Es más, como acabo de decir, quién debería tomar cartas en el asunto tendría que ser el propio club. Castigándole. Porque no se puede consentir ni justificar una agresión a un contrario.
Cuando en su día Romario le metió un abrazo al Cholo Simeone, le cayeron cinco partidos. Y fue algo totalmente justo, si se le va la olla que lo pague.