Amraslazar
Príncipe del Tabernáculo
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Pensaba abrir ese hilo de recopilación de chistes en la Guardería, pero creo que hace falta tener cierta perspectiva histórica para apreciar en su plenitud estos testimonios impagables sobre la vida y costumbres en tiempos de la Unión Soviética.
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Lenin, Stalin, Jruchov y Breznev viajan juntos en el tras*iberiano. De pronto, el tren se para. Al cabo de unos minutos, el revisor toca en la puerta y entra en la cabina.
- Camaradas, el tren se ha detenido y no sabemos cómo continuar el viaje. Los empleados hemos pensado que ustedes, como nuestros mas brillantes líderes, podrán aconsejarnos cómo solucionar el problema.
Lenin medita, y es el primero en hablar:
- Id al pueblo mas cercano y reclutad una brigada de trabajadores voluntarios. Los obreros y campesinos solucionarán el problema.
Stalin enciende su pipa, y sugiere:
- Decidle al maquinista que si en treinta minutos no ha arrancado la máquina, será fusilado.
Jruchov sacude la cabeza con desaprobación, y comenta:
- Lo que hay que hacer es quitar las vías que hay detrás y ponerlas delante, y así podremos ir avanzando.
Breznev, tras haberles escuchado a todos, se recuesta en su asiento, y propone:
- ¿Y si corremos las cortinas, nos ponemos cómodos, nos preparamos un té, y hacemos como si el tren siguiera en marcha?
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En tiempos de Jruchov, un niño le pregunta a su abuela:
- Abuelita, abuelita, ¿que tipo de hombre era Lenin?
- Lenin era un gran hombre, niño.
- ¿Y cómo era Stalin?
- Stalin era un hombre muy malvado.
- Abuelita, ¿y el camarada Jruchov, qué tipo de hombre es?
- Ahora es difícil de decir. Ya nos lo dirán cuando se muera.
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Un anciano en la carnicería:
- Buenos dias, ¿tienen carne?
- Lo siento, pero no nos queda carne.
- ¿Que no les queda carne? Yo soy un comunista de toda la vida, luché en la Gran Guerra Patria, ¿y ahora me dices que no queda carne? ¡Este país es una fruta cosa!
Inmediatamente se le acerca un hombre con gabardina:
- Camarada, vigile su lengua. Por eso que ha dicho, en los viejos tiempos le habrían fusilado. Váyase a casa y haga autocrítica.
El anciano agacha la cabeza y se vuelve a casa, con grave preocupación en su rostro.
- ¿Que te pasa, Iván? - le pregunta su mujer - ¿por qué estás tan preocupado?
- Es terríble, María. Este país está mucho peor de lo que pensaba.
- ¿Por qué? ¿ya no les quedaba carne?
- Peor, ¡no les quedan balas!
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- ¿Por qué gano Jruchov el Premio Nóbel de Agricultura?
- Fue el primero que logró plantar trigo en Sibera y recogerlo en Canadá.
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- ¿Cual es el edificio mas alto de Moscú?
- El Palacio de Lubianka. Desde su sótano se ve Siberia.
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Un viejo campesino polaco decide que es hora de sacar sus ahorros de debajo del colchón y meterlos en un banco. Va al pueblo y entra en una sucursal bancaria, pero no está convencido del todo de que su dinero estará seguro. Así que le pregunta al oficinista:
- ¿Estarán seguros aquí mis 100 zlotys? ¿Qué pasaría si alguien atracara el banco?
- No se preocupe por eso. Si roban el banco, se hará cargo nuestra central en Varsovia.
- ¿Y si la central en Varsovia la atracan también?
- Entonces se haría cargo el Banco Central de Polonia.
- ¿Y si el Banco Central de Polonia se queda sin dinero?
- Entonces se haría cargo el Banco Central de la URSS
- ¿Y si la URSS revienta?
- Habrá merecido la pena perder 100 zlotys
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- Mi mujer lleva tres años acudiendo a la escuela de cocina.
- Pues debe saber cocinar ya muy bien.
- Que va, aun no han llegado a eso. Todavía van por el XX Congreso del PCUS.
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Un Húngaro le pregunta a otro húngaro:
- ¿Crees que deberíamos considerar a los soviéticos como amigos, o como hermanos?
- Como hermanos, sin duda.
- ¿Por qué?
- Porque a los amigos los puedes elegir.
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En el Desfile del Día de la Victoria, hay un anciano con un cartel que reza: "Camarada Stalin, gracias por mi infancia feliz". Un oficial se le acerca:
- ¿Estás de broma, camarada? Stalin no había nacido cuando tu eras niño.
- Pues por eso precisamente.
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Un ciudadano soviético acude a votar en las elecciones. En la cola de la urna, el comisario le entrega un sobre cerrado para votar. El hombre abre el sobre para ver lo que hay dentro. El comisario le mira con gesto de enfado.
- Camarada, ¿qué estás haciendo?
- Es que quiero saber a quién voy a votar.
- ¿Estás loco, camarada? ¿acaso no sabes que el voto es secreto?
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Una mujer entra en una tienda:
- Buenos dias, ¿tienen pescado?
- Señora, esto es una carnicería
- ¿Entonces no tienen pescado?
- Lo que no tenemos aquí es carne. Si lo que está buscando es un sitio donde no tengan pescado, la pescadería está a la vuelta de la esquina.
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En la clase de matemáticas, la profesora le pregunta al pequeño Kolya:
- Si un kilo de carbón cuesta 100 rublos, y tu papá pide 500 rublos de carbón, ¿cuanto carbón recibirá tu papá en casa?
- Cuatro kilos y medio, profesora.
- Eso no es correcto, Kolya.
- Eso le digo yo a mi papá. Pero él me responde que las cosas son así y no hay nada que podamos hacer.
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- ¿Por qué el sistema soviético es superior a todos los demás?
- Porque logra enfrentarse a problemas que en el resto de sistemas ni se llegan a imaginar.
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En Alemania Oriental, la profesora le pregunta a uno de sus alumnos:
- ¿Qué harías si se cayera el Muro, Hans?
- Me subiría a un árbol muy alto, señorita
- ¿A un árbol? ¿por qué, Hans?
- Para que no me arrolle la estampida
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El Politburó le encarga a un artista pintar un cuadro conmemorativo de la amistad ruso-polaca, que se titule: "Lenin en Polonia".
Semanas mas tarde, el artista presenta al Politburó un cuadro de la Krupskaya en la cama con Trotski.
- ¿Y Lenin?
- En Polonia
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En la escuela, los niños vuelven al colegio después del fin de la guerra. La profesora les dice:
- Buenos días niños. Hoy vamos a contar lo que hicimos durante la Gran Guerra Patria. ¿Quien empieza?
Kolia levanta la mano.
- Adelante, Kolia
- Pues yo estuve trabajando en una fábrica. Hacíamos piezas para los tanques y para los aviones. Estaba allí casi todo el día y a veces iba por las noches porque el director de la fábrica nos decía que nuestro trabajo era muy importante para ganar la Guerra.
- Muy bien, Kolia. ¿Quien quiere ser el siguiente?
Masha levanta la mano.
- Cuéntanos, Masha
- Pues yo estuve ayudando en un hospital, cuidando de nuestros heróicos soldados que habían sido heridos en el frente. Al principio me daba un poco de miedo ver tanta sangre, pero si ellos se habían sacrificado por defender la progenitora Patria, mi deber era ayudarles.
- Muy bien, Masha. ¿Alguien mas?
Vladimir levanta la mano.
- Cuéntanos, Vladimir, ¿que hiciste tu?
- Pues yo estuve ayudando a los soldados en el Frente.
- ¿De verdad? ¡qué interesante! ¿y qué hacías?
- Pues, hacia recados, les llevaba municiones, limpiaba los barracones... en invierno recogía leña en el bosque para que se calentaran y no pasaran frío.
- ¡Qué interesante! ¿y qué te decían los soldados cuando les ayudabas?
- Sehr Gut, Voldemar.
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- El socialismo, ¿lo inventaron los políticos, o los científicos?
- Los políticos. Los científicos lo hubieran probado primero en ratones.
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Stalin acude al teatro al estreno de una nueva comedia. Durante la representación, se rie mucho. Al terminar, el director de la obra se acerca y le pregunta:
- ¿Qué le ha parecido la obra, Camarada Stalin? ¿le gustó?
- Me ha gustado mucho, pero el augusto protagonista lleva un bigote como el mío. Fusiladle.
- Oh, lo siento mucho Camarada Stalin... ¿y si le afeitamos el bigote al actor?
- Buena idea. Primero afeitadle el bigote, luego fusiladle.
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- ¿Es cierto que la libertad de expresión en la URSS es la misma que en América?
- Exactamente la misma. En América puedes ir a las puertas de la Casa Blanca y gritar "¡fin a Reagan!", y no te pasará nada. En la URSS puedes ir a las puertas del Kremlin y gritar ""¡fin a Reagan!", y tampoco te pasará nada.
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- Abuelita, abuelita, hoy en la escuela nos han contado cómo será cuando lleguemos al Comunismo.
- ¿Y cómo será, niña?
- Pues, las tiendas estarán abarrotadas de salchicas, leche y miel, y podrás ir y comprar todo lo que quieras.
- Ah, ¡como en los tiempos del Zar!
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La KGB, la CIA y el Mossad se reunen para decidir quien de los tres es el mejor servicio secreto. El reto consiste en soltar una liebre en el bosque y ver quien la captura antes.
La CIA comienza reclutando una red de informadores entre los animales del bosque. Después examinan minuciosamente todas las pistas recogidas por sus informantes. Tras investigar durante semanas, elevan un informe en el que concluyen que en el bosque no existen liebres.
El Mossad entra en el bosque. Buscan el rastro de la liebre, pero al cabo de unos días se cansan y queman todo el bosque, exterminando a todos los animales, incluída la liebre. Misión cumplida.
La KGB entra en el bosque. Al cabo de dos horas salen con un oso magullado, que grita: "¡soy una liebre!, ¡soy una liebre!, ¡por favor, no me peguéis mas!"
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Erich Honecker, presidente de la RDA, se levanta por la mañana y ve el amanecer a través de su ventana.
- Buenos dias, Sol - dice Honecker.
- Buenos días, mi querido Erich - le responde el Sol.
Al atardecer, Honecker está mirando de nuevo por su ventana.
- Buenas noches, Sol
Pero no recibe respuesta.
- ¿Sol? He dicho buenas noches, ¿por qué no me respondes?
- Porque ahora estoy en el Oeste. Que te den mucho por el ojo ciego, cabrón me gusta la fruta.
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- ¿Por qué los agentes de la KGB son tan buenos taxistas?
- Porque nada mas subes al coche ya saben quien eres y donde vives.
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Un soviético va a la oficina a apuntarse para recibir un coche.
- ¿Cómo de larga es la lista de espera? - pregunta el hombre
- Diez años - responde el oficinista
- ¿Por la mañana o por la tarde?
- ¿Eso le importa mucho?
- Es que por la mañana vendrá el fontanero.
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Un judío en la URSS yace en su lecho de fin. El rabino le pregunta si desea que le administre los últimos servicios.
- No, rabino. Mejor apúnteme usted al Partido Comunista.
- ¿Qué? ¿estás loco? ¿por qué quieres apuntarte al Partido Comunista?
- Mejor que muera uno de los suyos a que muera uno de los nuestros.
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- ¿Por qué los agentes de la NKVD trabajan en grupos de tres?
- Porque necesitan a uno que sepa leer, otro que sepa escribir, y otro que vigile a ese par de intelectuales pequeñoburgueses.
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Stalin está paseando con Beria, cuando al ir a encender su pipa, no la encuentra.
- Diablos, Laventri. Parece que alguien me ha robado la pipa.
Al cabo de unos dias, Stalin está reunido en su despacho con Beria, y se enciende la pipa.
- Fíjate, Laventri, encontré mi pipa. Estaba detrás del sofá.
- No puede ser, Camarada Stalin. ¡Pero si ya tengo a tres arrestados que han confesado el robo!
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En la casa del pueblo de Urupiansk, en el tablón de anuncios: "Esta tarde, charla sobre el amor. Con fotografías".
Todo el pueblo abarrota la casa del pueblo esa tarde. El conferenciante empieza:
- Camaradas, el amor puede ser entre un hombre y una mujer...
- ¡Fotos! ¡Fotos!
- ... también puede ser entre un hombre y otro hombre...
- ¿Fotos? ¿Fotos?
- ... o entre una mujer y otra mujer...
- ¡Fotos! ¡Fotos!
- ... y finalmente, está el amor a nuestra querida progenitora Patria. Y ahora ¡las fotos!
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- ¿En que se diferencian los Cuentos de Hadas en el mundo capitalista de los Cuentos de Hadas en el mundo socialista?
- En el mundo capitalista, los cuentos empiezan con: "Había una vez..."
- En el mundo socialista, los cuentos empiezan con: "Algún día habrá..."
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- ¿Es cierto que el poeta Mayakovski se suicidó?
- Ciertísimo. Sus últimas palabras fueron: "¡No disparéis, camaradas!"
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Informan a Stalin de que hay una plaga de ratones en el Kremlin. Stalin ordena solucionarlo poniendo un cartel que reza: "Granja Colectiva". A los pocos días, los ratones han desaparecido. La mitad han hambriente y la otra mitad han huído despavoridos.
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Andrei está sentado junto a la cama en la que yace su mujer moribunda. El doctor, con gesto grave, le dice:
- Solo hay una cosa que puede usted hacer para salvar a su mujer.
- ¿Cual, doctor?
- Debe usted penerarla analmente.
- ¡Cómo! Pero ese es un poco agradable vicio burgués. Yo soy un comunista ferviente. Luché en la Guerra. ¡Estuve junto a Lenin en su lecho de fin!
- Comunista o no, es lo único que puede usted hacer para salvarla.
El doctor se marcha. Andrei se queda pensando. Al cabo de unas horas de darle vueltas al asunto, decide que, si no hay mas remedio, sea. Le da la vuelta a su mujer, le baja las enaguas, y se pone a darle al tema hasta que se corre y, exahusto, se queda dormido.
A la mañana siguiente, se despierta. Su mujer no está en la cama. Escucha ruido en la cocina. Se levanta, va alli, y ve a su mujer silbando alegremente mientras prepara el desayuno. Entonces Andrei agacha la cabeza, sintiendo un gran pesar.
- ¿Qué te pasa, Andrei? ¿no estás contento de que me haya curado?
- Podría haber salvado a Lenin.
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Lenin, Stalin, Jruchov y Breznev viajan juntos en el tras*iberiano. De pronto, el tren se para. Al cabo de unos minutos, el revisor toca en la puerta y entra en la cabina.
- Camaradas, el tren se ha detenido y no sabemos cómo continuar el viaje. Los empleados hemos pensado que ustedes, como nuestros mas brillantes líderes, podrán aconsejarnos cómo solucionar el problema.
Lenin medita, y es el primero en hablar:
- Id al pueblo mas cercano y reclutad una brigada de trabajadores voluntarios. Los obreros y campesinos solucionarán el problema.
Stalin enciende su pipa, y sugiere:
- Decidle al maquinista que si en treinta minutos no ha arrancado la máquina, será fusilado.
Jruchov sacude la cabeza con desaprobación, y comenta:
- Lo que hay que hacer es quitar las vías que hay detrás y ponerlas delante, y así podremos ir avanzando.
Breznev, tras haberles escuchado a todos, se recuesta en su asiento, y propone:
- ¿Y si corremos las cortinas, nos ponemos cómodos, nos preparamos un té, y hacemos como si el tren siguiera en marcha?
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En tiempos de Jruchov, un niño le pregunta a su abuela:
- Abuelita, abuelita, ¿que tipo de hombre era Lenin?
- Lenin era un gran hombre, niño.
- ¿Y cómo era Stalin?
- Stalin era un hombre muy malvado.
- Abuelita, ¿y el camarada Jruchov, qué tipo de hombre es?
- Ahora es difícil de decir. Ya nos lo dirán cuando se muera.
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Un anciano en la carnicería:
- Buenos dias, ¿tienen carne?
- Lo siento, pero no nos queda carne.
- ¿Que no les queda carne? Yo soy un comunista de toda la vida, luché en la Gran Guerra Patria, ¿y ahora me dices que no queda carne? ¡Este país es una fruta cosa!
Inmediatamente se le acerca un hombre con gabardina:
- Camarada, vigile su lengua. Por eso que ha dicho, en los viejos tiempos le habrían fusilado. Váyase a casa y haga autocrítica.
El anciano agacha la cabeza y se vuelve a casa, con grave preocupación en su rostro.
- ¿Que te pasa, Iván? - le pregunta su mujer - ¿por qué estás tan preocupado?
- Es terríble, María. Este país está mucho peor de lo que pensaba.
- ¿Por qué? ¿ya no les quedaba carne?
- Peor, ¡no les quedan balas!
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- ¿Por qué gano Jruchov el Premio Nóbel de Agricultura?
- Fue el primero que logró plantar trigo en Sibera y recogerlo en Canadá.
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- ¿Cual es el edificio mas alto de Moscú?
- El Palacio de Lubianka. Desde su sótano se ve Siberia.
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Un viejo campesino polaco decide que es hora de sacar sus ahorros de debajo del colchón y meterlos en un banco. Va al pueblo y entra en una sucursal bancaria, pero no está convencido del todo de que su dinero estará seguro. Así que le pregunta al oficinista:
- ¿Estarán seguros aquí mis 100 zlotys? ¿Qué pasaría si alguien atracara el banco?
- No se preocupe por eso. Si roban el banco, se hará cargo nuestra central en Varsovia.
- ¿Y si la central en Varsovia la atracan también?
- Entonces se haría cargo el Banco Central de Polonia.
- ¿Y si el Banco Central de Polonia se queda sin dinero?
- Entonces se haría cargo el Banco Central de la URSS
- ¿Y si la URSS revienta?
- Habrá merecido la pena perder 100 zlotys
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- Mi mujer lleva tres años acudiendo a la escuela de cocina.
- Pues debe saber cocinar ya muy bien.
- Que va, aun no han llegado a eso. Todavía van por el XX Congreso del PCUS.
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Un Húngaro le pregunta a otro húngaro:
- ¿Crees que deberíamos considerar a los soviéticos como amigos, o como hermanos?
- Como hermanos, sin duda.
- ¿Por qué?
- Porque a los amigos los puedes elegir.
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En el Desfile del Día de la Victoria, hay un anciano con un cartel que reza: "Camarada Stalin, gracias por mi infancia feliz". Un oficial se le acerca:
- ¿Estás de broma, camarada? Stalin no había nacido cuando tu eras niño.
- Pues por eso precisamente.
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Un ciudadano soviético acude a votar en las elecciones. En la cola de la urna, el comisario le entrega un sobre cerrado para votar. El hombre abre el sobre para ver lo que hay dentro. El comisario le mira con gesto de enfado.
- Camarada, ¿qué estás haciendo?
- Es que quiero saber a quién voy a votar.
- ¿Estás loco, camarada? ¿acaso no sabes que el voto es secreto?
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Una mujer entra en una tienda:
- Buenos dias, ¿tienen pescado?
- Señora, esto es una carnicería
- ¿Entonces no tienen pescado?
- Lo que no tenemos aquí es carne. Si lo que está buscando es un sitio donde no tengan pescado, la pescadería está a la vuelta de la esquina.
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En la clase de matemáticas, la profesora le pregunta al pequeño Kolya:
- Si un kilo de carbón cuesta 100 rublos, y tu papá pide 500 rublos de carbón, ¿cuanto carbón recibirá tu papá en casa?
- Cuatro kilos y medio, profesora.
- Eso no es correcto, Kolya.
- Eso le digo yo a mi papá. Pero él me responde que las cosas son así y no hay nada que podamos hacer.
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- ¿Por qué el sistema soviético es superior a todos los demás?
- Porque logra enfrentarse a problemas que en el resto de sistemas ni se llegan a imaginar.
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En Alemania Oriental, la profesora le pregunta a uno de sus alumnos:
- ¿Qué harías si se cayera el Muro, Hans?
- Me subiría a un árbol muy alto, señorita
- ¿A un árbol? ¿por qué, Hans?
- Para que no me arrolle la estampida
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El Politburó le encarga a un artista pintar un cuadro conmemorativo de la amistad ruso-polaca, que se titule: "Lenin en Polonia".
Semanas mas tarde, el artista presenta al Politburó un cuadro de la Krupskaya en la cama con Trotski.
- ¿Y Lenin?
- En Polonia
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En la escuela, los niños vuelven al colegio después del fin de la guerra. La profesora les dice:
- Buenos días niños. Hoy vamos a contar lo que hicimos durante la Gran Guerra Patria. ¿Quien empieza?
Kolia levanta la mano.
- Adelante, Kolia
- Pues yo estuve trabajando en una fábrica. Hacíamos piezas para los tanques y para los aviones. Estaba allí casi todo el día y a veces iba por las noches porque el director de la fábrica nos decía que nuestro trabajo era muy importante para ganar la Guerra.
- Muy bien, Kolia. ¿Quien quiere ser el siguiente?
Masha levanta la mano.
- Cuéntanos, Masha
- Pues yo estuve ayudando en un hospital, cuidando de nuestros heróicos soldados que habían sido heridos en el frente. Al principio me daba un poco de miedo ver tanta sangre, pero si ellos se habían sacrificado por defender la progenitora Patria, mi deber era ayudarles.
- Muy bien, Masha. ¿Alguien mas?
Vladimir levanta la mano.
- Cuéntanos, Vladimir, ¿que hiciste tu?
- Pues yo estuve ayudando a los soldados en el Frente.
- ¿De verdad? ¡qué interesante! ¿y qué hacías?
- Pues, hacia recados, les llevaba municiones, limpiaba los barracones... en invierno recogía leña en el bosque para que se calentaran y no pasaran frío.
- ¡Qué interesante! ¿y qué te decían los soldados cuando les ayudabas?
- Sehr Gut, Voldemar.
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- El socialismo, ¿lo inventaron los políticos, o los científicos?
- Los políticos. Los científicos lo hubieran probado primero en ratones.
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Stalin acude al teatro al estreno de una nueva comedia. Durante la representación, se rie mucho. Al terminar, el director de la obra se acerca y le pregunta:
- ¿Qué le ha parecido la obra, Camarada Stalin? ¿le gustó?
- Me ha gustado mucho, pero el augusto protagonista lleva un bigote como el mío. Fusiladle.
- Oh, lo siento mucho Camarada Stalin... ¿y si le afeitamos el bigote al actor?
- Buena idea. Primero afeitadle el bigote, luego fusiladle.
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- ¿Es cierto que la libertad de expresión en la URSS es la misma que en América?
- Exactamente la misma. En América puedes ir a las puertas de la Casa Blanca y gritar "¡fin a Reagan!", y no te pasará nada. En la URSS puedes ir a las puertas del Kremlin y gritar ""¡fin a Reagan!", y tampoco te pasará nada.
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- Abuelita, abuelita, hoy en la escuela nos han contado cómo será cuando lleguemos al Comunismo.
- ¿Y cómo será, niña?
- Pues, las tiendas estarán abarrotadas de salchicas, leche y miel, y podrás ir y comprar todo lo que quieras.
- Ah, ¡como en los tiempos del Zar!
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La KGB, la CIA y el Mossad se reunen para decidir quien de los tres es el mejor servicio secreto. El reto consiste en soltar una liebre en el bosque y ver quien la captura antes.
La CIA comienza reclutando una red de informadores entre los animales del bosque. Después examinan minuciosamente todas las pistas recogidas por sus informantes. Tras investigar durante semanas, elevan un informe en el que concluyen que en el bosque no existen liebres.
El Mossad entra en el bosque. Buscan el rastro de la liebre, pero al cabo de unos días se cansan y queman todo el bosque, exterminando a todos los animales, incluída la liebre. Misión cumplida.
La KGB entra en el bosque. Al cabo de dos horas salen con un oso magullado, que grita: "¡soy una liebre!, ¡soy una liebre!, ¡por favor, no me peguéis mas!"
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Erich Honecker, presidente de la RDA, se levanta por la mañana y ve el amanecer a través de su ventana.
- Buenos dias, Sol - dice Honecker.
- Buenos días, mi querido Erich - le responde el Sol.
Al atardecer, Honecker está mirando de nuevo por su ventana.
- Buenas noches, Sol
Pero no recibe respuesta.
- ¿Sol? He dicho buenas noches, ¿por qué no me respondes?
- Porque ahora estoy en el Oeste. Que te den mucho por el ojo ciego, cabrón me gusta la fruta.
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- ¿Por qué los agentes de la KGB son tan buenos taxistas?
- Porque nada mas subes al coche ya saben quien eres y donde vives.
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Un soviético va a la oficina a apuntarse para recibir un coche.
- ¿Cómo de larga es la lista de espera? - pregunta el hombre
- Diez años - responde el oficinista
- ¿Por la mañana o por la tarde?
- ¿Eso le importa mucho?
- Es que por la mañana vendrá el fontanero.
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Un judío en la URSS yace en su lecho de fin. El rabino le pregunta si desea que le administre los últimos servicios.
- No, rabino. Mejor apúnteme usted al Partido Comunista.
- ¿Qué? ¿estás loco? ¿por qué quieres apuntarte al Partido Comunista?
- Mejor que muera uno de los suyos a que muera uno de los nuestros.
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- ¿Por qué los agentes de la NKVD trabajan en grupos de tres?
- Porque necesitan a uno que sepa leer, otro que sepa escribir, y otro que vigile a ese par de intelectuales pequeñoburgueses.
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Stalin está paseando con Beria, cuando al ir a encender su pipa, no la encuentra.
- Diablos, Laventri. Parece que alguien me ha robado la pipa.
Al cabo de unos dias, Stalin está reunido en su despacho con Beria, y se enciende la pipa.
- Fíjate, Laventri, encontré mi pipa. Estaba detrás del sofá.
- No puede ser, Camarada Stalin. ¡Pero si ya tengo a tres arrestados que han confesado el robo!
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En la casa del pueblo de Urupiansk, en el tablón de anuncios: "Esta tarde, charla sobre el amor. Con fotografías".
Todo el pueblo abarrota la casa del pueblo esa tarde. El conferenciante empieza:
- Camaradas, el amor puede ser entre un hombre y una mujer...
- ¡Fotos! ¡Fotos!
- ... también puede ser entre un hombre y otro hombre...
- ¿Fotos? ¿Fotos?
- ... o entre una mujer y otra mujer...
- ¡Fotos! ¡Fotos!
- ... y finalmente, está el amor a nuestra querida progenitora Patria. Y ahora ¡las fotos!
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- ¿En que se diferencian los Cuentos de Hadas en el mundo capitalista de los Cuentos de Hadas en el mundo socialista?
- En el mundo capitalista, los cuentos empiezan con: "Había una vez..."
- En el mundo socialista, los cuentos empiezan con: "Algún día habrá..."
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- ¿Es cierto que el poeta Mayakovski se suicidó?
- Ciertísimo. Sus últimas palabras fueron: "¡No disparéis, camaradas!"
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Informan a Stalin de que hay una plaga de ratones en el Kremlin. Stalin ordena solucionarlo poniendo un cartel que reza: "Granja Colectiva". A los pocos días, los ratones han desaparecido. La mitad han hambriente y la otra mitad han huído despavoridos.
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Andrei está sentado junto a la cama en la que yace su mujer moribunda. El doctor, con gesto grave, le dice:
- Solo hay una cosa que puede usted hacer para salvar a su mujer.
- ¿Cual, doctor?
- Debe usted penerarla analmente.
- ¡Cómo! Pero ese es un poco agradable vicio burgués. Yo soy un comunista ferviente. Luché en la Guerra. ¡Estuve junto a Lenin en su lecho de fin!
- Comunista o no, es lo único que puede usted hacer para salvarla.
El doctor se marcha. Andrei se queda pensando. Al cabo de unas horas de darle vueltas al asunto, decide que, si no hay mas remedio, sea. Le da la vuelta a su mujer, le baja las enaguas, y se pone a darle al tema hasta que se corre y, exahusto, se queda dormido.
A la mañana siguiente, se despierta. Su mujer no está en la cama. Escucha ruido en la cocina. Se levanta, va alli, y ve a su mujer silbando alegremente mientras prepara el desayuno. Entonces Andrei agacha la cabeza, sintiendo un gran pesar.
- ¿Qué te pasa, Andrei? ¿no estás contento de que me haya curado?
- Podría haber salvado a Lenin.
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