La generación de oro del fútbol rumano fué la del 90 al 2000, incluso recuerdo que en el Mundial'94 si alguien mereció ganar ese campeonato por su buen fútbol esos fueron los rumanos. Pero el Steaua del 86 aunque era un buen equipo tampoco era un grande, y jugaron esa final contra el Barça encerrados en su área y a esperar el milagro. Y eso que aquel Barça era limitadísimo y con un vestuario que era un polvorín con Schuster en medio de todos los líos. El otro extranjero era Archibald que tampoco era nada del otro mundo y que además llegó a esa final tocado por una lesión, y los nacionales tampoco eran de lo mejor que por aquel entonces la Selección ya la dominaba la Quinta del Buitre.
Solo hace falta comparar el Barça del 86 con el Dream Team del 92 para ver la diferencia. En el fondo fué justicia divina que la primera Copa de Europa del club la consiguieran los de Cruyff.