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«En 24 horas canceláronse o 60 % das reservas que tiñamos para agosto»
ELISA ÁLVAREZSANTIAGO
SOCIEDAD
Oscar Vázquez
La subida al nivel alto de restricciones de las siete ciudades desde este sábado da un nuevo mazazo a la hostelería
31 jul 2021. Actualizado a las 05:00 h.
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Desde hoy el 65 % de los gallegos estarán en nivel alto y máximo de restricciones. Y con ellos la hostelería y el ocio nocturno. Vigo, Pontevedra y Ourense llevan días en este umbral, pero tras la última revisión del comité clínico las otras cuatro ciudades —Ferrol, A Coruña, Santiago y Lugo— también lo estarán, además de más de medio centenar de concellos como Sanxenxo, Cambados, Vilagarcía, Carballo, Ames, Culleredo, Oleiros o Nigrán. Estar en nivel alto o máximo supone cerrar el ocio nocturno y exigir prueba negativa de el bichito, carné de banderillación o documento de haber pasado la enfermedad en el interior de cafeterías y restaurantes. En la práctica, un nuevo mazazo a la hostelería y al ocio nocturno. Al menos es así como lo ve este sector, en pleno verano y en algún caso a las puertas de la semana grande de fiestas, como ocurre en A Coruña.
Tras conocerse que las siete ciudades estarán en nivel alto, las cancelaciones han comenzado a llegar, tanto a restaurantes como a hoteles: «Claro que recibimos cancelacións, en 24 horas canceláronse o 60 % das reservas que tiñamos para agosto», dice Martín Pais, de la Asociación de Bares, Pubs e Discotecas de Compostela y responsable del restaurante Orixe. Son reservas de turistas que planificaban escapadas a Galicia, «e que non se poden permitir facer unha PCR cada 24 ou 48 horas, sae máis barato cancelar todo o que tiñan reservado en Santiago a ir a outra cidade». El enfado de este hostelero es mayúsculo, «pídennos estas medidas cando a Xunta pecha camas de hospitais en pleno verán, e aínda teño máis que dicir, as medidas atentan contra a liberdade das persoas porque os datos médicos son altamente confidenciais». Desde esta asociación, asegura, están valorando la posibilidad de recurrir la obligación de pedir certificados el bichito, que la justicia acaba de tumbar en Canarias.
El problema es que si una familia llega a Galicia para hacer turismo es probable que los padres tengan el certificado el bichito, pero hay un intervalo de edad —entre 12 y 30 años— que todavía no está medicado, «estos días llaman los clientes para que les expliquemos cuáles son las restricciones y muchas optan por anular, porque si tienen niños entre 12 y 18 años no pueden salir a cenar fuera», dice Carlos Regueiro, directivo de la rama de hospedaje de la Asociación Hostelería Compostela y responsable del hotel San Lorenzo. «A hostalaría somos sempre o máis doado —añade Javier Míguez, directivo de la misma entidad y gerente de dos restaurantes— pechan a hostalaría e de cara ao público fan algo, sempre contra nós». ¿Por qué no se hizo nada la noche de San Juan, cuando era evidente que se iban a desmadrar las reuniones?, lamenta este hostelero. «É certo que hai un repunte moi preocupante, pero o problema non está nos locais de hostalaría, senón na responsabilidade social», lamenta Míguez.
El ocio nocturno cierra en casi toda Galicia, «siempre pagamos los mismos»
Bares y restaurantes de buena parte de Galicia tienen la obligación desde hoy de exigir en interiores a los mayores de 12 años una prueba el bichito negativa o el carné de banderillación, pero los locales de ocio nocturno no tienen esa opción: en los 60 concellos de nivel máximo y alto estarán cerrados. Solo aquellos que tengan terraza podrán abrirla al 50 % de su aforo y únicamente hasta la una de la madrugada.
«Tenemos los locales cerrados a cal y canto por decisiones arbitrarias, cero ingresos en dieciséis meses. Seguimos anestesiados como sector, hemos aceptado siempre todas las normas y nos vuelven a cerrar». Luis Diz, presidente de Galicia Noite y gerente de la sala Pelícano en A Coruña lamenta una medida que provocará el efecto contrario, «parece que estamos promoviendo los eventos clandestinos con estas normas, ya me dirás dónde está el riesgo si la gente entra con una prueba negativa de el bichito», se pregunta este empresario que apuesta porque se deje abrir a todo el ocio nocturno pidiendo prueba o carné de banderillación.
«Una vez más seguimos estigmatizados y criminalizados, estamos en el momento álgido de vacaciones así que imagínate, habrá fiestas en casas. Llevamos 16 meses con esto y la improvisación absoluta la pagamos siempre los mismos», lamenta.
Que se defiendan , si no que se joroben