ABUELO CEBOLLETA
Madmaxista
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Hacia donde va Túnez?
¿Estará Ben Ali preparándose una salida?
Menos de 24 horas después de una alocución televisiva en la que se mostraba muy amenazante con el movimiento de resistencia, pero tratando de tranquilizar a los verdaderos ladrones, saqueadores y negociantes corrompidos que expolian a Túnez; ante la determinación de la calle y la extensión de la insurrección a Túnez y su periferia, en otras palabras, dada su incapacidad de poner freno a un desbordamiento social, Ben Ali comienza sus maniobras. Ese sería el significado de la destitución del ministro del Interior, que acaba de anunciarse.
¿Se estaría preparando Ben Ali una salida? Sin ninguna duda. Y cuál sería esa posible salida. Un guion bastante probable sería el siguiente:
— Una represión máxima, teniendo como objetivos, en particular, cualquier estructura, persona o expresión política que exija su partida. Si se confirma la información según la cual H. Hammami ha sido detenido, esto iría en ese sentido. Una represión de esta índole sería útil por dos razones: en primer lugar, acabar con la insurrección con el fin de debilitar e impedir cualquier recuerdo de ella en el futuro próximo. Luego, preservar su régimen preparando el terreno a una solución política que lo garantice.
— Sin embargo, cualquiera que sea la resolución del actual enfrentamiento, el régimen de Ben Alí saldrá políticamente muy debilitado. Para mantenerse en el poder, la idea de un gobierno de salvación nacional le sería muy conveniente. Por otro lado, es lo que reclama una parte de la oposición independiente de su poder, sin hablar de la otra parte que continúa reclamándole reformas «profundas». Mientras que, al mismo tiempo, en la calle se reclama simplemente su partida.
Cualquiera que sea el escenario que elija el poder establecido, si se impone en contra de la voluntad popular, será perjudicial para la mayoría de los tunecinos. Las masas populares comprendieron muy bien que este poder, inamovible desde hace 23 años, no sólo no les aporta nada, sino que ha sido una verdadera calamidad para el pueblo desde 1987. Por lo tanto, no puede ser, de ninguna manera, parte de la solución. 23 años de estragos son suficientes.
Túnez, 12 de enero de 2011-01-12
Fathi Chamkhi
¿Estará Ben Ali preparándose una salida?
Menos de 24 horas después de una alocución televisiva en la que se mostraba muy amenazante con el movimiento de resistencia, pero tratando de tranquilizar a los verdaderos ladrones, saqueadores y negociantes corrompidos que expolian a Túnez; ante la determinación de la calle y la extensión de la insurrección a Túnez y su periferia, en otras palabras, dada su incapacidad de poner freno a un desbordamiento social, Ben Ali comienza sus maniobras. Ese sería el significado de la destitución del ministro del Interior, que acaba de anunciarse.
¿Se estaría preparando Ben Ali una salida? Sin ninguna duda. Y cuál sería esa posible salida. Un guion bastante probable sería el siguiente:
— Una represión máxima, teniendo como objetivos, en particular, cualquier estructura, persona o expresión política que exija su partida. Si se confirma la información según la cual H. Hammami ha sido detenido, esto iría en ese sentido. Una represión de esta índole sería útil por dos razones: en primer lugar, acabar con la insurrección con el fin de debilitar e impedir cualquier recuerdo de ella en el futuro próximo. Luego, preservar su régimen preparando el terreno a una solución política que lo garantice.
— Sin embargo, cualquiera que sea la resolución del actual enfrentamiento, el régimen de Ben Alí saldrá políticamente muy debilitado. Para mantenerse en el poder, la idea de un gobierno de salvación nacional le sería muy conveniente. Por otro lado, es lo que reclama una parte de la oposición independiente de su poder, sin hablar de la otra parte que continúa reclamándole reformas «profundas». Mientras que, al mismo tiempo, en la calle se reclama simplemente su partida.
Cualquiera que sea el escenario que elija el poder establecido, si se impone en contra de la voluntad popular, será perjudicial para la mayoría de los tunecinos. Las masas populares comprendieron muy bien que este poder, inamovible desde hace 23 años, no sólo no les aporta nada, sino que ha sido una verdadera calamidad para el pueblo desde 1987. Por lo tanto, no puede ser, de ninguna manera, parte de la solución. 23 años de estragos son suficientes.
Túnez, 12 de enero de 2011-01-12
Fathi Chamkhi