Jamás el Barça jugará un partido de Champions en Cornellá. Ese estadio infecto nunca escuchará en sus entrañas el mítico himno de la Champions, primero porque hasta febrero aún quedan meses y a día de hoy nadie puede asegurar o no que el Camp Nou esté disponible para jugar, y segundo en caso de no estarlo, alternativas a jugar en Cornellá hay muchas.
Pero una partidilla de futbolín claro que se la acepto, de la misma manera que el Sr. Chen debería aceptar el reto de Piqué y jugarse 1M de euros contra una selección de futbolistas que a lo máximo que llegaron antes de jugar la Kings League era a Tercera División.