little hammer
Ministro de Igualdad
En este subforo se es dado a hablar de las glorias bélicas de nuestro pasado.
Muy conocidas son las hazañas de los Tercios Blas de Lezo o la Reconquista.
Pero pocas veces se ensalza el pasado de nuestros ancestros celtas e iberos que enfrentaron a Roma y su inmenso poder. Y cuando se hace, la gloria se la llevan en exclusiva Viriato, Numancia y las Guerras Cántabras....incluso Sagunto aunque en este caso fue contra Cartago y no Roma.
Por eso abro este hilo como oda a un pueblo que habitaba en el corazón de la hoy Comunidad Autónoma de Castilla y León en la Antigüedad y que durante más de dos siglos resitió hasta el límite de sus fuerzas a los mayores poderes de la Antigüedad. Roma y Cartago. Los Vacceos
Empezamos
Pueblo español pre romano de origen celta que habitaba en las actuales provincias de Valladolid, Segovia casi toda Palencia y partes de Zamora, León, Salamanca incluso Ávila y Burgos aunque muy poco
Se cree que sus orígenes vienen de los belóvacos. Unos pueblos celtas que venían del actual Norte de Francia formando parte de la llamada Galia Bélgica. Los cuales en torno al año 600 ac fueron desplazados de sus tierras por pueblos germánicos que acabarían instalándose en ellas, incluso adoptando lenguaje, cultura y en ocasión hasta religión celta, como los legendarios y belicosos nervios.
Estos celtas belovacos llegarían a la Península Ibérica asentándose en la Submeseta Norte atraídos por su fértiles campos de trigo y cebada fusionsndose con los habitantes ya establecidos.
Caso llamativo fueron los arévacos, defensores de Numancia, cuyo nombre en su lengua significaba "vacceos del este", que fueron una rama de los vacceos que se mezclaron y asimilaron las costumbres, idioma y demás de los otros pueblos celtíberos que habitaban el centro noreste peninsular.
Su economía era próspera por la agricultura. Pero también destacaron como guerreros
Que es a lo que vamos.
Los romanos los describen como hábiles jinetes y aguerridos infantes.
Suelen portar lanzas y la mítica espada de antenas a la guerra la cual es de un hierro excelente y los romanos lo copian para sus gladios. No, no es la falcata la que inspiró al Gladius Hispaniensis como mucha gente dice.
Se protegen con cascos de laton, pequeños escudos y sayos neցros para el frío
Su tierra está plagada de llanuras y campos de cultivo. Parecido a ahora pero con más bosque.
Los romanos se sorprenden de su dureza. Tanto hombres como mujeres. Entran en la Historia durante la II Guerra Púnica cuando Anibal Barca lanza una campaña de conquista a Hispania en 230 ac aprox.
Pone sus ojos en las ricas tierras de la zona en búsqueda de aprovisionarse de alimentos y prisioneros
Sitia las ciudades de Helmantica (Salamanca) y Arbucala (Toro, Zamora) las cuales no se aclara en las fuentes si son vetonas o vacceas pero claro queda que una colaicion de ambos pueblos las defiende. Las toma y saquea con cierta dificultad y de vuelta con el botín al atravesar las tierras de los oretanos (a los que también había saqueado) sufre una emboscada por parte de estos últimos en coalición con vetones y vacceos la cual casi resulta masacrado su ejército pero logra repeler con grandes bajas.
Con los romanos tienen mucha importancia en las Guerras Celtíberas.
Durante las campañas como la de Numancia son la vía de suministro de trigo y cebada de sus parientes arévacos.
Por eso en 178 ac (mucho antes del Sitio de Numancia) Cayo Postumio Albino y Tiberio Sempronio Graco lanzan su primera campaña que penetra en territorio vacceo. Livio cuenta que salen victoriosos dos veces ante estos.
Otra campaña en 153ac habla de una nueva victoria romana que parece poco creíble.
El asedio a la ciudad de Cauca (Coca, Segovia) dos años después donde Roma se hace uso de engaños para obtener la victoria.
Más adelante Lúculo se dirige al norte donde afirma tomar otra importante ciudad llamada Septimanca (Simancas, Valladolid), y se dirige a Palantia (Palencia), una de las ciudades más ricas e importantes, durante mucho tiempo su capital, pero se detiene a medio camino y recoge cable. No especifica porque. Se especula que una emboscada o las numerosas pérdidas de la campaña dejaron a sus fuerzas mermadas como para atacar una ciudad con éxito una ciudad como Palantia la cual, lejos de las fronteras de Roma, estaba bastante bien defendida.
En las Guerras Lusitanas se mantienen al margen pero, justo después, llega el Cerco de Numancia donde vuelven a socorrer a sus hermanos arévacos, con tropas y, lo más importante, suministros.
El propio Escipión Emiliano, destructor de Cartago y Numancia, sufre una emboscada cuando entra en sus tierras a fin de destrozar dichas líneas. Aunque la rechaza, de nuevo sufre grandes bajas y se ve obligado a retroceder.
Tras las Guerras Sertorianas de nuevo vuelven a ser atacados por haber apoyado al bando perdedor. Esta vez sí toman Palantia.
Tras este suceso, 70 ac más o menos, casi todo su territorio ha sido anexionado al poder de Roma. No obstante los vacceos aún libres en el 56ac se vuelven a alzar en armas apoyados por guerreros de otros pueblos sometidos que han tenido que huir de sus tierras perseguidos por las legiones. Derrotan el propretor Quinto Cecilio Metelo Nepote en Clunia (Coruña de los Condes, Burgos) y se disponen a liberar Palantia, pero este actúa rápido aplastandolos antes de que puedan organizarse.
Para este punto ya son muy pocos los reductos de resitencia, más bien bandas de bandidos atosigadores (como los lusitanos) que una resistencia formal.
Aún hay una más. En El 29ac el recién nombrado Imperio Romano está en horas bajas tras varias guerras civiles. Los últimos vacceos, apoyados por cántabros y astures, se enfrentan de nuevo a las legiones y vuelven a intentar tomar Palantia siendo masacrados. Nunca más se volverán a alzar en armas.
Esa escaramuza dió comienzo a las Guerras Cántabras, pero eso ya es otra historia.
Y con eso son 200 años luchando contra los dos mayores, y más dominantes, poderes del mundo antiguo.
Los eternamente rebeldes lusitanos de Viriato lo hicieron durante 140 más o menos.
Y todo esto sufriendo constantemente los ataques de cántabros y astures desde el norte que no dudaban en saquear sus campos aunque en muchas ocasiones lucharon de su lado contra ese formidable enemigo común que era el ejército romano quien vertió mares de sangre para poder hacer suyo ese territorio.