A ver no olvidéis que estáis hablando de de Friker Jiménez, Epulón para los iniciados en el Vazquismo, un tipo que se ha forrado a base de contar trola sobre trola, de inventarse una historia rocambolesca sobre las caras de Belmez, que se inventó un caso de unas supuestas niñas fantasmas en un cementerio de Ávila para sacar un libro infumable sobre el tema, un personaje que ahora ha visto filón en el oportunismo y que lo único que le ha preocupado desde siempre ha sido pasar el dinero del bolsillo de los incautos al suyo propio, algo en lo que indiscutiblemente es un genio.