Al margen de todo lo que he expuesto sobre los orfanatos llamados guarderías, este es un caso claro de chantaje o de ofuscación de una advenediza a la que no contrataron y usó las imágenes para vengarse.
Nadie resistiría una fiscalización de su vida 24 horas sobre todo sacado de contexto.
Si se pusiera una cámara en cualquier casa de España, los gritos y los malos modos es la forma habitual de comunicarse.
Los niños pasan más tiempo llorando que callados. Lloran por todo y montan dramas alucinantes por tonterías. El hecho de que se le apaguen los dibujos animados o se le quite la play, puede ser suficiente para una rabieta descontrolada.
Bien es verdad que en pocos años ha cambiado mucho la mentalidad en España, pero en generaciones pasadas las palizas de los padres a los hijos era la forma de educar. Incluso los profesores.
Yo recuerdo de niño que teníamos un profesor de inglés y de gimnasia que era un orate. Hoy sin duda lo meterían en la guandoca.
Era un colegio privado y con 10 años nos daba listas de palabras para aprender de un día para otro algo que era imposible. Luego paseaba entre las mesas preguntando las palabras y si no la sabías te daba un tirón de pelos en el cogote. Más que el dolor era el pánico que nos provocaba la situación.
En gimnasia nos obligaba a caminar de cuclillas hasta que no podíamos más. Luego estábamos varios días con agujetas.
Hoy se sabe que todos esos métodos son fallidos y contraproducentes.
El capítulo íntegro y on line.
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