matemáticas, pasando por las tecnologías. Pero de ellas, por su peso e importancia en el mundo universitario, deben destacarse las disciplinas relacionadas con la Arquitectura y la Ingeniería. Enseñanzas que han vuelto a ser noticia después de que los empresarios andaluces alertaran en un informe encargado por la Junta de la caída en la demanda por parte de los jóvenes para estudiarlas. Y ello, pese a la importante salida profesional que atesoran y al déficit de trabajadores con perfil técnico que sufre España.
Una situación de la que no es ajena la capital andaluza, en concreto, la Universidad de Sevilla (US), institución académica que oferta tales titulaciones y donde el peso que tienen las escuelas técnicas en su alumnado apenas supera una cuarta parte del total, el 26,33%, según datos extraídos del anuario de esta institución, relativo al curso 2019/20, el más reciente.
Ahora bien, el problema no se manifiesta tanto en el alumnado que se matricula en estos estudios (cuya variación no oscila demasiado respecto a cursos anteriores), como en el que consigue finalmente graduarse en ellos. Sirva de ejemplo lo que ocurre en dos de las disciplinas en las que el sector empresarial más ha llamado la atención los últimos años: Arquitectura e Ingeniería.
Evolución de los alumnos matriculados y graduados en Arquitectura e Ingeniería por la US.
Evolución de los alumnos matriculados y graduados en Arquitectura e Ingeniería por la US. / Dpto. de Infografía
En la primera de ellas, en el curso 2016/17, lograron titularse 419 universitarios, mientras que en la Escuela Superior Técnica de Ingeniería lo hicieron 839. Pues bien, cuatro ejercicios académicos después, la cifra de egresados en Arquitectura se redujo un 38,42%, hasta llegar a los 258. En la de Ingeniería el descenso también fue bastante alarmante: de un 32% hasta los 568.
Esta merma supera a la que ha registrado la totalidad de las titulaciones de la US, que ha sido del 20,55% en dicho periodo. Por tanto, Arquitectura e Ingeniería sobrepasan ese porcentaje en 18 y 12 puntos, respectivamente. Incluso Matemáticas, otro de los estudios superiores incluido en las STEM, registra una caída mucho menor en los egresados, al ser sólo del 12,75%.
Bajada más leve en las matriculaciones
El descenso no sólo se constata al final de la carrera, también en su inicio, aunque, eso sí, como se indicó antes, con una diferencia menor. En el otoño de 2016 los jóvenes que habían logrado una plaza en la Escuela de Arquitectura rozaban los 2.300. En septiembre de 2019 esta cantidad bajaba a los 1.629, un 29% menos. En Ingeniería se pasó de los 5.140 matriculados a los 4.497, lo que supone una merma del 12,51%. Por tanto, aunque se percibe una menor demanda a la hora de cursar estos estudios, la caída se mantiene en niveles inferiores a la de los graduados. Se deduce, así, que son muchos universitarios los que abandonan estas carreras, de bastante dificultad.
¿Qué motivos hay que justifiquen esta tendencia? Ignacio Sánchez de jovenlandesa, presidente de la Asociación Empresarial de Ingenieros Consultores de Andalucía, detalla algunas de las causas que están detrás de este "desenganche" de los jóvenes por las STEM. "Hay un elemento clave para entender esta bajada en matriculaciones y titulados: la falta de compensación", explica Sánchez de jovenlandesa, que abunda en que "las dos carreras suponen una formación muy exigente, que luego no va a tener una actividad compensada en el ámbito laboral, en lo que al parámetro salarial se refiere".
Escuela de Arqutectura, en la Avenida de la Reina Mercedes.
Escuela de Arqutectura, en la Avenida de la Reina Mercedes. / José Ángel García
"Otra cosa -puntualiza este ingeniero y empresario- es la vocación de los alumnos que las estudian, pero el verdadero problema que existe en España es que las profesiones técnicas no están bien pagadas". En este punto, refiere que actualmente se encuentra en vigor un convenio colectivo por el cual un ingeniero, en su primer contrato, cobra 25.000 euros brutos anuales. "Un sueldo -en palabras de Sánchez de jovenlandesa- que no está mal para iniciarse en esta actividad. El problema llega cuando pasan 10 años y el salario sigue siendo el mismo o ha aumentado muy poco. No hay desarrollo profesional".
Para constatar la diferencia, pone de ejemplo los datos ofrecidos en un estudio sobre las condiciones laborales de los ingenieros en Irlanda. En aquel país, un profesional con esta titulación cobra en su primer sueldo 33.000 euros, un 40% más que lo estipulado en el convenio español. Cuando pasan 15 años, este salario bruto alcanza los 63.250 euros anuales. La diferencia con España aumenta en un 66%, ya que aquí, en el mejor de los casos, se pagan 38.000 euros.
La responsabilidad social
A este factor se suma otro de especial importancia: la responsabilidad asociada a tales desempeños, que son de carácter civil y penal. "Un arquitecto y un ingeniero, al firmar un contrato de obra, asumen una responsabilidad muy alta, que puede acabar con pena de guandoca. Esto también condiciona mucho a la hora de decidirse a desarrollar esta profesión", comenta este representante empresarial.
No obstante, según Sánchez de jovenlandesa, el déficit "no se ha notado mucho" en el mercado laboral sevillano, donde "no existe demasiada demanda de dichos perfiles", al haberse reducido "la compra de Ingeniería" a una cuarta parte. "Ahora sufrimos una inflación de escuelas. Hay más titulaciones de las que necesita el mercado", puntualiza.
Para este especialista, "en Andalucía hay demasiadas escuelas técnicas, cuando convendría tener menos y mejores, para ajustarse a la demanda del mercado". Uno de los motivos que alega para la reducción es la necesidad de contar con unos docentes cualificados: "No todos los claustros pueden disponer de excelentes profesores de mecánica de fluidos".
A ello añade otra perspectiva de futuro. "Por desgracia, las contrataciones de personal cualificado están cada vez más orientadas al sistema anglosajón, en el que el acceso al mercado laboral queda condicionado a la universidad en la que se ha obtenido el título", advierte Sánchez de jovenlandesa, que recuerda que hasta hace pocos años "bastaba con decir que eras ingeniero, pero ahora debe ir por delante la escuela en la que te has graduado".
El Plan Bolonia
En términos muy similares se expresa la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS), Cristina Murillo, quien detalla tres factores que han provocado que estos grados dejen de interesar a los jóvenes. El primero al que alude es al Plan Bolonia, que, a su juicio y al de muchos expertos, supone "una limitación de competencias". "Hay un antes y después. La calidad de los estudios ha bajado y se ha vuelto demasiado específica", comenta Murillo, que añade que ahora, para alcanzar el nivel de conocimientos anterior, hay que estudiar un grado y un máster de forma independiente, cuando hasta hace poco el plan de estudios ofrecía un expediente académico más completo".
El segundo factor al que apunta es, como refirió Sánchez de jovenlandesa, la responsabilidad civil y social que lleva aparejada el desempeño de estas profesiones, la cuales "no están compensadas" salarialmente. "Para ganar poco más de 1.000 euros al mes nadie va a estudiar una carrera tan compleja como Arquitectura o Ingeniería", insiste la decana del COAS, que ahonda en que tal situación la ha provocado "el mercado", en el que culpa especialmente -como tercer factor- "a las licitaciones públicas".
Estudiantes de Ingeniería entrando en la escuela de la Cartuja.
Estudiantes de Ingeniería entrando en la escuela de la Cartuja. / Juan Carlos Vázquez
"El 60% de los arquitectos en Andalucía no gana más de 1.200 euros al mes", destaca Murillo, para la que estos sueldos suponen "infravalorar" tales profesiones. "Las primeras que deben pagarlo son las administraciones, que sacan licitaciones públicas por debajo de coste". Unos contratos que, en el caso de los ingenieros, según esta experta, suponen "casi el 100% de su carga de trabajo".
La falta de compensación salarial tras años de estudios provoca que estos jóvenes, una vez graduados, decidan marcharse al extranjero. "Emiratos Árabes, Alemania, Noruega, EEUU y hasta México están siendo sus principales destinos", subraya Murillo, que defiende que se trata de países donde hacen falta arquitectos e ingenieros y pagan lo que cuesta su cualificación profesional. "Todo lo contrario de lo que ocurre en España, donde las profesiones técnicas reguladas están pagadas a precio de patera", abunda la decana del COAS, que recuerda que arquitectos e ingenieros han sido, en gran medida, "garantes" del estado del bienestar logrado estos años.
"El nivel de exigencia ha bajado mucho"
"El problema no es si hacen falta arquitectos e ingenieros, sino el nivel con el que se sale de la universidad, que nada tiene que ver con el de hace 30 años". Quien así se expresa es Antonio Montero, secretario y vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), quien extiende este déficit a las etapas anteriores a la enseñanza superior. Comparte con la decana del COAS que "el nivel de exigencia se ha bajado mucho y se ha optado más por la especialización". Para Montero, la falta de profesionales técnicos que pueda existir es "un problema puntual", que puede resolverse en un momento dado con la "movilidad" de los graduados. "En Inglaterra, por ejemplo, se está solucionando una de estas carencias con ingenieros informáticos hindúes", asevera. Sin embargo, para este empresario, el verdadero déficit hay que contemplarlo "a medio y largo plazo". "En cinco años el 60% de los médicos y enfermeros se jubilarán. Hacia esas carencias debe planificar la Junta el mapa de titulaciones, y no tener un visión cortoplacista", incide Montero.
Las carreras técnicas pierden adeptos en Sevilla: "Son profesiones pagadas a precio de patera"
Las carreras técnicas pierden adeptos en Sevilla: "Son profesiones pagadas a precio de patera"
- El número de graduados en Arquitectura e Ingeniería ha disminuido más de un 30% en cuatro cursos
- Expertos apuntan a la baja valoración salarial como causa principal en la caída de titulados
Escuela Superior de Ingeniería, en la Isla de la Cartuja.
Escuela Superior de Ingeniería, en la Isla de la Cartuja. / Juan Carlos Vázquez
Diego J. Geniz 26 Octubre, 2020 - 06:10h
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Se llaman STEM y cuentan con un futuro prometedor. Así se conoce a las carreras que por sus iniciales en inglés conforman este concepto. Engloban amplios ámbitos del conocimiento: desde las ciencias a las matemáticas, pasando por las tecnologías. Pero de ellas, por su peso e importancia en el mundo universitario, deben destacarse las disciplinas relacionadas con la Arquitectura y la Ingeniería. Enseñanzas que han vuelto a ser noticia después de que los empresarios andaluces alertaran en un informe encargado por la Junta de la caída en la demanda por parte de los jóvenes para estudiarlas. Y ello, pese a la importante salida profesional que atesoran y al déficit de trabajadores con perfil técnico que sufre España.
Una situación de la que no es ajena la capital andaluza, en concreto, la Universidad de Sevilla (US), institución académica que oferta tales titulaciones y donde el peso que tienen las escuelas técnicas en su alumnado apenas supera una cuarta parte del total, el 26,33%, según datos extraídos del anuario de esta institución, relativo al curso 2019/20, el más reciente.
Ahora bien, el problema no se manifiesta tanto en el alumnado que se matricula en estos estudios (cuya variación no oscila demasiado respecto a cursos anteriores), como en el que consigue finalmente graduarse en ellos. Sirva de ejemplo lo que ocurre en dos de las disciplinas en las que el sector empresarial más ha llamado la atención los últimos años: Arquitectura e Ingeniería.
Evolución de los alumnos matriculados y graduados en Arquitectura e Ingeniería por la US.
Evolución de los alumnos matriculados y graduados en Arquitectura e Ingeniería por la US. / Dpto. de Infografía
En la primera de ellas, en el curso 2016/17, lograron titularse 419 universitarios, mientras que en la Escuela Superior Técnica de Ingeniería lo hicieron 839. Pues bien, cuatro ejercicios académicos después, la cifra de egresados en Arquitectura se redujo un 38,42%, hasta llegar a los 258. En la de Ingeniería el descenso también fue bastante alarmante: de un 32% hasta los 568.
Esta merma supera a la que ha registrado la totalidad de las titulaciones de la US, que ha sido del 20,55% en dicho periodo. Por tanto, Arquitectura e Ingeniería sobrepasan ese porcentaje en 18 y 12 puntos, respectivamente. Incluso Matemáticas, otro de los estudios superiores incluido en las STEM, registra una caída mucho menor en los egresados, al ser sólo del 12,75%.
Bajada más leve en las matriculaciones
El descenso no sólo se constata al final de la carrera, también en su inicio, aunque, eso sí, como se indicó antes, con una diferencia menor. En el otoño de 2016 los jóvenes que habían logrado una plaza en la Escuela de Arquitectura rozaban los 2.300. En septiembre de 2019 esta cantidad bajaba a los 1.629, un 29% menos. En Ingeniería se pasó de los 5.140 matriculados a los 4.497, lo que supone una merma del 12,51%. Por tanto, aunque se percibe una menor demanda a la hora de cursar estos estudios, la caída se mantiene en niveles inferiores a la de los graduados. Se deduce, así, que son muchos universitarios los que abandonan estas carreras, de bastante dificultad.
¿Qué motivos hay que justifiquen esta tendencia? Ignacio Sánchez de jovenlandesa, presidente de la Asociación Empresarial de Ingenieros Consultores de Andalucía, detalla algunas de las causas que están detrás de este "desenganche" de los jóvenes por las STEM. "Hay un elemento clave para entender esta bajada en matriculaciones y titulados: la falta de compensación", explica Sánchez de jovenlandesa, que abunda en que "las dos carreras suponen una formación muy exigente, que luego no va a tener una actividad compensada en el ámbito laboral, en lo que al parámetro salarial se refiere".
Escuela de Arqutectura, en la Avenida de la Reina Mercedes.
Escuela de Arqutectura, en la Avenida de la Reina Mercedes. / José Ángel García
"Otra cosa -puntualiza este ingeniero y empresario- es la vocación de los alumnos que las estudian, pero el verdadero problema que existe en España es que las profesiones técnicas no están bien pagadas". En este punto, refiere que actualmente se encuentra en vigor un convenio colectivo por el cual un ingeniero, en su primer contrato, cobra 25.000 euros brutos anuales. "Un sueldo -en palabras de Sánchez de jovenlandesa- que no está mal para iniciarse en esta actividad. El problema llega cuando pasan 10 años y el salario sigue siendo el mismo o ha aumentado muy poco. No hay desarrollo profesional".
Para constatar la diferencia, pone de ejemplo los datos ofrecidos en un estudio sobre las condiciones laborales de los ingenieros en Irlanda. En aquel país, un profesional con esta titulación cobra en su primer sueldo 33.000 euros, un 40% más que lo estipulado en el convenio español. Cuando pasan 15 años, este salario bruto alcanza los 63.250 euros anuales. La diferencia con España aumenta en un 66%, ya que aquí, en el mejor de los casos, se pagan 38.000 euros.
La responsabilidad social
A este factor se suma otro de especial importancia: la responsabilidad asociada a tales desempeños, que son de carácter civil y penal. "Un arquitecto y un ingeniero, al firmar un contrato de obra, asumen una responsabilidad muy alta, que puede acabar con pena de guandoca. Esto también condiciona mucho a la hora de decidirse a desarrollar esta profesión", comenta este representante empresarial.
No obstante, según Sánchez de jovenlandesa, el déficit "no se ha notado mucho" en el mercado laboral sevillano, donde "no existe demasiada demanda de dichos perfiles", al haberse reducido "la compra de Ingeniería" a una cuarta parte. "Ahora sufrimos una inflación de escuelas. Hay más titulaciones de las que necesita el mercado", puntualiza.
Para este especialista, "en Andalucía hay demasiadas escuelas técnicas, cuando convendría tener menos y mejores, para ajustarse a la demanda del mercado". Uno de los motivos que alega para la reducción es la necesidad de contar con unos docentes cualificados: "No todos los claustros pueden disponer de excelentes profesores de mecánica de fluidos".
A ello añade otra perspectiva de futuro. "Por desgracia, las contrataciones de personal cualificado están cada vez más orientadas al sistema anglosajón, en el que el acceso al mercado laboral queda condicionado a la universidad en la que se ha obtenido el título", advierte Sánchez de jovenlandesa, que recuerda que hasta hace pocos años "bastaba con decir que eras ingeniero, pero ahora debe ir por delante la escuela en la que te has graduado".
El Plan Bolonia
En términos muy similares se expresa la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS), Cristina Murillo, quien detalla tres factores que han provocado que estos grados dejen de interesar a los jóvenes. El primero al que alude es al Plan Bolonia, que, a su juicio y al de muchos expertos, supone "una limitación de competencias". "Hay un antes y después. La calidad de los estudios ha bajado y se ha vuelto demasiado específica", comenta Murillo, que añade que ahora, para alcanzar el nivel de conocimientos anterior, hay que estudiar un grado y un máster de forma independiente, cuando hasta hace poco el plan de estudios ofrecía un expediente académico más completo".
El segundo factor al que apunta es, como refirió Sánchez de jovenlandesa, la responsabilidad civil y social que lleva aparejada el desempeño de estas profesiones, la cuales "no están compensadas" salarialmente. "Para ganar poco más de 1.000 euros al mes nadie va a estudiar una carrera tan compleja como Arquitectura o Ingeniería", insiste la decana del COAS, que ahonda en que tal situación la ha provocado "el mercado", en el que culpa especialmente -como tercer factor- "a las licitaciones públicas".
Estudiantes de Ingeniería entrando en la escuela de la Cartuja.
Estudiantes de Ingeniería entrando en la escuela de la Cartuja. / Juan Carlos Vázquez
"El 60% de los arquitectos en Andalucía no gana más de 1.200 euros al mes", destaca Murillo, para la que estos sueldos suponen "infravalorar" tales profesiones. "Las primeras que deben pagarlo son las administraciones, que sacan licitaciones públicas por debajo de coste". Unos contratos que, en el caso de los ingenieros, según esta experta, suponen "casi el 100% de su carga de trabajo".
La falta de compensación salarial tras años de estudios provoca que estos jóvenes, una vez graduados, decidan marcharse al extranjero. "Emiratos Árabes, Alemania, Noruega, EEUU y hasta México están siendo sus principales destinos", subraya Murillo, que defiende que se trata de países donde hacen falta arquitectos e ingenieros y pagan lo que cuesta su cualificación profesional. "Todo lo contrario de lo que ocurre en España, donde las profesiones técnicas reguladas están pagadas a precio de patera", abunda la decana del COAS, que recuerda que arquitectos e ingenieros han sido, en gran medida, "garantes" del estado del bienestar logrado estos años.
"El nivel de exigencia ha bajado mucho"
"El problema no es si hacen falta arquitectos e ingenieros, sino el nivel con el que se sale de la universidad, que nada tiene que ver con el de hace 30 años". Quien así se expresa es Antonio Montero, secretario y vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), quien extiende este déficit a las etapas anteriores a la enseñanza superior. Comparte con la decana del COAS que "el nivel de exigencia se ha bajado mucho y se ha optado más por la especialización". Para Montero, la falta de profesionales técnicos que pueda existir es "un problema puntual", que puede resolverse en un momento dado con la "movilidad" de los graduados. "En Inglaterra, por ejemplo, se está solucionando una de estas carencias con ingenieros informáticos hindúes", asevera. Sin embargo, para este empresario, el verdadero déficit hay que contemplarlo "a medio y largo plazo". "En cinco años el 60% de los médicos y enfermeros se jubilarán. Hacia esas carencias debe planificar la Junta el mapa de titulaciones, y no tener un visión cortoplacista", incide Montero.
Las carreras técnicas pierden adeptos en Sevilla: "Son profesiones pagadas a precio de patera"
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